Viento, agua y roca: la fuerza de la montaña
‘En las alturas’ es la muestra de 14 piezas que exhibe el reconocido fotógrafo en Khofisuyo
VASSIL ANASTASOV: ‘En las alturas’ es la muestra de 14 piezas que exhibe el reconocido fotógrafo en Khofisuyo
Las montañas de la Cordillera Real de Los Andes que rodean La Paz, “aquellas envueltas en neblina y viento, de aguas escondidas, personajes líticos y luminosidad enceguecedora”, según describe el fotógrafo Vassil Anastasov —Sofía, Bulgaria (1965)—, son protagonistas de la exposición En las alturas, que se exhibirá hasta el 31 de enero en Khofisuyo Artesanal (Calle 16 de Calacoto 8215).
El fotógrafo y artista que ganó en 2004 el Gran Premio del Concurso Municipal de Artes Plásticas Salón Pedro Domingo Murillo presenta una serie de 14 fotografías digitales impresas a microinyección de tinta sobre papel Epson Legacy Etching de 314 g,100% fibra de algodón.
“Con una mirada sensible y poética, Vassil Anastasov trabaja su arte y a través de sus fotografías nos invita siempre a contemplar lo que muchas veces para nosotros es desconocido o pasa desapercibido. Narrador de imágenes y de diversos ensayos fotográficos, Vassil nos lleva a recorrer la silueta de la montaña delineada o conquistada por la neblina, la fuerza de sus estructuras, lo misterioso de su atmósfera”, dice Tania Aneiva (Lúmina Galería) sobre la muestra del artista formado en dibujo y pintura en la Escuela de Arte FORUM y en Historia de arte y Fotografía en la Universidad de Lund, Suecia.
— ¿Cómo surge esta exposición?
— Puedo afirmar con toda certeza que con la llegada de la pandemia del COVID-19 empecé a sentir una mayor necesidad de escapar de la ciudad: A cualquier lugar fuera de ella, lejos de ella, que sea distante de las contaminaciones ambientales, acústicas y paranoicas de la ciudad, pero con especial preferencia hacia las cumbres andinas de La Paz. A lugares donde no necesitabas portar el barbijo, obligatorio en toda la urbe, incluso en tu propio coche. En una de esas primeras salidas hacia la cumbre me pararon en un control policial por la Avenida Periférica, observándome que no usaba barbijo en mi coche. Argumenté que no estaba en un espacio público, pero me contestaron que si voy con un acompañante, y aunque esté en mi propio auto, todos los ocupantes debíamos usar barbijo para no contagiarnos. Hasta ese punto llegaba la histeria pandémica en esos primeros meses tras su llegada. Justamente esa histeria y la paranoia colectiva en la ciudad me convencieron de que los escapes hacia la libertad en las montañas era una necesidad imperante.
— ¿Por qué las montañas?
— Las montañas siempre han sido parte de mi vida desde una edad muy temprana; ya desde mi niñez, cuando hacíamos con mi papá caminatas en las montañas en Bulgaria, país donde nací y viví mis primeros 14 años. Ese amor a las montañas y la naturaleza en sí se lo debo, por lo tanto, a mi difunto padre. Y, como es de suponer, en todas mis subidas a las montañas me acompañaba, y lo sigue haciendo, mi cámara fotográfica. Es así que después de muchas visitas a las cumbres andinas, y con un material bastante extenso, decidí hacer una exposición fotográfica en la que apenas puedo mostrar una fracción del sinfín de maravillas que esconden las alturas paceñas. La exposición fue posible gracias al constante apoyo moral de Tania Aneiva, quien también fue la curadora.
— ¿Cuáles son los desafíos de la fotografía de montaña?
— Hay varios. En primer lugar está el clima, que en época de invierno llega a bajo cero y muchas veces es acompañado de fuertes vientos, lo que provoca una sensación térmica más baja aún, con dedos congelados y gafas empañadísimas por consecuencia, como también resequedad de ojos con consecuente enrojecimiento y lagrimeo excesivo. También te puede tocar una tormenta de nieve con ráfagas de viento repentinas que golpean tu cara y que dificultan el uso del equipo fotográfico. Hace poco fui con mi compañera y nuestros dos perros, que siempre me acompañan en las aventuras montañosas, a Pampalarama, donde escalé hasta un glaciar que está ya en estado de descongelación, es decir, de desaparición. Al regreso, hacia la represa de Pampalarama, donde estaba el coche estacionado, ya casi anocheciendo, nos tocó una espectacular tormenta eléctrica con rayos que caían en los montes alrededor nuestro, acompañados de estruendos truenos y nevada. Admito que fue un poco aterrador.
Otro gran desafío es el tipo de terreno que debes atravesar, que puede ser muy pedregoso, variando desde rocas bastante grandes hasta piedras medianas pero extremadamente filosas hasta terreno de piedra muy menuda y resbaladiza —en muchas ocasiones son terrenos pendientes que varían de inclinación y pueden llegar a tener más de 45º de ángulo— todo aquello dificulta muchísimo más el traslado al lugar de meta, que puede ser un glaciar, laguna o cascada de agua, que en época de invierno se vuelve una cascada de hielo.
También te puede tocar terreno demasiado suave y mojado, como bofedales donde los pies se hunden en la suave vegetación y en ocasiones puedes caer en un pozo pequeño de agua escondido entre los bancos de vegetación.
Viento, agua y roca: la fuerza de la montaña
— ¿Qué ha encontrado en la Cordillera Real que le ha cautivado?
— No hay nada en la Cordillera Real de Los Andes que no me provoque algún estado emocional peculiar: imponentes “apus” (señores) que emergen de las nubes, neblinas que juegan a escondidas con las rocas, lagunas prístinas que son formadas por el deshielo de hermosos e imponentes glaciares, abismos rocosos embriagantes, cascadas que súbitamente se te aparecen entre rocas o alguna ave solitaria que atraviesa la neblina que recorre las montañas; solo para dar algunos pocos ejemplos.
— Ya entrando en la impresión de las fotografías ¿Cuáles son las bondades del papel de algodón para un resultado óptimo en la exhibición?
— El papel de 100% de fibra de algodón tiene una superficie mate aterciopelada de agradable apariencia y sensación orgánica debido a la ligera textura que presenta el papel, lo que lo hace óptimo para la reproducción de fotografías con elementos de la naturaleza. Otra gran ventaja: este papel es libre de ácido y lignina, dos factores que aceleran el envejecimiento del papel y pueden alterar los tintes de larga duración, que son usados para la reproducción de las imágenes. Tampoco hay que olvidar que, a pesar de ser un papel de aspecto mate, tiene una amplia gama de tonalidades (rango dinámico), desde negros muy profundos hasta grises intermedios y claros muy sutiles.
— La luz en cada lugar hace que las imágenes obtenidas sean únicas ¿Cómo es su experiencia con la luz de los paisajes en Bolivia?
— En general la luz en las alturas es de gran intensidad, lo que resulta en muchos casos en imágenes de alto contraste, que en este caso de fotografías que contienen paisajes y elementos de la naturaleza, ayuda a resaltar sus texturas. Eso ocurre en las ocasiones de tener un cielo despejado con un sol resplandeciente. Pero lo increíble de las montañas es que tienes situaciones de luz muy variadas; desde una luminosidad y contrastes intensos hasta luz tenue y de poco contraste por la causa del filtro natural de reducción de densidad de la neblina.
Texto: Miguel vargas
Fotos: Vassil Anastasov