Gabriel Chávez lanza su obra reunida ‘Cuadernos de la luz’
'Cuadernos de la luz' se publicó en Quito, Ecuador, e incluye tres libros de poesía.
El poeta boliviano Gabriel Chávez Casazola presentó recientemente su obra reunida «Cuadernos de la luz» en Ecuador, publicada por El Ángel Editor en su colección Pluma Junta. La presentación tuvo lugar en la Galería «Sara Palacios» de Quito durante la clausura del XVI Encuentro Internacional de Poesía en Paralelo Cero, donde el libro fue presentado por el poeta, crítico y editor Xavier Oquendo junto a la obra reunida del poeta hondureño Rolando Kattan.
La obra reúne tres de sus libros más significativos: «El agua iluminada», «La mañana se llenará de jardineros» y «Multiplicación del sol», además de incluir estudios críticos y reseñas sobre su poesía. Esta publicación marca el cierre de un ciclo de 15 años de escritura para el autor chuquisaqueño residente en Santa Cruz, quien actualmente prepara dos nuevos libros nacidos después de la pandemia.
El 2024 ha sido un año de importantes publicaciones para Chávez Casazola. Además de «Cuadernos de la luz», el autor ha visto publicada en Lima la antología «Hoja de Vida», editada por Summa y la Biblioteca Nacional del Perú, así como la séptima edición aumentada de su antología personal «Cámara de Niebla» en Chile por Andesgraund, que se suma a ediciones previas en Argentina, México, Colombia, Cuba, Costa Rica y Bolivia.
En una entrevista exclusiva con Escape, de La Razón, el poeta brinda más detalles sobre Cámara de Niebla.

¿De qué años son los tres libros que componen Cuadernos de la Luz?
«El agua iluminada» contiene poemas escritos entre 2006 y 2010, año de su publicación en Santa Cruz por editorial La Hoguera. No se reeditó desde entonces en su integridad hasta la aparición de esta obra reunida, aunque se tradujo parcialmente al italiano y portugués. Varios de sus poemas, en especial «La canción de la sopa», fueron traducidos también a varios otros idiomas e incluidos en antologías impresas y digitales. De esta manera, fue el libro que me abrió las puertas de los lectores internacionales.
«La mañana se llenará de jardineros» tiene textos escritos entre 2010 y 2013 y apareció primero en Quito, en El Ángel Editor, en 2013, y al año siguiente en Bolivia, en La Hoguera. Tampoco se reeditó en su integridad hasta ahora, aunque varios de sus poemas forman parte de «Aviones de papel bajo la lluvia», libro publicado en España en 2016 por Valparaíso.
Como en el caso del libro anterior, numerosos poemas que lo integran fueron traducidos y tuvieron alta circulación internacional, como «Promesa», «La velocidad de los fantasmas», que da título a la antología que se hizo de mi poesía en París: «La vitesse des fantomes» y, sobre todo, «1972».
En cuanto a «Multiplicación del sol», con poemas trabajados entre 2013 y 2017, se publicó en 2018, primero en Chile, en la colección Umbrales de la Universidad de Concepción; luego en Colombia, en la Colección Los Torreones, y en 2019 en Bolivia, en Plural Editores. También muchos de los textos que lo integran fueron traducidos a varios idiomas y recogidos en distintas antologías.
¿Cuál es la estructura de cada uno de estos libros?
Son libros de poemas que no tienen un único leit motiv. Yo creo en la fuerza del poema, que el poema pueda sostenerse por sí mismo y no como un mero fragmento de un conjunto unitemático. Por supuesto, armar un libro representa descubrir hilos escondidos o cordones de plata que permiten tejer esa urdimbre que luego un lector podrá elegir leer secuencialmente o al azar. Una vez establecidos esos diálogos, no siempre evidentes, entre textos, construyo secciones. Así, estos tres libros tienen cuatro o cinco secciones cada uno.
¿Podrías citar un poema de cada libro?
Si tuviera que quedarme con el poema que la gente ha hecho su favorito de estos libros, esos poemas son «La canción de la sopa», del primero; «Promesa» y «1972», del segundo; y «De la procedencia de la luz» y «Tatuajes», del tercero.

Dos poemas de Gabriel Chávez Casazola
Tatuajes
Una mariposa de tinta se ha posado en la espalda
de esa muchacha.
Una mariposa de tinta que durará más que la lozanía
de la piel donde habita.
Cuando la muchacha sea una anciana, allí estará,
joven aún, la mariposa.
¿Cómo se verá la espalda de la muchacha
cuando la lozanía de su piel haya pasado?
¿Cómo se verá la muchacha que ahora ilumina
la verdulería, como una fruta más para mi mano?
¿Los viejos de mañana se verán como los de hoy
y los de siempre?
¿O serán diferentes, ellas con piercings en los senos caídos
y ellos grandes aretes en las orejas sordas?
¿Volarán mariposas en la espalda de las muchachas viejas,
arrugarán sus alas sobre camas del coma, se marchitarán flores
de tinta dibujadas donde se abren sus nalgas?
Tal vez no pueda verlo, ya yo estaré ido para entonces
con mi mano temblando bajo un jean de mezclilla
o con la mente ausente en la cannabis
procurando aliviar dolores cancerígenos.
Ah, una mariposa de tinta se ha posado en la espalda
de esa muchacha.
Una mariposa de tinta que durará más que su aire.
Cuando ella haya exhalado por vez última
allí estará la mariposa todavía.
¿Echará a volar cuando incineren su morada de carne?
¿Se pudrirá en la tumba como una concubina egipcia?
¿La escuchará alguien volar o quemarse o pudrirse
y podrá venir para contarlo?
¿Escuchará alguien la historia desde la soledad de sus audífonos,
de los grandes aretes en sus orejas sordas?
¿No son estas las viejas preguntas de siempre?
¿Volveré a ver algún día a la mariposa?
¿Volveré a ver a la muchacha?
¿Continuarán existiendo las verdulerías?
[De Multiplicación del sol, 2018]
Promesa
Donde el poeta, investido como un personaje de Kozinski, conversa con su hija
Para Clara
Y si de pronto un rayo o un camión se abaten
sobre la palma erguida,
sobre su razón llena de pájaros
y mediodías
si la malaventura hiere su frente de luz
y la desguaza
y convierte en escombros su razón
y su alegría
que era también la nuestra
no te dejes llevar por la tristeza,
hija,
recuerda que detrás de los escombros
siempre quedan semillas
y que algún día,
pronto,
después del rayo y la malaventura
se abrirá la luz
cantarán los pájaros
y nuestra calle y todas las calles del mundo
donde alguna vez hubo palmeras abatidas
se llenarán de felices jardineros
que peinarán
los nuevos brotes
y regarán los mediodías.
Te lo prometo, hija:
la mañana se llenará de jardineros.
[De La mañana se llenará de jardineros, 2010]