El viernes 24 de mayo, en el vestíbulo de la Fundación Patiño de La Paz (Av. Ecuador y Rosendo Gutiérrez), se inauguró la instalación Encarnada del artista Rodrigo Alarcón Moscoso (Cochabamba, 1992) con una acción denominada El Apagón, un espacio distendido donde se pudo interactuar con las piezas instaladas mediante lásers domésticos con sensores de ruido amplificado. La muestra permanecerá abierta hasta el 24 de julio.

Continuando con procesos de exploración material, el artista cochabambino ha comenzado a trabajar con membranas acrílicas de pequeño formato con residuos de agencias de publicidad, que posteriormente se exponen en Soda Arte, en la ciudad de San Pablo (Brasil), con la performance TransSubstancia, membranas de pétalos de rosas hervidas, sobre la piel.

Como encargo de mayor formato, Mariano Ugalde, de la Galería Salar, llevó las piezas a la Feria FIACI en República Dominicana y actualmente se encuentran disponibles en la galería Huella, Salar y en la Fundación Patiño.

Esta búsqueda material persiste inconscientemente en su proceso creativo y se repiten curiosidades como los reflejos, la distorsión de lo visual, según su contexto, el paso de la luz y cómo se comporta con el sol o de noche, con luces de vitrina, o en ausencia de luz, con los sensores láser, en este caso. 

Al mismo tiempo de situar al espectador en un espacio hipnótico y robótico, estas membranas biomorfas sujetadas en ganchos de carnicería y atadas para su exhibición hacen referencia al metaverso del control de los cuerpos que desconocemos a nuestra escala, y también a la inminente presencia del plástico encarnado a nuestros tejidos.

Esta extensa reflexión filosófica del control de los cuerpos en nuestros tiempos, además de  género, sexualidad y consumo, hace referencia a la manipulación  de nuestra subjetividad por medio de la  información.

En el cuerpo de obra de Rodrigo encontramos diferentes ensayos sobre liminalidad y la escala como recursos altamente sensibles y poéticos por su materialidad, ensamblaje y recontextualización. En esta secuencia observaremos diferentes componentes y conceptos que tejen el trabajo del artista. En Mutantes, instalación de 2018 en el Directorio Hispano Rhode Island, trabaja ensamblajes de porcelana fría y láminas vinílicas referentes a gestaciones mutantes de seres florales ¨cuir¨. En Esencia una Instalación de 2019 en el Museo Arte Contemporáneo de Santa Cruz, recontextualiza una medida de contención urbana en Carnaval sobre el cuidado del patrimonio mediante su envoltura en plástico y remplaza sus componentes significantes con un gran lienzo exterior como memoria de estos vestigios de celebración, paralelo a una gran mesa de k’oa a escala humana, como espacio ritual.

La muestra de Rodrigo Alarcón se puede visitar en la Fundación Patiño de Sopocachi.
La muestra de Rodrigo Alarcón se puede visitar en la Fundación Patiño de Sopocachi.

Con Silencio exuberante, una instalación de 2019 con Kiosko Galería y el Programa de Danza FASES, reflexiona el sujeto sobre el soporte  metálico que permite a su vez comprender lo positivo y negativo. Está moldeado de manera orgánica y espontánea, atrapando las superficies y reiterando el ejercicio sobre sí mismo hasta cambiar la materia radicalmente, el significante ha mutado.

Poco tiempo después con Retrato in situ en la expedición Illimani Insitu (2019), realiza un simulacro de paisaje hiperreal por medio de la impresión 3D de un escaneado de una pieza metálica que sucede como una extensión del ejercicio de calca de superficies, saturando en su tránsito retratos volumétricos del macizo, en una lámina espejada que posteriormente se expande en una sala oscura, rebotando el reflejo distorsionado de una proyección cenital de un registro visual.

Con Subcorpóreo, en 2020, como punto de inflexión personal, evidencia en la porcelana fría, la presencia de la huella dactilar en su memoria sensible, con la presencia de la cochinilla y el rojo carmín, que habita en su cuerpo.

A partir de una reflexión de lo intermedio con relación a los otros, en tiempos de pandemia, Contacto fue una instalación y performance en 2022 en Persona Casa Galería, usando plásticos en desuso, como metáforas de relación entre biomas imaginarios.

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Subsuelo e Irreversible, instalaciones en la Bienal Internacional de Arte Contemporáneo de Santa Cruz 2023 y el Museo Nacional de Arte construidas para cada sitio mediante piezas de lona cristalina colgadas en el subsuelo y el techo respectivamente, contenían cuerpos de agua, pigmento en el caso de Irreversible y flores diafanizadas sostenidas por cadenas y arneses que permitían la interacción con estas piezas y la relación de tensión con espacio. 

En conjunto, Rodrigo Alarcón hace de su exploración material carne y reflexión simultáneamente por su sensible aproximación a cuestiones contemporáneas sobre el cuerpo y su tránsito en la era de la información y el microplástico.

La presencia del láser como una vida sintiente, lo transhumano, lo espacial, la relación con la presencia, con el testigo que ve los cambios en el espacio, en el holograma que es el otro como un espejo, la relación con el sonido y con la luz, el ente robótico q es propulsado por la vida que interactúa en él. El ser extraño, un dispositivo q nos transporta a lo lejos, preciado. La transparencia de la nave, un transbordador espacial hacia los abismos internos, el conocerse y reconstruir compulsivamente la vida en uno mismo, siendo presencia, habitando la luz de la luna o alguna aurora boreal

Alejandra Carranza, 2024.

«Más allá de lo corpóreo, una grieta en un instante, ficciones, membranas suspendidas y congeladas en el tiempo como partes geológicas, o de otro planeta«.

Macjob Parabavis

Texto: Alejandra Carranza y Galo Coca

Fotos: Rodrigo Alarcón