Especiales

Wednesday 17 Apr 2024 | Actualizado a 15:18 PM

Revolución sin independencia

Dos historiadores responden a diez preguntas clave de la rebelión del 14 de septiembre de 1810

/ 14 de septiembre de 2013 / 07:39

Cochabamba recuerda hoy el 203 aniversario del levantamiento revolucionario del 14 de septiembre de 1810. Un episodio valeroso en la historia de la región, que sumado a otras insurrecciones como la de Charcas (Chuquisaca) y de La Paz, en mayo y julio de 1809, respectivamente —y que tuvo relación con la de Buenos Aires en mayo de 1810— quedó inmortalizado en los anales de la guerra independentista que permitió el nacimiento de la República de Bolivia, el 6 de agosto de 1825.

Los historiadores e investigadores Gustavo Rodríguez (GR) y  Edmundo Arze (EA) responden en estas páginas a diez preguntas clave para entender los motivos del alzamiento del 14 de septiembre, las batallas posteriores, los héroes conocidos y desconocidos de la revuelta, el papel de los indígenas y las mujeres, la importancia de la Republiqueta de Ayopaya, la relación de este acontecimiento con otros hechos similares y su aporte a la liberación del continente del yugo español.

1.¿Qué sucesos derivaron en la insurrección del 14 de septiembre de 1810?

GR: Hay tres centrales. Primero, la presión del rey Fernando VII (1808-1833) en España y el desmoronamiento de la Corona en ese país. Segundo, los acontecimientos de Chuquisaca en mayo de 1809, y del 16 de julio del mismo año en La Paz. Tercero y fundamental, la Junta de Buenos Aires del 25 de mayo de 1810. No hay que olvidar que Cochabamba no declaró su independencia ese 14 de septiembre, sino su adhesión e incluso, como dicen los textos, su subordinación a la Junta de Buenos Aires. Para entonces, Cochabamba y el Alto Perú pertenecían al Virreinato de La Plata.

EA: Los sucesos que derivaron en la revolución patriótica del 14 de septiembre de 1810 en Cochabamba fueron tres. El alzamiento de Chuquisaca del 25 de mayo de 1809, que derrocó al presidente de la Real Audiencia de Charcas, don Ramón García de León y Pizarro, militar y administrador público español; la insurrección de La Paz del 16 de julio de 1809, que instauró la junta revolucionaria o Junta Tuitiva de los Derechos del Pueblo y, además, emitió una proclama a la cabeza del coronel comandante Pedro Domingo Murillo, y finalmente, la rebelión de Buenos Aires del 25 de mayo de 1810, que derivó en la primera junta revolucionaria de Buenos Aires, también denominada como la Junta Provisoria Gubernativa del Río de la Plata.

2.¿A quién o quiénes se consideran héroes de la rebelión en Cochabamba?

GR: No creo mucho en esa idea de figuras y de héroes, pero digamos que la cabeza más visible de lo que ocurrió en 1810 fue el coronel Francisco del Rivero, un hacendado cochabambino y también oficial del ejército real. Igualmente jugó un papel importante y destacado Esteban Arze. Lo que pasa es que en la historiografía regional, dado que Del Rivero terminó aliado con el realista José Manuel de Goyeneche en 1811, su figura iconográfica del recuerdo, de la memoria, desapareció y eso permitió que se empodere en la memoria a Arze, que efectivamente continuó con la lucha independentista.

EA: Los héroes fueron el teniente coronel Francisco del Rivero, el teniente Esteban Arze, el teniente Bartolomé Guzmán, el alférez Melchor Villa Guzmán y el cura presbítero Juan Bautista Oquendo, quien destacó por su oratoria y también fue nombrado capellán del cabildo. ¿Por qué? Tenían información y contactos con los hechos sucedidos en Charcas, La Paz y Buenos Aires. Ellos también se ocuparon de organizar la rebelión en el campo y en la ciudad, realizando reuniones secretas y conspirativas, poniendo al tanto a los simpatizantes de la causa, y en el campo soliviantando a las bases campesinas indígenas. Sobresalieron igual terratenientes que colaboraron con sus peones y contribuciones económicas para la lucha patriótica.

3.¿Se puede afirmar que la revolución de septiembre pidió la independencia?

EA: Los primeros movimientos no estuvieron del todo definidos por la independencia del 6 de agosto de 1825. Durante el amanecer del 14 de septiembre de 1810, en la que se denominaba Villa de Oropeza, la jornada de la Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, con el asalto al cuartel realista, la toma de la Plaza Mayor y el cabildo de gente gritando “¡Viva el Rey (Fernando VII), muera el mal gobierno y viva la Patria!”, todavía no estaba definido el tema de la independencia. Años después recién se definieron por la lucha revolucionaria, por la emancipación y fueron mucho más radicales.

GR: El tema de la independencia es mucho más posterior. Los sectores más avanzados pedían en inicio una suerte de autonomía y renegociación dentro del reino; pero, en realidad, lo que estaba sucediendo era una transformación del lenguaje político, porque cuando el rey expresó la teoría de la retrogresión, aquella que dice que el poder debe volver al pueblo, abrió un nuevo escenario político a la duda de saber quién es el pueblo. En la lógica colonial el pueblo son los ciudadanos preclaros, letrados, criollos o españoles; sin embargo, cuando esas fronteras se rompieron, irrumpieron otros grupos como mestizos, indígenas o mujeres. Hubo una revolución no tanto por la independencia, sino por la redefinición del concepto del pueblo y de los ciudadanos.

4.¿En qué aportaron  los indígenas a la revolución del 14 de septiembre de 1810?

