Marcos Santana: ‘La exposición que tendrá Bolivia será positiva y hermosa’
Un viaje a Bolivia hace más de 20 años animó al presidente de NBC Universal Telemundo Global Studios a filmar en el país
Llega un equipo de filmación hasta el hotel Casa Grande de La Paz tras realizar tomas en los Yungas. Con una gran sonrisa les recibe Marcos Santana, presidente de NBCUniversal Telemundo Internacional, quien emocionado les pregunta por el viaje y aprovecha para compartir cómo, en una mañana libre, realizó el descenso por el llamado Camino de la Muerte en bicicleta. La pasión brota en cada palabra y gesto del empresario venezolano, que además es el showrunner de la tercera temporada de La reina del sur, serie protagonizada por la mexicana Kate del Castillo y en la que actúan los bolivianos Cristian Mercado, Pedro Grossman y Ariel Vargas, entre otros. En su fase en Bolivia se filmará en La Paz, El Alto, Sucre, Potosí y Uyuni.
—¿Cómo surgió la idea de filmar en varias locaciones de Bolivia?
—Es un sueño hecho realidad. Yo conocí Bolivia hace más de 20 años, estuve por Santa Cruz, me hicieron una invitación. Regresé hace unos 15 años a La Paz y a través de la familia Crespo Parkerson conocí este maravilloso país. De ese viaje recuerdo —aparte del sorojchi, que me pegó durísimo— que me lancé por la carretera de Yungas en bicicleta y empecé a entender estas ciudades como Potosí, Sucre, Uyuni… Y pensé que algún día iba a rodar acá y se dio esta maravilla.
—¿Cómo se une esto a La reina del sur?
—Cuando empezamos a desarrollar la tercera temporada —que es básicamente una historia de acción, de persecución y de amor, alejada completamente del narcotráfico, algo que ya hicimos en la segunda temporada—, dijimos: “vamos a viajar al sur”. La anterior temporada estuvimos en Moscú, La Toscana, Madrid, Málaga, Washington, Belice… Ahora vinimos al Sur. Nunca antes una serie de 60 episodios había hecho algo parecido: mostrar los grandes monumentos naturales de la región. En esta tercera parte, Teresa Mendoza irá país por país buscando pruebas contra la CIA, el FBI y la DEA, pruebas que comprometan al Gobierno norteamericano con el fin de negociar su indulto. Vamos a estar en Bolivia, en La Paz; en El Alto, donde arrendamos tres edificios de eventos, a los que mucha gente les dicen cholets; ahí habrá acción, como la pelea de cholas. Estaremos en Sucre, Yungas y Uyuni: en el salar y en el Cementerio de Trenes.
—¿Cuál será el alcance de la serie como plataforma para mostrar al país?
—Bolivia va a estar al lado de escenarios en Buenos Aires, las misiones, Bariloche, Lima, Machu Picchu, Bogotá, Santa Marta, El Peñón y así sucesivamente. Vamos a mostrar lo que realmente somos: una potencia cultural y natural para el mundo. Creemos que La reina del sur, que es vista por más de 180 millones de personas alrededor del mundo, va a ser el vehículo perfecto para mostrar cuán bella es esta región. Además, queremos reflejar a la población indígena. En esta temporada quise incorporar nuestros idiomas, con subtítulos, y nuestras raíces.
—¿Cómo fue el contacto con el equipo humano en el país?
—El proyecto se inició hace dos años. Buscamos productores en Bolivia y seguimos un proceso de selección hasta que llegamos a Pucara Producciones, con Paola Gosálvez, con quien venimos trabajando desde comienzos de abril. Primero llegó un grupo gigante de 60 personas para el scouting (búsqueda de locaciones), luego Paolo colaboró con el casting boliviano. Es una producción que involucra a unas 5.000 personas. En Bolivia hemos movilizado a unas 300 personas.
—Eso implica una inversión económica considerable…
—Desde el hotel está tomado por nosotros. Estamos hablando de millones de dólares con un factor multiplicador. Por cada persona que toca directamente la producción, afectamos a otras 10. Además, la exposición que va a tener Bolivia es positiva y hermosa. Si el Estado tuviese que invertir para llegar a 200 millones de personas de forma eficiente, la inversión tendría que ser de millones y millones de dólares. Nosotros tendremos tomas cinematográficas de las locaciones, de los paisajes naturales y de su gente, todo muy bien cuidado. Hay además un proceso de edición, lo que estamos filmando en junio va a salir en año y medio.
