Especiales

Thursday 18 Apr 2024 | Actualizado a 01:19 AM

Madiba, líder de Sudáfrica con un legado para el mundo

Nelson Mandela permitió la construcción de una nación democrática e igualitaria

/ 6 de diciembre de 2013 / 07:50

Nelson Mandela, líder mundial conocido en Sudáfrica como Madiba, fue el hombre más importante de este tiempo en el campo político, social, económico y humanista, según las conclusiones de al menos diez años de trabajo en los que estuve estudiando la experiencia de ese país.

El milagro de Sudáfrica y su lucha por superar un pasado de odio, discriminación y violencia estará en la historia del mundo como un ejemplo de libertad, reconciliación y quiebre entre la política de la dominación y la democracia moderna.

Madiba fue el primer líder mundial del siglo XX en iniciar una forma diferente de resolver los conflictos de una nación. Para él la concertación empezaba tras romper con las formas tradicionales de afrontar el conflicto. Para construir confianza debemos confiar, para construir amor debemos primero amar, para construir paz debemos primero dar paz y dar el ejemplo. Son conceptos simples pero difíciles de llevar a la práctica.

Fundada en 1910 por colonos ingleses y holandeses, Sudáfrica, uno de los países con más riqueza natural en el mundo, tiene una población de 47 millones de personas. El 79,5% es de raza negra proveniente de al menos 11 etnias distintas, el 9,2% es blanca, el 8,2% mulata y el 2,5% asiática e hindú. Con 11 lenguas oficiales, el inglés es la lengua de comunicación intercultural. Actualmente, es un país democrático donde la Constitución está por encima de todos los poderes y se ha convertido en la garantía de la paz y la igualdad del país.

Su historia es trágica. De 1910 a 1990, una minoría blanca gobernó el país en un régimen de separación racial denominado apartheid (“separación” en lengua Afrikaan). El apartheid se oficializó en 1945 con la ley que reglamentó la separación de negros y blancos estableciendo las normas para cada raza. Fue un régimen basado en la discriminación de privilegios con base en el color de la piel, en el que los mulatos y asiáticos también estaban contemplados como ciudadanos de segunda.

Vida. Durante este régimen, la resistencia de la mayoría negra fue permanente e inclaudicable (…). Sin embargo, no tuvo resultados exitosos, frustrando a sus líderes más jóvenes, entre los que se encontraba Mandela, joven abogado y boxeador, con gran carisma y dotes de liderazgo natural.

Mandela inició una lucha por los derechos de la mayoría negra primero con métodos pacíficos inspirados en Mahatma Ghandi, que no tuvieron resultados positivos. Luego, con  una estrategia armada de violencia y terrorismo, por lo cual fue tomado preso en 1962 y condenado a cadena perpetua (…). Su encarcelamiento sólo exacerbó los conflictos (…).

Estuvo encarcelado hasta 1990, año en que, con la promesa de elecciones interraciales, el nuevo presidente Frederik W. de Klerk inició con Madiba el proceso de negociación para una Sudáfrica libre.

Mandela salió de la cárcel para liderar al mundo con ejemplo y convicción. Al salir de prisión, fue a visitar a Betsie Verwoerd, viuda del expresidente Hendrik Verwoerd, quien lo encarceló por 27 años. Al llegar al pueblo de Verwoerd, de 460 personas blancas que no aceptaban negros, el líder más importante de los siglos XX y XXI dijo que no le guardaba rencor ni resentimiento ni a ella ni a su esposo ni a nadie del Gobierno, que sólo soñaba con una Sudáfrica unida y justa para todos, que él salía de la cárcel para ser un buen presidente para ella y todos los sudafricanos. Le dijo que su lucha no era para que los negros se liberaran de los blancos, sino para que todos se liberen del racismo y de la idea de pensar que son diferentes.

Su legado permitió a Sudáfrica superar su pasado para construir una nación democrática, libre y más igualitaria. En 1990, nadie pensaba que ese país tendría alguna oportunidad para sobrevivir como una nación unitaria y moderna, sin embargo, el liderazgo de Madiba permitió catapultar a esa nación al siglo XXI. Sólo gobernó cuatro años. No necesitó más para inspirar y formar a los futuros líderes de su país. Su legado es un legado universal. “Cuando hablamos de raza, si uno gana, todos pierden” (N. Mandela).

Empresario y académico

Andrés Tórrez es presidente ejecutivo de Andean Consulting Group. Fue director del Instituto para la Democracia de la UCB, secretario ejecutivo de la CEPB y director ejecutivo del Consejo Nacional Preconstituyente y Preautonómico, entre otros cargos públicos y privados.

