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Rocha Monroy, el ‘cronista gastronómico’ oficial

Ramón Rocha Monroy llegó al mundo un 20 de febrero de 1950. Es abogado y realizó una maestría en Ciencias Políticas, sin dejar el gusto por la escritura que le dio reconocimiento en el ámbito nacional. Sus crónicas de Cochabamba y su columna en un diario local en el que escribe bajo el seudónimo de Ojo de Vidrio le dieron renombre, pero no más que su singular gusto por la culinaria que le otorgó el nombre de “cronista gastronómico”.

“Probablemente sea el único en el país y esto significa no precisamente difundir recetas, sino la sensación que te llena de saliva la boca cuando te antojas algo delicioso y en Cochabamba, cultivamos la cocina tradicional”, manifiesta Ramón.

Amante de la buena comida, confiesa que no sabe “ni freír un huevo; escribo, monto bicicleta y eso es lo único que monto últimamente”. Risueño, recuerda que dejó la militancia de la “buena vida” para atrincherarse entre las letras. “A medida que pasan los años me concentro sólo en la literatura, probablemente en calidad no, pero en cantidad no hay nadie que escriba más que yo: tengo 33 libros publicados. Creo que no es ni un vicio ni una virtud, sino una hipoteca difícil de llevar. Me pregunto que si me prohibieran escribir no tardaría ni 24 horas en pegarme un tiro”.

La actividad que le permite conocer la ciudad, mirar de cerca y obtener material para escribir es el ciclismo, no profesional. Se describe como una persona sencilla que prefiere “tener más amigos populares que poderosos”. Como Cronista de la Ciudad, nombramiento ganado en 2010, Ramón ofrece a los restaurantes escribir la portada del menú. Y ahora está atento al proceso político en el país y trabaja en una novela que describirá lo ocurrido en el Chapare durante la época dura de la erradicación de cocales.