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Ramiro Blacut: Tirando paredes con Müller y Beckenbauer

/ 25 de agosto de 2024 / 05:56

Debutó en Primera a los 15 años, tomó parte de una inolvidable gira por Europa a los 17, emigró al fútbol argentino a los 18, ganó la Copa América a los 19, llegó al Bayern Munich a los 20…

Ha sido un predestinado. Vaya que sí. Debutó en Primera División a los 15 años, se forjó jugando en dupla con Víctor Agustín Ugarte, el Maestro; a los 18 años llegó al fútbol argentino; ascendió con el Bayern Munich compartiendo equipo con Maier, Müller y Beckenbauer; recorrió el mundo, entrenó varias veces a la Selección Boliviana y a una docena de clubes. Participó en cantidad de Eliminatorias, copas América, Libertadores y fue la figura del único Campeonato Sudamericano (así se decía antes) ganado por Bolivia, en 1963.

A 50 años de aquella gesta del balompié boliviano, lo recordamos con el puntero derecho del equipo, considerado una de las figuras del torneo: Ramiro Blacut, futbolista, entrenador, ingeniero civil, figura consular del fútbol de su país.

– Se inició nada menos que como ladero de Víctor Agustín Ugarte.

– Sí, yo en la reserva y en la 4a. del Bolívar jugaba de ‘10’, pero llegaba mucho, antes el ‘10’ era un segundo punta. Sin embargo, se lesionó Hugo Flores, el puntero derecho, y el técnico me preguntó si quería jugar ahí. Y yo con 15 años le dije que sí, imagínese el atrevimiento, la emoción… Jugué de puntero con la ayuda del interior derecho, que era Víctor Ugarte, un maestro. Ese año y medio, casi dos que jugué con él fue una escuela muy grande para mí. Desde ahí no volví a dejar el puesto y quedé como titular. Eso fue en 1959.

– ¿Es Ugarte el más grande futbolista boliviano de la historia?

– Considero que sí, porque era un malabarista con la pelota y además era completo, manejaba los dos pies, era un ‘8’ de ida y vuelta con gran manejo, que organizaba, creaba juego, hacía goles y además marcaba. Lástima que actuó en una época medio amateur, hoy estaría en Europa. Fue un ídolo sensacional en Bolivia. Todos los domingos, después de cada partido, lo llevaban en hombros más o menos unas 20 cuadras desde el estadio hasta la Plaza Murillo, a una cuadra del Palacio de Gobierno. La gente lo invitaba a comer, a sus casas…

– ¿Cómo sigue la saga de su vida? porque eso ha sido.

– En 1961 viví una hermosa experiencia: Always Ready, otro club de La Paz, hizo una extensa gira por Europa, de gran nivel, y me llevaron como refuerzo. Fuimos muchos jóvenes porque los grandes jugadores que había en Bolivia -y eran muchos- no podían viajar; es que la gira no pagaba y los más grandes tenían que llevar dinero a sus casas. Jugamos en 11 países, Inglaterra, Escocia, Francia, Alemania, Suiza, Bélgica, Dinamarca, Rumania, Grecia, España, Bulgaria… Fueron 27 partidos, casi todos contra grandes equipos, recuerdo con el Anderlecht de Bélgica, que empatamos 3 a 3. Con 17 años, yo era el menor de la delegación.

– ¡Un recuerdo imborrable!

– Claro, fue sensacional. Y como aprendizaje, buenísimo porque enfrentábamos a grandes equipos. Jugábamos domingos y miércoles y después viajábamos en bus, tren, avión, en lo que sea. No entrenamos nunca porque no había tiempo. Duró 4 meses, y estábamos por llegar a Rusia, pero nos volvimos, ya estábamos cansados y aparte no había más dinero.

– Contaba que la gira fue un poco la preparación de la Selección para la Copa América del ’63.

– Claro. Del Wilstermann llevaron a Máximo Alcócer, Renán López, Zabalaga, estaba Eduardo Espinoza del Always Ready, yo del Bolívar, todos esos fuimos campeones luego en 1963.

Argentina y después… el Bayern

Como buen paceño, habla como la gente del altiplano, de las sierras, arrastrando las “eses”, pronunciando con suma claridad y parsimonia.

– Volví de la gira y jugué medio año en Bolívar. A 18 años actué en Ferro Carril Oeste, de Argentina. Eso fue en 1962. Fui a jugar y estudiar. Y me recibí de bachiller. Allí tuve de compañeros a Garabal, Marrapodi, Etchevest, Ribaudo, que después fue campeón de América con Estudiantes… Y a Wilfredo Camacho, que fue conmigo.

– Pero ya llegaba la Copa América, a comienzos de 1963…

– Exacto, volví a La Paz y ya se estaba preparando la Selección. Yo me incorporo por Navidad o Año Nuevo… Cumplí 19 años en enero y la Copa en marzo. ¡La jugué con 19 años! Era el jugador más joven de la competencia.

– Pasemos por un momento la Copa, ¿de ahí se fue a jugar a Alemania?

– No, me fui a estudiar. Terminada la Copa, seguí unos meses más en el Bolívar mientras esperaba la documentación de Estados Unidos, para ir a hacer la universidad allá. Y me decía “fui campeón de América y voy a dejar el fútbol”, porque allá estaba el ‘soccer’, pero no era un fútbol de primera clase.

El Blacut capitán. Intercambiando banderines con Roberto Perfumo antes del Argentina 1 - Bolivia 0 por la Eliminatoria de 1970.
El Blacut capitán. Intercambiando banderines con Roberto Perfumo antes del Argentina 1 – Bolivia 0 por la Eliminatoria de 1970.

– ¿Qué iba a estudiar?

– Ingeniería, soy ingeniero civil.

– ¿Y entonces?

– En eso llega un amigo de Alemania que había estado un año allá y me dice que nos vayamos a Alemania, que él me iba a ayudar pues conocía mucho el país. Lo consulté con mis papás y me fui. Estando allá surgió la posibilidad de probarme en un club. Fui al Kalsruher y me aprobaron, pero estaba cerrado el libro de pases y tenía que esperar como ocho meses que se abriera. En el interín, gente de Múnich cercana al Bayern se enteró que yo jugaba y me ofrecieron una prueba. Fui y quedé. El Bayern estaba en Segunda División, en la Liga del Sur. El fútbol alemán estaba dividido en cuatro grandes regiones. Había como 40 equipos en cada liga, durísimo.

– Era justo la época en que empezaba Beckenbauer…

– Exacto. Por reglamento se podían incorporar 3 jugadores de cualquier nivel o país. Y otros 3 de las divisiones inferiores. De afuera vino un puntero izquierdo, Schwan, también un centrodelantero y yo como puntero derecho. El ‘9’ era un muchacho de 19 años que venía de un pueblito cerca de Múnich, Gerd Müller. Un goleador excepcional. Y de los jugadores de inferiores había uno que nos decían iba a ser un gran jugador: ¡¡¡Franz Beckenbauer!!! En dos años ya estaba en la Selección. Fue con 20 años al Mundial de Inglaterra. También estaba Sepp Maier, que en ese momento era el arquero suplente.

A esta altura, el cronista es un privilegiado escucha, pero Blacut prosigue el relato con naturalidad.

– Lamentablemente en la pretemporada me lesioné, rotura parcial de ligamentos. Y estuve cinco meses inactivo. Pero alcancé a jugar algunos partidos y a anotar algunos goles. En el primer año en el Bayern fuimos campeones y ascendimos a la Bundesliga.

– ¡Qué suerte tuvo! ¡Cayó en el lugar justo en el momento justo!

– Todas las cosas fueron así en mi vida, llena de oportunidades. Jugué con Ugarte, luego la Copa América del ’63, la gira previa, en la cual, si hubieran ido todos los mejores jugadores de Bolivia, yo no estaba todavía en ese nivel.

– ¿Cómo era el fútbol alemán entonces?

– Era semiprofesional. Los jugadores tenían que trabajar en algo extrafútbol. No daba para vivir. Si un jugador tenía familia, no podía mantenerla sólo con el fútbol, por ello cada uno tenía un trabajo aparte. Todos teníamos que hacer algo, trabajar o estudiar. Sepp Maier, que tenía un gran físico, era herrero, manipulaba fierros. Trabajaba de 7 de la mañana a 3 de la tarde. Entrenábamos a las 5 de la tarde porque todos venían de trabajar, pero Maier llegaba a las 4 y entrenaba solo, como un atleta, hasta las 8 de la noche. Beckenbauer tenía un empleo en una compañía de seguros, estaba más descansadito. Müller repartía muebles con una furgoneta. Así era.

