66 kilos de carne pasaron por los platos de cada boliviano en 2015
Información del estatal Observatorio Agroambiental y Productivo muestra que la ingesta de carnes de res, pollo, pescado, cerdo y camélidos crece a paso lento en el país.
El año pasado, cada boliviano consumió en promedio 66,48 kilos de cinco tipos de carnes, de acuerdo con datos del Gobierno, que reflejan que la ingesta de estos alimentos crece a paso lento en el país.
Según información proporcionada a La Razón por el Observatorio Agroambiental y Productivo (OAP), el consumo per cápita de pollo, res, cerdo, pescado y camélidos —carnes de las que el Ejecutivo lleva registro oficial— llegó a 66,48 kilos en 2015, un volumen que en esta gestión se prevé se incrementará hasta los 66,57 kilos.
Las cifras de los últimos años muestran una tendencia creciente en la alimentación con proteína animal, en especial de las primeras dos carnes, destacó Melissa Ávalos, coordinadora general de la OAP, dependiente del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras.
Desde 2010, la ingesta personal de carne de pollo aumentó en 6,7%, de 32,54 a 34,72 kilos; la de res en 2,9%, de 19,82 a 20,39 kilos; y la de cerdo en 2,5%, de 8,30 a 8,51 kilos. Por su parte, el consumo de carnes de pescado y camélida —que recién fueron incluidas en los estudios del observatorio el año pasado— llegó a 1,88 y 0,98 kilos, respectivamente, indican los datos, elaborados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
“Hay un buen nivel de consumo de carnes en Bolivia y tenemos un promedio estable para el grado de crecimiento del país”, dijo el presidente de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), Julio Roda.
El estudio Crecimiento económico, hambre y desnutrición. El aumento de los ingresos y los cambios en el consumo de alimentos, publicado por la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), indica que el consumo de comida de origen animal en un país aumenta de forma significativa al incrementarse los ingresos per cápita.
El consumo de las cinco carnes en Bolivia —país que desde 2006 registró una expansión económica anual de 5% en promedio y en el que el PIB per cápita creció de $us 1.079 en 2005 a 3.221 en 2015— es menor en comparación al consumo de cuatro carnes (res, cerdo, pescado y pollo) por habitante que tienen en algunos países de Sudamérica.
Por ejemplo, la gestión pasada, el consumo personal promedio de carnes de los peruanos fue de 70,7 kilos, según medios locales; el de los chilenos de 87,3 kilos, informó la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias de ese país; el de los brasileños de 111,5 kilos, de acuerdo con la Asociación Brasilera de Proteína Animal; y el de los argentinos de 126 kilos, indica la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de Argentina.
“Con el crecimiento económico observado en todo el mundo desde 1960, el aumento del consumo de alimentos de origen animal ha superado notablemente el crecimiento del consumo de otros importantes grupos de alimentos. El consumo de carne y pescado se ha triplicado y el consumo de huevos se ha multiplicado por cinco”, cita el estudio de la FAO.
El boliviano prefiere la proteína de pollo, que representa el 52% de su consumo de carnes, y luego la de res (30,6%), la porcina (12,7%), la de pescado (2,8%) y la camélida (1,4%), destacó Ávalos. Un reporte de la Asociación de Avicultores Cochabamba sostiene que Bolivia se ubica en el cuarto lugar entre los países que más consumen pollo en Sudamérica, por detrás de Brasil, Perú y Argentina.
Los datos de la OAP dan cuenta de que, en el eje troncal, los paceños y cochabambinos prefieren el pollo, mientras que los cruceños se inclinan por la res. En tanto, el departamento más carnívoro (res pollo y cerdo) es La Paz.
Estudios sobre el alimento
FAO
Para combatir de manera eficaz la malnutrición y la subnutrición, se deben suministrar 20 gramos (g) de proteína animal a cada persona al día o 7,3 kilos al año. Esto puede lograrse mediante un consumo anual de 33 kilos de carne magra o 45 kilos de pescado o 60 kilos de huevos o 230 kilos de leche, según la FAO.
OMS
El consumo excesivo de carnes transformadas como embutidos o fiambres es potencialmente cancerígeno, advirtió la Organización Mundial de la Salud en un estudio que coloca el consumo excesivo de carnes rojas en general, como “probablemente cancerígenas”.
Productores
Julio Roda: ‘Debemos seguir incrementando el consumo’
“Hay una buena campaña (de promoción) para el consumo de carne en Bolivia. Tenemos un buen promedio como país, pero debemos seguir creciendo. Las proteínas son un alimento importante dentro la alimentación, por lo que es necesario mantener el abastecimiento. En el caso del pollo, el consumo es alto y existen excedentes que deben ser exportados para beneficiar al sector”.
Rodolfo Tonelli: ‘El consumo es mayor al de otros países’
“Bolivia tiene un consumo per cápita (de carnes) superior al de muchos países de Latinoamérica, lo cual es bueno para los productores, siempre y cuando se venda a precios que cubran el costo de producción. En el caso del sector avícola no hay un crecimiento significativo, por lo que un gran incentivo para este rubro podría ser el acceso a mercados internacionales y liberar las exportaciones”.