Una anciana camina por horas y duerme en la calle por cobrar sus bonos
Similar situación atraviesan decenas de adultos mayores que viven en áreas rurales, donde apenas hay una entidad bancaria.
Era cerca de las 15.30 del viernes, y con poco aliento y un tanto fatigada Juana Chino llegó a la población de Escoma, en la provincia Camacho, desde la comunidad Cajcahani, del municipio de Mocomoco. Cargaba en la espalda un aguayo multicolor y dentro llevaba una frazada y un poco de coca para soportar el frío.
Con sus 68 años, esta mujer caminó durante más de tres horas para llegar a su destino, pero su periplo no termina ahí, pues sabía que muchas otras personas tenían el mismo objetivo: cobrar los bonos económicos que les corresponden. Por eso, fue un día antes para tener un buen lugar en la fila y así poder alcanzar a recibir su dinero.
«Vengo desde Cajchani (…), cansa caminar y después aguantar el frío, pero qué voy a hacer pues. Si no duermo, no recibiré la plata», señaló, en idioma aymara.
De acuerdo con el periodista de radio Sariri, del municipio de Escoma, Ramiro Carlo, las filas en esa población se presentaron desde que el Gobierno dispuso el pago de la Renta Dignidad y el bono «Canasta familiar» en entidades financieras. Sin embargo, debido a la gran afluencia de personas beneficiarias que llegan de unas 180 comunidades aledañas al lugar, desde hace unos días que comenzaron a pernoctar en la calle.
«Las personas de la tercera edad vienen un día antes. Hacen fila desde la tarde y duermen sentados. Recién, la Alcaldía habilitó un salón donde pueden entrar a descansar por unas horas», relató Carlo.
Explicó que en esa población solo funciona una entidad bancaria atendida por dos cajeros, cantidad que resulta insuficiente ante la afluencia de personas que llegan, ya que al día hay entre 150 a 180 personas y muchas no alcanzan a ser atendidas, por eso llegan con bastante anticipación.
Situación similar ocurre en los municipios de Carabuco, a 15 minutos de Escoma en vehículo, y en Puerto Acosta, a unos 45 minutos, donde también funcionan sucursales bancarias, aseguró el entrevistado.
«Faltan cajeros, pedimos que el Banco Unión llegue al área rural para ayudar a pagar los bonos a nuestros hermanos. Son ancianos y sufren. Muchos no tienen familiares que se los puedan venir a cobrar y otros desconfían y prefieren venir ellos personalmente», dijo.
“Será peor desde el 15”, sentenció Carlo, pues desde esa fecha, además de los bonos mencionados, también se pagará el «Bono Familia» destinado a padres con hijos en centros educativos fiscales y de convenio.
Con suerte, la mañana de ayer, luego de pasar una noche incómoda, doña Juana recibió su pago y emprendió la caminata de retorno a su casa, que le llevaría más de tres horas. “Pan he comprado y plátano”, indicó mientras se iba a paso lento.