– Y diez años después, ¡campeones del mundo!

– Claro. Y yo me volví. Fue uno de los errores más grandes que cometí. Esa oportunidad en Alemania no la consideré como un jugador profesional, no pensé en dedicarme sólo al fútbol. Me dije, me voy a mi tierra, voy a trabajar en mi profesión. Jugaré al fútbol como jugaba siempre, un poco como entretenimiento. Eso también me enseñó que se puede tranquilamente jugar fútbol y estudiar.

Con la casaca del Bolívar.
Con la casaca del Bolívar.

Archiva el ingeniero, nace el técnico

Ya parecía estar más cerca de la ingeniería que de los campos de juego, pero el fútbol pudo más.

– En el ’67 regresé de Alemania y otra vez fiché en Bolívar. Salimos tres veces campeones: ’67, ’69 y ’70. Me había propuesto dejar el fútbol a los 30 años; no quería que me pasara lo que a mi maestro Ugarte. El jugó como hasta los 40 y lógicamente ya estaba en declinación. Se había ido al Mariscal Santa Cruz. Entonces los mismos hinchas del Bolívar que antes lo idolatraban, se burlaban de él. “¿Por qué no te retiras?”, le decían. Eso me dolió mucho, no quería que me pasara a mí. Y una fractura en 1971 me alejó prematuramente. Pensé que era el final, aunque me repuse y volví en Melgar, de Perú, y luego en The Strongest. En marzo del ’74, a los 30 años, dije adiós.

– Se fue del fútbol…

– Sí, me dije yo me voy a casita, a trabajar en construcciones, como ingeniero… Y así fue por dos años. Pero no aguanté, porque el fútbol atrapa y no podía estar sin él, es como un vicio. Y me dediqué a ser entrenador. Ahí me metí, pero me metí de verdad y me preparé bien. Primero fueron el alemán Rudi Gutendorf y el lituano Edward Virba a dar un curso rápido de 15 días cada curso, uno en La Paz y otro en Cochabamba y participé. Yo era ayudante de cada uno de ellos. Y luego me fui de nuevo a Alemania a estudiar dirección técnica en Colonia. Toda mi formación profesional la hice en Alemania; hablo bastante bien el idioma.

– ¿Volvió al Bayern…?

– Claro… Diez años después volví de visita al Bayern Munich y todo había cambiado. En 1964 el club no tenía nada, alquilaba dos canchas en un campo del ejército alemán-americano, una base. Los camarines eran casillas móviles de madera y se trabajaba en espacios chicos. Cuando volví ya el Bayern había ganado todo, Liga, Copa de Europa… Habían comprado todo el terreno. Construyeron un gran edificio con camarines bárbaros. Y todavía quedaban Beckenbauer, Müller y Maier y otros jugadores también. Durante varios días fui a ver los entrenamientos.

Dirigió cuatro veces al Bolívar, cuatro a The Strongest, cuatro a Blooming, tres a la Selección Boliviana, en Ecuador estuvo en el Aucas, el Cuenca y Nacional. Era lo que había aprendido en Alemania, exigente, disciplinado, recto.

Ramiro Blacut.

Era impensable que Bolivia ganara aquella Copa”

 – ¿Cuéntenos de aquella hazaña de Bolivia en 1963?

– Para la Navidad de 1962, como le conté, volví a Bolivia y la Selección ya se estaba preparando en Cochabamba hacía unos tres meses. El entrenador era un brasileño, Danilo Alvim, que estaba viendo gente, conociendo el medio. Yo llegué, nos dieron permiso por Navidad y al día siguiente, a la concentración. Me pusieron en la habitación del hotel con Víctor Ugarte, quien ha sido mi compañero más próximo, un muchacho excepcional, humilde. Él ya tenía 37 años, yo 19. Me ayudó mucho.

– ¿O sea que Bolivia la tomó muy seriamente, para ganarla?

– Muy seriamente porque éramos anfitriones, pero nadie imaginó que podía ganarla. Eso era impensable, la cosa fue creciendo ya en el mismo torneo. Había buenos jugadores. Tuvimos mucha competencia, amistosos contra Paraguay, Copa Libertadores, Eliminatorias, bastante jugamos. Los primeros estuvieron cinco meses concentrados. Nosotros tres meses. Digo nosotros porque con Camacho veníamos de Ferro, él era el capitán de la Selección. Estaban todos los dirigentes que componían la Federación, tanto del fútbol nacional como el provincial, hubo una unidad muy fuerte, todo el mundo se concientizó que por primera vez en la historia Bolivia organizaba un campeonato. Fue un gran desafío. Se probaron como 500 jugadores para llegar a un plantel de 20.

– Y arrancó el torneo.

– Pero yo no pude arrancar. Habíamos jugado dos amistosos en Chile y Paraguay, en tres días los dos partidos. Perdimos los dos. En ese interín a mí me viene una cuestión completamente inesperada. Después del primer partido tenía yo como una bolsita negra en el talón y me estaba molestando, Jugué todo el partido, pero al día siguiente me seguía molestando. Y el terapeuta me dijo que iba a cortar esa bolsita negra. Resultó ser una picadura de mosquito; se me volvió negra y entonces con el corte me vino una infección muy fea. Volvimos a Cochabamba y yo ni fui a la concentración sino directo a la clínica porque tenía una infección bárbara. Allí estuve tres días y la Selección se trasladó a La Paz. Yo vine con la selección a La Paz, pero directo a la clínica, permanecí unos siete días ahí. Comenzamos el primer partido contra Ecuador y no jugué porque tenía la herida abierta, aunque ya sin infección. Debía jugar a partir del segundo partido. Con Ecuador en la inauguración del campeonato perdíamos 2-0, empatamos a dos y nos metieron otros dos. Otra vez abajo, 4 a 2 y logramos empatar a cuatro. Ahí, la gente que estaba desanimada por aquellas derrotas en los amistosos, se entusiasmó, creció una enorme euforia. Jugábamos un partido en La Paz, luego en Cochabamba y así, íbamos y volvíamos.

– ¿El siguiente partido?

– Con Colombia. Todavía no jugué pero ya estaba en el banco. Ganamos 3 a 0. El tercer partido, frente a Perú en La Paz. Ahí juego. Perú tenía un gran equipo. Le ganamos en La Paz 3-2 y ya Bolivia era otra cosa. Hubo un cambio de posición también. El técnico puso cuatro defensas, tres volantes, Camacho el ‘5’, Ugarte el ‘8’ y Ausberto García el ‘10’. Y delante estábamos yo, Alcócer y Fortunato Castillo, que era pequeño, del Chaco paraguayo.

– ¿Alcócer era un gran jugador?

– Alcócer era muy fuerte, siempre jugaba en el área, un goleador. Muy técnico y también muy fuerte. El ‘8’ y el ’10’ eran muy ofensivos y armadores los dos.

Dirigiendo al Deportivo Cuenca, de Ecuador. Fue técnico durante 27 años en cantidades de equipos. Condujo a Bolívar, Strongest, Blooming, Oriente y tres veces a la Selección Boliviana.
Dirigiendo al Deportivo Cuenca, de Ecuador. Fue técnico durante 27 años en cantidades de equipos. Condujo a Bolívar, Strongest, Blooming, Oriente y tres veces a la Selección Boliviana.

“Pensábamos que podíamos ser subcampeones”

– ¿Cuáles fueron las estrellas de ese equipo?

– Indudablemente, Camacho, porque tenía una fortaleza enorme. Y era un hombre muy ofensivo. El jugaba de volante central, pero iba al ataque. Con él nace el “fútbol Camachista”.

– ¿A qué se refiere?

– Al hombre de garra, de buen fútbol, un ganador, líder. Ugarte todavía tenía su clase. Ausberto García, quien fue el segundo maestro del fútbol boliviano, muy técnico y goleador. Y teníamos dos punteros muy rápidos y goleadores también. El partido siguiente fue contra Paraguay en Cochabamba y ganamos 2-1. Y la euforia de la gente ya era total, tenía la sensación de que Bolivia podía. Que se podía alcanzar un segundo puesto…

– Una figuración buena.

