Icono del sitio La Razón

La hoja de quinua, reivindicada como una ‘superverdura’ andina

Las hojas de la planta de quinua, e incluso su tallo, son un aporte importante para la seguridad alimentaria, la gastronomía boliviana y el rescate de la nutrición ancestral, asegura el investigador boliviano Ricardo Rodríguez, quien califica a este producto como una “superverdura”.

El ingeniero agrónomo presentó este mensaje a través del estudio “Producción urbana de hojas de quinua como hortaliza y obtención de su jugo nutritivo como alternativa para  la diversidad gastronómica”, que se dio a conocer en marzo en el VI Congreso Mundial de la Quinua, en Perú,

El interés del experto por esta parte de la planta nació hace nueve años, en el momento en que caminando por el altiplano probó las hojas de una quinua silvestre para saber qué es lo que consumían como verduras “nuestros antepasados” antes de la conquista española, cuando en la región no había lechuga ni espinaca.

Hoy, “familias de zonas productoras tradicionales consumen aún las hojas en determinadas épocas, antes de la floración y cuando la planta está tierna”, indica Rodríguez, quien sugiere comerlas guisadas, como las acelgas y las espinacas, o en ensaladas.

“Entre enero y febrero es la época”, de aprovechamiento, “cuando las hojitas de la quinua sin fumigar están bien”, precisa el presidente de la Asociación de Productores de Quinua Salinas (Apquisa), Endulfo Gabriel, quien reconoce igualmente el “excelente” peso nutritivo de éstas y recuerda que “antes se consumían en la sopa e incluso en el pan”, usándolas como parte de un sándwich.

“En los últimos años, investigaciones sobre el valor alimenticio de la planta reportaron que las hojas tienen un 28% de proteína —siendo que el grano posee  entre 12 y 18% (de esa sustancia)— y más aminoácidos” que el propio fruto, destaca Rodríguez.

Las hojas “son mucho mejores que los granos”, coincide el representante de los quinueros de Oruro.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura reconoce, asimismo, que este follaje es “una fuente de proteínas de muy buena calidad” y que son “ricas en vitaminas y minerales, especialmente en calcio, fósforo y hierro”.

Su valor “es superior al de la espinaca, una hortaliza considerada altamente nutritiva”, menciona el agrónomo, quien añade que el alimento contiene zinc, varios tipos de vitaminas y antioxidantes con capacidad de contrarrestar el cáncer de próstata.

Este potencial lo llevó a realizar experimentos desde 2016 para producir variedades dulces en su carpa solar, en La Paz, llegando a obtener unos “considerables” 128 gramos por maceta —suficiente para una ensalada de cinco personas— y “hasta tres cosechas” por recipiente.

Esta capacidad fue comunicada a productores de quinua paceños, quienes pueden aprovechar las hojas cuando el retraso de las lluvias evite el desarrollo pleno de sus plantas. “Así podrán salvar algo de la inversión que hicieron”, afirma el investigador.

Sin embargo, agrega, el sector no se mostró muy motivado por el emprendimiento, ya que aún no hay un mercado asegurado para el follaje de esta planta, que tiene gran capacidad de adaptación al cambio climático y a condiciones variables de temperatura, suelo y precipitación.

Para extender el valor de esta planta, Rodríguez plantea en su estudio trabajar sobre tres líneas de acción: aportar como país con nuevas investigaciones e innovaciones, basadas en esta iniciativa, que puedan servir para mejorar la nutrición en el mundo; iniciar el cultivo exclusivo de hojas y tallos de quinua para su uso en la alimentación humana; y promover la producción y consumo de estos alimentos, abriendo espacios para investigaciones que aumenten su oferta y haciéndolos más accesibles a los sectores urbanos y rurales.

Bondades de la hoja ancestral

Las hojas tienen proteínas y aminoácidos como la isoleucina, glicina, serina, tirosina, treonina, triptófano, valina y cisteína; minerales como calcio, hierro, fósforo, magnesio, potasio, azufre, sodio, zinc y manganeso; carbohidratos con azúcares; fenoles, flavonoides, ácido fólico y vitaminas C y E.
un cultivo que se debe planificar

“El producir y consumir las hojas de quinua  implicaría, a futuro, que las asociaciones productoras del grano se especialicen en la semilla de quinua para hortaliza. Por ejemplo, hay una variedad que se caracteriza por tener hojas grandes. Así que hay que seguir investigando”, sostuvo Ricardo Rodríguez.