Icono del sitio La Razón

NOMADLAND

Tercer largometraje de la realizadora de origen chino Chloé Zhao (Beijing/1982), la cual migró inicialmente a Londres antes de cruzar el Atlántico para aposentarse en una pequeña ciudad de Los Ángeles, Nomadland está basado en el libro testimonial de la periodista Jessica Bruder.  Ésta recorrió más de 24.000 kilómetros del territorio norteamericano con el propósito de acopiar los testimonios de los nuevos nómadas, mayormente de la tercera edad,  desperdigados por las carreteras a consecuencia del descalabro económico provocado en 2008 por la especulación inmobiliario/financiera en aquel país, que en 2011, anota el texto introductorio de la película, precipitó el cierre en Empire, Nevada —luego de casi nueve décadas—, de la empresa US Gypsum dedicada a fabricar tabiques de yeso, transformando súbitamente el lugar en un pueblo fantasma que perdió incluso su código postal.

De allí, a bordo de una minivagoneta  semidestartalada y reacondicionada para hacer las veces de su nuevo “hogar” rodante, parte Fern, la sexagenaria protagonista —quien acaba de perder a su esposo al cabo de una larga enfermedad—, lanzándose a buscar una nueva forma de vida, rodeada del silencio y la soledad —también de la soledad frente al statu quo—, desandando de alguna manera los caminos que dos siglos y pico atrás impulsaron a los fundadores del “sueño americano” hacia la conquista del Oeste. Solo que aquella quimera es ahora, en muchos sentidos, una pesadilla para los seres desechables del capitalismo salvaje que, luego de haber desmantelado las conquistas laborales empujando a miles de trabajadores a la condición de eventuales, redujo a los individuos a meros números sobrantes, esto es a piezas descartables para la maquinaria del consumismo desenfrenado. Es asimismo el retrato de la transformación de la rebeldía hippie en el modo de la desencantada despedida de la vida en lugar del empeño por transformar las cosas. Eso sí con un toque new age en la apuesta por un contacto más cercano y respetuoso con la naturaleza.

Tal mutación sostiene el subtexto del relato construido por Zhao entretejiendo los géneros documental y ficción, con un equilibrio que se abstiene de sermones y discursos aleccionadores, sobre la base de un guion, autoría asimismo de la directora, responsable también del montaje.

Acabadas de empacar sus pocas pertenencias personales, incluyendo algunas cuantas embebidas de nostalgia por remembranzas de su niñez y entorno familiar y que le permiten aterrizar de tanto en tanto su errática sensibilidad, Fern inicia su periplo, a lo largo del cual  va alternando el viaje, hasta cierto punto un símil de road movie (película del camino), con ocasionales paradas para hacerse de algunos menguados ingresos desempeñando un sinnúmero de tareas: empaquetadora de Amazon, junto a cientos de colegas encargada de alistar los pedidos para su despacho; responsable de limpiar los servicios higiénicos comunes de un estacionamiento transitorio para casas rodantes; cocinera de un restaurante en otro parqueo similar y cosechadora de papas en un tercero.  Semejantes tareas circunstanciales le permiten reencontrar de tiempo en tiempo a innúmeros nómadas, con los(as) cuales trabó una relación de amistad, así como conocer a otros, cada uno cargando con su propio drama. Esencialmente el de ser, casi en todos los casos por primera vez, los héroes de su pasar por el mundo, como lo es Fern, la cual a falta de su marido ahora es dueña de sus decisiones y en virtud de ello determina no sujetarse a nada ni a nadie.

Esos reencuentros hacen parte de la filosofía del nuevo nomadismo, según se encarga de explicarle Bob Wells, uno de los múltiples protagonistas que hacen de sí mismos alternando a lo largo del relato con algunos pocos actores profesionales. A través de su página web y su cuenta en YouTube Wells alcanzó el sitial de gurú de este flamante golondrineo, y en Nomadland resume el sentido de tal forma de vida, o de supervivencia, comentando “nunca hay un adiós definitivo, siempre nos volveremos a encontrar en el camino”. De tal manera el viaje inacabable en busca del redescubrimiento de uno mismo, clave del referido género de las películas del camino, cobra la forma de una suerte de ritual de sanación para quienes, como Fern, lo han perdido todo y se encuentran urgidos(as) de poner punto final a su existencia, develando así sea un mínimo sentido para lo vivido y sufrido, a la par de renegar de las imposiciones secantes de ese capitalismo fundado en la pura razón instrumental.

