Macondo su legado: un mundo tejido con palabras
Fue la figura principal del realismo mágico con la obra ‘Cien años de soledad’
Letra a letra, Gabriel García Márquez fue construyendo su universo íntimo con palabras de selva, de eterna espera, de magia. El nombre de este mítico pueblo es Macondo. Y la ingeniería literaria de la que bebió fue conocida como realismo mágico latinoamericano, corriente que en el siglo XX sacudió las letras en español.
Nevaba sobre París ese día de enero de 1957 en el que el entonces joven periodista del diario colombiano El Espectador terminó de redactar El coronel no tiene quién le escriba, donde por primera vez transformó el hierro de la historia en el oro del mito.
Desde su llegada dos años antes, en el helado diciembre de 1955 —reseñó EFE— a la tierra de Rabelais, Rimbaud y George Brassens, tuvo la misión de escribir crónicas sobre la actualidad europea.
La actriz vasca Tachia Rosoff, novia del escritor caribeño en esa época, contó que él estaba aprendiendo francés y lo que más hacía era escuchar canciones de Brassens. “Las cantaba maravillosamente”, recordó. Mientras redactaba esa novela, García Marquez vivía una situación precaria muy parecida a la de su personaje, el viejo coronel que espera en vano el giro de su pensión de guerra.
La figura del coronel está inspirada en su abuelo, Nicolás Márquez. De niño, el futuro cronista oía los cuentos de sobrevivientes de la Guerra Civil de los Mil Días (1899-1902) y de la Matanza de las Bananeras (1928), dos acontecimientos históricos en Colombia transfigurados de manera poética en la saga de Macondo, la aldea de Cien años de soledad, fundada después de una guerra.
A fines de los años 40, había comenzado a estudiar derecho en la Universidad Nacional de Bogotá. Pero cuando admitió que su vocación era la escritura se dedicó al periodismo y se formó leyendo las grandes obras de la literatura universal.
Cien años de soledad (1967) es considerada como su obra cumbre. Ambientada en el mítico Macondo, fue escrita en extenuantes jornadas en Ciudad de México, donde la familia acumulaba deudas, y para enviar el original mecanografiado a Argentina tuvo que empeñar la estufa, según reveló su biógrafo, Gerald Martin, informó AFP.
Otro de sus biógrafos, Dasso Saldívar, explicó a EFE que García Márquez se inspiró de su abuelo Nicolás, quien después de militar fue joyero, para inventar el personaje del coronel Aureliano Buendía, fabricante de pescaditos de oro. Otra de las posibles fuentes de esta imagen alquímica viene de la lectura de Barco ebrio, uno de los poemas preferidos del novelista, donde Rimbaud dice: “me habría gustado mostrarles esos peces de oro bajo el agua azul, peces cantantes entre las flores de espuma del mar”.
Pero su afición por las letras e historias se inició desde los poemas de su adolescencia, mientras estudiaba en el colegio jesuita de San José, en Barranquilla. Cuando estaba en el Liceo Nacional de Zipaquirá, ya escribía para el periódico del centro y en 1944 publicó Canción en el suplemento literario El Tiempo.
Publicó su primer cuento La tercera resignación (!947) y La hojarasca, su primera novela, apareció en 1955. En 1959 impulsó la revista Crónica, símbolo del llamado “Grupo de Barranquilla”, que marcó a mediados del siglo XX la cultura colombiana y del cual Márquez era el único superviviente. En 1961 se trasladó a México, donde trabajó en revistas de poca importancia y publicó su segunda novela, El coronel no tiene quién le escriba.
En aquella época se relacionó con autores como Carlos Fuentes, Juan Rulfo, Fernando Benítez, Manuel Barbachano o Carlos Monsiváis y trabajó más intensamente como guionista cinematográfico en, por ejemplo, Tiempo de morir realizado por Arturo Ripstein.
En 1965 comenzó con Cien años de soledad, a la que dedicó casi dos años. La publicó en junio de 1967, con un éxito inmediato.
En 1982, recibió el Premio Nobel de Literatura. Entonces definió sus narraciones como “una realidad que no es la del papel, sino que vive con nosotros y determina cada instante de nuestras incontables muertes cotidianas, y que sustenta un manantial de creación insaciable, pleno de desdicha y de belleza, del cual este colombiano errante y nostálgico no es más que una cifra más señalada por la suerte”.