Cinco mensajes de Mandela para Morales 

Desde 2002 vengo trabajando de cerca con Sudáfrica para destacar la relevancia de las lecciones de ese país para las democracias del mundo y en especial para Bolivia. A continuación comparto una experiencia importante de mi vida cuando organicé la visita de Evo Morales a Sudáfrica en enero de 2006. En esa ocasión visitó varios lugares y personajes claves del proceso de reconciliación, pero no se reunió con Mandela, quien se encontraba fuera del país. Se reunió con el presidente Thabo Mbeki, con ministros, con Desmond Tutu y con varios líderes políticos y sociales. Durante su visita, Mbeki transmitió a Morales cinco mensajes esenciales de Mandela sobre el proceso sudafricano.

El primer mensaje se refirió a la oportunidad de ser elegido con gran mayoría popular para construir una verdadera concertación nacional sobre el futuro del país. El segundo fue que aprovechara la visibilidad internacional de un líder popular, para convertirse en un embajador de Bolivia en el mundo con el propósito de buscar socios, amigos, aliados que crean y apoyen con inversión en el país, con las garantías de su gobierno y la legitimidad de su popularidad.

El tercer mensaje se refería a la importancia de sumar virtudes y complementar capacidades para ser más competitivos. El cuarto mensaje estuvo dirigido al proceso constituyente, donde Mbeki explicó que la Asamblea Constituyente debiera ser autónoma e incluyente, con una independencia que garantice su legitimidad y la aprobación de todos los bolivianos, especialmente de la oposición que vería con desconfianza la posibilidad de un proceso para todos. Y e l quinto estaba dirigido al poder político. El poder puede corromper, por lo tanto es imprescindible renovar los liderazgos.

Comparte y opina:

El líder más importante de la era moderna

‘Todo parece siempre imposible, hasta que se hace...’ (Nelson Mandela)

/ 7 de diciembre de 2013 / 07:46

El 5 de diciembre de 2013 me enteré por mis amigos sudafricanos que Nelson Mandela nos dejó, para iluminar desde el infinito, con su legado y ejemplo, a las futuras generaciones. A partir de ahora, el 18 de julio y el 5 de diciembre serán unas fechas especiales para toda la humanidad. La dimensión de su legado y ejemplo son incalculables.

Madiba, como se lo conoce en Sudáfrica, es el símbolo de la dignidad y la lucha contra el odio. Padre de una nación moderna y pujante que en 1990 estaba totalmente aislada por el mundo y desahuciada por los expertos como un país viable. La fuerza, ejemplo y convicción de un solo hombre, condenado a cadena perpetua en una celda de cuatro metros cuadrados, lograron inspirar a una nueva generación para transformar los prejuicios de una sociedad dividida en esperanza, solidaridad, libertad y compromiso.

Gracias a Mandela la discriminación racial (apartheid) está hoy donde le corresponde, en un museo, como el testimonio de la separación, odio y violencia a la que pueden llegar los seres humanos. El apartheid es el nombre con el que se bautizó a la ley que reglamentaba la separación oficial de negros, blancos y mulatos en Sudáfrica. Fue el símbolo máximo de las políticas públicas de discriminación y racismo en el mundo.

Cuando se habla de razas, si alguien gana, todos pierden, sostenía Nelson Mandela para argumentar que la nueva Constitución de Sudáfrica era para todos, y si se ponían derechos especiales para un grupo en particular se estaría reconociendo que negros y blancos son diferentes. La palabra negro no aparece en ninguna parte del texto constitucional sudafricano.
Mandela mandó a destruir las cárceles del apartheid y con esos escombros y piedras hizo construir los edificios de las nuevas cortes de justicia y la sede de la Corte Constitucional. Su legado estaba plagado de simbolismos y ejemplos de reconciliación. Le pidió al presidente saliente, F. W. D. Klerk, que acepte ser el jefe de su gabinete ministerial, para garantizar a las minorías de su país que la nueva Sudáfrica sería para todos. El expresidente aceptó la invitación, y por ese acuerdo de paz y reconciliación les dieron a ambos el premio nobel de La Paz en 1994.

En la Sudáfrica de Mandela no hay reelección presidencial, a pesar de su abrumadora mayoría y el pedido clamoroso popular e internacional para su reelección. Madiba sabía que el poder puede corromper y emborrachar a cualquier ser humano y que la alternancia es la mejor herramienta para evitar la tiranía. Él tuvo la grandeza de renunciar al poder para dar ese ejemplo a las futuras generaciones de políticos y líderes del mundo.

El jueves se fue un símbolo de libertad, humanismo, amor y paz. En su tumba se levantan los principios que guiarán, con el tiempo, los valores de la democracia moderna y el liderazgo universal. Las nuevas generaciones leerán su vida y su legado en todas las universidades y colegios, su voz será la voz de una política posible y deseable en tiempos de cambio global.

