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Tejedoras aymaras ingresan al mundo del estilo

Prendas elaboradas con materiales tradicionales, pero con diseños actuales y novedosos son la propuesta de artesanas aymaras que le dieron mayor valor agregado al trabajo de sus manos con ayuda de un proyecto de la Gobernación paceña.

La iniciativa es parte del “Manejo integral camélido con aprovechamiento de fibra”, que fortalece la producción primaria (sanidad animal, alimentación, mejoramiento genético e infraestructura productiva), transformación (de la carne, fibra y cuero), capacitación y asistencia técnica de ganaderos de 20 municipios de La Paz.

Este trabajo, que se inició hace dos años y concluye en 2019, requiere de una inversión total de Bs 34,07 millones, y benefició hasta la fecha a más de 5.150 familias. La idea es mejorar de forma integral la producción de los criadores de camélidos y “mostrarles que un camino diferente es posible, que ellos pueden para salir de mercados restringidos de bajo valor”, subraya Ronald Pereira, secretario departamental de Desarrollo Económico y Transformación Industrial de la Gobernación.

Parte esencial de este objetivo es la capacitación que recibieron mujeres de 16 comunidades de la diseñadora Silvana Cosulich, especialista en moda, joyería y esmaltado. “Enseñé sobre tallas y medidas y cómo dar forma a las prendas, y las capacité en innovación, nuevos diseños, colores y texturas. Como resultado, tenemos 57 prototipos” de ropa elaborada con fibras y lanas tradicionales, explica la consultora boliviana, quien destaca la sorprendente habilidad de las tejedoras.

Antes, agrega, “solo hacían llamitas” y ahora “harán diseños nuevos que van con la tendencia de la moda. Hubo un cambio radical en su mentalidad y en sus productos”.

Este esfuerzo se complementará con la apertura en 2018 de un bazar en la zona Sur de la sede de gobierno, en la que las artesanas podrán exhibir y comercializar su trabajo. “Queremos que la tienda esté conectada a los mercados de alto poder adquisitivo”, dice Pereira.

Con fibra de alpaca, llama y lana de oveja “hacemos carteras, monederos, estuches, collares y guantes para hornear”, cuenta Adela Mamani, de Batallas, quien como otras 14 mujeres de su asociación no tendrá ahora que migrar a la ciudad por un futuro mejor.

“250 hermanas trabajamos en esto. Con la capacitación, ahora hacemos productos bonitos para las mujeres de vestido”, afirma Sofía Carrillo, de Pacajes, mientras muestra sus novedosas joyas en alpaca y adornos para el hogar.

Las “mantillas, chompas, chalecos y bufandas” que “hacemos desde niñas”, y como “lo hacían nuestros ancestros”, son hechas “a pulso, desde el hilado hasta el acabado”, asegura Sonia Flores, de Pucarani. Pero “ahora”, indica, “combinamos” este trabajo con la “maquinaria y capacitación que nos dio la Gobernación” para producir “diseños actuales y novedosos” y para “tener mayor ingreso para nuestras familias. Así, “se puede vivir de esto”.