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Pobreza agrava desempleo juvenil en América Latina

La tasa de desempleo de los jóvenes más pobres de las sociedades de América Latina es tres veces mayor que la de los más ricos, una situación que refleja y profundiza la persistente situación de desigualdad en la región.

Así lo establece el informe “Trabajo Decente y Juventud en América latina” de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que destaca que en la región hay 108 millones de jóvenes de entre 15 y 24 años, de los cuales poco más de la mitad (56,1 millones) forman parte de la fuerza laboral, es decir, que buscan trabajo o ya tienen uno.

“El desempleo afecta a todos los jóvenes, pero está presente en forma desproporcionada entre aquellos que provienen de las familias más pobres”, dijo la directora regional de la OIT para América Latina y el Caribe, Elizabeth Tinoco. Este escenario, alertó, “es causa y consecuencia de la desigualdad de ingresos y la exclusión social en la región”.

Entre los jóvenes de más altos ingresos, el desempleo es de 8,5%, una tasa que sube a 25,5% en el caso de los jóvenes más pobres, lo que hace una diferencia de 17 puntos porcentuales. Las mujeres jóvenes más pobres, de su parte, presentan un desempleo de 35%, en comparación con el 10% que hay  entre las de mayores ingresos, lo que refleja una diferencia de 25 puntos porcentuales, según datos de la OIT, que analiza las tendencias regionales en un periodo de seis años ( 2005-2011).

tendencias. Además de tener una tasa de desempleo que duplica a la tasa general y triplica la de los adultos, los jóvenes enfrentan una realidad laboral en la cual casi seis de cada diez empleos disponibles para ellos se dan en condiciones de informalidad.

Nuevamente se manifiesta una situación de desigualdad, pues esta tasa de informalidad es de 77% para el grupo de jóvenes de menores ingresos, y de 41% para los de mayores ingresos, una distancia de 36 puntos porcentuales.

Los datos de las cotizaciones a la seguridad social son elocuentes. Solamente 12,2% de los jóvenes más pobres cotizan en salud y 12,3% para pensiones, comparados con 58,9% y 61% entre los de mayores ingresos, lo que revela grandes diferencias en el acceso a la protección social, considerada como una herramienta clave en la lucha contra la pobreza.

Los jóvenes que no estudian ni trabajan, representan cerca de 20%, lo que equivale a poco más de 20 millones de jóvenes que son objeto de preocupación especial, ya que su riesgo de exclusión social es mayor. Entre los más pobres, más de 30% no estudian ni trabajan, cifra que se reduce a casi 10% entre los de mayores ingresos.

“Si los jóvenes no tienen acceso al trabajo digno cuando inician su vida laboral, pueden caer en una situación difícil de remontar que tiende a perpetuar situaciones de pobreza”, afirmó Tinoco.

Más datos sobre las diferencias

Educación
El porcentaje de jóvenes de entre 20 y 24 años que concluyeron la secundaria es de 21,7% entre aquellos de menores ingresos, y de 78% en el de más ingresos.
 
Profesión
Entre los jóvenes de 25 a 29 años que concluyen al menos cinco años de educación superior la diferencia es notoria, 0,6% entre los de menores ingresos y 22% entre los de mayores ingresos.

Propuesta
La OIT plantea la necesidad de recurrir a una combinación de políticas especialmente diseñadas para abordar estos problemas.

El 15% de los jóvenes bolivianos, sin empleo

El 15% de la población juvenil de Bolivia se encuentra desempleada, según datos de la Fundación Ser Familia, que potencia las capacidades de jóvenes de entre 18 y 29 años con asistencia técnica y capital a fin de que puedan iniciar sus propios emprendimientos.

El Censo de 2001 identificó que la tasa de desempleo de este grupo social se encontraba en aproximadamente 15,30%. El Censo de 2012 dio cuenta de que de los más de 10 millones de habitantes que hay en el país, 4 millones tienen entre 10 y 29 años, pero no lanzó datos oficiales sobre el desempleo juvenil.

Datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) dan cuenta de que en América Latina hay actualmente cerca de 108 millones de jóvenes, de los que 56 millones son parte de la fuerza laboral y los 52 millones restantes se subdividen en empleos informales, desempleo y un núcleo duro de jóvenes que no estudian ni trabajan. El documento menciona que los jóvenes representan 43% del total de los desempleados de la región.

“La falta de trabajo decente compromete el futuro de millones de jóvenes en América Latina y es, a la vez, causa y consecuencia de la persistente situación de desigualdad en la región”, cita el informe “Trabajo Decente y Juventud en América latina” del organismo mundial