Arte para transformar desde la COMUNIDAD LGBTI
Sus textos dramáticos, basados en teorías del amor, fueron premiados en reiteradas ocasiones
KATY BUSTILLOS
Construidos sobre teorías del amor, los personajes de la dramaturga paceña Katy Bustillos representan el continuo cuestionamiento entre las relaciones humanas, sobre todo las que surgen entre personas que pertenecen a la comunidad LGBTI. “Una de mis mayores inquietudes es este tipo de teoría. De una u otra forma, siempre aparece el amor en conflicto en los textos que escribo, por ejemplo, con protagonistas no binarios o amores lésbicos”, cuenta la escritora parte del elenco teatral Mímesis, dos veces ganadora del primer lugar del Concurso Adolfo Costa Du Rels (2017 y 2020) y becaria por instituciones teatrales en reiteradas ocasiones, además de residente en casas artísticas.
Sus trabajos ¿Por qué lloras? Los muertos no lloran y Ver-tebral (obra beneficiada por el FOCUART) son, para su autora, un manifiesto social. “Yo creo en un arte político, no en el sentido de un adoctrinamiento o dador de mensajes, pero sí un arte que provoca, que desbarata los sentidos puestos por otros para la propia generación de pensamiento. Creo fundamentalmente en un arte que piensa y que permite a la gente pensar. Desde ese punto, creo que puede existir un avance como sociedad”.
Su escritura dramática, concentrada en las temáticas del amor lésbico, nace de una inquietud íntima. “Parto de una sensibilidad propia, no en un sentido de egocentrismo, sino que abordar mi propia ‘herida’, me permite acercarme a otros”. El teléfono contesta a Silvia, uno de sus trabajos, es un reflejo de ello. “El amor se ‘objetualiza’, los objetos empiezan a sangrar y los humanos pierden las palabras”.
La recepción de las obras y de la construcción de sentidos a través del arte es para Bustillos uno de los caminos de apertura social hacia temáticas urgentes como lo son los derechos de las comunidades LGBTI. “El arte nos permite mirar y pensar los acontecimientos crudos que estamos viviendo como sociedad. Sin embargo, se confunde el rol del arte con el de educar o dar mensajes. Hay que tener cuidado con eso. No banalicemos el rol del artista. Su papel está en potenciar el pensamiento crítico que tanto nos hace falta hoy”.
JESS VELARDE
Apelando al oído y a la cultura popular de la escucha, Jessica Velarde abordó en el programa Las InTRANSigentes, transmitido por Radio Deseo, las problemáticas de la comunidad LGBTI. Aunque su medio principal fue éste durante varios meses, también lo hace desde las artes como actriz, artista plástica, escritora y activista por los derechos humanos de su comunidad. Además las redes sociales, con su actual proyecto Flashback, son actualmente su espacio de denuncia, de provocación y de reflexión.
“El hecho de ser una mujer trans visible me hizo dar cuenta de que puedo utilizar los espacios artísticos como escenarios de llegada a la gente. Me convertí en una voz que puede reclamar, quejarse y hablar de las problemáticas, de las injusticias y de las discriminaciones”, comenta.
El uso de espacios públicos y el haber alzado la voz en el último tiempo son para ella signos de que la sociedad toma consciencia de su propio contexto. “No creo que hayamos avanzado como sociedad de manera considerable, pero sí hemos hecho que la gente sepa que estamos en todas partes. No somos un subgrupo, una minoría que aparece solamente el día de la marcha; estamos todos los días en el trabajo, en la calle, en los minibuses y en el café”.
“Cuando las personas conocen a alguien que forma parte de la comunidad LGBTI se liberan de prejuicios, por eso hablo desde mi experiencia. Soy el testimonio”. Así lo hace en su proyecto más reciente: dos cortometrajes realizados en el marco del Festival Internacional de Realizadores Audiovisuales (FIRA) y actuados y dirigidos por ella. “Fue una forma de dar un discurso honesto y sincero. Ambos videos denuncian el prejuicio de la sociedad hacia las personas trans y no binarias, sobre todo el área laboral”.
“El orgullo LGBTI es un rostro: es una forma de decirles a los jóvenes que se sienten diferentes que dejen de hacerlo, porque no es una moda, existimos desde siempre y hoy somos más manifiestos”. La forma de visibilizar y de dar esperanza, dice la artista paceña, es usar el arte como una forma de habla: “utilizarlo para sacar lo que llevamos dentro y queremos decir. El arte da universalidad a los sentimientos, todos podemos identificarnos”. En ese andar, la icónica frase del activista Harvey Milk es uno de sus cimientos: “You gotta give them hope (Deben darles esperanza)”.