– Sí. Llegamos al partido en La Paz contra Argentina y si ellos nos ganaban tenían opción de ser los campeones. Estábamos ganando 1-0 y nos atacan. Ganando 2-1 y nos atacan… En el segundo tiempo íbamos 2-2 faltando 15 minutos hay un penal a favor de Bolivia. Yo amago sacar un centro con la derecha y lo hago con la izquierda, Carlos Griguol, que me marcaba, con el brazo toca el balón. Penal. Lo patea Max Ramírez y el arquero, el Gato Andrada, se tira a su izquierda y el balón estaba entrando por la derecha, pero con el pie la rechaza por encima del travesaño. No fue gol, tiro de esquina. Los jugadores argentinos estaban abrazando a Andrada y entonces Fortunato Castillo, a quien le decían El Zorro, porque es vivísimo, ejecuta rápido el córner, saca el centro y Camacho, que justo estaba consolando al que había fallado el penal, ve la pelota en el aire, cabecea y gol. Perfectamente válido. Y triunfo de Bolivia, 3 a 2.

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– Imagino la euforia.

– La gente estaba muy entusiasmada, salía a bailar y a festejar a las calles. Antes de cada partido era una fiesta. Después, esperar el triunfo era otra fiesta. Ahí se empezó a popularizar el tema “Viva mi patria Bolivia”.

– Les quedaba un último partido.

– Con Brasil en Cochabamba.  Empatamos el primer tiempo 2 a 2. En el segundo convertimos dos más y luego fracturan a Alcócer dentro del área. Penal; lo patea Ugarte, que era un experto en remates. Hace gol y ganábamos 5 a 2. Pero faltaban como 20 minutos para que termine el partido y Brasil nos comenzó a atacar y logró dos goles más. Faltaban como tres minutos para que termine el partido y el campeonato, estábamos un poco nerviosos e ilusionados, pero logramos aguantar el 5 a 4.

– ¿Lo definiría como un gran equipo aquel de Bolivia?

– Sin duda. Era una selección muy fuerte, bien preparada físicamente. Con un espíritu enormemente luchador y con técnica depurada. Teníamos tres jugadores argentinos nacionalizados: Roberto Caínzo, lateral derecho de mucha experiencia y muy técnico; Eulogio Vargas en la banda izquierda, de gran entereza y fortaleza; y Eduardo Espinoza, zaguero fino, de clase. Entre los bolivianos también estaba Max Ramírez, un gran central, hábil, muy fuerte. Formamos un equipo en gran forma, con enorme optimismo. Y el apoyo de la gente fue fundamental.

– ¿Cómo fueron las expresiones de júbilo popular después del torneo?

– Después del partido con Brasil, que fue en Cochabamba, el viaje era por avión a La Paz. La pista estaba inundada por miles de personas. Había por lo menos cinco mil personas. La gente se metía directamente desde los campos vecinos, sin entrar por el edificio del aeropuerto. El avión no podía bajar. Cuando fuimos a aterrizar, el piloto tuvo que levantar vuelo otra vez porque podía haber una desgracia. Tuvieron que despejar la pista… La llegada fue muy emocionante, querían los zapatos, las medias los pantalones, todo, quedamos casi desnudos, la gente nos abrazaba. Ya tras ganar la semifinal a Argentina había sido así.

Fue el 31 de marzo de 1963. La fecha en que un país entero experimentó el húmedo y fuerte abrazo con la gloria.

– Se paralizó el país…

– Los festejos duraron mucho tiempo, fueron 15 días de fiestas y agasajos, bailes en las calles. Yo me escapé a Cochabamba, porque ya era demasiado…

Al final del camino redondearía quince temporadas como futbolista y veintisiete como entrenador. Una aventura para escribir deliciosas memorias. Estar en el lugar justo en el momento justo. Ese lema podría resumir la existencia de Ramiro Blacut, patriarca del fútbol boliviano.

Texto: Jorge Barraza

Fotos: Revista Conmebol y diario El Universo

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La Sustancia

El reconocido crítico de cine, Pedro Susz, analiza la exitosa película protagonizada por Demi Moore.

/ 5 de octubre de 2024 / 23:01

Siete años transcurrieron desde que la directora/guionista Coralie Fargeat conmocionó el ambiente con Revenge, su opera prima, y hace algunos meses volvió a sacudirlo con la presentación en el Festival de Cannes de La Sustancia su segundo largometraje, finalmente galardonado con el premio a mejor guion, aunque podría eventualmente haber conseguido algunos más si el jurado no hubiese temido ser tildado de haber perdido la chaveta por haber osado a laurear una película que no escatima escenas de una extrema visceralidad sangrienta.

En esta atrevida realización inscrita en el género del body horror, o sea horror corporal, Fargeat se propuso entregarnos una ácida, satírica, requisitoria contra la devastadora manipulación por los medios, y con especial acento en los nuevos medios digitales, de los estereotipos de belleza, impregnados de una misoginia patriarcal aplastante y aparejados a un desorbitado pánico de las mujeres en particular, a envejecer y, por ende, a que estas se sientan, temprano en sus vidas, superfluas en un modelo de sociedad que hace de la notoriedad, así sea muy pasajera, el circense objetivo primordial, para alcanzar el cual vale cualquier recurso, sin importar las averías colaterales que traiga consigo. Ejemplo: los irreversibles daños provocadas por los implantes de piel, de silicona, la liposucción y otras intervenciones quirúrgicas propiciadas por la extendida manía de verse siempre como quinceañeras a que son empujadas principalmente ellas.   

Historia

Demi Moore, asume el papel de Elizabeth Sparkle, apellido que en inglés significa centelleante, quien fuera en su momento, en los años 80` del siglo pasado célebre estrella hollywoodense ganadora de un Oscar y del derecho a dejar sus huellas en el Paseo de la Fama, reservado a quiénes la industria considera acreedoras a esa suerte de rastro garante de la inmortalidad. Sin embargo, los años no pasaron en vano y dejada de lado en las selecciones para roles protagónicos, en la actualidad es la conductora de un programa televisivo matutino de fitness.

Cierta mañana al concluir su programa Elizabeth, urgida de acceder al servicio higiénico, advierte que el baño de mujeres se encuentra cerrado. Ingresa entonces al de varones, donde igualmente satisface en ese momento sus necesidades Harvey, prepotente productor del programa, quién habla por su móvil, sin percatarse de la presencia de ella, haciéndole saber a su interlocutor que ya llegó la hora de sustituir a esa “vieja vaca” dice, por una conductora más joven y apetitosa.

Dicho sea de paso, el nombre del inescrupuloso y lascivo productor en cuestión no fue elegido por azar por la directora y asimismo guionista de La Sustancia.  Alude sin disimulo a Harvey Weinstein, ex capitoste de la productora Miramax, recientemente enjuiciado a causa de múltiples acosos y abusos sexuales denunciados por otras tantas aspirantes a la fama y actrices que trabajaron en películas producidas por dicha empresa.  

La Sustancia

El hecho es que Sparkle se siente devastada. Pero poco después de sufrir un accidente de tránsito, recibe un mensaje del enfermero de la clínica donde fue curada, ofreciéndole un novedoso producto, proveniente del mercado ilegal, que supuestamente le permitirá volver a “una mejor versión de sí misma” inyectándose la sustancia, suero reproductivo gracias al cual podrá producir, un avatar de sí misma mucho menos entrada en años y más guapa.

Elizabeth acepta la oferta, procede a inyectarse y de su médula espinal desgarrada nacerá Sue, atrayente, de acuerdo a los cánones instituidos, veinteañera. Pero el tratamiento, irónica referencia, al pedestre lugar común, que hace sinónimos de juventud y belleza, está sujeto a una implacable condición: cada siete días, el dúo deberá proceder a una mutua transfusión de sangre, permitiendo así solo a una de ellas salir alternativamente del lujoso apartamento de Elizabeth a lucirse en la vida pública, mientras la otra permanece desmayada, agonizando, en el piso del baño. Pasado ese estricto lapso de tiempo, de la agonía, la que aguardaba su turno pasa, literalmente, a pudrirse.

