La China Morena en el MoMA de Nueva York
La China Morena, en el MoMA
El activista David Aruquipa presentó su investigación sobre esta figura de la fiesta popular en el MoMA PS1 y la exhibirá en Londres.
El inicio de la aventura surge como toda búsqueda académica y política, desde mi activismo como defensor de los derechos LGBTI de Bolivia, que me exigía recopilar datos, memorias, sobre la presencia y aportes de la población LGBTI en Bolivia para dar contenido al discurso político sobre los procesos de discriminación y exclusión a nuestra población. En toda mi actividad de activistas fue vital mi participación cultural en la fiesta popular, especialmente, en el Carnaval de Oruro, donde bailo de waphuri Galán, que es un personaje de la danza de la kullawada que tiene un carácter afeminado que ha provocado muchos discursos en la fiesta. Entonces, como bailarín y folklorista, me nutrí de memorias e historias que me contaban sobre otras presencias maricas, travestis, homosexuales que habían estado presentes en las fiestas, abriendo espacios de diálogo y reivindicación. Entonces, no éramos los primeros que iniciábamos nuestra presencia en las fiestas, sino que eran las China Morena Travesti que en la década de los 60 y 70 ya estaban abriendo caminos de visibilidad pública.
En 2009 inició con la investigación a profundidad, como un deseo personal y político, que se traduce luego en el libro La China Morena: Memoria histórica travesti, publicado en 2012, donde recojo esa intensa búsqueda, parto de la entrevista a Diego Marangani, que destaca importantísimos elementos que marcan la presencia de las chinas morenas desde el reconocimiento de las personas que fueron creadoras de este personaje, como Carlos Espinoza Ofelia.
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Destacando el aporte importante de Carlos Espinoza como creador del traje de la China Morena en el Carnaval de Oruro, cuando me entrevisto con él, me detalla la influencia por las vedets y artistas que estaban en boga en ese momento, en la época de los 60 y 70, como Moria Casán, Ninón de Sevilla, María Félix y otras grandes. Esta estética inspiró a Carlos para cambiar los trajes de las cholas morenas, que eran interpretados por hombres heterosexuales hasta ese momento, cambiando a una estética travesti inspirada en la época, utilizando medias red, las botas largas hasta los muslos, los corsés, las mangas anchas tipo mariposa, los cancanes, los volados, para ocultar la masculinidad, utilizando pelucas y peinados bombé, canelones y maquillajes fuertes y profundos para transformarla en un personaje único, bello y seductor, haciendo del estilismo el instrumento que revolucionó y creó a un personaje que se llamaría la china morena.
Esas historias ya no eran solo historias contadas, sino fotográficas, recortes de periódicos, trajes, pelucas y más. Con todo este material se armó el archivo de la Comunidad Diversidad y se publicó el Libro La China Morena: Memoria histórica travesti. Contamos con 300 fotografías antiguas (años 60, 70 y 80) de las chinas morenas; imágenes de Carlos Espinoza (Ofelia), Víctor Hugo Vidangos (Ninón), Juana Carrasco, Rommy Astro, Lucha Vela, Candy Vizcarra, Tito Fernández, Diego Marangani y Matero Almendro nutren este acervo cultural. Estas fotografías se presentaron en una gran exposición en el Museo Nacional de Etnografía y Folclore en 2012, se hizo un documental, los trajes de la época y la memoria periodística. La misma mostró a estas primeras Chinas Morenas de carne y hueso, con sus presencias sensuales en las fiestas populares; ahora se cuenta con el material para compartir públicamente ese desprendimiento y valentía.
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El proyecto se tradujo en un archivo documental, preparando ahora un Museo Vivo de la Diversidad Sexual de Bolivia, con todo este acervo cultural con el que se cuenta y que se sigue produciendo.
Las fotografías estaban en distintos soportes, muchas de ellas las tenían en cajas de zapatos, en sus álbumes personales, en sobres; muchas de las fotografías estaban rotas o tenían borrados con marcadores aquellos rostros de hombres que seguramente no querían recordar, ya sea en las fotos en blanco y negro o a colores.
Algunas otras fotografías me las dieron amigas o conocidas de las chinas morenas una vez que vieron publicado el libro, que se publicarán en una segunda edición.
