Antonio Sotomayor, olvidado maestro boliviano en el exilio
Imagen: Archives of American Art-Smithsonian Institution
Imagen: Archives of American Art-Smithsonian Institution
El dibujante, caricaturista y pintor nació en Chulumani y tras casi 60 años de carrera murió como una de las figuras principales del arte de la costa oeste de EEUU
Dos grandes murales de las paredes interiores de la Catedral de la Gracia de la ciudad de San Francisco, Estados Unidos, fueron pintados en 1983 por el Antonio Sotomayor Meza, una de las figuras olvidadas del arte boliviano. Se trata de los acrílicos dedicados a la conmemoración de acontecimientos históricos de la ciudad estadounidense, obras que terminan la decoración interior del templo iniciada medio siglo antes con obras de maestros europeos.
Se trata de pinturas de un artista maduro que ha alcanzado el cénit de su carrera, imágenes elaboradas con sencillez y aplomo en el uso de perspectivas frontales y volúmenes macizos, en un estilo que evoca la simpleza de la pintura renacentista temprana.
Estas obras testimonian, además, el estatus que el artista boliviano había alcanzado en una de las ciudades más importantes del país del norte después de una exitosa carrera artística de casi 60 años.

Chulumani – La Paz – San Francisco
Poco se sabe de Sotomayor antes de su viaje a EEUU en 1923. Nació en 1902 en la localidad paceña de Chulumani (Sud Yungas) del matrimonio de Juan Sotomayor y Celia Meza. Posteriormente en La Paz ingresó a algún taller particular para formarse como artista. Se lo relaciona con un artista belga Adolfe Lambert y con otros artistas jóvenes de los años 1910.
A los 15 años comenzó a publicar dibujos e ilustraciones en periódicos locales y desde 1921 en la revista La Ilustración, fundada por los periodistas Gustavo Adolfo Otero y Ángel Salas. En esta labor coincidió con otros artistas que jugarían un papel importante en el arte boliviano de la primera mitad del siglo XX, como Fernando Guarachi y el ecuatoriano Luis Toro. En La Ilustración, Sotomayor luce un estilo elegante para la caricatura sardónica de políticos e intelectuales como Bautista Saavedra, Franz Tamayo y Daniel Salamanca, entre otros.
En 1923, el chulumeño emigró a Estados Unidos. Se desconocen las circunstancias de este viaje, pero notas periodísticas señalan que a su llegada a ese país no sabía hablar inglés y que durante un tiempo incierto trabajó lavando platos en el Palace Hotel de San Francisco, uno de los más importantes de la ciudad. Su objetivo inicial habría sido estudiar arquitectura, aspiración que posiblemente abandonó conforme despegaba su exitosa carrera artística.

Las pinturas del Palace Hotel
Durante su tiempo en el Palace Hotel Sotomayor continuó dibujando y haciendo caricaturas, alternando sus horas con el estudio de artes plásticas en la California School of Fine Arts, de donde se graduó para convertirse luego en profesor.
En 1931 realizó una exposición de 39 caricaturas en la Universidad de Chicago. Los retratados eran políticos de actualidad como Franklin D. Roosevelt, Winston Churchill, Adolf Hitler, Joseph Stalin, pero también intelectuales, artistas y figuras públicas como Ernest Hemmingway, Cecil De Mille, Walt Disney, Pablo Picasso, Salvador Dalí, Diego de Rivera y Clark Gable. En esta época comenzó a trabajar ilustrando periódicos, revistas y libros —labor que continuaría a lo largo de su vida como se ve en la inclusión de sus ilustraciones en el libro This Is San Francisco (1948) de Robert O’Brien o en la lujosa edición de El Satiricón de Petronio por William Burnaby y Gilbert Bagnani (1964)—. Sus caricaturas fueron publicadas en el diario San Francisco Chronicle y en la revista Life (que otra boliviana, María Luisa Pacheco, también ilustraría 20 años después).
Hacia 1935 los dueños del Palace Hotel comisionaron al artista la realización de dos murales para el famoso bar del edificio, un ambiente de lujo decorado desde 1909 con el gran lienzo El flautista de Hamelin del artista neoclacisista Maxfield Parrish. Estos estuvieron dedicados a dos personajes tradicionales de San Francisco del siglo XIX, Joshua A. Norton (un acaudalado ciudadano que en 1859 se había declarado “Emperador de los EEUU y Protector de México”) y la popular actriz Lotta Crabtree. Ambas obras fueron encaradas por Sotomayor siguiendo un estilo muy influenciado por el muralismo mexicano, que era muy popular en EEUU en aquella época. Son imágenes dirigidas a la selecta concurrencia del bar, que muestran a sus protagonistas rodeados de los intelectuales, artistas y socialités.