CÉSAR ANTEZANA
L a voz, en el papel y hablada, es la forma en que César Antezana —Flavia Lima en algunos escenarios— usa para expresarse. Partiendo del verso, de su lectura o de su puesta en escena o de su teatralización, el escritor y artista paceño —Premio Nacional de Poesía 2017— problematiza las identidades. El muestrario de las pequeñas muertes, Cuerpos imperfectos, Masochistics y Anjani son algunos de sus libros atravesados, entrelíneas, por las temáticas LGBTI. Pero no solo refleja en su obra estas inquietudes, sino también las aborda desde su trabajo junto a la colectiva transcultural Almatroste desde 2004 y la editorial artesanal del mismo nombre.
Su obra es trastocada por cuestionamientos que encierran a la comunidad LGBTI. “Toda mi escritura, mis performances, mis actuaciones están atravesadas por la identidad no binaria de género fluido, marica, trava, no debido a una deliberada intencionalidad, al menos no con demasiada alevosía. Estoy convencido de que estos afanes ligados a la cultura pasan primero por el cuerpo, por la experiencia, por el entorno, por la historia y todo aquello que no podemos controlar del todo”.
Su trabajo se nutre del diálogo con los otros. Trabajó con la Familia Galán realizando la obra de teatro Las memorias de Katherine, con intervenciones callejeras; con el Movimiento Maricas Bolivia en el Festival Internacional de Poesía Marica Sudaka; con el colectivo El Socavón de los Deseos y sus performances por toda la ciudad. Estas manifestaciones culturales, reflexiones y diálogos entre grupos transforman la sociedad. “Las ‘artes’, un término por demás polémico, dialogan con su entorno inevitablemente”.
A la espera de continuar generando contrapuntos con otras comunidades, Antezana sentencia: “el mundo está cambiando y somos parte, ni duda cabe. Pero es indispensable volver los ojos más allá de nuestra especificidad identitaria. La herida sigue purulenta e infectada”.
ANDRÉS MALLO
Performances, instalaciones, diálogos, artículos, videoartes son medios a través de los cuales Andrés Mallo —activista, artista y gestor paceñ o — c u e s t i o n a constantemente el género, el cuerpo impuesto y la construcción de imaginarios sobre las comunidades LGBTI. Chola Trans Transformer,Biolípidosy Fiesta Mundo Rojo son solo algunos de los proyectos con los que supo polemizar e interpelar a su entorno.
Sudaca, una de sus más recientes exposiciones, presentada en el Museo Nacional de Arte (MNA) de La Paz en 2019, revisitó la historia de las comunidades de los años 70 y 80 en Bolivia y América Latina. Partiendo de una performance y una serie fotográfica, el proyecto da continuidad a la creación del personaje transformista de Mallo en el marco de cuestionar y cuestionarse en la sociedad: Alicia Galán.
Este proyecto, como los otros y como su trayectoria, se construyen sobre una base: “para mí, la comunicación está ligada al arte y viceversa”, cuenta el artista, que se dedica, desde hace dos años, a la Dirección de Comunicación de la organización Diversa. “Hago proyectos comunicacionales con contenidos LGBTI en derechos humanos y fortalecimiento de estas poblaciones”. La comunicación y el arte funcionan como herramientas para afrontar la “compleja realidad LGBTI en nuestro contexto nacional y sudamericano”. Empero, su voz parte, esencialmente, de su propio testimonio.
“El proceso que tiene que ver con la postura de introspección y de salida hacia una realidad que no es la normada se convierte en una reflexión profunda donde instrumentos son necesarios para que acontezca. El mío fue el arte. Devino en una forma de diálogo, primero con mi familia y después con la sociedad paceña”. El activismo, también ligado al arte social, son para Mallo dos motores de la sociedad. “Nos han hecho avanzar. Hoy los medios y las redes sociales son una apertura que nos facilita el hecho de mirarnos de otra manera, de abrir cabezas y de empezar a cuestionar. A partir de la globalización nos expandimos”.
Su primer proyecto se realizó hace 13 años. Desde entonces, su arte y el de su comunidad gestaron varios avances. “La Ley de Identidad de Género, por ejemplo, no se hubiera hecho realidad si nosotros a través de las artes y el activismo no hubiéramos construido el pensamiento que está por detrás. La Familia Galán y otros grupos que hemos hablado sobre los conceptos trans y binarios empujamos estos cambios”.
Junto a su personaje, Alicia Galán — parte de la familia mencionada, nacida en la década de los años 90 en los boliches donde se realizaban eventos de belleza transformista y que a lo largo de los años fue acogiendo a distintos miembros—, Mallo continúa generando proyectos “de preferencia en espacios abiertos y de fácil acceso”.
Fotos: Andrés Mallo, César Antezana, Jessica Velarde y Katy Bustillos.