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Monsanto deja cultivos transgénicos en Europa

Monsanto renunció a plantar nuevos granos transgénicos en la Unión Europea ante las resistencias de varios gobiernos y grupos ecologistas y batallará para importar alimentos OGM desde regiones como América Latina o Estados Unidos.

“No vamos a seguir peleando para obtener licencias para el cultivo de transgénicos en Europa”, indicó un portavoz del gigante estadounidense de la agroquímica, la mayor empresa de biotecnología

A cambio, la compañía se dedicará a obtener la aprobación de la UE para importar sus variedades de semillas genéticamente modificadas cosechadas en Estados Unidos y Sudamérica, sobre todo en Brasil y Argentina, indicó en un comunicado.

También quiere reforzar su negocio de cultivos con semillas convencionales en el continente, para lo que invertirá “varias centenas de millones de dólares”.

Monsanto había solicitado permisos para maíz, soja y remolacha para azúcar. La información fue confirmada por la Comisión Europea que aseguró haber “tomado nota” de la decisión.

No obstante, Monsanto no retirará su solicitud para renovar la aprobación de su maíz MON810, el único cultivo transgénico que se cultiva actualmente en forma comercial en Europa, sobre todo en España. Esta variedad tiene como característica la resistencia a los insectos lepidópteros que ataca la planta del maíz, causando pérdidas estimadas en un 30% de la cosecha, se informó.

Para que un transgénico sea autorizado en la UE, debe pasar una evaluación sobre los riesgos para la salud y el medio ambiente, y después recibir la autorización de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA).

Bruselas ya ha autorizado medio centenar de OGM (organismos genéticamente modificados) para ser utilizados en la alimentación animal y humana, mientras que sólo dos transgénicos pueden ser cultivados, el maíz MON810 y la patata Amflora del grupo alemán BASF.

Pero el rechazo de los ciudadanos a los OGM en Europa ha sido contundente y provocó que varios países, entre ellos Francia, Alemania e Italia, prohibieran en sus territorios las semillas transgénicas.

Después de una larga batalla para impedir que la UE permitiera la siembra de estas semillas transgénicas, los grupos ecologistas saludaron el anuncio. “Esto es una gran noticia para la ciencia y la investigación europea”, dijo Mark Breddy, portavoz de Greenpeace, una organización no gubernamental ambientalista.

“En las últimas décadas, las semillas transgénicas han demostrado ser ineficaces e impopulares, con un riesgo inaceptable para la salud y el medio ambiente”, añadió.