GR: La presencia indígena estuvo marcada no tanto por lo que sucedió el 14 de septiembre de 1810 —aunque es seguro que una parte de la tropa era de origen indígena o mestiza, que era finalmente la mayoría de la población—, sino por lo acontecido en la gran rebelión indígena de 1781. Cochabamba tuvo algo así como su propia rebelión: así como en La Paz estuvo Katari, en Cochabamba estuvieron varios caciques en esa revuelta. Esto no puede entenderse sólo el 14 de septiembre, los grupos criollos fueron afirmando su poder sobre los indígenas, que tuvieron su propia perspectiva.

EA: El 14 de septiembre fueron movilizados los indígenas que se encontraban al servicio de las haciendas en el campo, en los valles de Cochabamba, en calidad de peones, pongos o siervos dedicados a los trabajos agrícolas. Su concurso representó una fuerza decisiva soliviantada. En el transcurso de toda la guerra de la independencia la participación indígena era requerida por ambos bandos. Por ejemplo, en el ejército del realista de José Manuel de Goyeneche, la mayoría eran indios reclutados en Cusco, Puno y otros lugares. Hubo contingentes indígenas que lucharon defendiendo la bandera del rey, encabezados por los indios principales, curacas y caciques. Referente al concurso indígena en las tropas patriotas, se les pidió su cooperación en servicios auxiliares.

5.¿Qué relación hay entre la revolución de septiembre y las revoluciones  de La Paz y Chuquisaca?

GR: Sin duda, entre las tres predomina cierta influencia y simpatía, porque a pesar que las distancias en ese momento eran enormes, las comunicaciones complicadas y difíciles, y las autoridades españolas establecían un control que comprendía el registro de las comunicaciones y de la correspondencia, es posible presumir  que los que estaban en Cochabamba tenían información, incluso nexos con Buenos Aires, donde había un sacerdote (Iturri Patiño) que les enviaba comunicaciones y que tras ser descubierto fue tomado preso y enviado a Potosí. Es probable que hayan tenido comunicaciones. Estamos hablando de una época, no de individuos aislados. Es una época y, por tanto, hay muchos actores.

EA: La relación de los hechos de septiembre con las anteriores dos revoluciones son, principalmente, las comunicaciones que traían los emisarios con cartas, instrucciones y pasquines procedentes de Chuquisaca y de La Paz.

6.¿Qué otras batallas importantes protagonizó la región en el proceso independentista?

EA: La Batalla de Aroma del 14 de noviembre de 1810, las expediciones hacia Oruro y        La Paz, a Vallegrande. Las batallas de Guaqui, Amiraya, Quehuiñal, la segunda revolución de Cochabamba, las posteriores rebeliones de Cochabamba y la Republiqueta de Ayopaya que terminaría con la última revolución de Cochabamba el 14 de enero de 1825, un pronunciamiento realmente independiente con la consigna: Ni con España, ni con Perú, ni con Buenos Aires.

GR: Para mí la revolución no es una relación compleja entre las élites cochabambinas y las élites porteñas o las élites del Virreinato del Perú, sino que implica el cambio del lenguaje político. Sí existen algunos acontecimientos como la Batalla de Aroma, en noviembre de 1810; la gran derrota de Guaqui en junio 1811. La primera fue vivida como un triunfo y es otra como la gran derrota del ejército patriota del norte donde estuvieron porteños, cochabambinos, sucrenses, paceños. No existió una nacionalidad.

7.¿Cuál fue el papel de las mujeres en la insurrección cochabambina?

GR: Cuando estalló el proceso independentista, la mujer no era vista como alguien que está presente en la guerra. Una de las pequeñas pistas que existen nos permite señalar que ellas, tanto criollas como mestizas e indígenas, cumplían varios papeles en la cura de los heridos, en ver uniformes, en preparar vituallas y, muchas veces, acompañando a las tropas de Cochabamba en calidad de rabonas, es decir cocineras. También transportaron información y secretos. No fueron visibles en el escenario mismo de la guerra, no estuvieron en la batalla, pero acompañaron todo el proceso de cerca.

EA: Las mujeres hicieron el papel de acopio o de obtener información de las esferas de alto nivel del gobierno colonial, como ser las decisiones o los movimientos de tropas. También se les encargó la labor de espionaje y muchas ofrecieron sus casas para las reuniones conspirativas. Figuran, por ejemplo, doña Luisa Zambrana, las hermanas Juana y Lucía Ascui, así como esposas de jefes patriotas como Manuela Rodríguez Tercero, María Dávalos de Guzmán, María Manuela de Quiroga, Josefa Montesinos y Lucía Alcócer, que colaboraron organizando las tertulias conspirativas y la logística para distribuir y guardar los víveres. El mismo 14 de septiembre, las comerciantes del mercado ayudaron saliendo a la calle armadas de palos y cuchillos.

8.¿Quién o quiénes son los héroes olvidados de la revolución del 14 de septiembre de 1810?

EA: Fueron el comandante José Manuel Chinchilla, el soldado Justo Guzmán, el teniente Manuel Guzmán, el alférez José María Montesinos, el alférez José Manuel Lozano, don Agustín Ascui, don Francisco Carrillo, don Baltazar Cárdenas, el doctor Mariano Montesinos, el comandante José Miguel García Lanza y don José Rojas de Sacaba. Y todos los miembros del cabildo revolucionario de septiembre de 1810, de la Republiqueta de Ayopaya y de Vallegrande.