En 1937, el artista trabajó junto al arquitecto modernista Richard Neutra diseñando murales para la Casa de Artur y Mona Hofmann en California. También creó murales para el Pabellón de Perú de la Exposición Mundial Internacional “Golden Gate” de 1939, realizada en Treasure Island. Para este evento el artista realizó además una estructura de grandes dimensiones construida en terracota, llamada Fuente del Pacífico. De esta época se conserva una foto de Sotomayor en una reunión de importantes artistas como Diego Rivera y Lucien Labaudt.
Para inicios de los 40 Sotomayor ya era un artista de gran fama en San Francisco. (El libro Golden Dreams: California in an Age of Abundance, 1950-1963 (2009) de Kevin Starr lo describe como uno de los dos artistas más populares de la ciudad, junto al chino Dong Kingman), iniciando ese año su profesorado de casi 10 años en la California School of Fine Arts (en la actualidad The San Francisco Art Institute), y en 1942, siendo designado profesor de arte en el Mills College de Oakland.
En 1942 presentó en la Illinois Art Gallery de Chicago otra muestra de sus caricaturas. De acuerdo al blog disneybooks.blogspot.com, un reseñista del diario Chicago Tribune escribió sobre esta: “Su muestra es una de las más brillantes, inteligentes e ingeniosas que hemos visto en mucho tiempo”.
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En estas décadas la producción del artista en dibujo y caricatura alternó con la de una cantidad indeterminada de pinturas de un estilo más naturalista y temas ligeros. Destacan en ellas los retratos y los bodegones, pero también la recurrencia de un tema curioso: ferias y globos aerostáticos. Lo cierto es que la revisión de su producción difundida en internet revela muy pocas obras inspiradas en “temas bolivianos”, apenas unas cuantas representaciones de indios con ecos de la tradición indigenista andina.
De acuerdo al libro Artists in California, 1786-1940 (1986) de Edan Milton Hughes, en más de 50 años de carrera el artista boliviano llegó a presentar más de 80 exposiciones en varios países, recibiendo múltiples premios. Fue nombrado miembro de la Asociación de Arte de San Francisco y de la Comisión de Artes de San Francisco, recibiendo un premio honorífico en 1978. Su nombre aparece en varios libros sobre la escena cultural de California, además de los ya mencionados, se le dedica una pequeña monografía biográfica en Artists and People (1960) de Yvonne Greer.
Murió el 10 de febrero de 1985 acompañado por su esposa, Grace Andrews, con quien se casó en 1927. No tuvo hijos, pero su obra es resguardada en algunos museos de Estados Unidos y continúa circulando en galerías.
En Bolivia aparece apenas mencionado por Luis Felipe Vilela y Guarachi en el libro La Paz IV Centenario (1948) y en otros diccionarios biográficos. Se desconocen las fechas de sus probables visitas al país, o si llegó a realizar una exposición local.

Los murales de la Catedral de la Gracia
La catedral de la Gracia es una de las construcciones más ostentosas de San Francisco. Ubicada en el barrio de Nob Hill, se inscribe en el estilo gótico, estando directamente inspirada en la catedral de Notre Dame de París. Sus orígenes se remontan a construcciones anteriores iniciadas en 1849 durante la fiebre del oro, pero el incendio en 1906 de una construcción anterior determinó que la estructura actual —diseñada por Lewis Hobart— date recién de 1927.
La iglesia se encuentra decorada por múltiples obras de artistas europeos y norteamericanos, como pinturas, esculturas y, por supuesto, vitrales. Las más destacadas son los murales de sus paredes interiores, realizadas por el artista polaco Jan Henryk De Rosen hacia 1949, todos de temática religiosa.
A inicios de 1980 se comisionó a Sotomayor la realización de otras dos obras para completar la decoración del edificio, seguramente con los temas ya establecidos por los comitentes. El primero es una representación del incendio de la iglesia en 1906 después de un terremoto, y el segundo, la fundación de las Naciones Unidas (ONU), efectuada en San Francisco en 1945. Ambas obras son contiguas y se adaptan a los espacios dejados por falsas arcadas tribuladas en las paredes.
El primer mural muestra las vicisitudes provocadas por el incendio de la iglesia, con imágenes en primer plano de una familia escapando del fuego y de bomberos y autoridades rescatando sus objetos sagrados. Se trata de una representación simbólica e ingenua de un hecho dramático, en la que sobresale la plasticidad de la iglesia en llamas y el humo en el cielo. El segundo mural es aún más simple, presentando una vista frontal de unos 50 personajes de cuerpo entero que representan las naciones representadas por la ONU. En la parte superior se alzan las banderas de varios países y, a los lados, dos imágenes alegóricas: La Paz y la Victoria representada por la Niké de Samotracia.
En ambas obras se hace evidente la intencionalidad del artista boliviano de no desentonar con los murales dejados por De Rosen, siguiendo un estilo plano y un tanto arcaizante que puede recordar tanto la pintura del renacimiento temprano como el arte bizantino.
Texto: Reynaldo J. González
Fotos: Archives of American Art-Smithsonian Institution, Mills College, The Satyricon of Petronius. Edición de William Burnaby y Gilbert Bagnani. 1964, Exposición de 1931 e internet