Las fotografías resaltan la importancia que tenía el personaje de la China Morena en las fiestas, y la necesidad de que todos los conjuntos de morenadas, deberían tener “sus” chinas morenas, que en ese entonces todas eran pagadas, todas eran tratadas como estrellas, como las imprescindibles en cada conjunto; contratadas para ir de un lugar a otro, desde el hotel, los pasajes, las ropas, la estadía, ellas tenían todas las atenciones que las grandes vedets populares se merecían. Las fotografías reflejan cómo llegaban a los pueblos donde eran contratadas, cómo las Chinas Morenas encabezaban las fiestas rurales con las autoridades locales, realmente una colección histórica de hechos trascendentales.
El aporte de esta memoria histórica
Las Chinas Morenas Travestis aportaron en una época de dictadura, donde la fiesta del Gran Poder se realizaba solamente en el barrio de Chijini; vista como espacio de libertad, de complicidad, donde todos y todas eran parte de esta fiesta, sin condiciones y sin prohibiciones. Pero como el año 1974 se abrió la fiesta, se creó la Asociación de Conjuntos Folklóricos del Gran Poder, y entró al centro de la ciudad. Coqueteando con el poder, se relaciona con la burguesía, con el poder político. Hugo Banzer Suárez, presidente de facto de entonces, participa de esta entrada y la burguesía chola empieza a constituirse como una institución oficial a través del primer presidente, Lucio Chuquimia. Entonces, las prohibiciones se inician tras el beso mítico que Barbarella le da a Hugo Banzer Suárez en el ingreso del Gran Poder de 1975. Ese beso de la prohibición, el beso de la violación de los derechos, el beso que se convertirá en el detonante de la exclusión de las compañeras travestis. Este beso que Barbarella le da a Hugo Banzer Suárez podría haber sido por un desafío al poder o por un coqueteo de clase al verse de “igual a igual con el presidente”.
Esta lectura es importante porque no solo se refiere a la historia de la estética de la china morena, sino a las persecuciones, a los atropellos, a la violación de los derechos humanos de la población LGBTI. Socialmente, las Chinas en las morenadas, por un lado, eran admiradas; destacando que la gente casi no iba a ver las morenadas por los bailarines, sino a ver a las Chinas Morenas. Eran la atracción, el talismán de los grupos, pero, por otro lado, el poder político, la hegemonía machista y conservadora de la época hacía que sean perseguidas.
Estas fotografías están bañadas de tantas historias, memorias y actos de activismo político muy importante, que trascienden para convertirse en la historia del movimiento LGBTI en Bolivia.
Personajes como Barbarella, Ofelia, Liz, Verónica, Titina, Pocha, Lucha, Diego, Juanita, Candy, Rommy, Ninón y muchas más que seguramente están en la memoria de muchos, han logrado hacer de la cultura un espacio de diálogo y de rupturas, haciendo de la fiesta un espacio de provocación, de transgresión y de liberación. La fiesta es libertad y sus presencias dieron libertad a sus cuerpos, a sus pensamientos, a sus propuestas que por mucho tiempo han sido alimentadas por la creatividad, la provocación, hasta ese momento donde el poder de la época coartó la posibilidad de que estas personas continúen recreando y aportando a la cultura.
Estos aportes desde la cultura popular nos hacen sentir orgullosos como población homosexual y también como reconocimiento al esfuerzo de realizar todo este trabajo en una época de dictadura, represión y violación a los derechos humanos, una época en que estas compañeras trans realmente lucharon y marcaron estas posibilidades de vivir en libertad.
David Aruquipa Pérez
Es actualmente Secretario Regional Andino LGBTIQ+ para América Latina y el Caribe (ILGA LAC), y ha desempeñado cargos públicos como Director General de Patrimonio Cultural del Ministerio de Culturas (2006–2009), ha sido delegado ante la Unesco, la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), Mercosur y otros espacios sobre patrimonio cultural. Es Jefe Nacional de Gestión Cultural de la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia. Es autor de La China Morena: Memoria histórica travesti y Memorias Colectivas: Miradas a la historia del Movimiento TLGB en Bolivia. Es archivador de fotografías que documentan la presencia histórica y contemporánea queer en las naciones indígenas y Bolivia, con un enfoque particular en las fiestas populares y el traje de la China Morena.
El MoMA PS1 de Nueva York invitó a Aruquipa a un simposio sobre justicia indígena y migrante el 18 de marzo, evento en el que se presentó esta ponencia.
En Londres, del 14 de abril al 11 de junio, Auto Italia presentará El beso de Barbarella, la exposición de las fotografías que resguarda Aruquipa Pérez. El 13 se abrirá con una performance de Aruquipa y Luisa Mateo Dupleich Rozo.
Texto: David Aruquipa Pérez
Fotos: Comunidad Diversidad, Archivo Q’iwa