Se acerca
El camino se hace difícil, moroso, con zancadillas y virus, pero ahí está, la luz al final de un cielo majestuoso paceño.
CH’ENKO TOTAL
Ya está cerca, se acerca, se lo ve como una luz bendita, ahí al fondo, un ruidito de gentes como grillos se avecina, es como un fueguito ardiendo a lo lejos, la altipampa sigue con sus porrazos, el camino se hace difícil, moroso, con zancadillas y virus, pero ahí está, la luz al final de un cielo majestuoso paceño.
Se acercan los niños cantando, felices: “si tu equipo es puntero de la cola”, “mañana hay paro movilizado”; sus caritas de luna se encienden de luces, uno se tropieza con el micrófono, a la hermosa de ocho años le encanta cantar Qué tal metal. Se acerca la historia del teatro, su fantasma preferido, el ingresar a la sala vacía, hacer reverencia, dos años hemos esperado, saludamos a los antiguos técnicos del teatro que mueven tarimas, alistan los pedestales. Los amigos músicos enrolan sus cables, saludan rápido, corretean en el fondo de la luz, son la luz misma. El Vico Guzmán, gran batero histórico, se olvidó unas baquetas, llama a alguien para que las traiga, “falta un monitoooor”, grita el Heber Peredo desde su trono de teclados.
Empezamos, tiemblan las rodillas, la gente aplaude, hay silbidos pero de alegría, Segalez con su guitarra me hace la seña de positivo, es la primera vez que tengo un guitarrista en 42 años, es que quiero bailar, librarme de ser base de esta construcción sonora compacta en su desorden. Le respondo la seña de positivo, estreno una guitarra que compré hace aaaños y que estaba en el ropero, tiene cuerdas de metal, salgo de mi zona de confort, las cuerdas de nylon son el confort, uta che, debería nomás tocar con la Sevillana, ¡ya, carajo! Sin llorar, Papirri. Entro a la luz de la escena y emprendo con el Kaluyo del retorno, sentida canción valluna sobre el migrante y su sueño de retorno. “Es que yo no tengo preciooo”, digo casi en lagrimón y me repongo en “tanto lío para eeestooo”. Antes, en el camerino, la productora me dice: “No hay una entrada, quedan todavía para mañana”. “Ufff”, digo pensando en la cantidad de músicos que tocarán en este concierto de presentación del disco 60Aen el Municipal de La Paz.
Ya está cerca, se acerca, se ve como luz bendita, el rito del recital, el calor del circo, el show y sus cabecitas anónimas, la fuerza que hay que sacar desde donde no hay fuerza, mucho le he dado a este cuerpo, che, está lleno de moretes, el hígado tiembla en sus humores, el corazón está hinchado, duele un poco el pecho, rezo a mis padres, debo sonreír, he perdido la sonrisa, ¿dónde se ha metido el humor? Bueno, menos mal las cancioncitas del final de la primera parte son para bailar, tengo que bailar, no me responde bien la pierna izquierda, se me acalambra, “trankilo, kilo”, dice la Carito desde el fondo de la escena. Entonces llega El barrilito, qué linda melodía hizo mi abuelo, en forma de gato, le puse la letrita en plena pandemia del año pasado, la magia del arte es efectiva, lo veo a mi hermano bailando a los tres añitos este gato que le regaló el abuelo. Entonces aparece el otro abuelo, El Olvidado, “mi abuelo nació en un puerto, navegante de la maarr”, digo y se me vuelve a quebrar la voz. Aparece el gran David Portillo con su figura mítica, siempre en sonrisas, y le cascamos tensos, emocionados a la Mamita Cantila, “estrellita de la mañana, madre de la luz, estrellita de la mañana, madre de Jesús”, otro asunto espiritual, bien, che. Llega la declaración de amor a La Paz, mi ciudad y otra vez se me quiebra la garganta, por suerte está Diana Azero, siempre lúcida, firme, apuntalando mas allá de su ego, atenta a todo. Raúl Flores se luce en su bajo, otro asunto espiritual, “yo te amo, mi La Paz, por su gente y su bondad, yo te kerooo”. Entonces a levantar el show, vamos a bailar, ya que no hay chistes, arriba las caderas, llega la cumbia suavita A casa de Gabo, arremetemos con un caporal bilingüe con las churras del Ballet Folklórico La Paz y su mini pollera, suena el charango de Ariel, fuerza ese caporal, “¡Camote! ¡Camote!”, grita la gente desde sus asientos, otro acto de amor este Camote. Terminamos la primera parte con el tema Ch’utis, danzando bien riquito.
Lo que viene en la segunda es la fiesta a la vida, el homenaje a respirar, el recuerdo como bálsamo, llega Alasita con su abundancia, Maribella insurrecta, aquellos Polvos del olvido que estremecen, los nenes suben de sus butacas a escena a cantar Qué tal metal, uyyyy, son muchos, demasiados, nos van a putear los del teatro, “La guacataya, la guacataya!” grita el público feliz, nos zapateamos en Bien le cascaremos, entonces me doy cuenta de que en la Metafísica popular ya no preciso estar, la cantan todos, los niños, los viejos, los jóvenes, las chicas lindas, las abuelitas y yo me voy calladito a mi casa mientras la gente sigue en el teatro, se prendieron con Los Canarios del Chaco que salieron a chacarerear. Todo esto pasará el 8 y 9 de octubre a las 18.00 en el Teatro Municipal de La Paz. Bien que has ido, che.
(*) El Papirri: personaje de la Pérez, también es Manuel Monroy Chazarreta