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INVINCIBLE: La sangrienta esencia del ser humano

Las llamamos maravillas. Pueden ser edificaciones o monumentos, la cosa es que simbolicen nuestros logros como humanidad. Esa capacidad nuestra de crear hitos, construir imperios, moldear el mundo que nos rodea en representaciones de nuestra grandeza.

Y en Invencible, la serie animada producida por Amazon Prime, todas esas construcciones son destruidas con asombrosa facilidad, en un show sangriento sobre el significado de ser humano.

Creada por Robert Kirkman para Image Comics y adaptada para la televisión por el mismo autor —la mente detrás de The Walking Dead—, Invencible sigue a Mark Grayson, un joven con superpoderes que está aprendiendo a ser un héroe, bajo la siempre presente sombra de su padre, Omniman — un Superman con bigote—, el alienígena más poderoso del mundo.

La primera temporada de esta serie, que contiene ocho episodios que duran entre 40 y 50 minutos cada uno, ha sido muy bien recibida entre los fanáticos del género de superhéroes, felices de contar con algo producido por Seth Rogen y Evan Goldberg, como el otro éxito de superhéroes de Amazon Prime, The Boys.

Pero mientras The Boys satiriza y critica a este género, Invencible explora los lados más crudos y humanos de los superpoderosos al seguir a un novato que decide bautizarse como Invencible para pelear contra el crimen.

Foto: Amazon Prime

Grayson es arrogante y no sabe lo que hace, pero sus intenciones son nobles. Interpretado por Steven Yeun (Minari), el viaje de Grayson es el de un joven que comete muchos errores, que en su línea de trabajo no solo conducen a ser constantemente zarandeado sin piedad, sino a que se pierdan varias vidas inocentes que pesan en sus hombros. Muchísimo.

Y, a la vez, desde el primer episodio vemos que su padre, Omniman, magistralmente interpretado por la voz de J.K. Simmons (Whiplash), no es el héroe que el mundo cree que es, sino un ser despiadado, todopoderoso, que asesina a sangre fría.

Mientras crecemos junto a Grayson, vamos comprendiendo las motivaciones de Omniman y, en el ínterin, vemos cómo las peleas entre héroes y villanos de este mundo destruyen todos esos símbolos del poderío de la raza humana, poco a poco estableciendo el mensaje de que para estos seres los logros de la humanidad no son más que daño colateral.

Nunca es más claro que en la mortandad de la batalla del cierre de temporada, cuando padre e hijo se enfrentan. Omniman quiere dominar a los humanos, pues para él solo somos mascotas, pero Grayson se opone y así reafirma su humanidad. Claro, recibe una soberana paliza en una batalla a la que solo sobrevive a fuerza de resistir hasta poder contagiar a Omniman un poquito de compasión, forzándolo  a dejar la tierra mientras derrama una lágrima por su hijo.

Y eso es un drama bien logrado en un género que muchos subestiman.