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Agricultores del Illimani frente al cambio climático

Las aguas producidas por el deshielo del milenario nevado han nutrido la tierra de muchas generaciones de agricultores, que viven en las faldas del Illimani. Sin embargo, las que parecen lejanas noticias del calentamiento global, para ellos son una realidad que están viviendo desde hace varios años. El retroceso de sus glaciares es cada vez más acelerado.

Hay mucho ruido por la congestión de vehículos en el centro de La Paz. Hasta hace unos años era más fácil y rápido ir de un extremo a otro. Los minibuses de transporte público ahora están en todas las calles creando congestión vehicular. Cada uno de estos autos tiene apenas tres pasajeros y la contaminación ambiental por el monóxido de carbono es alarmante.

El recorrido en auto para poder salir de la ciudad y hacer el viaje a la comunidad de Challasirca, ubicada en las faldas del nevado, es solo un ejemplo sobre cómo esta urbe está lentamente incidiendo en que el Illimani un día deje de existir.

Según un estudio de la Alcaldía Municipal de La Paz, durante 2014, el aporte mayor a la Huella de Carbono de esta ciudad está generado por el sector del transporte, que representa casi el 50% de las emisiones. Para esta fecha seguramente esta cifra es mayor, por el aumento de automóviles en el transporte público.

Bajando junto a las aguas del río Choqueyapu, que en aymara significa “chacra de oro”, viajamos cuatro horas hasta llegar a la comunidad de Tahuapalca. Ésta se encuentra en la parte más baja de uno de los pequeños ríos que están alimentados por el agua del deshielo del nevado Illimani, que con sus 6.460 metros sobre el nivel del mar sería la mayor cota de la Cordillera Real de la cual forma parte.

Ahora toca subir en dirección a la cima del Ilimani, pasando por las comunidades de Tahuapalca, Lurgeta, Cachapalla, Cebollullo, Chañurani, hasta llegar a Challasirca. Todas estas pequeñas comunidades se alimentan del mismo caudal que baja del nevado y junto a Cohoni, la población más grande de esta región, por muchos años han ido creando senderos de agua para que llegue a sus tierras productivas. Las comunidades nombradas comparten un solo caudal que baja del Illimani, existen muchos más que están alimentando con agua otras poblaciones.

Remigio Quispe, dirigente de Challasirca, recuerda que cuando tenía 15 años el Illimani estaba más blanco y la nieve se podía ver muy cerca de las comunidades. Ahora, a sus 55 años, cuenta que el nevado está cada vez más lejos. “Este lugar era frío antes. Ahora ya es caliente, ya ha cambiado. El clima de Cebollullo ha subido aquí, a Challasirca. En noviembre y septiembre hace ya mucho calor”, afirma Remigio.

Esta comunidad antes solo producía papa, porque su clima solo le permitía esa siembra. Ahora pueden producir choclo, cebolla, durazno, lechugas y todo tipo de hortalizas que antes solo se producían en las poblaciones más bajas, como Tahuapalca, Lurgeta y Cebollullo.

Que este mismo caudal abastezca a todas estas poblaciones es un gran reto que ellos mismos han generado con el aumento de la producción y el mayor uso de terrenos para cultivo, que antes no lo eran.

Los árboles de duraznos en medio del cerro crean la ilusión de un valle de Cochabamba, pero seguimos en Challasirca, y ahí cosechando estos frutos está Eva Limachi, nacida en la comunidad. “Ahora hay agua porque es época de lluvia también, pero desde junio hasta casi noviembre hay poca agua y no se puede abastecer para todos los cultivos”, comenta.

El mismo problema se repite en las poblaciones bajas y es algo que afecta a todos y, por lo mismo, se debe trabajar en coordinación: tienen que regar los cultivos organizándose por horas y días. Una práctica que para Néstor Callapa es ya normal porque se la está realizando desde hace varios años.

LA GRÁFICA

La acelga es un producto que ahora se puede cultivar a causa del cambio climático. Foto: Wara Vargas

Los cebollines también se cultivan . Foto: Wara Vargas

HABITANTES. Remigio Quispe, dirigente de Challasirca, posa en su terreno. Foto: Wara Vargas

La plantación de acelgas. Foto: Wara Vargas

El caudal que riega los cultivos de las comunidades. Foto: Wara Vargas

Él piensa que hay que crear una gran represa para que el agua se almacene para las épocas bajas.

“El agua se está perdiendo, se va y pocos en mi comunidad han hecho pozos para almacenarla, igual se necesita que los pozos sean más grandes. Necesitamos que el Gobierno nos ayude con algún proyecto”, reclama Néstor.

¿Cómo resolver el problema del deshielo? es una pregunta que muchos comunarios se hacen. Rosa Blanco está preocupada por el futuro de sus hijos, cuando ya no haya agua. “La gente comenta que lo que se viene es un castigo de Dios, algo estamos haciendo mal”.

El IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, por sus siglas en inglés) explica que el aumento de la temperatura atmosférica ha generado una aceleración del retroceso de los glaciares del Illimani. En los últimos 46 años, el Illimani ha perdido aproximadamente el 21,3% de su superficie a una velocidad promedio de 47 centímetros al año, según datos de 2007.

*Esta investigación fue realizada en el marco del Fondo de Apoyo Periodístico Crisis Climática 2021, que impulsan la Plataforma Boliviana Frente al Cambio Climático (PBFCC), Comunidad en Acción y la Fundación para el Periodismo.