—¿Cómo ha sido la filmación en pandemia? ¿Qué medidas se tomaron?
—La responsabilidad que hemos asumido con la empresa local es única. Establecimos pruebas diarias en locación y producción, PCR y antígeno, a todas las personas. Es para proteger no solo al crewy al talento, sino a las comunidades.
Estas medidas significan una inversión gigantesca, es como una producción aparte. Si acaso una persona llegase a dar positivo, inmediatamente se investiga con quién ha estado más de media hora en las últimas 48 horas y las personas son aisladas y sometidas a pruebas diarias hasta que puedan regresar. Rodar en medio de la pandemia es una cruzada, una epopeya: en más de 30 años en la industria, nunca había pasado por nada parecido.
—En Telemundo siempre se ven diferentes nacionalidades latinas en un solo programa, pero no había sucedido lo mismo con paisajes de varios países.
—Somos una empresa hispana en Estados Unidos y allí somos más de 60 millones de hispanos. En cualquier reunión en la oficina de Telemundo estamos con 15 nacionalidad diferentes, fácil. Somos la única empresa que produce con este arco iris de nacionalidades y lo venimos haciendo desde hace más de 15 años. Hemos sido pioneros en grabar en distintos países, pero esta es la primera producción que se trasladará por toda la región. Y no es nada fácil. No conseguimos un avión para llegar a Uyuni, entonces el scouting tuvo que hacer ocho horas de viaje para ver las locaciones. Por suerte ahora conseguimos los permisos y aviones para filmar allí.
—¿Cómo ha sido el trabajo del equipo boliviano?
—Maravilloso. Todos han puesto una pasión única, es un trabajo de 12 a 18 horas por día. Hemos encontrado que la gente aquí solo sabe decir sí. En las filmaciones en El Alto, alrededor de los edificios de eventos había cientos de personas. Cuando el director decía ‘acción’, no se movía ni una mosca. Eso no lo he visto nunca en Latinoamérica. La gente espera a que el actor se acerque a ellos. El boliviano es gente muy hermosa. Creo que dentro de las cosas que me llevo es la alegría que el mundo conozca un país que subestima.
Cuando comencé las reuniones de producción y escribía en una pizarra electrónica los lugares en los que quería grabar, la gente googleaba: no sabía dónde es Yungas, Uyuni. Ahí me di cuenta de que no todos conocen Bolivia.
—La promoción de la cultura boliviana no se limita al audiovisual. ¿Cómo conoció a Vero Pérez, que tuvo la oportunidad de cantar para Telemundo?
—Estaba con mi amiga María Elisa Parkerson Crespo manejando en Miami, sonó una canción y le pregunté quién era. “Me mandó mi mamá”, me dijo. Al día siguiente me vuelvo a topar con la canción y me dice: “Vero Pérez”. Yo estaba en la producción de 100 días para enamorarse y decidí que esa era la canción. Le dije a mi equipo: “Lo único que sé es que Vero Pérez es boliviana” y la ubicaron por Instagram. Le pedimos un número y la llamamos. Cuando se fue formalizando la cosa, ella preguntó cómo llegamos a ella y le dijeron: “El presidente de la empresa te escuchó y le encantaste”.
Fui descubriendo más de esta artista que canta en portugués, italiano y francés. Tenía un evento en enero de 2020, que se llama NATPE Miami, donde hay una presentación de 40 minutos. Un equipo de producción de más de 100 personas trabaja ocho meses para esos 40 minutos. Esta vez quería algo diferente. Para cuando ya esté todo el mudo, quería que vayamos a negro y que aparezca Vero Pérez cantando La vie en Rose. Ella voló de La Paz a Miami a cantar una canción. Cuando terminó de cantar, yo dije: “Ella es Vero Pérez, de La Paz, Bolivia, donde estaremos filmando posiblemente en un año parte de la tercera temporada de La reina del sur.