Conciertazo
Imagen: El Papirri
Conciertazo del artista El papirri
Imagen: El Papirri
CH’ENKO TOTAL
Conciertazo. Me di nomás el gusto de volver a tocar en el Teatro Municipal Alberto Saavedra Pérez de La Paz, mi ciudad, y levantarme de una época difícil.
Los conciertos del 8 y 9 de octubre son ahora inolvidables.
En una semana armamos ensayos y entrevistas. Decidí hacer ensayos seccionales que se convirtieron en encuentros personales para así poner nuestra amistad al día.
Raúl Flores me dio la bella noticia del nacimiento de su tercer hijito, qué hermoso saber de nacimientos en este tiempo.
Lo que más destaco de Raúl Flores es la seguridad que transmite, contiene este sereno moreno, gran bajista boliviano que acaba de llegar de una gira por Europa junto a la banda de Carlos Fisher.
Vico Guzmán, siempre con su guapa sonrisa, hace renegar riendo; siempre dispuesto al ensayo trajo su bata estilo ragtime a mi depto y le dimos lindo a las figuras y a los cortes.
Me contó que está pensando hacer un disco como solista producido por su hijo Iván, otro gran baterista. Mauricio Segalez, puntual y estudioso, es un soporte técnico y también de expresión.
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Conciertazo
Muy profesional y sensitivo, su guitarra, la viajerita, se insertó sin problemas en el estreno de la canción Para Carolina y en el Murucullu, otra canción ch’allada en este concierto.
Segalez es para mí emoción y confort en simultáneo: emofort.
Tiene ganas de irse del país, desea otros aires, yo le dije Buenos Aires, él me dijo mejor Madrid… “pero no dejes de componer”, le aconsejé.
Heber Peredo llegó tarde a los ensayos, salir de su pueblito sureño le cuesta pero cuando se sienta en el teclado pinta de jazz mis canciones.
Fue un placer tocar con Heber mi Zamba para Anita. En La Paz, mi ciudad volví a llorar en vivo y en directo.
Esta canción es lacrimógena para mí.
Y cada vez pior, pues ahora vivo en Cochabamba. Menos mal que apareció la voz de Diana Azero, gran cantante y compañera de viaje, nos elevamos cantando a simple unísono.
La nueva versión mestiza de Bailando saya me encantó.
Fueron entonces tres canciones dedicadas a los 474 años de Fundación de La Paz: la saya, la lacrimógena y Pepino pandillero, bailada bien riquito por el Ballet Bafopaz.
Me gustaron esos pepinos, había uno, el más pícaro, era stronguista.
El Papirri’s Kid ya no es más Kid: ¡Tu wawa chiquita bien grande está! Ahora creo será el Papirri’s Teen, o sino El Papirri’s University, mis niños son hoy jóvenes simpáticos y afinadísimas señoritas, un placer cantar Qué tal metal y Metafísica Popular con estos bellos.
El papá del Amaru me contó que el ch’ete ya está yendo a la premilitar, “uy cará”, le dije, y la Warita con sus 10 añitos es campeona de tenis, representando al glorioso Club The Strongest. Ariel Choque, hábil charanguista, me contó que todo el día da clases en la universidad, toca un charango caribeño en las noches paceñas, es una gran persona, se lució en el caporal bilingüe Camote.
Entonces estrenamos Décima vez, otra vez con el gran Segalitos y el Vico Guzmán, que en vivo está tocando muy bien.
Ch’allada está la canción.
En cuanto a la versión de Sacudite, el tenor Mauricio Clavijo ingresó a escena siendo ovacionado por un teatro lleno, o casi lleno, digamos que en un 90% (estito dedicado a los envidiosos).
Me impresionó el cariño que le tiene el público papirresco al tenor.
Nació la idea en camerinos de hacer todo un concierto en marzo en el Teatro Nuna de re-versiones cantadas por el tenor.
Sí, hay canciones que merecen una segunda versión, Clavijo quiere cantar Espumita, por ejemplo: A veeer, ¿quién sabe? nadiessss… por eso hay que re-versionarla. Sacudite en mis 43 años de canciones fue de las mejores interpretaciones.
Llegó el encuentro con Bladimir Morales, hoy un extraordinario bajista.
El Bladi se inició conmigo hace 20 años, nos acordamos de aquel jovencito multiinstrumentista que vino al primer ensayo con saxo, teclado y bajo.
Le dije que precisaba un bajista, allí se definió su carrera. Tocamos Maribel y Hasta ahurita con mucha emoción, dedicadas a su dos hermosos hijitos.
Entonces apareció el Jach’a David Portillo y la noche se encendió con fuegos de dragón, esta versión de Polvos del olvido me pareció memorable.
La amada Mamita Cantila, que siempre nos protege, fue homenajeada de gran manera con la voz de David y su baile impresionante de la morenada.
En cuanto a Los Bolitas, son mis amigos musicales y traen mucha luz a la escena. Gracias a todos ellos, en especial al Bilo, al Poncho y al Kicho, quien ingresó con su zampoña magnífica desde la primera parte a tocar a mi lado.
Mil gracias, chicos.
Un agradecimiento especial a todas las bellas personas que apoyaron con su asistencia a esta celebración de 43 años de canciones. Gracias a los técnicos del Teatro Municipal.
A Iris por la producción. Al Astroboy y al Panchito por su hermoso apoyo. Gracias a La Razón, ATB y Bolivia Tv por la difusión del evento. Seguimos. Nos vemos en marzo.
Bien le hemos cascado.
(*) El papirri: personaje de la Pérez, también es Manuel Monroy Chazarreta