GR: No creo que sean nombres  puntuales de personas, considero que en todo este proceso de la historiografía liberal y nacionalista posterior, hay un grano olvidado que es el pueblo, o sea, mestizos e indígenas. Reitero lo que mencioné con anterioridad,  los grupos criollos o de indígenas no tenían la misma perspectiva, no tenían la misma forma de entender esta disputa por el poder. Por eso digo, y dicen algunos historiadores, que siendo una guerra por la independencia fue también la guerra civil entre los distintos actores que trataron de acomodar sus intereses y sus propios proyectos en el marco de la crisis del Estado colonial. La crisis desató conflictos internos que estaban dormidos o que estuvieron presentes antes, por eso todo llegó a ser un largo proceso que no debe concentrarse solamente en lo sucedido el 14 de septiembre.

9.¿Cuál es el significado histórico de la Republiqueta de Ayopaya en la lucha independentista?

GR: En la guerrilla de Ayopaya, que tuvo como base Inquisivi, se ven aspectos importantes. Por un lado, nuevas técnicas de guerra que ya no son las confrontaciones formales como las de tropas que se enfrentan en un territorio delimitado, como ocurrió en Aroma o en Guaqui. Es una guerra de guerrillas, es decir, atacaban y se retiraban. Militarmente, así se puso en jaque a las tropas españolas porque se tuvo la capacidad de vencerlas; en realidad la derrota de las tropas españolas vino por el ejército del norte, por Simón Bolívar, Antonio José de Sucre, mientras la republiqueta aguantaba.

EA: Militarmente, Ayopaya fue considerado un lugar inexpugnable. Además de tener una misión estratégica por su espacio ubicado entre La Paz y Oruro, que controlaba los accesos en los caminos de Oruro, La Paz y Cochabamba, fue un puesto de avanzada del ejército patriota que cumplía las instrucciones de dar guerra sin cuartel a las órdenes del Pelayo altoperuano, el comandante José Miguel García Lanza, nacido en Coroico, en los Yungas de La Paz, que coordinaba las acciones con el comandante gaucho Miguel de Güemes . Por último, la republiqueta se consolidó como un refugio seguro, porque estaba cubierto por quebradas, cerros y serranías de topografía accidentada que favorecían a los combatientes guerrilleros patriotas.

10.¿En qué contribuyó la revolución al proceso independentista del continente?

GR: No creo que con el 14 de septiembre de 1810 se diera algo así como una declaración de la independencia, ésta se definiría entre 1824 y 1825. Ello porque la cabeza de quienes estaban el 14 de septiembre se movía en términos políticos dentro de la triada “Rey, Patria, Dios”. Lo que he planteado varias veces: Ya que no está el rey, ¿a quién le corresponde reemplazar el poder? Ésa es la pregunta central, no está planteada en términos de separación o de una lucha entre realistas y nacionalistas, está planteada en términos de poder.

EA: Después del levantamiento del 14 de septiembre, secundaron en ese ejemplo Santa Cruz, Oruro y Potosí, el objetivo de los jefes revolucionarios fue unificar todos los movimientos aislados. Se organizó el primer ejército de liberación con criollos, mestizos e indígenas, cuya misión fue defender los movimientos de los ejércitos de Buenos Aires y consolidar la emancipación de Buenos Aires y el continente sudamericano.

Temas Relacionados

Comparte y opina:

El Gobierno impulsa la industrialización con miras al Bicentenario

El Gobierno nacional tiene el objetivo claro, la industrialización de los recursos naturales hasta 2025, el año del bicentenario de la fundación de Bolivia.

Trabajos de explotación de litio en el salar de Uyuni para la planta industrial de carbonato de litio.

Por Yuri Flores

/ 6 de agosto de 2023 / 07:28

Bolivia 198 años

El Gobierno nacional tiene el objetivo claro, la industrialización de los recursos naturales hasta 2025, el año del bicentenario de la fundación de Bolivia. Y uno de los puntales está enfocado precisamente en la explotación del litio de los salares situados en las regiones de Oruro y Potosí.

El desarrollo de la industrialización del litio se da desde 2013 con la instalación de la planta piloto en la localidad de Llipi, cerca del Salar de Uyuni, Potosí, que a la fecha tiene una producción cercana a las 1.000 toneladas de carbonato de litio año.

Pero para una mayor explotación de ese recurso, en 2019 se determinó construir una planta industrial de carbonato de litio con una capacidad de 15.000 toneladas cada año, la cual se prevé entregar este 2023 y empezar con la producción, inicialmente, de 2.300 toneladas.  La inversión para la construcción de esa factoría que está ubicada también en Llipi, sur del Salar de Uyuni, es de Bs 766,9 millones (unos $us unos 110 millones). Además, para el inicio de operaciones se emplaza una Planta Industrial de Tratamiento de Agua. Para este cometido se destina Bs 344,3 millones ($us 49 millones). 

Acuerdos. Actualmente, el carbonato de litio, materia prima para la fabricación de baterías, tiene una alta demanda principalmente por la fabricación de vehículos eléctricos. Es por eso que el Gobierno apuesta a ser el primer productor de ese compuesto; por tanto, durante este 2023 (enero y junio) firmó acuerdos con empresas internacionales líderes en la fabricación de carbonato y de baterías de litio para la construcción de plantas industriales con tecnología de Extracción Directa de Litio (EDL) en tres salares del país.  A principios de año, Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB) firmó un convenio con el consorcio chino CATL BRUNP & CMOC (CBC) para la implementación de dos complejos industriales con la tecnología de EDL en los salares de Uyuni, en Potosí, y de Coipasa, en Oruro.