Temas Relacionados

Comparte y opina:

Madiba, líder de Sudáfrica con un legado para el mundo

Nelson Mandela permitió la construcción de una nación democrática e igualitaria

/ 6 de diciembre de 2013 / 07:50

Nelson Mandela, líder mundial conocido en Sudáfrica como Madiba, fue el hombre más importante de este tiempo en el campo político, social, económico y humanista, según las conclusiones de al menos diez años de trabajo en los que estuve estudiando la experiencia de ese país.

El milagro de Sudáfrica y su lucha por superar un pasado de odio, discriminación y violencia estará en la historia del mundo como un ejemplo de libertad, reconciliación y quiebre entre la política de la dominación y la democracia moderna.

Madiba fue el primer líder mundial del siglo XX en iniciar una forma diferente de resolver los conflictos de una nación. Para él la concertación empezaba tras romper con las formas tradicionales de afrontar el conflicto. Para construir confianza debemos confiar, para construir amor debemos primero amar, para construir paz debemos primero dar paz y dar el ejemplo. Son conceptos simples pero difíciles de llevar a la práctica.

Fundada en 1910 por colonos ingleses y holandeses, Sudáfrica, uno de los países con más riqueza natural en el mundo, tiene una población de 47 millones de personas. El 79,5% es de raza negra proveniente de al menos 11 etnias distintas, el 9,2% es blanca, el 8,2% mulata y el 2,5% asiática e hindú. Con 11 lenguas oficiales, el inglés es la lengua de comunicación intercultural. Actualmente, es un país democrático donde la Constitución está por encima de todos los poderes y se ha convertido en la garantía de la paz y la igualdad del país.

Su historia es trágica. De 1910 a 1990, una minoría blanca gobernó el país en un régimen de separación racial denominado apartheid (“separación” en lengua Afrikaan). El apartheid se oficializó en 1945 con la ley que reglamentó la separación de negros y blancos estableciendo las normas para cada raza. Fue un régimen basado en la discriminación de privilegios con base en el color de la piel, en el que los mulatos y asiáticos también estaban contemplados como ciudadanos de segunda.

Vida. Durante este régimen, la resistencia de la mayoría negra fue permanente e inclaudicable (…). Sin embargo, no tuvo resultados exitosos, frustrando a sus líderes más jóvenes, entre los que se encontraba Mandela, joven abogado y boxeador, con gran carisma y dotes de liderazgo natural.

Mandela inició una lucha por los derechos de la mayoría negra primero con métodos pacíficos inspirados en Mahatma Ghandi, que no tuvieron resultados positivos. Luego, con  una estrategia armada de violencia y terrorismo, por lo cual fue tomado preso en 1962 y condenado a cadena perpetua (…). Su encarcelamiento sólo exacerbó los conflictos (…).

Estuvo encarcelado hasta 1990, año en que, con la promesa de elecciones interraciales, el nuevo presidente Frederik W. de Klerk inició con Madiba el proceso de negociación para una Sudáfrica libre.

Mandela salió de la cárcel para liderar al mundo con ejemplo y convicción. Al salir de prisión, fue a visitar a Betsie Verwoerd, viuda del expresidente Hendrik Verwoerd, quien lo encarceló por 27 años. Al llegar al pueblo de Verwoerd, de 460 personas blancas que no aceptaban negros, el líder más importante de los siglos XX y XXI dijo que no le guardaba rencor ni resentimiento ni a ella ni a su esposo ni a nadie del Gobierno, que sólo soñaba con una Sudáfrica unida y justa para todos, que él salía de la cárcel para ser un buen presidente para ella y todos los sudafricanos. Le dijo que su lucha no era para que los negros se liberaran de los blancos, sino para que todos se liberen del racismo y de la idea de pensar que son diferentes.

Su legado permitió a Sudáfrica superar su pasado para construir una nación democrática, libre y más igualitaria. En 1990, nadie pensaba que ese país tendría alguna oportunidad para sobrevivir como una nación unitaria y moderna, sin embargo, el liderazgo de Madiba permitió catapultar a esa nación al siglo XXI. Sólo gobernó cuatro años. No necesitó más para inspirar y formar a los futuros líderes de su país. Su legado es un legado universal. “Cuando hablamos de raza, si uno gana, todos pierden” (N. Mandela).

Empresario y académico

Andrés Tórrez es presidente ejecutivo de Andean Consulting Group. Fue director del Instituto para la Democracia de la UCB, secretario ejecutivo de la CEPB y director ejecutivo del Consejo Nacional Preconstituyente y Preautonómico, entre otros cargos públicos y privados.

