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Charlie Watts: El ‘stone’ impasible del rock

Es considerado uno de los mejores bateristas de su generación. Leyenda de la música, integrante de la icónica banda británica de rock que tiene como sello una boca pulposa y una lengua rojo intenso. Nada como The Rolling Stones, Las Piedras Rodantes que se quedaron sin Charles Robert Charlie Watts, fallecido el martes, el alma apacible de la banda.

Nació en Londres, el 2 de junio de 1941. Era el mayor del grupo, con 80 años. Le seguían Mick Jagger, la voz, con 78, y los guitarristas Keith Richards, con 77, y Ron Wood, con 74. Hijo de Charles Richard Watts y Lillian Charlotte Eaves, se le atribuye una niñez y una juventud marcadas por la sencillez en una vivienda prefabricada de Wembley, donde elaboró su primer tambor tras arrancarle el mástil a un banjo.

Era un autodidacta empedernido. Tanto así que aprendió a tocar de oído la batería —la primera la tuvo a los 14 años—, solo mirando a los músicos de los clubes de jazz, género que fue su primer amor y que lo acompañó, a la par de los Stones, con conciertos y discos de la mano del Charlie Watts Quintet y el Charlie and the Tentet Watts. De joven estudió arte y trabajó como diseñador de una agencia publicitaria.

JUVENTUD. De izquierda a derecha, Watts, Brian Jones (falleció a los 27 años de edad), Wood, Jagger y Richards

Le tocó la lotería en 1963

Hasta que la lotería le llegó en 1963, cuando se unió a los Stones, en momentos en que la banda era pequeña, daba sus primeros pasos. Ya lo dijo luego Richards, su hermano de travesuras rockeras por más de medio siglo. “Fue una bendición… el primer batería con quien empecé… es uno de los mejores del mundo. Con un buen batería, eres libre de hacer lo que quieras”. Y sí que el cuarteto hacía lo que deseaba sobre los escenarios.

La vena artística de Watts le permitió elaborar portadas de discos de la agrupación. Y era considerado el cable a tierra de sus extrovertidos compañeros. “Con su rostro impasible y su talento unánimemente reconocido para el ritmo binario, ofrecía el contrapunto perfecto en el escenario a los frenéticos contoneos de Jagger y las payasadas eléctricas de los guitarristas Richards y Wood”, publica la AFP.

El diario británico Mirror indicó que mientras los otros rolling se sumergían en “divorcios, adicciones, arrestos y peleas locas”, Watts prefirió la vida tranquila, sin reflectores. Un claro ejemplo es que se mantuvo fiel a su pareja con la que se casó en 1964, Shirley Ann Shepherd, con quien tuvo una hija (Seraphine), la cual le dio su única nieta. “Nunca he llenado el estereotipo de la estrella de rock”, dijo una vez.

Pese a ese perfil, el baterista protagonizó episodios frenéticos. Admitió que su matrimonio tambaleó en los años 80, debido a que cayó en la adicción a la bebida, las anfetaminas y la heroína. Pero salió adelante por su familia. Para contenerse en los tours, se dedicaba a garabatear los hoteles para pasar el tiempo, ya que los demás salían de juerga. Era el que daba el tono de calma en medio de las notas de tormenta.

En un documental se muestra que cuando la banda visitó la Mansión Playboy en 1972, él se fue directo a la sala de juegos de Hugh Hefner mientras Jagger, Richards y Wood se la pasaron con las “conejitas”. Pero una de sus principales anécdotas tiene que ver con el golpe que le dio a Jagger, con tada por Richards en su imperdible autobiografía.

Fue en 1984, en Países Bajos. Tras una noche de fiesta, Jagger insistió llamar a Watts a su habitación. Lo hicieron. “Dónde está mi baterista”. No hubo respuesta, rememora BBC Mundo. Veinte minutos después, alguien tocó la puerta. Era Watts, como siempre impecable, con traje, corbata y perfume. Se plantó ante Jagger. “Nunca me vuelvas a llamar tu baterista”. Lo agarró de las solapas y le dio un gancho de derecha. Aunque otros afirman que dijo: “No soy tu baterista, tú eres mi maldito cantante”. Así era Watts, un inmortal, todo un Stone.

INSEPARABLES. Watts junto a su pareja con la que se casó en 1964, antes de disfrutar la fama de la banda: Shirley Ann Shepherd

LA BANDA EN CIFRAS

102 Donde todo comenzó

Un departamento miserable del oeste de Londres, cigarrillos, dos colchones en el suelo, hongos creciendo entre los platos sucios… Fue en el número 102 de Edith Grove, entre vinilos de Chuck Berry y Muddy Waters, y calcetines sucios, que los Stones vieron la luz en 1962. Situado en el ahora distinguido barrio de Chelsea, el piso fue reconstruido para una exposición temporal de la Saatchi Gallery de Londres en 2016.

Al menos 13 miembros

Aunque Mick Jagger se convirtió rápidamente en la cabeza visible del grupo, por los Stones pasaron muchos músicos. La historia empieza con tres chicos de barrio: Jagger, Keith Richards y Brian Jones. Pronto se les unen Bill Wyman y Charlie Watts, un batería de jazz al que todos querían en la banda y que acabó dejándose convencer para tocar con ellos. Ian Stewart, el pianista considerado «demasiado serio» por el mánager Andy Oldham, fue apartado de los escenarios en 1963 pero continuó tocando en las giras. En 1969, Brian Jones, errático y drogadicto deja el grupo. Poco después se ahoga en su piscina a los 27 años. Mick Taylor le sustituye los primeros años y en 1975 será Ronnie Wood quien tome el relevo a la guitarra. Después de la muerte de Charlie Watts, del cuarteto actual de los Stones solo quedan Mick Jagger, Keith Richards y Ronnie Wood, ya que Bill Wyman dejó el grupo en 1993, cansado del ajetreo.

57 años sobre el escenario

Los Stones se suben por primera vez a un escenario el 12 de julio de 1962, en plena transformación musical en los pubs del oeste de Londres, donde el rock había llegado para suplantar al jazz. 57 años después, son uno de los grupos de rock más antiguos todavía en activo, más concentrados en sus lucrativas giras ($us 117 millones, en ganancias en 2018, según Forbes) que hizo el trabajo de estudio.

23 álbumes

Desde su primer trabajo en 1964, los Stones publicaron 23 álbumes de estudio (25 en Estados Unidos), y sus ventas acumuladas se estiman en más de $us 200 millones en todo el mundo. El grupo no pasa por el estudio para grabar temas originales desde 2005, cuando publicó A Bigger Band. Su último disco hasta la fecha, Blue and Lonesome, de 2016, son versiones de estándares de blues.

Un logo por 50 libras

Una boca pulposa y una lengua rojo intenso: su logo, uno de los más famosos de la historia de la música, se lo pidieron a un estudiante de diseño de Londres, John Pasche, para la gira europea del grupo en 1970. Pasche les cobró 50 libras ($us 68 en la actualidad). El dibujo aparecía en la funda interior del álbum Sticky Fingers de 1970, cuya portada, la entrepierna de Jagger, fue diseñada por Andy Warhol. El museo Victoria y Albert de Londres compró el original en 2008 por 50.000 libras (unos $us 68.000).

Texto: Miguel Gómez, con datos de AFP, BBC Mundo, El País

Fotos: AFP e Internet