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Los soldados se acogieron a la ‘suspensión condicional’ del caso

Los tres soldados bolivianos liberados ayer por la Justicia chilena retornaron al país porque se acogieron a la “suspensión condicional” del proceso, figura jurídica por la que no pueden volver a Chile en un año; tras ese lapso serán sobreseídos y la causa se extinguirá.

El 25 de enero, los conscriptos bolivianos fueron detenidos por Carabineros de Chile en la región de frontera. Uno de ellos (José Luis Fernández) portaba un fusil FAL militar por lo que todos fueron formalizados (cautelados) por el Ministerio Público por el delito de portación ilegal de armas en territorio chileno.

Treinta y seis días después, en la audiencia de ayer, viernes, los jóvenes aceptaron la propuesta de la fiscalía de acogerse a la “suspensión condicional del procedimiento”, que implica la salida inmediata del país y la prohibición de retornar a Chile por un año, tras lo cual la causa será sobreseída; “como si no hubiera pasado nada (…) Para todos los efectos, ustedes en ningún momento pierden su calidad de inocentes”, explicó el juez de la causa, Rodrigo Hernández.

“Lo más importante es que se logró que los tres recuperen el goce de sus derechos como personas y terminar con esta situación. La fiscalía de alguna manera reconoció su error y retrocedió en la medida porque hubo un análisis justo de la situación. Porque debería haberse descartado desde un principio la judicialización del caso”, explicó el abogado defensor de los soldados, Roberto Celedón.

Abuso. El jurista chileno agregó que se “violaron derechos” y se “abusó del poder porque el hecho no pasaba de ser un pequeño incidente diplomático. Los jóvenes estaban es una operación de lucha contra el contrabando”.

La defensa y los soldados llegaron ayer con 30 minutos de retraso ante el Juzgado de Garantías de Pozo Almonte. Los conscriptos estaban acompañados por el cónsul de Bolivia en Chile, Ramiro de la Fuente, y por el de Iquique, Raúl Ruiz, quienes no se despegaron ni un solo momento de los militares. Los soldados ingresaron al recinto vestidos con traje camuflado nuevo traído exclusivamente para la ocasión desde Bolivia.

En la audiencia, que no duro más de una hora, los jóvenes decidieron enfáticamente acogerse a la suspensión del proceso, sin antes dejar en claro al jurado que eran inocentes. El primero en hablar fue el dragoneante Fernández quien exclamó: “Acepto la suspensión porque somos inocentes y no cometimos ningún delito”. De inmediato se hizo la misma pregunta a Choque y Cárdenas, quienes respondieron casi con la misma frase.

Tras oír la decisión, el juez Hernández aprobó la resolución judicial y dio por terminada la audiencia, disponiendo que los uniformados abandonen de inmediato el país y que la Policía de Investigaciones constate la salida de los militares.

Conmovidos por el fallo, afines al Partido Comunista de Chile (PCCh) que esperaban afuera rompieron en aplausos. Hubo llanto de algunas mujeres que gritaban que “por fin se hizo justicia”, mientras los jóvenes abandonaban el lugar, a bordo de un vehículo del consulado boliviano.

Casi medio centenar de personas los despidió, haciendo flamear banderas bolivianas y wiphalas. De inmediato, los tres conscriptos viajaron casi dos hasta el aeropuerto de Iquique para abordar un vuelo chárter de la Fuerza Aérea que los esperaba en la terminal aérea.

Viaje. Luego de realizar el último recorrido por la ciudad, el vehículo del consulado llegó a las 13.20 al aeropuerto. Antes pasó por un restaurante donde el grupo pidió hamburguesas. Comieron  en el camino y finalmente abordaron el avión que los llevó hasta el aeropuerto de Oruro, departamento del cual los tres son oriundos.

Los ministros de Defensa, Rubén Saavedra, y de Transparencia, Nardi Suxo, esperaban a los soldados en el aeropuerto de Iquique. Durante el corto tiempo que estuvieron allí, evitaron todo contacto con la prensa.

Pese a la premura, los jóvenes alcanzaron a mudarse otra vez de uniforme; esta vez vistieron un nuevo camuflado y boinas verdes. Según fuentes de gobierno, también ostentaban el grado de cabo. Los soldados habían sido ascendidos al máximo grado en el servicio militar regular.

El clima cálido y un sol radiante acompañaron la última jornada de los soldados en suelo chileno, cuyo avión despegó a las 14.45, después de una serie de trámites de salida en el aeropuerto y la supervisión de la Policía chilena, que constató que aborden la nave y despegaran hacia Bolivia. Tardaron más de lo previsto debido a que ninguno tenía cédula de identidad y el consulado debió tramitar salvoconductos.

En Oruro se reencontraron con sus familias y se prevé que el lunes reciban condecoraciones en un acto en la plaza Murillo, al que asistirá el presidente Evo Morales.

Solidaridad, aplausos y despedida

Respaldo

Al salir del juzgado, los soldados fueron acogidos por algunas decenas de ciudadanos chilenos.

Medios

No emitieron declaración alguna a los más de 30 periodistas, entre chilenos y bolivianos, que siguieron el caso.

Despedida

“Estoy súper contenta porque siempre supimos que ellos eran inocentes; espero que les vaya súper bien en Bolivia”, dijo Gladis Ayala, ciudadana chilena.