Cinco mensajes de Mandela para Morales 

Desde 2002 vengo trabajando de cerca con Sudáfrica para destacar la relevancia de las lecciones de ese país para las democracias del mundo y en especial para Bolivia. A continuación comparto una experiencia importante de mi vida cuando organicé la visita de Evo Morales a Sudáfrica en enero de 2006. En esa ocasión visitó varios lugares y personajes claves del proceso de reconciliación, pero no se reunió con Mandela, quien se encontraba fuera del país. Se reunió con el presidente Thabo Mbeki, con ministros, con Desmond Tutu y con varios líderes políticos y sociales. Durante su visita, Mbeki transmitió a Morales cinco mensajes esenciales de Mandela sobre el proceso sudafricano.

El primer mensaje se refirió a la oportunidad de ser elegido con gran mayoría popular para construir una verdadera concertación nacional sobre el futuro del país. El segundo fue que aprovechara la visibilidad internacional de un líder popular, para convertirse en un embajador de Bolivia en el mundo con el propósito de buscar socios, amigos, aliados que crean y apoyen con inversión en el país, con las garantías de su gobierno y la legitimidad de su popularidad.

El tercer mensaje se refería a la importancia de sumar virtudes y complementar capacidades para ser más competitivos. El cuarto mensaje estuvo dirigido al proceso constituyente, donde Mbeki explicó que la Asamblea Constituyente debiera ser autónoma e incluyente, con una independencia que garantice su legitimidad y la aprobación de todos los bolivianos, especialmente de la oposición que vería con desconfianza la posibilidad de un proceso para todos. Y e l quinto estaba dirigido al poder político. El poder puede corromper, por lo tanto es imprescindible renovar los liderazgos.

Comparte y opina:

El legado de Mandela

Mandela no enseñó  que es posible construir una política en la que todos pueden ganar y ser parte de la solución

/ 24 de julio de 2013 / 04:50

Mandela transformó la política mundial para siempre. Le enseñó al mundo que es posible construir una política en la que todos pueden ganar y ser parte de la solución. Fue el David Nash de la política, o mejor dicho, Nash fue el Mandela de la economía. Mandela transformó la teoría política de suma cero tradicional de la guerra fría y la democracia del siglo XX por la política de la concertación y la reconciliación. Hizo lo que nadie esperaba que se haga, perdonar, construir, liderar, dar ejemplo, extender la mano al enemigo para sumar juntos una sociedad mejor y más justa. Transformó el liderazgo político del mundo para siempre. Después de él, los líderes de la venganza, de la hegemonía, de la dominación y la confrontación fueron, son y serán vistos como dinosaurios del pasado.

Mandela convirtió un país condenado a la violencia y la división en una nación más libre, más justa y más democrática. Sudáfrica en 1990 era una nación bloqueada por el mundo global, condenada a la violencia, a la confrontación y el conflicto interracial, sembrado durante décadas de represión y sometimiento. Hoy, 23 años después, es una de las principales economías del mundo, el país más importante y pujante de su continente, un pilar económico y político de la democracia moderna. Aunque quedan muchas tareas pendientes, en seguridad ciudadana, desarrollo social y económico, no cabe duda que la Sudáfrica de hoy sería imposible sin la fortaleza moral y política de su líder Nelson Mandela. Sólo necesitó cuatro años en la presidencia para sentar las bases de una cultura democrática de alternancia y renovación. Lideró un proceso constituyente incluyente, en el que todos los sudafricanos se sintieron parte del cambio, especialmente las minorías blancas, que temían la discriminación y exclusión que ellos sembraron durante tantos años. Mandela salió de la cárcel para ser un líder universal y mostrarle al mundo desde Sudáfrica que otro mundo es posible.

El himno de la nueva Sudáfrica se reescribió para representar la diversidad cultural de su nación, la esperanza de un pueblo por vivir en paz y la convicción en la igualdad y libertad. Cada estrofa se canta en los principales idiomas del país, en Xhosa, Zulu, Sesotho, Africans y el estribillo en inglés, que es el idioma de integración, dice: “Sonidos nos llaman a reunirnos y unidos nos debemos mantener, vivamos y luchemos por la libertad, en Sudáfrica nuestra tierra”. Todos los niños y adultos de Sudáfrica crecen cantando el himno en sus diferentes lenguas, y ese canto los ayuda a entender mejor sus diferencias, para encontrar en ellas su verdadera fortaleza. Mandela transformó el odio en reconciliación y el perdón en libertad. Su enseñanza estará en todos los libros de política, economía y derechos humanos de las futuras generaciones. Felices 95 años de amor, Madiba. Larga vida a tu legado.  

Temas Relacionados

Comparte y opina: