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¿Cómo se proyecta la arquitectura boliviana?

CONSTRUCCIÓN. Los mal llamado cholets son los que mayor difusión internacional han tenido.

Los mal llamado cholets son los que mayor difusión internacional han tenido.

Bolivia 198 años

Esta es una pregunta que siempre se han hecho los círculos intelectuales de arquitectos durante varias décadas. La pregunta como tal quizás no tenga una respuesta concreta y lo más probable es que tiene muchas aristas por las cuales abordarla.

Valdría la pena hacer un enfoque externo y preguntarnos qué proyectamos o cómo nos ven desde fuera. Y es que si escribimos en el buscador de Google: “Arquitectura Boliviana”, nos van a aparecer profusamente diversas obras de las mal llamadas “cholets” que se han convertido en iconos arquitectónicos de la emergente ciudad de El Alto en La Paz. Luego, lejanamente. aparecerán en un segundo plano algunas obras modernistas del maestro arquitecto Juan Carlos Calderón (1932–2017).

Sin embargo, habrá que profundizar en que la arquitectura boliviana es en esencia desconocida y poco difundida en el exterior. Habrá muchas razones para explicar esta realidad, que pueden pasar por nuestro mercado reducido en comparación a otros países que nos rodean, o el hecho de que el gran volumen de grandes programas de arquitectura se diseña y se construye dentro del ámbito público estatal, con resultados mediocres y anónimos, carentes de concursos de diseño y oportunidades para el grueso del gremio de arquitectos en Bolivia. O quizás también por el bajo nivel de conceptualización teórica que tenemos los arquitectos bolivianos en general y que redunda en obras de escaso aporte en cuanto  contexto, tectónica y manejo del espacio.

Estas debilidades se reflejan en “la desoladora ausencia de la arquitectura boliviana” (parafraseando un lamento del arquitecto Mauricio Arduz) en los ámbitos internacionales, toda vez que la arquitectura boliviana no se destaca con presencia en las selecciones internacionales de bienales, premios y selecciones diversas en el espectro iberoamericano. Quizás uno de los pocos hitos en esas lides fue el premio otorgado por la V Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo BIAU en Montevideo en 2007 al maestro arquitecto Rolando Aparicio con su obra “Colegio en la Amazonia Boliviana” en Pando. Una obra de bajo presupuesto pero con un poderoso lenguaje morfológico y espacial que fusionaba magistralmente el uso de materiales del lugar.

Un punto aparte es el suceso mediático y el éxito que tiene el fenómeno “cholet” de la mano del autodidacta Freddy Mamani, cuyo éxito a nivel internacional es impresionante; bajo el auto nombramiento de ser el “creador de la arquitectura neoandina” ha logrado un record impresionante de presentaciones e invitaciones en auditorios con tribuna repleta alrededor de Latinoamérica y más aún haber mostrado sus obras en la Fundación Cartier de Par{is y el Museo Metropolitano de Nueva York.

Y es que nuestra arquitectura boliviana, más allá de los legítimos procesos de búsqueda de los arquitectos bolivianos en los que hallamos buenos ejercicios funcionales y formales que han sido premiados en las Bienales de Arquitectura del país, precisan profundizar más en otras temáticas que son urgentes y muy vigentes: la vivienda social, el espacio público con calidad espacial, la sustentabilidad, los equipamientos públicos a gran escala en lo educativo y cultural, por citar algunos, son asignaturas pendientes que deben desarrollarse desde el gremio de los arquitectos bolivianos.

En esta ecuación deberá incluirse también a las 28 escuelas de arquitectura del país, que primero podrían mirar más alrededor de nuestra propio contexto económico y social para producir profesionales capaces de encararlo y transformarlo con calidad, esa es una tarea formadora pendiente. Finalmente podríamos decir que más allá de cómo se proyecta la arquitectura boliviana hacia el exterior, primeramente deberíamos mirarnos en un espejo dentro de casa, para proyectar formas y espacios propios de un ejercicio honesto acorde con nuestras realidades.

Ernesto Urzagasti Saldias profesor de diseño en FADU UPSA y Director General de la Bienal Internacional de Arquitectura de Santa Cruz (BASC)