 El consorcio chino determinó invertir $us 1.400 millones para emplazar dos plantas, una en Coipasa y otra en Uyuni y cada una producirá 25.000 toneladas de carbonato de litio. A la fecha, YLB aguarda los estudios realizados por CBC para la construcción de las dos plantas que empezaría en este segundo semestre.  Mientras que, a fines de junio, se firmó con la rusa Uranium One Group, y la china Corporación Citic Guoan para emplazar otras dos plantas EDL, una en Uyuni y otra en Pastos Grandes (Potosí) con una capacidad de 25.000 toneladas de carbonato de litio. También se prevé una inversión de $us 1.400 millones. El objetivo es llegar a 2025 o inicios de 2026 con una producción de más de 115.000 toneladas.

La Planta de Almacenamiento y Transformación de Cereales en Viacha.
La Planta de Almacenamiento y Transformación de Cereales en Viacha.

Hasta 2025 se proyecta emplazar más de 130 industrias en el país

Otro de las metas del Gobierno nacional es convertir a Bolivia en un país industrializado hasta 2025 para dejar de importar diferentes productos, por lo que se determinó hacer una cuantiosa inversión que asciende a Bs 24.816,8 millones (unos $us 3.565,6 millones) para el emplazamiento de más de 130 industrias en todo el territorio.

El presidente Luis Arce apuesta a la sustitución de importaciones con la industrialización de la materia prima y, si se da el caso, exportar esa producción, por lo que determinó la construcción de varias plantas industriales de química básica, alimenticias, de fertilizantes, de materiales para la construcción, de biocombustibles, minería, agroindustria, entre otras industrias que se construyen y se edificarán en los nueve departamentos.   “El pueblo boliviano apostó por las grandes transformaciones y nosotros somos el Gobierno de la industrialización con sustitución de importaciones, que es la mayor transformación”, dijo el Mandatario en el acto de inicio del emplazamiento de la industria de Química Básica.  “Estamos ante un gran salto en el desarrollo. La creación de plantas industriales en diversas áreas, nos va a liberar de importar muchos productos que más bien podemos producir para exportar”, añadió el Jefe de Estado.  En el departamento de La Paz se tiene previsto edificar 30 industrias en al menos 20 municipios, tanto en la zona altiplánica como en el norte paceño. Se tiene previsto una inversión de Bs 1.550,8 millones para esas proyectos. (Ver cuadros). La mayor inversión que se ejecuta para el emplazamiento de estas industrias está en los departamentos de Potosí con Bs 7.014,4 millones en 14 plantas, entre ellas las de litio y de refinación de zinc; Santa Cruz con Bs 4.876,2 millones para emplazar 13 plantas como la de hierro del Mutún y de Biodiésel. Y en Oruro Bs 2.629,2 millones destinados a industrias de refinación de zinc y alimenticias.

Convenio. El acuerdo con las empresas internacionales para industrailizar el litio.
El acuerdo con las empresas internacionales para industrailizar el litio. Foto. APG

Comparte y opina:

Arte Boliviano memoria y prácticas posibles

Las artes han sido históricamente una muestra sensible de las formas en las que pensamos nuestra realidad

Por Galo Coca Soto

/ 6 de agosto de 2023 / 07:08

Bolivia 198 años

Las artes han sido históricamente una muestra sensible de las formas en las que pensamos nuestra realidad, desde los conocimientos ancestrales o contemporáneos, la nostalgia, las identidades, los territorios y el tiempo, manifestando la diversidad como fortaleza y la incertidumbre como detonante. 

No es de extrañar que en diferentes momentos las dificultades y carencias han exacerbado la creatividad y logrado altos hitos que marcaron nuestras formas de comprender las nociones de “arte”. Somos un pueblo que ha sobrevivido y permanece en pie de batalla. Así seguimos, con la claridad que queda mucho camino por delante, que afrontaremos con la resiliencia que caracteriza al artista boliviano. Sin embargo, creo importante señalar dos necesidades urgentes como la memoria y nuevas prácticas posibles. 

La conservación de la memoria de la creación artística en nuestro país es de vital importancia para comprender los senderos que se habitaron desde su pensamiento y cómo este tejió las prácticas de nuestros territorios, es una tarea pendiente y ahora una necesidad de manifestar las voces de las personas en su tiempo. Pensemos en propuestas como el pensamiento Ch´ixi (Rivera, 2018), donde podemos reconocernos como seres en constante mutación y diálogos trans culturales, temporales, disciplinares, técnicos, humanos, etc. Seres que corresponden a lo diverso y no así a lo definitivo. También la Educación mutua de las artes (Espejo, 2022), que nos da perspectiva en el contexto de nuestras acciones e ideas, las motivaciones y los fines, que serán muy diferentes a la globalidad y eso nos enriquece, se potencian los espacios íntimos como educación en un ecosistema saludable, es decir, que todos tengan voz y acción en las construcciones del futuro. Es necesario recuperar los saberes que el arte legó y entendernos diversos y auténticos frente a lo heterogéneo e inhumano, conversar con el pasado y manifestarnos presentes.

Hoy, cuando estamos conectados globalmente y las velocidades son abrumadoras, el quehacer artístico está conminado a su manifestación en documentos, elaboraciones que permitan articular y expandir las ideas, para retroalimentar las posibles proyecciones en el horizonte.

