Quincy Jones: una vida musical a traves de épocas y géneros
Quincy Jones, ícono visionario que cruzó fronteras musicales y abrió caminos para generaciones de artistas, falleció a los 91 años.
Quincy Jones, un gigante de la música que desafió los límites de género, raza y generaciones, falleció en Los Ángeles el 3 de noviembre a los 91 años. Con una trayectoria de más de siete décadas, el legado de Jones es inmenso y abarca desde el jazz hasta el pop, pasando por la televisión, el cine y la producción de algunos de los éxitos más icónicos del siglo XX.
Nacido en Chicago en 1933, Jones empezó su carrera a temprana edad. A los 20 años, ya tocaba la trompeta en la banda de jazz de Lionel Hampton, un inicio que le llevaría a tocar con figuras como Dizzy Gillespie y a convertirse en un prominente arreglista en la escena de Nueva York. Sin embargo, su hambre por aprender lo llevó a París, donde estudió con la legendaria pedagoga Nadia Boulanger. Desde entonces, su carrera se disparó y lo transformó en un productor, compositor y arreglista de renombre mundial.
Quincy Jones, productor
Jones fue un maestro del estudio de grabación y, como dijo alguna vez el propio Frank Sinatra, “Q” —apodo cariñoso con el que lo bautizó— “es alguien con quien se puede contar para hacer magia”. Trabajó con Sinatra en «Fly Me to the Moon» en 1964, una colaboración que cimentó su estrecha relación profesional y que, como diría Jones en sus memorias, fue de las experiencias más enriquecedoras de su vida: “Lo amaba tanto como a cualquier otra persona con la que trabajé”.
Pero su influencia trascendió el jazz y se extendió al pop, la música para películas y más allá. En la década de 1980, Quincy Jones se convirtió en el arquitecto detrás de algunos de los mayores éxitos de Michael Jackson, incluyendo el álbum más vendido de todos los tiempos, Thriller (1982). “Thriller fue una combinación de toda mi experiencia como orquestador y de la selección de las canciones, y la de Michael, todo su talento como bailarín, como cantante, como un artista increíble”, recordó Jones. Thriller no solo redefinió el pop, sino que rompió barreras raciales, llegando a millones de hogares de todo el mundo y marcando el estrellato de Jackson.
Una trayectoria increíble
El camino hacia Thriller comenzó con el álbum Off the Wall (1979), el primero de Jackson como adulto, donde Jones ayudó a la estrella ascendente a forjar un estilo propio que mezclaba ritmos disco con sofisticadas líneas melódicas. A pesar de su éxito comercial, Off the Wall fue encasillado en categorías de R&B y Jones y Jackson sintieron la presión de llevar su siguiente proyecto a un nivel completamente nuevo. Decidieron crear un álbum que desafiara los géneros y rompiera las barreras impuestas por una industria todavía reticente a reconocer a un artista afroamericano en su máximo esplendor.
Para Jones, crear Thriller significó ensamblar un equipo inigualable de talentos, que incluía al guitarrista Eddie Van Halen, quien interpretó el legendario solo en “Beat It”, y la colaboración con artistas de renombre como Paul McCartney en “The Girl Is Mine”. Jackson, en tanto, canalizaba una energía incansable. “Sacaban a los ingenieros en camillas”, recordaba Jones. En el resultado final, el álbum reflejó el compromiso de ambos por romper con los límites de la música popular, incorporando elementos de jazz, rock y ritmos de diversas partes del mundo.
Thriller
Pero Thriller fue más que música. Jones y Jackson comprendían que la imagen era vital, y apostaron por los vídeos musicales. Con el videoclip de “Thriller”, dirigido por John Landis, el productor y el cantante redefinieron el formato del vídeo musical y rompieron las barreras raciales de MTV. El video, con sus coreografías icónicas y calidad cinematográfica, se convirtió en un fenómeno cultural que aún hoy resuena. “Michael y MTV se apoyaron mutuamente para alcanzar la gloria”, reflexionó Jones en 2022. Este cambio también impulsó la visibilidad de otros artistas negros en el canal, como Prince y Lionel Richie, y marcó el inicio de una era en la que el vídeo musical pasó a ser una forma fundamental de expresión artística.
Además de su colaboración con Jackson, Quincy Jones dejó una huella imborrable en otros géneros y en numerosos artistas, como Ray Charles, Lesley Gore, y el mismo Frank Sinatra, entre otros. Desde su trabajo con Charles en la instrumental “One Mint Julep” hasta la producción de “It’s My Party” de Gore, Jones construyó una carrera única en la que cada colaboración parecía una obra de arte, impecable y atemporal.
We Are the World
En los años posteriores, Jones se convirtió en una figura respetada en la industria y fue mentor de varias generaciones de artistas. En 1985, encabezó “We Are the World”, la canción que reunió a las estrellas más grandes de la década en un esfuerzo humanitario. Su activismo lo convirtió en una figura venerada por sus colegas, quienes lo ven como un pionero no solo en la música sino en la responsabilidad social.
Entre los homenajes recientes, Céline Dion compartió lo significativo que fue Jones en su vida: “Tuve el privilegio de trabajar con Quincy… su intuición musical era nada menos que profunda: me ayudó a capturar ‘un pedacito de cielo’”, expresó en honor al productor. Mariah Carey, por su parte, escribió: “Le has dado al mundo, y a mí, tantos momentos que serán apreciados por siempre”. Artistas de diversas generaciones y estilos, como The Weeknd, LL Cool J, y Charlie Puth también han rendido tributo, demostrando la vigencia de Jones como un referente creativo en la música contemporánea.
Legado
Quincy Jones no solo creó éxitos; redefinió el concepto de producción musical y abrió puertas para los artistas afroamericanos en un medio que aún necesitaba evolucionar. Fue un visionario con una capacidad inigualable para comprender y anticipar las tendencias musicales y tecnológicas, y su influencia se extiende más allá de cualquier género o época. Hoy su legado vive en cada nota de jazz, cada beat de R&B, y en cada estrella que sueña con alcanzar el nivel de grandeza que él ejemplificó.
Como mentor, activista, amigo y creador, Quincy Jones nos dejó un testamento de perseverancia y excelencia artística que difícilmente será igualado. En sus propias palabras, “la música no tiene fronteras”. En su partida, nos queda su inabarcable legado, una colección de sonidos que han definido a generaciones y que seguirán inspirando a las que vendrán.
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