‘Mientras la hidrovía no funcione, estamos perdiendo mucho dinero’
Carlos Flanagan. Es el embajador de Uruguay en Bolivia y sostiene que en dos años de trabajo las relaciones entre ambos países avanzan con el fin de ampliar el intercambio comercial y la cooperación con base en el acuerdo marco. Recuperar la vinculación aérea es una meta importante en la actualidad, manifestó. Empero, lograr que se implemente el proyecto de la hidrovía Paraná-Paraguay es el gran desafío, subrayó. El transporte de mercancías precisa de esta vía.
— ¿Cuál es la relación de cooperación bilateral entre Bolivia y Uruguay?
— Hemos dado un salto de calidad en el relacionamiento bilateral. Pasamos por un excelente momento, hoy comenzamos la siembra —después de dos años de trabajo— de lo que fue la VI Reunión del Mecanismo de Coordinación de la Consulta Binacional entre Uruguay y Bolivia. Existen dos tipos de apoyo: la clásica cooperación norte-sur, que pasa por fondos de cooperación aplicados a determinados convenios, y la cooperación sur-sur, que de- sarrollamos los países de la región y que no pasa por el flujo de dinero, pero sí por el intercambio de experiencias. A lo que apuntamos a partir de esta reunión fue a la firma de un acuerdo marco de cooperación científica. Son 21 áreas de trabajo que justamente reflejan las necesidades de ambos países.
— ¿Puede mencionar algunas de las 21 que cita?
— Salud, educación, cultura, agropecuaria, minería, investigación técnica, defensa, seguridad, entre otras.
— ¿Qué más establece el acuerdo y qué resultados hay?
— Fue firmado por los dos vicecancilleres que encabezaron las delegaciones en septiembre del año pasado. Era un acuerdo de complementación, de investigaciones. Ya existen resultados como en el tema vitivinícola con el Instituto Nacional del Uruguay y de Bolivia. También hay un acuerdo firmado por los ministros en Lima en el área de Defensa. Están en marcha asuntos en minería, ganadería y en replicar la experiencia de la salud del Uruguay. En el caso de la ganadería, Uruguay es el único país en el mundo donde todo el ganado está registrado; cada animal tiene un chip en la oreja que contiene toda la historia genética, quién es el dueño, de qué raza es, de dónde provienen. Es decir, cuando se exporta a Japón o Estados Unidos, la persona que está comiendo un churrasco en un restaurante, tiene la garantía y seguridad de que está consumiendo un producto de calidad por el tema sanitario y genético.
—¿Estas experiencias pueden ser aplicadas en Bolivia?
— Sí, forma parte de la cooperación. De la misma manera que tenemos, desde la Colonia, conocimientos acumulados en materia de ganadería, ustedes los tienen en minería. Nosotros no tenemos cultura minera: se trata de intercambiar conocimientos.
— ¿Cuál es la relación comercial concreta en la actualidad?
— Evidentemente, no existe un acuerdo específico, pero sí habrá en la medida que Bolivia concrete, como está dando pasos certeros en ese sentido, su integración como miembro pleno del Mercosur. Ahí, evidentemente, van a comenzar a operar todos los mecanismos de intercambio comercial que tenemos en el Mercosur.
— ¿Hay algo específico que les interese de Bolivia?
— Con Bolivia existe un gran potencial de aumentar el intercambio comercial para beneficio mutuo, pero eso dependerá fundamentalmente de que logremos asegurar la conectividad entre nuestros países, el gran drama de América del Sur. Simplemente para citar el tema aéreo, es más fácil viajar y atravesar todo el océano entre Madrid y nuestros países, que ir de Montevideo a La Paz, que lleva 11 horas, y eso dificulta el comercio. Hoy por hoy no tenemos una conexión, hemos perdido una línea directa que unía Montevideo con La Paz que era el LAB (Lloyd Aéreo Boliviano), cuando desapareció. Hay que reponerla, es urgente, porque eso implicaría, como se hacía antes, tener una frecuencia semanal. No sólo había transporte de pasajeros, sino de carga. Entonces, el intercambio comercial era más fluido. Otro pendiente que tiene que resolverse para coadyuvar a esta integración es la hidrovía (Paraná-Paraguay). Mientras la hidrovía no funcione, todos los países de la región estamos perdiendo mucho dinero y muchas oportunidades de intercambio.
— ¿Tienen interés en el gas natural boliviano?
— Por supuesto que sí, justamente si la hidrovía funcionara, esto sería posible. En este momento, una consultora realiza un estudio, con financiamiento de la CAF, para determinar la viabilidad económica de trasladar gas boliviano a través de barcos por la hidrovía.
— ¿En qué estado se encuentra el convenio de Urupabol (Uruguay, Paraguay, Bolivia)?
— El Urupabol está muy ligado a la hidrovía. Una voluntad política muy clara de nuestros gobiernos es revitalizar Urupabol. Esperemos que Paraguay pueda integrarse prontamente, luego de sus elecciones, al proceso. Urupabol permitiría sacar la producción de nuestros países por la hidrovía. Es lo que más nos interesa. Es la carretera acuática más barata de todas e implica para Bolivia la opción de una salida al mar por el océano Pacífico.
Perfil
Nombre: Carlos Flanagan
Nació: 10-12-1952
Profesión: Cientista político
Cargo: Embajador de Uruguay en Bolivia
Experto en Ciencias Políticas
Es diplomático de carrera. Destaca en esa actividad el cargo de director general para Asuntos Consulares y Vinculación porque estaba relacionado con todos los consulados del mundo y mantenía contacto con los uruguayos en el exterior organizados a través de consejos consultivos. Otro cargo que le trae buenos recuerdos por el trabajo efectuado es el de director de Asuntos Culturales de la Cancillería de Uruguay. En lo académico, señala que se especializó en Ciencias Políticas. “Estoy en la embajada dispuesto a dar lo mejor para integrar a los pueblos y gobiernos de Bolivia y Uruguay”, enfatizó.