Arroyo Guarichona: Nace un área protegida en Beni
Imagen: CHRISTIAN MUJICA, CONSERVACIÓN AMAZÓNICA - ACEAA
Imagen: CHRISTIAN MUJICA, CONSERVACIÓN AMAZÓNICA - ACEAA
Ubicada en el municipio de San Ramón, es una gran oportunidad para la conservación de los ecosistemas amazónicos
En el municipio de San Ramón, en la provincia Mamoré, departamento del Beni, se encuentran 199.435,057 hectáreas de espacios naturales con sabanas, bosques de llanura y alta biodiversidad. El 5 de julio de 2024, este territorio fue declarado Área Natural de Manejo Integrado Municipal “Arroyo Guarichona”, uniéndose así al Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP).
Desde 2019, el Gobierno Autónomo Municipal de San Ramón (GAM San Ramón) ha promovido y liderado una iniciativa para conservar los ecosistemas amazónicos. Este logro es el resultado de la colaboración entre comunidades locales, profesionales voluntarios y propietarios de haciendas rurales.
Carlos De Ugarte, Coordinador de espacios Naturales de Conservación Amazónica – ACEAA, recuerda los inicios de este proyecto. “Todo comenzó con la visión de los propietarios de las haciendas Mangal, Guacayane, Las Marías, Tacuaral y Entre Ríos, quienes se convirtieron en los promotores iniciales de la iniciativa. Su objetivo era proteger los arroyos afluentes al arroyo Guarichona y las lagunas existentes en el área declarada. Fue inspirador ver cómo solicitaron una veda general para restringir la pesca indiscriminada y promover una pesca sostenible, ofreciéndose como ‘Guardianes Voluntarios’ para asegurar una pesca responsable. La Comunidad Indígena San Antonio del Poyori también propuso declarar ‘Área Protegida’ todo este sistema de arroyos y lagunas. Este fue el primer paso de un largo camino”.
En 2023, Conservación Amazónica – ACEAA se sumó a esta iniciativa, proporcionando apoyo técnico para declarar este territorio como “Área Protegida Municipal”. “Fue un honor para nosotros unirnos a este esfuerzo. Proporcionamos el apoyo técnico necesario para formalizar la declaración de esta área protegida. Esto permitirá implementar procesos de conservación basados en el manejo integral de los bosques y pampas naturales, asegurando la protección de estos valiosos ecosistemas para las generaciones futuras. El compromiso con la conservación de la Amazonía y la gestión sostenible y comunitaria de estos recursos naturales es algo que nos mueve profundamente”, comparte De Ugarte.
Para Alejandro Raslan, presidente del Consejo Municipal de San Ramón, la declaracvión de esta área protegida’ era una necesidad muy importante para la población, para tener recursos para subsistir y para los peces y floresta de la región. “Se estaba perdiendo un río rico en pescado por la explotación indiscriminada, aunque hay todavía amenazas, como el paiche, que es como un depredador del ecosistema. Nuestra misión ahora es la de repoblar el río con otros peces”.
Por su parte, José Luis Melgar, técnico del GAM San Ramón cree que “se va a poder conservar flora y fauna característica de la región y que irán reapareciendo animales. Ahora es un patrimonio de conservación de especies y puede convertirse en un centro turístico para que los visitantes vean la región y a los animales y eso puede generar recursos económicos para los ganaderos, la población y las comunidades.
La llanura del Beni tiene una gran importancia mundial para el mantenimiento de las funciones ambientales de la Amazonía, siendo crucial para su salud ecológica. El área almacena agua esencial para el consumo humano, las actividades productivas y la vida silvestre, además de que ayuda a recargar los acuíferos subterráneos. El río Mamoré, que fluye de sur a norte, se une con los ríos Beni e Iténez para formar el río Madeira, uno de los principales afluentes del Amazonas.
“San Ramón se encuentra en la subcuenca del río Itonama, influenciada por la subcuenca del Mamoré al oeste y por la del Iténez-Paragua al este. Debido a su poca inclinación, la zona sufre inundaciones estacionales que varían cada año. Formamos parte de la ecorregión de los Llanos de Moxos, conocida por sus altos niveles de inundaciones y permanencia de aguas. Este entorno es esencial no solo para la biodiversidad local, sino también para la regulación hídrica de la Amazonía. La conservación y el manejo sostenible de esta área son fundamentales”, enfatiza el Coordinador de espacios Naturales de Conservación Amazónica – ACEAA.
El régimen de inundación de la llanura de Beni ha moldeado tanto el paisaje como la biodiversidad de la región, influyendo en las actividades socioeconómicas y culturales desde hace aproximadamente 2.800 años. Esta zona fue hogar de sociedades precolombinas complejas que dejaron un valioso patrimonio arqueológico. Las sociedades antiguas construyeron obras hidráulicas como diques, terraplenes, camellones y alturas artificiales para adaptarse y prosperar en este entorno.
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De Ugarte resalta la importancia histórica de la región. “La conservación de esta región es crucial no solo por su importancia histórica, sino también por su riqueza biológica. Aquí habita el ave endémica paraba barba azul (Ara glaucogularis), una especie de gran relevancia tanto a nivel nacional como internacional. La protección de este territorio apoya no solo la conservación de su rica biodiversidad, sino también la preservación de su legado histórico y cultural. Este ecosistema único es vital para la historia y ecología de la Amazonía”.
Con la creación del área protegida municipal se busca prevenir la extracción indiscriminada y la degradación de recursos hidrobiológicos, bosques, sabanas, suelos y tierras. También se pretende detener la deforestación y el deterioro de la laguna Grande de San Ramón, que provee agua para uso y consumo humano.
Orlando Villaroel, subalcalde y dirigente de El Carmen de Guacayane, confía en que esta medida sea positiva para ellos, porque hasta ahora no hay pirañas y solo se encuentra paiche. “Uno va a pescar y no se pilla nada. Nos quita sustento económico y de recursos”. Con la declaración de la zona como Área Protegida, “de repente se puede mejorar, puede apoyarnos a los comunarios para el sustento alimentario diario de nuestras familias”.
“Declarar un territorio como ‘Área Protegida’ proporciona refugio para la flora y fauna, permitiendo el desplazamiento de las especies y manteniendo el equilibrio de los procesos naturales. Además, impulsa políticas de protección, custodia y promoción del patrimonio cultural y natural de estos espacios. Al contribuir a la conservación de la biodiversidad, las áreas protegidas mejoran el bienestar de las personas, proporcionando medios de vida funcionales, agua potable y seguridad alimentaria a las poblaciones locales. Las áreas protegidas bien gestionadas pueden generar importantes beneficios económicos y contribuir al desarrollo sostenible y la reducción de la pobreza a nivel local y nacional. También son instrumentos de la gestión del territorio, importantes para la mitigación y adaptación al cambio climático. Desde Conservación Amazónica – ACEAA celebramos la declaración de esta área protegida, fruto del trabajo colaborativo de diversas instituciones y actores sociales, y continuamos nuestro esfuerzo por una Amazonía próspera y vibrante”, finaliza De Ugarte.
Texto: Alastair Cooper y Natalia Gil Ostria
Fotos: Christian Mujica, conservación amazónica – ACEAA