Desarrollo

Y ello comienza a acaecer con Elizabeth cuando Sue, quien ya sustituye a su otro yo en el programa televisivo, embelesada por los halagos y la fama, incumple la referida obligación. Peor todavía en el momento en el cual Harvey resuelve encargarle la conducción del show televisivo de gala especial de fin de año, pues en esa instancia la demora se extiende por muchos días, a lo largo de los cuales, el cuerpo de la entonces ya cincuentañera se va gangrenando sin posibilidad de vuelta atrás. Es, obviamente, un guiño del guion a la actual sustitución de los humanos reales por sus réplicas virtuales.  Pero es, de igual manera, la versión actualizada del drama narrado por Robert Stevenson en su novela publicada en 1886 con el título de “El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde”, abordando la historia de un científico, inventor de cierto jarabe cuya ingestión permite desdoblar la persona en su faceta más humana y sus rasgos más siniestros.

No es esa la única fuente de inspiración de Fargeat puesto que, en todos los casos las alusiones a célebres escritos y filmaciones son actualizadas con un giro feminista, apuntando a interpelar la vigencia de las hormas misóginas provocadoras de la delirante manía de ver detenerse el transcurrir de los años, activada por el star system, las burradas de Tik Tok, etc., al punto de haber dado vuelta el alcance disuasivo de la sentencia: las apariencias engañan , convirtiéndola en la receta perfecta, de la cual resultan rehenes con especial énfasis sobre todo las féminas en su intento de sobresalir hoy.

Referencias

Son entonces por cierto inocultables de igual manera las referencias a “El retrato de Dorian Gray” de Oscar Wilde, al igual que a una larga lista de películas de suspenso y terror, en las cuales abreva Fargeat, entre otras: Vértigo (Alfred Hitchcock/1958), Crímenes del futuro (David Cronenberg/1970), La muerte le sienta bien (Robert Zemeckis/1992), Sueños, misterios y secretos (David Lynch/2001); Pero, ante todo, resaltan  las huellas del cine de Kubrick en una puesta en imagen que hace abundante uso de los lentes gran angulares a fin de distorsionar las perspectivas y crear un clima opresivo al extremo.

Sin la menor duda la interpretación de Demi Moore es uno de los soportes esenciales de La substancia merced a la convicción que imprime en la personificación de Elizabeth, con cuyos altibajos existenciales se sintió claramente identificada puesto que a sus 61 años ha sido hace buen rato dejada de lado por la industria limitándose a ofrecerle papeles de escasa relevancia no obstante mantener intactas sus cualidades interpretativas, así cómo buena parte de sus atractivos físicos, aun cuando en el medio corría la voz de que ello se debía a múltiples, excesivas se juzgaba, operaciones para preservar la perfección física.

Actuaciones en La Sustancia

De igual manera destaca la tarea de Denis Quaid en el rol de Harvey, aun cuando por momentos parezca rozar la sobreactuación debido a los efectos visuales utilizados para subrayar al máximo la pedantería del personaje fotografiado invariablemente recurriendo a encuadres y ángulos que acentúan, al extremo la ridiculización de ese individuo atenido, al pie de la letra a la máxima de que envejecimiento y fealdad son sinónimos.

Tales hincapiés son subrayados por la fotografía de colores saltones de Benjamìn Kracun, la estridencia de los efectos de sonido y la música pegadiza de Raffertie, ingredientes que, a su vez, potencian al máximo el atrevimiento de la directora, quien no duda en explicitar las progresivas deformidades corporales provocadas por la sustancia, ni escatima tampoco escenas bañadas en hectolitros de sangre, ni primeros planos de los órganos en trance de descomposición, o imágenes de desnudo total -incluidas algunas de Moore-, desprovistas de cualquier intención erótica, mas bien enfocadas en el enfrentamiento del espectador con sus prejuicios, alimentados por los agraviantes cánones de la sociedad del espectáculo.

Crítica

Se podría pensar que las innúmeras citas a las antes mencionadas obras literarias y fílmicas derivan en una hechura con escasa sustancia propia. Y en efecto ello se advierte en varios tramos del relato donde el afán de la directora por provocar el sacudimiento, el asco incluso, de la platea, acaba velando en parte la carga cuestionadora de su mirada hacia la manipulación de los colectivos, enredados en las mentirosas premisas del sistema. Solo la inopinable faena del personal, es probable que esta sea el papel cumbre de Moore, debido a la señalada coincidencia entre su autobiografía y el angustiante descenso de su personaje al infierno, y la fuerza misma del tratamiento, invariablemente transgresor, impreso por Fargeat a las situaciones narradas evita el desbarrancamiento total, si bien tampoco escasean las instancias en las cuales ese malabarismo con las pautas coquetea con el sermón aleccionador. 

Lástima empero que la realizadora, por lo demás desentendida de las recetas restrictivas a las que incluso las películas de terror se atienen, no haya podido tomar conciencia de cuan beneficioso hubiese sido evitar tropezar con el ya, hace rato, exasperante yerro de estirar en demasía el metraje de La Sustancia. A los 140 minutos que se toma para desarrollar su historia le salen sobrando cuando menos 25 que podía haberse ahorrado en el tercio intermedio del relato, suerte de meseta narrativa exenta del vigor creativo del resto, con las salvedades apuntadas.

Ficha Técnica de La Sustancia

TITULO ORIGINAL: The Substance –  Dirección: Coralie Fargeat – Guion: Coralie Fargeat – Fotografía: Benjamin Kracun – Montaje: Jerome Eltabet, Coralie Fargeat, Valentin Féron – Diseño: Stanislas Reydellet – Arte: Stéphane Becimol, Arnaud Denis, Gladys Garot, Helena Kacic, Amélie Meseguer, Julie Plumelle, Nathalie Vaïsse – Música: Raffertie – Efectos: Pierre Hugueny, Jean Miel, Adam Brewer, Bryan Jones, Olaf Taittinger, Serafin Bernfeld, Laetitia Quillery, Guillaume Le Gouez, Pierre Procoudine-Gorsky, Anima Rolland, Louis Auger, Téo L’Huillier, Emmanuel Le Courbe, Olivier Blanchet, Pierre D’oncieu, Iskange Philibert – Producción – Tim Bevan, Coralie Fargeat, Eric Fellner, Alexandra Loewy,  Nicolas Royer – Intérpretes: Margaret Qualley, Demi Moore, Dennis Quaid, Hugo Diego Garcia, Alexandra Papoulias Barton. Robin Greer, Oscar Lesage, Yann Bean, Gore Abrams, Joseph Balderrama, Vincent Colombe, Tiffany Hofstetter, Christian Erickson, Oscar Salem, Jiselle Henderkott, Matthew Géczy, Tom Morton, Jordan Ford Silver, Louise Greggory, Gregory Defleur, Pauline Sagetat, Axel Baille – INGLATERRA, FRANCIA/2024

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Imaginando lo imposible: cien años de surrealismo

La Alianza Francesa, en La Paz, presenta una muestra que celebra al movimiento que cambió la estética y la cultura popular, cuyo impacto se vive hasta el presente.

/ 5 de octubre de 2024 / 22:48

La Galería de Arte de la Alianza Francesa en La Paz se viste de gala en una ocasión vibrante con la celebración del centenario del surrealismo. Este movimiento, que emergió en la década de 1920, ha dejado una huella indeleble no solo en el arte, sino también en la literatura, el cine y la cultura popular. Douglas Rivera, artista y curados de la exposición «100 Años de Surrealismo», ofrece una perspectiva única sobre cómo este legado se manifiesta en el arte contemporáneo boliviano.

A lo largo de la entrevista, Rivera aborda las diversas manifestaciones del surrealismo y su evolución a lo largo de los años. Desde las técnicas innovadoras utilizadas por los surrealistas originales hasta las reinterpretaciones actuales que integran elementos autóctonos y culturales, se revela cómo el surrealismo sigue siendo relevante y provocador. La exposición no solo celebra el movimiento artístico globalmente reconocido, sino que también destaca las contribuciones locales, reflejando así la riqueza cultural de Bolivia.

Además, Rivera comparte detalles sobre los desafíos que enfrentó al curar una mZuestra tan compleja y significativa. La tarea de equilibrar lo universal del surrealismo con el contexto boliviano presenta un reto que invita a la reflexión sobre la identidad cultural y artística. A través de esta entrevista, se invita al lector a explorar no solo las obras expuestas, sino también las ideas y emociones que el surrealismo continúa inspirando en nuevas generaciones de artistas.