En la práctica, las categorías, estrategias y recetas son insuficientes y se da nuevo valor a lo transdisciplinar, los encuentros, las comunidades y redes, algo potente en la acción y sensato en la poética, un camino posible. Podemos poner en duda y replantear la gestión de arte y cultura en términos de resignificación del conocimiento, vínculos con el pasado y el presente, apertura de espacios de pensamiento a otros actores, no solamente los creadores artísticos sino también pensadores de otras áreas del conocimiento y territorios que participen desde sus particularidades, expandiendo sus posibilidades en la retroalimentación. Formas que también continuarán su vocación líquida, de evolución.

Tengamos claro que no es obligatorio acceder a espacios oficiales (museos o galerías comerciales) de divulgación de trabajo artístico sino al contrario, el proceso de creación continúa hasta el extremo de su socialización como parte integral de la obra, intervenciones dislocadas de la expectativa, participantes de los ecosistemas y sus integrantes, promoviendo las discusiones en diálogo abierto, no solo por pertinencia, sino por correspondencia. Renunciar al cubo blanco o las convenciones de qué es arte y cómo debe mostrarse para un mercado es un rasgo de las búsquedas contemporáneas en nuestro país. La institucionalidad ha fallado y la respuesta es orgánica y contundente: la aparición de espacios alternativos, proyectos breves a escala humana, más coherentes que la grandilocuencia de espacios asépticos y neutros, donde las ideas mueren congeladas y son moneda de cambio. Retornemos al vértigo de la respuesta en tiempo real, donde las artes son reconocidas como instrumento de vida y no de certidumbres.

Galo Coca Soto Artista visual y docente

Temas Relacionados

Comparte y opina:

Estado Plurisexual de Bolivia

La pluralidad sexual, es decir, el reconocimiento de una Plurisexualidad que dignifique a aquellas personas y cuerpos que siguen postergados en sus causas y luchas más íntimas

Como una forma de visibilizarse, la comunidad LGBTIQ+ organiza en junio diferentes actividades.

/ 6 de agosto de 2023 / 06:59

Bolivia 198 años

Desde 2009, Bolivia se funda en la pluralidad y el pluralismo político, económico, jurídico, cultural y lingüístico. Sin embargo, en un atrevimiento característico de todo impulso revolucionario, urge pensar la pluralidad como una de las bases fundamentales del Estado que pueda abrir sendero a otros paradigmas que contribuyan radicalmente a dejar atrás la etapa colonial, burguesa, heteronormativa y patriarcal de la que todavía se viven resabios de violencia, dominación y exclusión constante.

La pluralidad sexual, es decir, el reconocimiento de una Plurisexualidad que dignifique a aquellas personas y cuerpos que siguen postergados en sus causas y luchas más íntimas y que deben atenderse para alcanzar un suma qamaña (vivir bien) que nos incluya a todas, todos y todes sin excepción alguna.

En un Estado Plurisexual, las niñas y los niños no son sometidos a la imposición binaria del género, ellas y ellos pueden elegir libremente el color de sus ropas, practicar el deporte que quieran, tener el pelo largo o corto según su comodidad y su gusto, no se les asigna un rol que deban cumplir según los mandatos de la masculinidad y la feminidad.

En un Estado Plurisexual, los y las jóvenes reciben información adecuada para ejercer una sexualidad sin culpa, sin miedo, bajo consentimiento, reciprocidad e interés mutuo; sin violencias ni presiones, sin estereotipos de género, con los conocimientos suficientes para elegir los métodos de cuidado y prevención más adecuados y convenientes para sus cuerpos.

En un Estado Plurisexual, los hombres viven sus emociones y sentimientos, pueden llorar y emocionarse sin sentir vergüenza, sin ser sancionados por la masculinidad patriarcal disciplinante, sin preocuparse por encajar en el rol de macho en la sociedad. Pueden renunciar al mandato del machismo, pueden denunciar la violencia ejercida por sus pares, pueden exiliarse de la complicidad con esa violencia. La hombría ya no se piensa como una membresía para pertenecer a la corporación masculina, sino como una característica que les permita ser empáticos, afectivamente responsables, solidarios con el mundo, sin competir, sin poseer ni dominar. Aquí los hombres comprenden que un no es no y que la virilidad no es lo único que los define.

En un Estado Plurisexual, las personas LGBTIQ+ no viven en la clandestinidad de la invisibilización, la sociedad no asume que todos los habitantes del país son heterosexuales; se promueve el respeto a las diversidades y disidencias sexuales, pueden casarse con quienes aman, y divorciarse también, pueden besarse en público sin que sus vidas corran riesgo y sin sufrir el hostigamiento condenatorio de la doble moral de la sociedad. El bullying contra personas gays, lesbianas, bisexuales y trans es frenado y atendido con urgencia por las autoridades escolares. La identidad de mujeres y hombres trans no es puesta en duda, se garantizan todos sus derechos. Los discursos de odio no son vistos como “libertad de expresión” y son sancionados de forma inmediata por las autoridades competentes. Quedan atrás las posturas patologizantes sobre la homosexualidad. La diversidad es parte de los valores sociales e institucionales del país y la orientación sexual de las personas no es una excusa para la discriminación.

En un Estado Plurisexual, las personas que viven con VIH reciben su tratamiento con prontitud y puntualidad, son atendidas en centros especializados con la sensibilidad y las condiciones necesarias para impulsarles a seguir con sus vidas y sus proyectos laborales, afectivos, sentimentales, académicos, familiares, etc. No se usa más el término “grupos de riesgo” por evocar estigma y prejuicio sobre la sexualidad de determinados grupos sociales empobrecidos y precarizados. Son atendidas por personal médico que no juzga ni maltrata. Son personas a las que se les da empatía y acompañamiento.

