Sobre la magia y el aprendizaje de las ferias de vinos
‘Existe más historia que geografía en una botella de vino’ J. Kressman
Son muchas, y tal vez innumerables, las actividades vinculadas con el mundo del vino y, sin duda, entre las más importantes y completas dentro del ámbito de la enología están las ferias de vinos. Mediante las mismas, las bodegas y/o sus representantes tienen la posibilidad de exponer y mostrar sus productos y/o portafolios a los visitantes. Esto les permite conocer de primera mano y a primera vista las impresiones del cliente final con respecto a cada uno de los vinos y/o productos que decidan presentar, les permite mostrar y promocionar sus nuevas etiquetas y emprendimientos y recibir una valiosa y necesaria retroalimentación.
Por su parte, el visitante tiene la oportunidad de degustar los vinos ofrecidos y conocer todas sus características, entre ellas, sabores, aromas, origen, historia y todo lo relacionado con cada uno de los productos puestos en exposición. También se facilita al visitante el privilegio de interactuar con los enólogos y profesionales de las bodegas participantes. Por lo tanto, es una excelente oportunidad para involucrarse con el mundo del vino y si crees o sientes que eres un verdadero aficionado o conocedor, no puedes dejar de hacerlo.
Una estimación indica que existen más de 480 Ferias del Vino en más de 70 países, con más de 650 sectores relacionados con esta actividad, que por lo general se llevan a cabo una vez cada uno o dos años y duran tres o cuatro días. Normalmente, estos eventos reciben cientos de visitantes ávidos de conocer vinos, comprar sus etiquetas favoritas, intercambiar criterios y opiniones, recibir consejos, encontrarse con amigos, conocer personas nuevas, hacer contactos comerciales, degustar de buena comida, disfrutar de shows y/o eventos especiales y todo lo que la imaginación de los organizadores, pueda poner a disposición de un público ávido y deseoso de disfrutar de gratos e inolvidables momentos de magia y aprendizaje.
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Y como sucede en todos los países que guardan tradición vitivinícola, en Bolivia hay y han habido varias ferias de vinos que han tratado de destacar la oferta nacional e internacional y atraer a todos aquellos interesados en conocerla. Al respecto, de acuerdo a mi criterio, experiencia y conocimiento personal, la que más se ha destacado y ha sabido crecer y mejorar de manera ordenada y sostenida, es la feria denominada Wine Fest.
Sin tomar en cuenta las restricciones de la última pandemia, este año se llevará a cabo la quinta versión del Wine Fest de la mano de sus creadores, dos parejas de entusiastas amantes del vino que, con la misma decisión y determinación de la primera vez, van a presentar una nueva versión que sin duda será un nuevo éxito para todos quienes se vean involucrados. Felicito a Luis Guzmán, promotor incansable del vino boliviano, a Naira Escobari, a David Dickler, a Mariana Escóbar, a su equipo y a sus auspiciadores, por hacer realidad un evento que enaltece los emprendimientos vinculados con el mundo del vino, la gastronomía, el espectáculo, la ingeniería y la logística.
Más de 40 expositores, de vinos y singanis, además de chocolates y quesos, entre otros, seguramente nos llegarán a sorprender con sus presentaciones y propuestas; conciertos de cantantes y grupos musicales de gran trayectoria amenizarán cada una de las noches de este festival, empresas gastronómicas de diferentes especialidades ofrecerán comidas de cocina nacional e internacional. Probablemente los participantes no lleguen a disfrutar de toda la oferta de vino, experiencia y entretenimiento, en tan solo tres días, sin embargo, les puedo asegurar que vivirán y disfrutarán de momentos únicos, inolvidables e irrepetibles. ¡Salud!
Texto y foto: Jorge Rubín de Celis