¿Cómo se puede caracterizar al movimiento surrealista, en toda su inmensa riqueza, en las diversas manifestaciones culturales que abarcó?

El surrealismo se caracteriza por su profunda exploración del subconsciente y la irracionalidad, proponiendo una liberación de la imaginación que desafía las convenciones establecidas de la lógica. Este movimiento, que emergió en la década de 1920 precisamente en el mes de octubre en Francia, se manifiesta en una amplia gama de disciplinas, incluyendo la pintura, la literatura, el cine y la fotografía.

Los surrealistas, liderados por figuras como el escritor francés André Breton, buscaban desdibujar las fronteras entre el sueño y la realidad, utilizando técnicas como el automatismo y el collage para crear obras que invitan a la reflexión. Esta riqueza conceptual ha permitido que el surrealismo evolucione, absorbiendo influencias de diversas culturas y adaptándose a diferentes contextos sociales y políticos.

A través de sus diversas manifestaciones culturales, el surrealismo ha dejado una huella indeleble en la estética contemporánea. Desde las obras de Salvador Dalí y Max Ernst hasta la poesía de Paul Éluard, el movimiento ha desafiado no solo la percepción del arte, sino también la forma en que entendemos la experiencia humana. Esta riqueza se refleja en la habilidad del surrealismo para resonar con diferentes generaciones y contextos, ofreciendo una plataforma donde las emociones, los sueños y las inquietudes existenciales pueden ser expresadas y exploradas de maneras innovadoras y provocativas.

Surrealismo

El surrealismo en el cine se desarrolló como una extensión natural de los principios del movimiento artístico, utilizando la narrativa visual para explorar lo onírico y lo irracional. Directores como Luis Buñuel y Salvador Dalí fueron pioneros en la creación de películas que desafiaban la lógica narrativa tradicional, como Un chien andalou (1929) y La edad de oro (1930). Estas obras empleaban imágenes impactantes y

secuencias absurdas para sumergir al espectador en un mundo de sueños desafiando las normas sociales y convencionales del cine de su época. La técnica del “montaje surrealista” se convirtió en un recurso fundamental, combinando elementos aparentemente dispares para provocar una respuesta emocional intensa y una reflexión sobre la naturaleza de la realidad.

En el arte y la literatura latinoamericanos, se le conoce como “El realismo mágico”, que adopta elementos de lo fantástico sin romper completamente con la lógica cotidiana, permitiendo que lo extraordinario se manifieste en escenarios comunes y cotidianos de América latina . A diferencia del surrealismo, que a menudo se sumerge en lo irracional y lo subconsciente, el realismo mágico integra lo insólito en un mundo que refleja las complejidades históricas y culturales de la región.

Para la Alianza Francesa de La Paz es un gran honor poder celebrar el centenario del surrealismo, bajo la visión de una veintena de artistas bolivianos de reconocida trayectoria y ver la interpretación y adaptación que tienen sobre el Surrealismo.

Más allá de los ámbitos estrictamente artísticos, el surrealismo impactó en un sentido más grande en la cultura popular. ¿Cuál es la relevancia de este movimiento en la estética, filosofía, moda y cultura pop?

La relevancia del surrealismo va más allá del arte; su influencia se ha sentido en diversas áreas. En la moda, por ejemplo, la fusión de elementos inesperados ha dejado huella en diseñadores contemporáneos.

Algunos de los diseñadores más destacados que han adoptado elementos surrealistas son Elsa Schiaparelli, quien colaboró con artistas como Salvador Dalí para crear piezas icónicas que desafiaban las convenciones de la moda. Uno de mis diseñadores favoritos es Alexander McQueen, a quien

definitivamente se le puede considerar un diseñador que incorporó aspectos surrealistas en su trabajo, aunque no se le clasifica estrictamente como un «diseñador surrealista». McQueen tenía la capacidad de fusionar la alta costura con narrativas provocativas y a menudo inquietantes. Sus desfiles eran auténticas performances artísticas, donde exploraba temas de la muerte, la identidad y la transformación, utilizando un lenguaje visual que resonaba con la estética surrealista.

En la filosofía, ha fomentado un pensamiento crítico que desafía las normas establecidas. Hablar de surrealismo es hablar del psicoanálisis de Sigmund Freud, ya que ambos se interesan profundamente por el subconsciente, los sueños y los deseos ocultos. Los surrealistas buscaban liberar la mente de las restricciones racionales y lógicas, proponiendo que el arte debería surgir de lo irracional y lo onírico. Esta liberación del pensamiento se convierte en un medio para explorar la naturaleza de la realidad y la experiencia subjetiva.

En el ámbito social y político, el surrealismo también encuentra relevancia hoy en día como una herramienta para criticar y subvertir el orden establecido. En un contexto global marcado por la incertidumbre, las crisis y las tensiones, el enfoque surrealista permite a los artistas expresar el caos, el desconcierto y las contradicciones inherentes a la experiencia humana contemporánea. Al igual que lo hizo en sus inicios

¿Cómo surgió la idea de organizar esta exposición en La Paz para conmemorar el centenario del surrealismo? ¿Cuáles fueron los criterios de selección para los artistas bolivianos participantes en la muestra?

La idea de organizar «100 Años de Surrealismo» surge como una manera de honrar un movimiento que ha influenciado profundamente la cultura global y local. La Alianza Francesa es la principal institución que difunde la cultura y lengua francesa en Bolivia y el resto del mundo. Para nosotros fue un honor y un desafío organizar esta exposición que también se celebrará en las principales capitales del mundo y sus museos.

Los criterios de selección para los artistas bolivianos incluyeron su capacidad para reinterpretar el surrealismo desde una perspectiva propia, así como su conexión con el contexto cultural boliviano.

Buscamos una diversidad de miradas que reflejen la complejidad del surrealismo en nuestra realidad.

¿De qué manera refleja esta exposición la influencia del surrealismo en el arte contemporáneo boliviano? ¿Podría hablarnos sobre algunas de las obras más destacadas que se presentarán en la exposición?

La exposición refleja cómo el surrealismo ha permeado el arte contemporáneo en Bolivia, presentando obras que fusionan elementos autóctonos con técnicas surrealistas. Entre las obras destacadas, podremos ver pinturas que evocan paisajes imaginarios inspirados en los entornos bolivianos.

Están presentes en esta exposición grandes maestros bolivianos de la talla del artista orureño Marcelo Suaznábar, quien actualmente radica en Canadá y es uno de nuestros principales referentes del artesurrealista en el mundo. También maestros como Mauricio Bayro, Froilan Cosme, José Luis Pomar, Mónica Rina Mamani, exhiben sus obras con una magnifica técnica.

Sin embargo decidimos también incluir nóveles artistas como Guido Quispe, Cathy Guibarra, Santiago Ayala, Rayza Ortiz entre otros, que desde una perspectiva fresca y desafiante presentaron obras con una gran calidad visual.

En la exposición encontrarán una amplia variedad de técnicas y estilos artísticos que denotan el alto nivel de artistas que posee Bolivia. Cada obra invita al espectador a un viaje introspectivo.

¿Cómo se relaciona esta muestra con las celebraciones del centenario del surrealismo que se están llevando a cabo en otros países?

Nuestra muestra se alinea con las celebraciones del centenario del surrealismo que se llevan a cabo en diversas partes del mundo. Al hacerlo, no solo contextualizamos el movimiento en un marco global, sino que también destacamos cómo Bolivia contribuye a este diálogo internacional, ofreciendo una visión única y local del surrealismo.

El Centro Pompidou de París expone a partir de septiembre de este año una gran selección de obras maestras del surrealismo con motivo del 100 aniversario de este movimiento artístico. Se dice que alrededor de 500 piezas serán exhibidos hasta el 13 de enero de 2025.

En Miami también se conmemora este 2024 el primer centenario del surrealismo con la muestra “Un siglo surrealista”, exposición que acoge la galería Cernuda de Coral Gablesque desde el mes de septiembre exhibe obras de una nómina inmejorable de artistas cubanos entre históricos y contemporáneos.

Otras ciudades también se suman a esta celebración. En Valencia, el Museo de Bellas Artes presentará una muestra con trabajos de Salvador Dalí, Joan Miró y otros artistas surrealistas de marzo a junio de 2024. El centenario del surrealismo será una oportunidad única para redescubrir y reflexionar sobre un movimiento que sigue siendo relevante en la actualidad, inspirando a nuevas generaciones de artistas y pensadores.

