Las empresas bolivianas están cada vez más conscientes de la importancia de la reputación en un mercado nacional en el que la gestión del valor es más sensible por las características culturales de la sociedad y el avance de la tecnología, según expertos.
El interés de las firmas por su reputación se ha incrementado en los últimos 20 años y en especial en los anteriores cinco, en los que se ha constatado de forma más concreta que el tipo de gestión de ese valor genera resultados positivos o negativos en los negocios, recordó Daniel Valli, presidente consejero para el Cono Sur del grupo español Llorente & Cuenca.
“Dejó de ser un tema que le preocupa al gerente de Comunicación o de Marketing; ya es un problema del director ejecutivo, del presidente, del gerente general, del dueño de la compañía”, dijo el representante de la gestora internacional de la reputación, comunicación y asuntos públicos.
Hoy, “la empresa es un individuo más, ya no es solo una organización que produce (…). Ya no son solamente privadas, todas son públicas en el sentido de la reputación”, subrayó María José Rodríguez, directora general de Rodríguez & Baudoin (R&B) en Bolivia y Ecuador.
Valli explicó que la reputación —entendida como la percepción emocional de la gente sobre la congruencia entre lo que las empresas dicen y lo que hacen— se desarrolla al momento en función de la “hipertransparencia”, la “infoxicación” y el “empoderamiento”.
La primera, impulsada por la acelerada conectividad tecnológica, hace que un error o un acierto sean rápidamente conocidos en cualquier parte del mundo; la segunda, causada por la multiplicidad de canales de información, obliga a que la reputación se construya ahora de una forma mucho “más humana y emocional”; y la tercera, sustentada en la apropiación de las redes sociales, cambia la relación entre las personas y las organizaciones transformando a las primeras en emisores de información. En Bolivia, el tercer punto tiene una característica especial.
El “empoderamiento” de la sociedad es más alto respecto a otros países, acotó Rodríguez.
“Tenemos una cultura organizacional que nos permite agruparnos para (abordar) temas de interés social” y para establecer “demandas legítimas” que ya no solo están relacionadas “con el Estado, sino también con las empresas (…). Nuestra forma de pensar es mucho más fuerte, porque estamos acostumbrados a ser organizaciones que tienen mucho que decir en la sociedad, que se saben estructurar, movilizar y hacer escuchar su voz”, sostuvo.
CUALIDADES. Además, afirmó, “tenemos mucha más conciencia y sensibilidad respecto a la transparencia de las empresas”.
En Bolivia, observó asimismo la directiva de Rodríguez & Baudoin, hay “una mayor conciencia” por la importancia del buen gobierno corporativo de la reputación empresarial y de que “un error muy grave” en la gestión del valor “puede costar la empresa” misma. No obstante, continuó, esa disposición no se traduce aún en “procedimientos” para alcanzar “una mejor reputación”.
En este contexto, apuntó Valli, la sociedad en el mundo y en el país espera empresas que brinden productos y servicios adecuados a sus necesidades, pero también que sean “responsables con el medio ambiente y con la comunidad con la cual trabajan, y actores innovadores en la transformación de la sociedad de cara al futuro”.
Alianza empresarial
Propuesta
El gabinete Rodríguez & Baudoin y el grupo español Llorente & Cuenca sellaron un acuerdo para intercambiar experiencias y conocimientos, y para fortalecer su presencial global.
Beneficios
Con el convenio, la consultora boliviana “alcanza proyección mundial” y “accede a metodologías globales de gestión reputacional y nuevas soluciones de comunicación digital”.