La narración se encuentra armada a base de escenas relativamente breves, pero cada una impregnada de máxima densidad, evitando de ese modo que aquella semeje una mera suma de viñetas sin trabazón dramática. La idea medular, perfectamente traducida en el estilo optado por la directora, es alternar los momentos de introspección de la protagonista, sin caer en ningún instante en el patetismo, con otros en los cuales los paisajes cobran su propio protagonismo, evitando de igual manera el recurso de la postal ilustrativa. Es significativa la aportación en la fotografía de Joshua James Richards, colaborador asimismo de Zhao en sus dos largos precedentes, no estrenados aquí, pero abundantemente  elogiados: Songs My Brothers Taught Me (2015); The Rider (2017). En la oportunidad su puesta en imagen retrata, con agradecible contención, la hermosura de un entorno al mismo tiempo áspero. Por su parte la inclusión en la banda sonora de algunos fragmentos creados por el compositor y pianista italiano Ludovico Einaudi contribuyen a remarcar, sin innecesarios regodeos, la desolación íntima de Fern  al igual que la circundante.

El puntal mayor de Nomadland es, fuera de toda duda, la carismática interpretación de Frances McDormand en el papel central. Fue McDormand, coproductora del emprendimiento, quien convenció a la realizadora de enfrentar el reto de una producción plagada de escollos y claramente apartada de todas las manías actualmente prevalecientes en la industria fílmica estadounidense.

Abro paréntesis: últimos trascendidos dan cuenta que Zhao aceptó no hace mucho hacerse cargo de la dirección de Eternals, una producción en curso de Marvel Studios, sobre superhéroes de cómic por supuesto, materia prima que parece del todo discordante con el estilo de su filmografía hasta la fecha. Habrá que ver qué resulta de semejante mix. Cierro paréntesis.

Volviendo a MacDormand, cuya carrera como antiestrella, conocida por las muchas veces que le dijo no a ofertas de todo calibre de Hollywood, abarca 45 largometrajes, de 1984 a la fecha, incluyendo, entre otros, títulos tan memorables como Barton Fink (1991) Fargo (1996); El hombre que no estaba allí (2001) —las tres dirigidas por los hermanos Coen—; Tierra prometida (Gus Van Sant/2012), en la ocasión compone, podríamos decir vive, su rol con una fusión admirable, en la figura de esa mujer de carácter arisco —según testimonia la discusión que mantiene con el esposo de su hermana en el fugaz encuentro durante el cual tritura los argumentos de aquel a favor del negocio inmobiliario—,  pero abierta a la solidaridad auténtica, amén de renunciar a todo afeite físico o de personalidad como muestra en la escena en la que atiende sus necesidades fisiológicas al aire libre bajo una copiosa nevada, o en la otra en la cual se baña desnuda por entero en un río.

En suma Nomadland es un canto a la libertad de optar por una vida minimalista, sin anclaje en esas reglas que el sistema impone cual símbolos de prosperidad, un relato cargado de poesía visual y de celebración de la solidaridad, en paralelo pleno de ira contra tales falsas premisas como aquella en que Fern insiste una y otra vez en poner en ridículo, aclarando que no poseer domicilio fijo es algo muy diferente a no tener “hogar”. Del mismo modo como la directora contesta mediante su estilo narrativo, limitado a acompañar pacientemente a su protagonista, los lugares comunes que descalifican por principio las películas donde no ocurre nada dramáticamente atroz, o en las cuales falta un conflicto ajustado a las recetas dramatúrgicas convencionales.

FICHA TÉCNICA

Título Original

□ Nomadland

Dirección y guion

□ Chloé Zhao

Libro

Jessica Bruder Nomadland: Surviving America in the Twenty-First Century

Fotografía

□ Joshua James Richards

Montaje

□ Chloé Zhao

Diseño

□ Joshua James Richards

Arte

□  Elizabeth Godar

□ Tom Obed

Efectos

□ Stephane Ceretti

□ Laurens Ehrmann

Música

□ Ludovico Einaudi

Producción

□ Mollye Asher

□ Frances McDormand

□ Chloé Zhao

□ Jessica Brude

Intérpretes

□ Frances McDormand

□ David Strathairn

□ Gay DeForest

□ Patricia Grier

□ Linda May

□ Angela Reyes

□ Carl R. Hughes

□ Douglas G. Soul

□ Ryan Aquino

□ Teresa Buchanan

□ Karie Lynn McDermott Wilder

□ Brandy Wilber

□ Brandy Wilbe

EEUU-ALEMANIA/2020