Apicultor busca reactivar el turismo en el Lago Titicaca
En el centro Reina del Lago ofrecen miel en panal directo al consumidor nacional.
En el país, del 100 por ciento de los cultivos, el 70 por ciento son polinizados por las abejas, lo que quiere decir que estos insectos cumplen un rol importante en la preservación de la agricultura y con esto la seguridad alimentaria en las comunidades y las ciudades.
“La polinización es la manera en la que nos hacen un favor las abejas. Si no hubiera polinización, no hubieran los productos que nosotros consumimos”, resaltó Wilder Humeres Mamancusi, ingeniero agrónomo y creador del Centro Apícola La Reina del Lago, miel pura del Altiplano paceño.
A 3.810 metros sobre el nivel del mar en uno de los estrechos, a orillas del lago sagrado en el departamento de La Paz, en San Pablo de Tiquina, se encuentra situado este criadero de los insectos productores de la dulce jalea orgánica.
El baño de abejas, la miel en panal y el propóleo son algunos de los productos y servicios que ofrecen a la gente que lo visita. “Vimos que hay gente mala, que con la miel solo busca lucrar y no les importa la salud de las personas, las adulteran. Nosotros ofrecemos la miel en panal, yo extraigo la miel en pequeños cuadros, lo empaqueto y van directo al consumidor, nada de hacer el proceso para vender en el frasco”, explicó.
Asimismo, resaltó que buscan reactivar el turismo y aportar a la economía en el sector. “Queremos mostrar al mundo que en la comunidad se puede hacer productos de calidad”.
Emprendimiento. El apicultor llegó a centralizar su atención en estos insectos tras realizar su tesis de grado, en la Unidad Académica de Tiahuanaco, dependiente de la Universidad Católica de San Pablo. El objetivo de su proyecto fue la multiplicación de la reina, para generar más colmenas y de esta manera la crianza de abejas en el altiplano boliviano
Humeres expresó que el cambio climático generó nuevas adaptaciones de hábitat de muchas de las especies en el planeta, una de ellas fueron las de estos bichos. “Se las ve más en el Oriente o en lugares cálidos, pero a causa de los pesticidas que utilizan para la agricultura, emigraron hacia la altura y se adaptaron”, explicó.
En un principio logró conformar nueve panales en la universidad que le sirvieron como objeto de estudio, cada una con su respectiva reina, pero el frío intenso del altiplano congeló a tres. Las abejas de las otras colmenas lograron sobrevivir a costa de su actitud, así lo describe él. “Hay mucho que los humanos debemos aprender de estos insectos y una de esas es la adaptación al cambio”, refirió a tiempo de que explicó que tras finalizar con su proyecto, decidió seguir con el mismo en su lugar de origen, en San Pablo de Tiquina.
Actualmente, el centro apícola cuenta con nueve abejales, que producen miel. La raza de estos insectos es europeos y “no son agresivos” señaló.
Asimismo, invitó a la población a visitar las instalaciones, donde los participantes podrán conocer cómo es la crianza de abejas en la altura y la producción de miel orgánica en panales elaborados directamente por los bichos en frascos de vidrio y moldes de madera.
Aquellas personas que deseen realizar el tour por el lugar deberán vestir con ropa clara. “Las abejitas no pueden distinguir los colores, es por esto que cuando ven un color oscuro como el negro, rojo y azul se pueden sentir atacadas, y las mismas pueden reaccionar”, recomendó el apicultor. También ofreció trajes especializados para el paseo en el ambiente.
Es un emprendimiento que espera tener receptibilidad entre los turistas que no visitan.