¿Qué actividades complementarias (charlas, talleres, visitas guiadas) se han planificado para acompañar la exposición?

En conmemoración del centenario del surrealismo, La Galerie organizará visitas para presentar la exposición de artes plásticas titulada “100 años del Surrealismo”. Las visitas ofrecerán a los asistentes

una inmersión profunda en los principios estéticos y conceptuales que hicieron de este movimiento una revolución en el arte.

Los visitantes podrán descubrir diferentes técnicas, el uso de símbolos y el enfoque en lo subconsciente. La Galerie estará disponible de lunes a viernes de 9:00 a 12 y de 14:30 a 19:00. La curaduría de las obras está diseñada para ofrecer una experiencia enriquecedora tanto a los conocedores del arte como a quienes descubren el surrealismo por primera vez.

¿Podría comentarnos sobre los desafíos que enfrentó al curar una exposición que abarca un movimiento artístico tan complejo como el surrealismo?

Curar una exposición sobre los “100 años del surrealismo” ha sido un desafío multifacético, dado que el surrealismo es un movimiento artístico complejo y con múltiples aspectos. Uno de los mayores retos ha sido adaptar un movimiento nacido en Europa, a un contexto latinoamericano y más específicamente, a la rica cultura boliviana. El surrealismo, tiene puntos de conexión con las tradiciones, en la incorporación de lo mítico y lo fantástico en su cosmovisión. La tarea ha sido encontrar ese equilibrio entre lo universal del surrealismo y lo local. Otro desafío significativo ha sido seleccionar obras que muestren cómo el movimiento ha evolucionado en el contexto contemporáneo. Esto incluyó identificar artistas actuales que han sido influenciados por el surrealismo y que reinterpretan sus principios de manera crítica.

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‘Fanático’, lo último de Lali Espósito, cruza rock, política y fama

Con su más reciente videoclip, la afamada cantante bonaerense se sumerge en su polémico intercambio con el presidente argentino, Javier Milei.

lali Espósito cruza rock, política y fama

/ 28 de septiembre de 2024 / 22:09

Lali Espósito ha vuelto a hacer ruido en la escena musical con el estreno de su nueva canción «Fanático», en la que adopta un giro hacia sonidos más rockeros, una clara desviación de su estilo pop habitual. Lo que ha captado la atención no solo es la dirección musical, sino también la letra cargada de referencias que muchos interpretan como una respuesta directa a las polémicas que ha protagonizado en los últimos meses, especialmente con el presidente argentino, Javier Milei.

Desde los primeros acordes de guitarras distorsionadas, «Fanático» establece un tono irreverente y provocador. La letra no tarda en entrar en el terreno de la polémica. «Te encanta hacer como que no tenés idea quién soy, y sé que tenés un póster mío en tu habitación», canta Lali en los primeros versos, haciendo alusión a las controversias con Milei. Esta frase resuena de manera particular, considerando el cruce público entre ambos, donde el presidente aseguró no conocer a la artista, a pesar de haberla mencionado en varias entrevistas.

Referencias

El video musical, codirigido por Lali y su hermano Lautaro Espósito, es una pieza visual cargada de simbolismos. En él, Lali se presenta en un glamoroso outfit que recuerda a Stevie Nicks, mientras realiza un casting de actores y actrices que la imitan. Entre los personajes que desfilan, destaca un hombre de mediana edad, con patillas prominentes, una chaqueta de cuero negro y una camisa azul, cuya apariencia y gestos evocan inevitablemente a Milei. Aunque la cantante no menciona al presidente directamente, el mensaje es claro: «él ya se la sabe de memoria, eso se llama obsesión», canta Lali, sugiriendo que las constantes críticas del mandatario hacia ella no son más que una forma de fijación.

El estribillo se sumerge en una ambigüedad juguetona que mezcla el sarcasmo con una reflexión sobre los desafíos de la fama. «Es mi fanático, me vuelve loca. Todas las noches me sueña y se toca», dice la letra. Aquí, Lali no solo hace una referencia a la obsesión de los seguidores y críticos, sino también a la dualidad que trae la popularidad: admiración y persecución. “Fanático” da pie a interpretaciones sobre los efectos del escrutinio público, especialmente cuando se trata de figuras públicas que desafían el status quo, como lo ha hecho Lali en el panorama político argentino.

Polémica

La relación tensa entre Lali Espósito y Javier Milei no es nueva. Desde antes de las elecciones, la cantante no ha ocultado su postura crítica hacia el presidente, lo que desencadenó una serie de respuestas por parte del libertario. En una entrevista en febrero, Milei aseveró que «ella empezó, si te gusta el durazno bancate la pelusa», criticando abiertamente a la artista por su activismo político. Más tarde, el presidente arremetió de nuevo, diciendo que Lali era parte de un «mecanismo de propaganda» financiado por ciertos sectores.

Este cruce generó un debate en la industria cultural, con varios artistas saliendo en defensa de Espósito. Ricardo Mollo, líder de Divididos, comentó que «el único ‘poder’ que tienen los artistas es poder alegrar a quienes disfrutan de ese arte».

Fama

El videoclip de «Fanático» ofrece un comentario astuto sobre el costo de la fama. En una de las escenas, Lali aparece sosteniendo un periódico con su rostro en la portada, bajo el titular «Escándalo», mientras se queda dormida frente a un actor que parodia a Milei. Es una imagen potente que refleja el cansancio de ser objeto de controversias constantes, pero al mismo tiempo se apropia de ellas con ironía. La promoción de la canción en Buenos Aires, con un cartel publicitario en Palermo que luego fue «vandalizado», añade otra capa de interpretación: Lali misma parece estar controlando la narrativa de su imagen pública.

Con «Fanático», Lali Espósito no solo demuestra su versatilidad artística, sino que también reafirma su postura como una figura influyente dentro y fuera de la música. Aunque el lanzamiento de su sexto álbum aún no tiene fecha confirmada, queda claro que su música seguirá siendo una plataforma para expresar su visión crítica sobre el estado de la cultura y la política en el país rioplatense.

Lejos de quedarse en lo superficial, la cantante ha sabido utilizar su arte para provocar reflexiones profundas sobre el rol de los artistas en la sociedad y la política. Y aunque su enfrentamiento con Javier Milei parece no tener fin, lo cierto es que Lali no ha hecho más que crecer en popularidad.

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‘Las cosas, como antes’, arte contemporáneo inspirado en la Amazonía

El Centro Cultural de España en La Paz hospedará la muestra de fotografías, pintura, instalaciones, video, performances y poesía curada por Galo Coca, Ara Goudsmit y José Orsag.

/ 28 de septiembre de 2024 / 22:02

Del 3 de octubre al 15 de noviembre de 2024, el Centro Cultural de España en La Paz acogerá “Las cosas, como antes”, una exposición colectiva de arte contemporáneo que explora la representación de la Amazonía boliviana en el imaginario nacional. Con un enfoque multidisciplinario que incluye instalaciones, fotografía, video, pintura, performance y poesía, la muestra invita a repensar la relación histórica y contemporánea con este vasto territorio.

Bajo la curaduría de Galo Coca, Ara Goudsmit y José Orsag, “Las cosas, como antes” se sumerge en los complejos vínculos entre la colonización, la explotación de recursos y las narrativas de modernidad que han marcado la historia de la Amazonía. A través de las obras presentadas, los artistas buscan cuestionar las herencias violentas de estos pactos históricos, y plantear nuevos lenguajes y perspectivas desde los cuales comprender y habitar este espacio.El grito debería ser aturdidor, radical, para comunicar el dolor de escuchar, día a día, lo que acontece en la Amazonía. Este es un intento de hacer ese grito. No hablamos por los territorios. Exploramos las formas en las que nos han enseñado a ver la Amazonía como bolivianxs. Nos adentramos en los modos que reproducen la mirada conquistadora que no deja de ver en los bosques amazónicos un futuro de extracción y acumulación. 

¿De qué ‘antes’ hablamos en “Las cosas, como antes”? Nuestros lenguajes traen la noción del pasado para expresar que lo que se hace hoy con la Amazonía no es nuevo, sino el resultado de un antes que sigue presente. 

