Desarrollo comunitario y protección social redujeron el hambre en Bolivia
Crispim Moreira. El representante de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Bolivia destaca las políticas implementadas por el Gobierno para reducir la inseguridad alimentaria entre la población. El funcionario de la ONU afirma que el país podrá alcanzar en 2015 los Objetivos de Desarrollo del Milenio referidos al hambre, un logro que comparte América Latina, una región donde 29,5 millones de personas aún se encuentran bajo condición de subalimentación.
— ¿Cuáles son las principales causas de la subalimentación?
— La subalimentación así como la inseguridad alimentaria y nutricional son fenómenos políticos construidos por los hombres que se dan principalmente por tres razones: los niveles de pobreza, en especial la pobreza extrema que impide a las familias acceder a alimentos en cantidad y calidad suficientes; la disponibilidad de alimentos en los mercados locales para el abastecimiento regular y seguro de toda la población; y el acceso de los pequeños agricultores familiares, indígenas y campesinos a activos productivos como tierra, agua, además de estabilidad en la asistencia técnica y financiera; a lo que se suma la necesidad de reconocer, a los productores de alimentos estratégicos de consumo nacional, con precios justos.
— ¿Estas razones se mantienen o han cambiado en el tiempo?
— En una mirada global, las causas de la subalimentación se mantienen en regiones como África Subsahariana y Asia del Sur, pero se evidencian progresos en su abordaje, en especial en América Latina y el Caribe (…). Sin duda los progresos para encarar los múltiples factores de la subalimentación en el mundo son grandes, pero no suficientes para la erradicación global del problema. Los avances en esta materia han permitido sacar 209 millones de personas del estado de subalimentación en el mundo desde 1990-1992 (periodo de análisis en el que habían 1.014 millones de subalimentados, 18,3% de la población).
— ¿Cuántas personas subalimentadas existen en el mundo?
— Hasta el periodo 2012-2014 existen unos 805 millones de subalimentados, lo que corresponde al 11,3% de la población mundial. El 65% de estas personas se encuentra en Asia, 28% en África, 4,6% en América Latina y el Caribe, 2% en las regiones desarrolladas y 0,2% en Oceanía. En América Latina, sin contar el Caribe, se advierte que la prevalencia de la subalimentación cayó de 14,4% en 1990-1992 a 5,1% en 2012-2014; y bajó de 60,3 millones a 29,5 millones en el mismo periodo. América Latina y el Caribe es la región que mayores avances ha hecho en la reducción del hambre a nivel global. Según el SOFI (informe sobre el Estado de la Inseguridad Alimentaria en el Mundo), ya ha alcanzado la meta referida al hambre fijada en los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). Afortunadamente, hay una tendencia de reducción que se presenta de forma sostenible a partir de la última década debido a que los Estados han decidido poner en sus agendas públicas el combate al hambre y la pobreza como una prioridad, Bolivia es un ejemplo en esto.
— ¿Y la situación en Bolivia?
— La subalimentación se ha reducido de forma sostenible y continuada en los últimos años. Bolivia, según el informe SOFI 2014, ha ingresado en el grupo de países que cumplirán la Meta 1 de los ODM hacia 2015. En este informe se incluye a Bolivia como estudio de caso, entre otros siete, que destacan por sus esfuerzos para enfrentar la subalimentación. Este estudio muestra que el país ha establecido procesos e instituciones que incluyen a una gran variedad de actores y públicos de interés, en particular a los pueblos indígenas, antes marginados. El fuerte enfoque en políticas de seguridad alimentaria propobres ha generado una rápida disminución de la subalimentación, que cayó 7,4% entre 2009-2011 y 2012-2014. Asimismo, la desnutrición crónica en niños menores de tres años de edad también se redujo de 41,7% en 1989 al 18,5% en 2012. Es importante destacar que Bolivia ha hecho de forma contundente lo que la FAO denomina como la “doble vía” de las estrategias nacionales de lucha contra el hambre, es decir, ha combinado políticas de protección social (transferencia de ingresos a las familias en situación de pobreza monetaria [bonos], alimentación escolar, compras públicas de la agricultura familiar con precios justos) y políticas de fortalecimiento de la economía social y comunitaria basada en la producción originada de la agricultura familiar comunitaria.
— ¿Qué otras políticas ha implementado el Gobierno boliviano para encarar esta lucha?
— Los instrumentos y mecanismos desarrollados en el país para lograr una significativa reducción de la inseguridad alimentaria en nuestro territorio, responden a un enfoque que profundiza en las políticas favorables a los pobres además de un marco legal que apunta hacia la realización de la soberanía alimentaria (…). Esto se traduce en programas nacionales que son cogestionados con las gobernaciones y municipios, a través de los cuales se logran entregar bienes y servicios públicos a los agricultores familiares comunitarios, como el saneamiento de tierras, seguro agrícola, investigación agrícola, semillas certificadas, mecanización, mercado y compras institucionales de alimentos producidos por los pequeños agricultores y que permiten alimentar a la población urbana. Es importante destacar también la capacidad institucional que Bolivia viene adquiriendo con el fortalecimiento de la economía estatal por medio de las empresas públicas, como con Emapa —que apoya a los pequeños y medianos productores de alimentos básicos como trigo, soja, arroz y maíz, proporcionando créditos, intermediación en la adquisición de insumos y venta de los productos, además de acceso a maquinaria—, el Instituto de Seguro Agrario (Insa), Lacteosbol y otras empresas que actualmente participan de forma activa del sistema agrícola y alimentario para garantizar el acceso regular y seguro de la población a los alimentos. Otro factor importante que explica estos avances son los programas de alimentación como el complementario para las escuelas, que hoy beneficia al 89% de los niños y niñas que asisten a unidades educativas públicas y de convenio en el país.
— ¿Cuáles son los próximos retos para el país en esa materia?
— La tarea es duplicar y acelerar los esfuerzos que están en marcha (…). La propuesta de la Agenda Patriótica 2025 con sus 13 pilares, tres directamente dirigidos a metas para la soberanía alimentaria, presenta un fuerte compromiso nacional y la cohesión necesaria para unir Estado y sociedad para la soberanía alimentaria plena en el territorio boliviano. (…). El paradigma del Vivir Bien tiene que ver con alimentarse bien. Así, los programas de soberanía productiva y alimentaria colaboran directamente con la construcción del ‘Vivir Bien para Alimentarse Bien’.
Perfil
Nombre: Crispim Moreira
Nació: 31-08-1959
Profesión: Ingeniero
Cargo: Representante de la FAO
Experto en la lucha contra la inseguridad alimentaria
El brasileño obtuvo su título en Ingeniería Agrícola en la Universidad Federal Viços, realizó una maestría y doctorado en Geografía en la Universidad Federal de Minas Gerais y su tesis de doctorado sobre el fenómeno de la territorialización campesina en Brasil, basado en los conceptos de seguridad y soberanía alimentaria. Entre 2003 y 2010 ocupó diversos cargos en el sector público y privado. Fue viceministro de Seguridad Alimentaria y Nutricional del Ministerio de Desarrollo Social y Combate al Hambre (MDS) en el gobierno del presidente Luis Ignacio Lula da Silva y ejerció la función de secretario ejecutivo de la Cámara Interministerial de Seguridad Alimentaria y Nutricional, donde coordinó la elaboración de la Política Nacional de Seguridad Alimentaria de Brasil y la Organización de la Conferencia Nacional de Seguridad Alimentaria.