En un Estado Plurisexual, las mujeres deciden sobre sus cuerpos, reconocen ese espacio como el primer territorio de soberanía y autodeterminación. No son obligadas a ser madres por mandato ni obligación social ni religiosa. Las niñas no son torturadas llevando embarazos causados por la violencia sexual. Ser mujer no es sinónimo de ser madre porque se reconoce el derecho a la anticoncepción. El aborto no es un delito, no se persigue ni encarcela a las mujeres por decidir, se les garantiza la vida y no se penaliza su sexualidad, ni se las castiga por ejercerla. Los valores de producción y reproducción de la vida están determinados por el deseo pleno de la mujer, su pareja, sus proyectos de vida y sus sueños.

Un Estado Plurisexual es el Estado que queremos.

Christian Egüez  activista LGBTIQ+

Temas Relacionados

Comparte y opina:

La identidad y el Colectivo Socavón Cine

El cine actual en Bolivia indudablemente no puede entenderse sin la obra de Jorge Sanjinés.

/ 6 de agosto de 2023 / 06:46

Bolivia 198 años

El cine actual en Bolivia indudablemente no puede entenderse sin la obra de Jorge Sanjinés. En este sentido, los integrantes del Colectivo Socavón Cine no niegan la influencia del director paceño, tanto en sus narrativas como en sus modos de producción. Como Mauricio Souza ha señalado, los miembros del colectivo “se hacen cargo de la tradición del cine boliviano, dialogan con ella”. Así, el primer gesto político que hay que destacar es su apuesta por hacer un cine comunitario ya que en sus películas “alternan desarrollando diversas labores de realización, pero en una lógica que parece estar al servicio a las búsquedas formales y temáticas de cada uno de ellos, y no necesariamente de un proyecto unívoco. Eso sí, el pertenecer a este grupo habla de la voluntad de sus integrantes por entender el cine como un arte de creación colectiva, que implica la distribución de tareas de producción, pero también el enriquecimiento previo de los proyectos merced al intercambio-discusión de ideas y propuestas”, señala Santiago Espinoza.

Si volvemos a la teoría de Jorge Sanjinés, que afirma que un cine revolucionario es aquel que “no puede ser sino colectivo en su más acabada fase, como colectiva es la revolución”, podemos fácilmente identificar una visión política sobre lo que significa hacer cine en Bolivia. Una visión compartida entre el director de Ukamau y los miembros de Socavón Cine, que se definen en su página de internet como un “colectivo boliviano con búsquedas y formas particulares, pero con una preocupación en común, contemplar nuestros contextos, nuestros lugares, la gente, sus historias. En el cine y en la vida.” Como Souza afirma, “se acercan a una alteridad (el ‘otro’, que es aquí un cargador, migrante, minero, obrero), pero lo hacen con cautela y curiosidad”. En el presente artículo, únicamente me detendré en tres producciones: Enterprisse (2010), de Kiro Russo (Mauricio Quiroga); Amazonas (2016), de Carlos Piñeiro; y El corral y el viento (2013), de Miguel Hilari.

Enterprisse (2010), el cortometraje dirigido por Mauricio Quiroga, dura aproximadamente ocho minutos y tiene como protagonista a un aparapita (personaje emblemático paceño cuyo trabajo consiste en cargar diversos objetos sobre su espalda) que transporta un muñeco gigante del personaje Woody de la película norteamericana Toy Story a un parque de diversiones. Cuando llega a su destino y deja el muñeco empieza a recorrer el parque y en su rostro, con un gesto que es una mezcla de extrañamiento y asombro absoluto, podemos intuir que es la primera vez que está en uno de esos parques. En un momento se detiene absorto contemplando la atracción llamada Enterprisse. En este punto el ritmo del montaje se vuelve completamente acelerado mientras la atracción gira sin parar y la sorpresa en el rostro del personaje va aumentando. Este montaje frenético nos transmite la sensación del personaje de sorpresa y desconcierto, de asombro máximo ante una muestra de la modernidad en la que él, sin saberlo, participa trasportando sobre su espalda uno de sus elementos.

Finalmente, el cortometraje, que hasta el momento estaba en blanco y negro, se convierte al color mientras vemos al aparapita subido en la atracción con un rostro que, de manera elocuente, trasmite la alegría, que así se constituye como la mejor manera de apropiarse de una modernidad que hasta entonces solo se había manifestado en la violencia sobre el cuerpo del indígena. Como señala Santiago Espinoza “[c]autivado por este espectáculo, que parece resumir el caos vertiginoso y deslumbrante de la modernidad recién descubierta, el aparapita decide subirse a uno de los juegos y experimentar por sí mismo el vértigo del parque, que parece ser también el de la ciudad y el del cine”. El cortometraje funciona también como una metáfora de la modernidad que se lleva a cabo sobre las espaldas del mundo indígena. Esta recuperación de la experiencia sensible es, entonces, un gesto de empoderamiento, de reclamo para sí de todo el asombro, que, de esta forma, se vuelve reivindicativo y parece apuntar a que la modernidad puede ser otra, una modernidad alternativa en la cual se asimila solo aquello que tiene un potencial liberador. Es decir, Enterprisse muestra la posibilidad de un encuentro festivo a partir del gesto de apropiación de la experiencia de la modernidad a través del asombro. Es la reivindicación de una experiencia alternativa y emancipadora de la modernidad. Como señala Silvia Rivera Cusicanqui, “[s]i bien la modernidad histórica fue esclavitud para los pueblos indígenas de América fue a la vez una arena de resistencias y conflictos, un escenario para el desarrollo de estrategias envolventes, contra-hegemónicas, y de nuevos lenguajes y proyectos indígenas de la modernidad”.