Los pactos actuales de destrucción de la Amazonía son pactos con un pasado vivo. Sus síntomas aparecen en textos, imágenes, libros, propagandas, mapas y discursos que relatan las formas de desprecio proyectado hacia territorios. Estos modos de hacer mundo prometen un futuro mejor, un futuro cuya columna vertebral es la destrucción disfrazada de modernidad. 

Esta realidad crea suelos áridos donde son fabricados los olvidos de saberes, memorias, afectos, medicinas, alimentos, de otras formas de ser humanos, de otras formas de habitar la Tierra. El ejercicio es hacer una indagación colectiva para mirar porqué es tan difícil encontrar a las Amazonías desde sus propios términos. Aquí, el pasado nos acecha preguntándonos por qué vale la pena mirar escudos que vanaglorian la extracción sin límites o mapas de geografías rebautizadas; nos acecha preguntándonos por la soberbia que reitera imaginarios exóticos sobre la naturaleza y la gente; nos acecha preguntándonos por los sueños que significan estrategias de dominación. 

Pero los cuerpos y las prácticas aquí elaboradas intentan impugnar la normalidad con la que se emiten y divulgan estos lenguajes violentos. Las preocupaciones y sensibilidades de las obras se adentran en la búsqueda de crear conversaciones y otros lenguajes en medio de mundos arruinados. 

En el gesto creador, hay hilos que bordan la vitalidad entre imágenes de violencia. Por fuera de los datos y números sobre la minería aurífera, en las fotografías de ríos desechos están escritos e inscritos los testimonios de mujeres que viven y trabajan en los enclaves extractivos. También probamos modos de contemplar el duelo que nos vincula con seres quemados por el fuego y con seres-árboles vistos sólo como recurso y extracción. Y el cuerpo propio es lugar de memorias, un sitio de diálogo entre territorios. 

Las prácticas del bordado, las preguntas, la escritura de memorias, los contra mapas, las imágenes satelitales como lugar de cercanía y crítica, el rescate de seres vegetales que iban a ser tirados a la basura, pensar con quienes están entre los incendios, el acto de poner el cuerpo y la voz como primera geografía, son gestos que hacen brotar conversaciones y posibles caminos de cuidados.

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Sobre el nombre de la exposición
¿De qué antes hablamos? Tantas cosas pueden evocar la palabra antes, esa palabra que trae la noción de pasado, pero aquí tiene un tono particular: lo que se hace hoy con la Amazonía, antes también estaba siendo deseado y pensado. Por ejemplo, la deforestación, aunque haya iniciado con fuerza en los últimos 30 años, ya hace varios siglos se discutían estrategias de colonización en “territorios inexplorados, territorios salvajes”, para continuar con la dominación del hombre frente a la “naturaleza”. Entonces, tratamos de decir que el problema de maltrato y violencia que se vive en la selva amazónica boliviana no es un problema nuevo, es una herencia, y a esa herencia queremos cuestionar. Los pactos actuales de destrucción de la Amazonía (porque son pactos y acuerdos), son pactos con el pasado, con visiones de generaciones pasadas.

Artistas invitadxs

Belén Abella, Rodrigo Alarcón, Santiago Contreras, Chontano, Jessica Freudenthal, Sara Lewis, Alejandra Menacho, Ever Roca, Manuel Seoane, Juan Manuel Tapia, Cooperativa Visual y Wara Vargas.

Acciones y actividades durante la exposición:

Apertura e inauguración

Acciones de Jessica Freudenthal, Nohely Guzmán y Rodrigo Alarcón

Jueves 3 de octubre. 19:00

ACCIÓN DE EMPUTE – PRECIO DEL FUTURO de Con Rodrigo Alarcón

Viernes 4 de octubre, 17:00

Exploración satelital del Amazonas de Santiago Contreras 

Sábado 19 de octubre, 09:30

La ficción como estrategia de memorias amazónicascon Ara Goudsmit

Viernes 25 de octubre. 19:00

Ctrl+e+Supr de la Cooperativa Visual

Jueves 7 de noviembre, 19:00

Cierre de la exposición: Sesión de escucha música de tierras bajas de los años 1960s y 1970s. Recuperación, difusión y debate con Juan Manuel Tapia.

15 de noviembre, 19:00

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Poesía boliviana: arte, historia y trascendencia

Una conversación sobre el arte de tejer versos en Bolivia, su evolución y situación, con el destacado poeta Gary Daher.

Poesía Boliviana: arte, historia y trascendencia

/ 28 de septiembre de 2024 / 21:52

Gary Daher es una de las voces más reconocidas de la poesía boliviana contemporánea. Ingeniero de profesión y con una maestría en Estudios Avanzados en Literatura Española e Hispanoamericana por la Universidad de Barcelona, su trayectoria literaria es vasta y diversa. A lo largo de su carrera, ha publicado catorce libros de poesía, tres novelas y un ensayo sobre la poesía boliviana, además de traducir a poetas clásicos, destacándose como un autor prolífico y multifacético en el ámbito literario. Además, Daher ha sido partícipe de importantes proyectos colectivos y publicaciones que han marcado la historia de la literatura en Bolivia.

Su papel en el panorama cultural no se limita únicamente a la creación literaria. Junto a destacados poetas como Ariel Pérez y Juan Carlos Ramiro Quiroga, formó el grupo literario conocido como el Club del Café o del Ajenjo, cuya obra y producción poética dejaron una huella significativa. Asimismo, ha ejercido como editor y curador, desempeñando un rol clave en la difusión de la poesía boliviana a través de proyectos como la revista El Ansia y el Encuentro Internacional de Poesía Ciudad de los Anillos. Su compromiso con la literatura boliviana trasciende fronteras, logrando que su obra sea reconocida en diversas antologías y publicaciones internacionales.

En esta entrevista, Daher nos ofrece una mirada profunda y reflexiva sobre la evolución de la poesía boliviana desde el siglo XIX hasta la actualidad. A través de sus respuestas, explora los hitos históricos y las tendencias que han dado forma a la poética nacional, así como el impacto de la modernidad y la globalización en el quehacer literario del país. Además, nos comparte detalles sobre sus próximos proyectos literarios y su constante búsqueda de conocimiento y exploración en el campo de la poesía y la literatura universal.

¿Cómo ha evolucionado la poesía boliviana en los Siglos XIX y XX? ¿Qué hitos se puede identificar?

Ya desde los albores de la república y siguiendo el siglo XIX, la poesía boliviana nace con una intensa actividad poética, pues, contrario al criterio hasta hoy en día utilizado, tuvo en Bolivia un fuerte movimiento poético cuando, de acuerdo con la poeta Mónica Velázquez, que ha coordinado equipos de investigación dando como resultado dos libros sobre el periodo, se trabajaron asuntos como la presencia de la muerte, el ideal de patria, y claro cuando no los sentimientos y los amores, líneas del romanticismo.

Entre los poetas destacados de ese siglo inicial podemos nombrar a Ricardo Mujía, y María Josefa Mujía; sin embargo, el hito más destacado corresponde a la poeta Adela Zamudio que, adelantándose a su época puso la cuestión de género en relevancia a favor de la mujer, aunque su presencia abarca los dos siglos el XIX y el XX, acaso ya iluminada por el gran brillo que este brindó a la poesía boliviana

Baste empezar nombrando a Ricardo Jaimes Freyre, uno de los tres fundadores del modernismo junto con Rubén Darío y Leopoldo Lugones, del cual el mismo Jorge Luis Borges opinaba que había escrito un poema que sin decir nada lo dice todo, que es pura música, hablando del hermoso texto «Siempre», que abre Castalia Bárbara, libro publicado en 1899. Además del ensayo Leyes de la versificación castellana, de gran relevancia en toda la lengua. Por lo que este poeta y su obra son un hito fundamental de la poesía boliviana.

Jaimes Freire forma junto a Gregorio Reynolds y Franz Tamayo hacen la triada que da base al modernismo en Bolivia.

Durante este siglo hemos asistido en primer lugar a la escritura de Man Césped (Manuel Céspedes) adelantándose también a la poesía ecológica,

Posteriormente, la fuerte instancia de José Eduardo Guerra nos ingresa en el diálogo de la profundidad reflexiva. Mientras que Oscar Cerruto y Jaime Saenz se levantan como los dos pilares de la poesía boliviana, el primero como la culminación del modernismo, y Saenz como el provocador de una mirada mística construida a través del pensamiento del cuerpo y de la muerte, la ciudad, con el cristal que le da la ciudad de La Paz, y la vida corriente, desarrollando un trabajo espiritual propio en busca de conocimiento, y colocándose quizá como uno de nuestros poetas mayores, cuya obra aún es poco comprendida.