En su 80 cumpleaños, celebró el 40 aniversario de Cien años de soledad y los 25 del Nobel. Su última novela fue Memoria de mis putas tristes (2004), tras publicar su autobiografía Vivir para contarla (2002). Su obra viene de los sueños y mitos del mundo indígena y mestizo caribeño. Y, como legado entrañable, nos ha dejado Macondo.
Hitos de una exitosa carrera
1961
Ganó el premio de la Novela ESSO con La mala hora.
1972
Por Cien años de Soledad obtuvo el Premio Latinoamericano de Novela Rómulo Gallegos.
1979
Se le concede el Premio Jorge Dimitrov por la Paz en Bulgaria.
1982
Recibió el Premio Nobel de Literatura “por sus novelas e historias cortas, en las que lo fantástico y lo real son combinados en un tranquilo mundo de imaginación rica”.
La herencia literaria del creador de Macondo
NOVELAS
1955 – La hojarasca
1961 – El coronel no tiene quién le escriba
1962 – La mala hora
1967 – Cien años de soledad
1975 – El otoño del patriarca
1981 – Crónica de una muerte anunciada
1985 – El amor en los tiempos del cólera
1989 – El general en su laberinto
1994 – Del amor y otros demonios
1996 – Noticia de un secuestro
2004 – Memoria de mis putas tristes
ENSAYOS Y OBRA PERIODÍSTICA
1968 – La novela en América Latina: Diálogo (con Vargas Llosa)
1970 – Relato de un náufrago
1973 – Cuando era feliz e indocumentado
1974 – Chile, el golpe y los gringos
1976 – Crónicas y reportajes
1977 – Operación Carlota
1978 – Periodismo militante
1978 – De viaje por los países socialistas
1981 – Obra periodística
1986 – La aventura de Miguel Littín, clandestino en Chile
1990 – Notas de prensa, 1961-1984
1999 – Por la libre: obra periodística (1974-1995)
CUENTOS Y RELATOS
1947 – La tercera resignación
1948 – Eva está dentro de su gato
1948 – La otra costilla de la muerte
1949 – Diálogo del espejo
1949 – Amargura para tres sonámbulos
1950 – La mujer que llegaba a las seis
1951 – Nabo
1952 – La herencia natural de la marquesita
1953 – La noche de los alcaravanes
1954 – La marquesita de la Sierpe
1954 – La extra idolatría de la Sierpe
1954 – El muerto alegre
1954 – Un hombre viene bajo la lluvia
1954 – Un día después del sábado
1961 – El mar del tiempo perdido
1962 – Los funerales de la Mamá Grande (incluye: La siesta del martes, Un día de éstos, En este pueblo no hay ladrones, La prodigiosa tarde de Baltazar, La viuda de Montiel, Un día después del sábado y Rosas artificiales).
1968 – Isabel viendo llover en Macondo
1970 – Muerte constante más allá del amor
1972 – La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada (incluye: Un señor muy viejo con unas alas enormes, El ahogado más hermoso del mundo; El último viaje del buque fantasma y Blacamán el bueno vendedor de milagros)
1972 – El negro que hizo esperar a los ángeles
1972 – Ojos de perro azul (aparecido en 1950 en un periódico)
1975 – Todos los cuentos de Gabriel García Márquez: 1947-1972
1978 – Sólo vine a hablar por teléfono / La luz es como el agua/ La tigra
1979 – María dos Prazeres / Buen viaje, señor presidente
1980 – Me alquilo para soñar /Diecisiete ingleses envenenados/ Espantos de agosto
1981 – El rastro de tu sangre en la nieve
1981 – El verano feliz de la señora Forbes
1981 – La santa / Tramontana / Viva Sandino / El avión de la bella durmiente
1988 – Los cuentos de mi abuelo coronel
1992 – Doce cuentos peregrinos (recopilación de cuentos)
1995.- Cómo se cuenta un cuento
1995.- Me alquilo para soñar
1996 – Por un país al alcance de los niños
1996 – Doce cuentos peregrinos
1998 – La bendita manía de contar
OTRAS PUBLICACIONES
1987 – Diatriba de amor contra un hombre sentado: monólogo en un acto (obra teatral).
1982 – El secuestro: Guión cinematográfico
1983 – Erendira: Guión cinematográfico
2002 – Vivir para contarla (autobiografía)
2010 – Yo no vengo a decir un discurso (libro que reúne los textos que escribió con la intención de ser leídos en voz alta)