Amazonas (2016), cortometraje dirigido por Carlos Piñeiro, dura 12 minutos y su tema es el de la esclavitud contemporánea y las migraciones económicas forzosas. Un indígena aymara se dirige a Brasil en busca de trabajo, para lo cual debe pasar por el oriente boliviano. Sin embargo, una vez ahí, es retenido por aquellos que le habían prometido ayudarlo a cruzar la frontera y es sometido a la esclavitud en un negocio de lavado de ropa que funciona también como un punto para el tráfico de drogas. Celestino, el protagonista, está atrapado y los que lo secuestran prácticamente no le dejan mantener contacto con su familia. En una ocasión, él intenta comunicarse en aymara, lengua que sus captores desconocen, para pedir ayuda a una clienta. Sin embargo, al final quienes lo retienen lo asesinan y Celestino es rápidamente remplazado por otro indígena. Aquí también hay un contraste entre el medio natural selvático y los aparatos modernos (las lavadoras, el ventilador) que funciona como una forma de resaltar la manera violenta en la que la penetración de la modernidad se lleva a cabo en sociedades tradicionales.

Sin embargo, al contrario que en Enterprisse aquí no hay posibilidad para un empoderamiento a partir de lo sensible. Vemos que la ruptura de las formas de vida comunitarias ha dejado individuos aislados que son potenciales víctimas del lado más perverso de la violencia capitalista. Por otra parte, el asesinato ocurre fuera de cámara. La manera en la que Piñeiro elige representar la violencia es, precisamente, no representándola. Así, vemos al personaje inmerso en la selva mientras la cámara ejecuta un plano detalle del ojo del protagonista. En su córnea vemos el reflejo de la selva que deja de ser un refugio natural y se convierte en una amenaza. Esta secuencia recuerda poderosamente a uno de los momentos más emblemáticos de Ukamau de Sanjinés: cuando el mestizo Rosendo viola y asesina a Sabina. Al igual que sucede en Amazonas, en esta película percibimos el horror a partir de un plano detalle del ojo de la protagonista. De esta forma, la muerte se transmite por el empleo de una imagen-afección que construye el relato a partir de una conjunción muy efectiva entre narrativa y universo sensible. Los asesinatos no se muestran en un sentido estricto. Tan solo se tensan los límites representacionales de lo que el personaje percibe con la mirada. Tanto en el cortometraje de Piñeiro como en la película de Sanjinés, la materialidad del ojo, órgano fundamental en la percepción de lo sensible, se resalta con planos detalles que de manera muy sutil construyen afección y empatía hacia el otro que percibe y que, en ambos casos, muere.

Finalmente, El corral y el viento (2014) es una cinta que dura 55 minutos y es dirigida por Miguel Hilari. En ella el director busca mostrar su propio proceso identitario a partir de su relación con el pueblo Santiago de Okola donde nació su padre y vive su tío. En la película hay algunos fragmentos en los que las imágenes del pueblo se alternan con la voz en off del director que, en ocasiones, habla en alemán, otras en aymara y otras en español. Estos contrapuntos discursivos de la imagen plantean preguntas sobre la memoria, sobre la identidad y sobre la experiencia de un pueblo que se está quedando vacío a causa de las migraciones rurales a la ciudad. Si bien estos cuestionamientos responden a una experiencia individual, lo cierto es que la sutileza con la que se traza la narración hace que esta pueda ser colectiva en su intento de dar cuenta de una identidad compleja y heterogénea.

Por otra parte, al igual que los dos anteriores cortometrajes mencionados, en El corral y el viento presenciamos esos escenarios en los que conviven objetos de la modernidad con modos de vida tradicionales. Así, vemos cómo la temporalidad lenta con la que los campesinos realizan sus labores en el campo y se relacionan con los animales se entrecruza con la experiencia fugaz que puede brindar un teléfono celular, emblema de la comunicación moderna. Por otra parte, la misma irrupción de la cámara cinematográfica en este contexto genera una sensación extraña, como puede observarse en una escena en la que Hilari habla con su tío acerca de la cámara. Esta extrañeza, sin embargo, es algo característico en las comunidades rurales latinoamericanas que han atravesado procesos de modernización complejos.

Por todos estos aspectos, las producciones del Colectivo Socavón Cine plantean una propuesta estética de un cine político que incide en los actuales debates identitarios bolivianos, proponiendo preguntas que permiten pensar las discontinuidades de formas no esquemáticas. En este sentido, puede decirse que estas películas son ejercicios de traducción de la experiencia sensible del otro que es parte de nosotros. Por otro lado, estos discursos cinematográficos que intentan dar cuenta de la pluralidad identitaria y las paradojas en su representación se corresponden con la noción de lo ch’ixi que Silvia Rivera Cusicanqui lleva años reivindicando como una herramienta útil para aprehender la abigarrada realidad nacional. “La noción ch’ixi, como muchas otras (allqa, ayni) obedece a la idea aymara de algo que es y no es a la vez, es decir a la lógica del tercero incluido. […]. La potencia de lo indiferenciado es que conjuga a los opuestos”.