Por su parte, Hilda Mundy (Laura Villanueva) y Arturo Borda aparecen mostrando una línea vanguardista, donde Mundy cuestiona las posibilidades de verdad del sistema de la lengua, mientras Borda se desplaza en la multiplicidad de géneros con una mirada que recoge las anécdotas de la calle y las transforma en disquisiciones metafísicas, bajo permanentes reflexiones, que hacen un material profuso como si de un caldo de cultivo de la literatura boliviana se tratara.

Blanca Wiethüchter es a su vez un hito en la escritura realizada por mujeres en el siglo XX, donde acaso el mayor aporte, además de su intensa obra poética, haya sido el hecho de convocarnos para dibujar la literatura boliviana, tal como escribí en la dedicatoria que le hice en uno de mis libros de ensayos. Y recoger las palabras de Rodolfo Ortiz que nos dice que la “potencia creadora que contagia a sus lectores es lo primero que despunta; no un legado, sino un contagio de otro orden, que tiene que ver con ese rigor de la llama que hace posible leer y escribir sin ataduras”, dejándonos el trabajo Hacia una historia crítica de la literatura en Bolivia (2002).

En la temática del trópico boliviano, encontramos a Jorge Suárez y su poderoso Oda al Padre Yunga, además de otros poemarios con las formas rimadas siguiendo a los clásicos, especialmente el soneto, de gran calidad. Por su parte, Raúl Otero Reiche y Horacio Rivero Egüez han desarrollado una poética de gran valor que todavía deja la deuda de estudiarse. Sin olvidar, claro, la obra de Julio de la Vega Rodríguez.

Para cerrar el siglo XX, podemos decir que la poesía extraordinaria de Jesús Urzagasti, también de raíces filosóficas, y los poetas Fernando “Zeque” Rosso y Roberto Echazú han dejado una huella que creo imborrable.

¿Qué está pasando con la poesía boliviana en el Siglo XXI y cuál es el panorama actual?

La poesía del siglo XXI se abre con los cambios que la modernidad ha permitido, es decir, la posibilidad de que la poesía boliviana circule gracias a la tecnología, y permita que los poetas sean leídos y también invitados a los festivales internacionales. Esta poética que sigue, como en toda etapa de cambio, diferentes tendencias, se ve reflejada en una extraordinaria antología realizada por el italiano Emilio Coco que ha recopilado a 32 poetas bolivianos vigentes y los ha publicado de manera bilingüe.

Los poetas recogidos en esta antología son, en orden cronológico: Antonio Terán Cabero, Pedro Shimose, Eduardo Mitre, Matilde Casazola, Blanca Garnica, Norah Zapata-Prill, Nicomedes Suárez, Fernando Rosso, Álvaro Diez Astete, Humberto Quino, Juan Carlos Orihuela, Edwin Guzmán, Jorge Campero, Jaime Taborga, Gary Daher, Cé Mendizábal, Marcia Mogro, Homero Carvalho, María Soledad Quiroga, Juan Cristóbal Mac Lean, Eduardo Nogales, Patricia Gutiérrez, Vilma Tapia Anaya, Gustavo Cárdenas, Benjamín Chávez, Osear Gutiérrez Peña, Gabriel Chávez Casazola, Mónica Velásquez, Paura Rodríguez Leytón, Jessica Freudenthal, Guillermo Ruiz Plaza y Sergio Gareca.

A esta antología podemos sumar las voces de los poetas Juan Carlos Ramiro Quiroga y Sulma Montero, de notables trabajos.

El costumbrismo fue una corriente muy arraigada en el pasado. ¿Qué tanta influencia tiene esto, o no, en la poesía boliviana actual?

El costumbrismo trató de reflejar, en muchos casos con tendencia a la remarcación, el hablar popular que las variantes locales ejercitaban. Hoy en día, debido a la fuerte migración interna, producto de los tiempos, estas variantes se han suavizado. Sin embargo, dentro de las múltiples tendencias actuales, hay corrientes que recuperan el hablar popular actual para reproducir los modos y a través de ellos los sentires de la gente.

En tiempos de interconexión e intertextualidad, ¿qué tendencias de otras partes del mundo se vienen incorporando al panorama poético boliviano?

Actualmente, varios poetas bolivianos se han sumado a los movimientos poéticos que resaltan la poesía de la experiencia, y este movimiento se ha visto incrementado gracias a los talleres que estos poetas ejercitan. Sin embargo, también están otras líneas, tales como la línea de género, que también trae fuerte influencia especialmente en la poesía escrita por mujeres. En otras palabras, ya no estamos divorciados del mundo poético hispanoamericano.

¿Cuáles son los ánimos que actualmente caracterizan a la poesía boliviana, esto con relación a las miradas filosóficas que subyacen? ¿Qué tanto hay de existencialismo, hedonismo, nihilismo, iluminismo, etcétera?

Hay de todo un poco. Me parece que el panorama de las tendencias se irá aclarando a medida que pase la década, y los jóvenes poetas se interioricen más en sus lecturas que, gracias a esta universalización, está permitiendo que libros de las diferentes poéticas actuales y de otros siglos del mundo llegue a sus manos, tanto de manera física como virtual.

Aunque varios poetas han apostado por una ideología y un estilo que apela a la fragmentación, la diversidad, la paradoja, en lo que se podría llamar el posmodernismo. Las diferentes búsquedas están ligadas a las lecturas que les toca. Vale la pena mencionar que los poetas actuales son lectores que tratan de conocer y comprender a los grandes poetas del mundo, de manera que, en general, no parece haber demasiadas lecturas entre ellos, al menos no en el sentido de las conexiones o las influencias.

¿Por qué la poesía boliviana comienza a ser más reconocida y publicada alrededor del mundo hoy en día?

Las raíces de la poesía boliviana se nutren de la potencia poética del país, baste mirar su enrevesada historia, el sagrado lago Titicaca, el poderoso macizo andino con dos cordilleras, el altiplano que se nos aparece como el altar de América, los amables valles, y claro, la preciosísima selva oriental con sus ríos y la altísima biodiversidad que la ocupa. Sin mencionar la variadísima mitología, la arqueología ya descubierta y la por descubrir. Y donde se ha ido sumando la ahora ya profunda herencia de sus poetas mayores, reconocidos en el mundo entero. Baste decir que Olvido García Valdés reciente Premio Reyna Sofía en 2022, dio una conferencia en la Complutense de Madrid en 2020 sobre la obra de Jaime Saenz, a quien considera “estremecedor y rarísimo”, considerándolo “una de las figuras mayores de la poesía en español”.

Y esto es porque la poesía boliviana tiene una génesis enérgica, que produce imágenes y reflexiones en su gran mayoría diferentes a las que el público extranjero está esperando escuchar, las mismas que han sido propiciadas, en muchos casos, y de alguna manera, por las lecturas de los poetas clásicos bolivianos, de ahí el interés que provocan. Estos poemas son de excelente factura. De ahí que el interés por esta poesía ha ido creciendo.

¿En qué está trabajando actualmente Gary Daher, el poeta, y qué se viene hacia adelante para? 

Después de la pandemia no he publicado nada. Pero tengo tres libros de poesía concluidos, que verán la luz en cualquier momento. Además, desde hace siete años he estado trabajando un libro que ya he concluido y que se publicará en la editorial Letreo editores, que es de propiedad Benjamín Chávez y mi persona, el libro se llama Ezra Pound: Una luz entre Homero y Dante, con alrededor de 300 páginas, contiene un estudio de los siete primeros poemas de la obra The Cantos de Pound, así como la traducción de esos siete primeros cantares, además de casi 200 notas aclaratorias, y necesarias.

En proceso tengo hace tiempo una novela, y siempre poesía, varios emprendimientos que van en curso. Asimismo, la tesis de Maestría El Misterioso libro de Antonio Porchia, presentado ante la Universidad de Barcelona, la estoy trabajando para transformarla a manera de ensayos sobre este gran poeta argentino-italiano.

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