UMA: Las cabezas que hablan al tiempo
Imagen: Vassil Anastasov
Evocaciones de ‘UMA’
Imagen: Vassil Anastasov
Mónica Dávalos Lara expuso sus esculturas en la técnica de terracota en la Fundación Patiño de La Paz
En el corazón de la ciudad de La Paz se realizó una exhibición desde el 9 de agosto. La muestra UMA, creada por la artista Mónica Dávalos Lara, se presentó en la Sala 1 del primer piso de la Fundación Patiño, en la Av. Ecuador 2294. Esta exposición, que permaneció abierta al público hasta el 29 de agosto, no solo impresionó por su magnitud, sino también por su profunda conexión con la tradición, la naturaleza y la cerámica.
UMA, que significa “cabeza” en quechua, rompe barreras al adentrarse en espacios mayores dentro de la técnica de la terracota, una fusión magistral entre la cerámica y la escultura. Cada una de las cabezas expuestas es una obra colosal y única en sí misma, con rasgos que las distinguen y las hacen imponentes. La cerámica, como arte, es una puerta abierta hacia el pasado y el presente. Mónica Dávalos Lara nos lleva en un viaje que conecta nuestra realidad contemporánea con el mundo prehispánico de América. Su obra es un puente que nos permite explorar más profundamente nuestra cultura. La cabeza, en este contexto, no es simplemente un retrato, sino un receptáculo de lo que llamamos alma.

Es una muestra de gran sencillez y profundidad interpretativa. Posee la magia de un arte fragmentado, casi como una exposición arqueológica que nos invita a reflexionar sobre la relación entre el pasado, el presente y el misterio que yace en el corazón de la condición humana. UMA nos recuerda que las cabezas, a través de las edades, han sido faros de conocimiento y expresiones artísticas que perduran en el tiempo, hablándonos en el lenguaje universal del arte.
La cerámica es un arte milenario que se desarrolló en sincronía con la naturaleza. El barro, ese humilde elemento que emana de la tierra, proporciona las características nobles necesarias para moldear y dar color a las piezas cerámicas. La exposición que estamos explorando toma este vínculo intrínseco con la naturaleza. Aquí, las pastas cerámicas se mezclan meticulosamente para encontrar nuevas posibilidades, uniendo el conocimiento ancestral con la innovación moderna. La cerámica, como medio de expresión, nos conecta con nuestra historia y nuestras raíces. A través de esta muestra, Mónica Dávalos Lara invita a contemplar no solo las obras en sí, sino también un puente entre lo prehispánico y el arte actual, un reflejo del pensamiento, la emoción y la vida cotidiana a lo largo de la historia. Estas creaciones nos recuerdan que, a pesar de los cambios en el mundo que nos rodea, nuestra conexión con la naturaleza y nuestra tradición cultural siguen siendo esenciales para nuestra existencia y creatividad. El proceso de construcción de estas imponentes cabezas es una obra de arte en sí misma. La artista moldea desde el interior de la forma, golpeando la pasta con pasión para dar vida a los volúmenes. Estas cabezas esculpidas pasan por la transformadora prueba del fuego, un elemento esencial que quema y da lugar a una cerámica que perdurará a lo largo del tiempo. La relación entre lo visible y lo invisible se manifiesta en cada uno de estos volúmenes antropomorfos, que transmiten una sensación de solemnidad arcaica y poesía telúrica.

La importancia del arte precolombino en América es innegable. Es un patrimonio de la humanidad y una manifestación del talento humano que ha perdurado a través de los siglos. En esta exposición, la artista se inspira en la simbología de Tiahuanacu, incorporando elementos geométricos, biomórficos, signos primarios interactúan y se comunican entre sí en las creaciones de la artista, cambiando de posición entre pinceladas transparentes y sobrepuestas. El acabado de las piezas da la impresión de que han sido desenterradas, como si hubieran sobrevivido al paso de los siglos para encontrarse en nuestra época. Pero no se trata solo de replicar el pasado; es una reinterpretación con una nueva visión que abraza la reciprocidad entre la naturaleza y el arte.
La cabeza, con su profundo significado y su expresividad, ha sido un tema recurrente en el arte a lo largo de la historia. Es el espejo del alma, la parte del cuerpo que más tiempo contemplamos y que más nos comunica sobre la esencia de un individuo. Así como esta exposición une el pasado con el presente, la cerámica con la naturaleza, también nos invita a reflexionar sobre la riqueza de la expresión artística a través de la figura humana.
En resumen, UMA es una exposición monumental que trasciende el tiempo y las fronteras culturales, uniendo lo antiguo con lo moderno, lo ancestral con lo contemporáneo. Es una celebración de la cerámica, la naturaleza y la identidad, y un recor- datorio de la importancia de mantener vivas nuestras tradiciones mientras exploramos nuevas fronteras artísticas. Esta exposición es un testimonio de la capacidad del arte para trascender las barreras del tiempo y conectarnos con nuestra esencia más profunda.
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Texto: Margarita Palacios Mejia
Fotos: Vassil Anastasov