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Fabricantes de autos recurren al arma olfativa

No existe ninguna fragancia que permita vender un coche a ciencia cierta, pero aun así los constructores de automóviles recurren al arma olfativa perfumando el interior de sus coches o refinando el famoso olor a nuevo.

“Hay estudios que demuestran que cuando el olor es demasiado fuerte, disminuye el confort”, indica Juliette Quatararo, encargada de las problemáticas de olor en PSA Peugeot Citroen. “El segundo aspecto es el tipo (de olor), hay que evitar que huela demasiado a plástico o a escay”.

Para Renault, el objetivo “es que huela lo menos posible en el coche”, explica la firma francesa. Los constructores se muestran exigentes con sus proveedores en este aspecto. “Algunas sustancias muy malolientes quedan fuera del pliego de condiciones”, asegura Quatararo. Una vez superado ese obstáculo, algunas marcas recurren a los aromas en sus concesionarios para relajar a sus clientes potenciales. “El aspecto olfativo es tan importante o incluso más que el aspecto visual, ya que un olor que da buenos recuerdos llevará a la gente a regresar a un lugar”, indica Cyrille Gerhardt, gerente de la empresa Smell Marketing, especializada en esta técnica muy extendida en los hoteles o tiendas de lujo.

Pero, cuidado, “se puede tener el mejor olor del mundo, si el aspecto visual no se cuida y si el aspecto sonoro no es adecuado, no será propicio para el bienestar del cliente”, añade Gerhardt.

Mercedes dio otro paso para seducir el olfato de sus clientes, al proponer un difusor de aromas “a la carta” como opción en sus coches. Los pasajeros pueden elegir olores clásicos como un aroma a cuero o fragancias más inesperadas en un coche como Chanel nº5.

PSA, pionero de la personalización olfativa en Francia con el Citroen C4, también tiene previsto vender en 2016 un difusor de perfumes y trabaja con diseñadores de la ciudad de Grasse, en el sur de Francia, para elaborar fragancias para sus coches, señala Boudard.