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Diversidad ganadera, crucial para la seguridad alimentaria

Nuestra ganadería se está criando cada vez más en recintos cerrados y siendo alimentada con concentrados que a menudo se importan. La producción intensiva de pollos, cerdos y vacas lecheras se basa en unas pocas razas de todo el mundo. Este tipo de desarrollo es muy arriesgado, ya que nosotros y las generaciones futuras estamos perdiendo la posibilidad de adaptar los sistemas de producción ganadera a condiciones cada vez más duras, tales como las relacionadas con las altas temperaturas y la escasez de alimentos nutritivos.

Aunque la humanidad ha domesticado cerca de 40 especies de mamíferos y aves, y desarrollado 9.000 razas en los últimos 10.000 años, la mayoría de éstas existen solo en pequeñas poblaciones y en ciertas áreas del mundo. Algunas de éstas presentan adaptaciones muy especiales.

El ganado Yakutian —una raza que vino desde Rusia—, por ejemplo, puede soportar temperaturas tan bajas como menos 60 grados centígrados. Existen en números muy bajos hoy, porque los sistemas de producción ganadera tradicionales que ellos utilizan han disminuido y la raza tiene dificultades para competir con aquellas de alta producción de ganado utilizadas en muchas operaciones de cultivo moderno —a pesar de que estos últimos requieren mucha mejor alimentación y cuidado que las de Yakutian—.

Actualmente, el 17% de las razas están en peligro de extinción. Además, casi el 60% está en condición de riesgo desconocido debido a la falta de datos sobre el tamaño y la estructura de sus poblaciones.

Retos. Ante el cambio climático y otros desafíos para la seguridad alimentaria, es fundamental que mantengamos las características resilientes de razas como el Yakutian y tantos otros, que se adaptan a terrenos difíciles, ambientes hostiles y situaciones de alimentación y agua limitadas.

Una nueva evaluación global realizada por la  Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) reveló que muchos gobiernos han tomado medidas para mejorar la gestión de sus recursos zoogenéticos. Mientras que en 2005 menos de 10 países reportaron que habían establecido bancos de genes de ganado, ahora son 64 los que han informado al respecto.

Otros 41 países indican que están planeando establecer este tipo de instalaciones. Este es un importante paso adelante, pero el establecimiento de bancos genéticos no es suficiente.

Los países tienen que comprender mejor las características de sus recursos zoogenéticos, fortalecer las políticas, las instituciones y los programas de gestión y mejorar la educación y la formación, sobre todo para permitir el establecimiento de programas de cría que fortalecen razas adaptadas localmente. Esto reducirá la dependencia de los países del Sur en material genético de los del Norte, mejorará la seguridad alimentaria de los hogares, y permitirá ser más ambientalmente sostenibles.

Adaptación. Los recursos genéticos diversos permiten a agricultores y pastores —grandes y pequeños, en países desarrollados y en desarrollo— abastecer de una gran gama de productos y servicios, desde alimentos a fibras fertilizantes. Muchas de estas razas tienen características valiosas que ayudan a mantener paisajes y hábitats en todo el mundo.

Los ganaderos son los guardianes de los recursos genéticos y ayudan a conservarlos en nombre de todos nosotros. Por tanto, deben ser el centro de los esfuerzos para promover el uso sostenible y el desarrollo de estos recursos. Los países han acordado un plan de acción mundial sobre los recursos zoogenéticos y así asegurar que las generaciones futuras puedan aprovechar la riqueza de la diversidad ganadera y hacer uso de los entornos más inhóspitos del mundo que no pueden ser utilizados para la producción de cultivos. La FAO se ha comprometido a ayudar a los gobiernos y la sociedad civil para implementar este importante plan.

La diversidad genética es crítica para la seguridad alimentaria de nuestro planeta. Necesitamos una acción concertada ahora para mantener estos recursos cruciales para la seguridad alimentaria de las generaciones futuras. Solo si podemos asegurar que nuestros sistemas alimentarios sean sostenibles, y capaces de adaptarse a los nuevos retos, lograremos el reto hambre cero, de crear un mundo libre del hambre.

Otros datos para tomar en cuenta

Consumo

La demanda mundial de productos pecuarios se incrementará en un 70% en 2050 para alimentar a una  población que se calcula alcanzará  los 9.600 millones de personas, según la FAO.

Importancia

La Organización de Naciones Unidas prevé que 1.000 millones de pobres dependen hoy del ganado para su alimentación e ingresos.

Impacto

El sector ganadero contribuye con un 14,5% de las emisiones de gases de efecto invernadero de origen humano y es un importante usuario de recursos naturales.