¿Cómo es posible traducir lo indiferenciado? ¿Qué lenguaje cinematográfico es el adecuado para interpelar y cuestionar las construcciones de subjetividades homogéneas sin eludir las paradojas enunciativas inevitables que se generan al intentar representar al otro? ¿Qué sería una retórica fílmica de la hospitalidad en lo sensible? Creo que estas preguntas no tienen una sencilla y única respuesta. Sin embargo, las propuestas cinematográficas más interesantes de la actualidad son aquellas que se aproximan a estas posibles contradicciones con los ojos y los sentidos abiertos, permitiendo que la rea-lidad filmada que se pretende transmitir transforme radicalmente a aquel que enuncia el discurso y a aquel que lo recibe, y que, de esta forma, la experiencia cinematográfica no cancele las búsquedas identitarias sino, por el contrario, las multiplique. Se trata de que el acto de percibir construya siempre una multitud que pueda escribirse a sí misma con las gramáticas de la pluralidad irreductible que somos.

* Este texto ha sido extraído del artículo ‘Antagonismo e imaginarios de la pluralidad del cine boliviano’, publicado en imagendocs.com

Valeria Canelas escritora, Cinéfila e investigadora

Temas Relacionados

Comparte y opina:

Bolivia está perdiendo sus bosques húmedos tropicales y la tendencia va en aumento

o cierto es que las mayores pérdidas forestales continúan ocurriendo en unos pocos países que son el hogar de las selvas tropicales más grandes e importantes del mundo para la biodiversidad.

El cultivo de soya y los incendios están mermando los bosques en Bolivia.

Por Erika Bayá

/ 6 de agosto de 2023 / 06:33

Bolivia 198 años

Cada año Global Forest Watch (GFW), una plataforma en línea que proporciona datos y herramientas para el monitoreo de bosques en tiempo casi real, publica un informe que nos muestra la situación de los bosques en el mundo. En junio de este año anunció que entre 2021 y 2022 el mundo experimentó una pérdida implacable de bosques primarios tropicales: en un año despareció el 10% de la cobertura forestal, siendo Brasil, la República Democrática del Congo y Bolivia los países que encabezan (en ese orden) esta carrera por la destrucción de su riqueza arbórea.

Es la tercera vez que Bolivia ocupa un preocupante tercer lugar en estos informes y es que desde 2002 nuestro país muestra una tendencia que va en aumento, pero el pasado 2022 se registró la mayor pérdida porque desparecieron 685 mil Has de bosque húmedo primario, un aumento del 32% en comparación a 2021.

Las imágenes muestran que el 71% de esta pérdida de cobertura arbórea está ocurriendo en el departamento de Santa Cruz y ,según los estudios de la Fundación Amigos de la Naturaleza, son cinco municipios los que concentran el 41% de la deforestación en el país: San Ignacio de Velasco, Charagua, Pailón, Concepción y San José de Chiquitos. Y no es casual que estos mismos municipios ya están sintiendo un incremento de la temperatura, déficits hídricos e incremento del régimen de lluvias.

¿Qué está sucediendo en Bolivia? ¿Qué estamos haciendo para perder bosques a una velocidad sin precedentes? Un análisis reciente de Monitoring of the Andean Amazon Project (MAAP), revela que el 23% de la pérdida de bosque en Bolivia está relacionada con los cultivos de soya en manos de colonias menonitas. Solo entre e 2021 y 2022 la producción de soya se incrementó en un 40% y la mayoría de esta conversión de cultivos de bosque a soya está sucediendo en la Chiquitania, Amazonia y Chaco. Se trata de una pérdida del 13% de la cobertura arbórea, que no está relacionada a los incendios. A estas cifras y porcentajes me gustaría agregar un dato más: según la Fundación Tierra, en 2015 había 52 colonias menonitas, ahora hay más de 100 que se están expandiendo en estos territorios.

Otra causa que ha revisado GFW junto a la Universidad de Maryland son los incendios forestales, que afectaron en 2019 con fuerza al bosque chiquitano, a las áreas protegidas y biomas como el bosque amazónico y el Chaco. Para la plataforma quizás estamos llegando a un punto de inflexión y el país deberá tomar estos datos para poder prevenir, tomando en cuenta que el fenómeno del Niño traerá sequías, las condiciones perfectas para más incendios forestales en Bolivia.

Pero las causas de pérdida de bosques no solo son por soya o incendios, en 37 años la agricultura ha aumentado 433%, también la superficie de pastos, la ganadería. Son muchos los factores que inciden y hacen su parte en la deforestación, como el crecimiento urbano, demográfico, infraestructura, avasallamientos de tierras fiscales, asentamientos de nuevas comunidades y especulación de tierras, entre otros.

Para cruzar todo este conjunto de datos que nos muestra la preocupante realidad de nuestros bosques, es importante mencionar el trabajo que viene realizando la Fundación Amigos de la Naturaleza. En abril de este año, la FAN lanzó la plataforma MapBiomas Bolivia y publicó cifras sobre el estado de los bosques. Este sitio tiene un histórico del cambio de uso del suelo y cobertura de los últimos 37 años con muchas variables importantes y útiles para saber lo que está sucediendo.

El escenario es complejo. A estos datos y hechos hay que agregar la cantidad de leyes que son contradictorias a la conservación de nuestros bosques y que tienen que ver con autorizaciones de desmontes, de quemas y la Función Económica y Social, que empuja a todos los propietarios a la deforestación para demostrar que las tierras no son ociosas.

Lo cierto es que las mayores pérdidas forestales continúan ocurriendo en unos pocos países que son el hogar de las selvas tropicales más grandes e importantes del mundo para la biodiversidad.

“Estamos perdiendo rápidamente una de nuestras herramientas más efectivas para combatir el cambio climático, proteger la biodiversidad y respaldar los medios de vida y la salud de millones de personas”, es el mensaje de Global Forest Watch, que debería preocuparnos a todos.

Erika Bayá es Comunicadora ambiental

Comparte y opina: