El Atlas de Bolivia presenta 67,15 TCF por hallar
Hidrocarburos. Entre 2006 y 2017 se produjeron 7,66 TCF nuevos de gas.
El Gobierno apuesta a que la inversión estatal y la atracción de capitales extranjeros le permitirán explotar la mayor parte de los 7,65 TCF de gas probables y posibles y de los 59,5 TCF hipotéticos y especulativos que se esconden en el territorio nacional.
Información del Atlas Técnico del Potencial Hidrocarburífero de Bolivia presentado a las principales petroleras del mundo a fines de noviembre de 2017 en el IV Foro de Países Exportadores de Gas indica que el territorio nacional cuenta con un potencial gasífero de 67,15 trillones de pies cúbicos (TCF).
Además de los 10,45 TCF probados del combustible, en el país hay 3,5 TCF probables, 4,15 TCF posibles, 31,5 TCF “recuperables” y 28 TCF “aún por encontrar”, según el documento, que incluye información especializada de 80 áreas ubicadas en zonas petroleras tradicionales y no tradicionales distribuidas en toda Bolivia.
Las reservas son, en general, volúmenes de gas natural y petróleo crudo explotables y económicamente rentables. En las probadas, el nivel de certidumbre de que se encontrarán estos recursos es de más del 90%, en las probables del 50% y en las posibles de menos del 20%. Las “recuperables” son hipotéticas y las “aún por encontrar” especulativas, explica el exministro de Hidrocarburos Mauricio Medinaceli.
El Estado apuesta así por incrementar sus almacenes hidrocarburíferos, ya que al ritmo actual de consumo —entre 0,8 y 0,9 TCF por año— las reservas probadas certificadas a 2013, de 10,45 TCF, se agotarían en siete años más, es decir, en 2025, eso sin tomar en cuenta el crecimiento vegetativo del uso del energético en el mercado interno y asumiendo que los volúmenes exportables a Brasil y Argentina se mantendrán.
Política. El Ejecutivo aseguró en diferentes ocasiones que se descubrieron nuevos volúmenes de gas que repusieron lo usado e incrementaron además los depósitos comprobados hasta hace cinco años. Sin embargo, Medinaceli considera que la situación de las actuales reservas hidrocarburíferas de Bolivia es “muy frágil”.
Este medio envió cuestionarios al Ministerio de Hidrocarburos (MH) y a YPFB Corporación para acceder a datos sobre la evolución de la provisión de gas y crudo del país. La primera no contestó, la segunda informó que, “en el periodo 2006 a 2017, la producción certificada de hidrocarburos corresponde a un total producido de 7,66 TCF de gas, 26,68 MMBbl (millones de barriles) de petróleo y 156.66 MMBbl de condensado”.
“Hasta el momento”, los proyectos exploratorios que se implementan por parte de las petroleras públicas y privadas que operan en el país “no” son suficientes para que las reservas superen esta frágil situación, dijo Medinaceli.
“Mientras en el país (…) hablan sobre la certificación de reservas, en los nuevos contratos que negociamos con Mato Grosso y Mato Grosso del Sur y en la renegociación del contrato al Brasil no se toca el tema de la certificación de reservas, y sucede lo mismo con Argentina, que nos está pidiendo incrementar los volúmenes de exportación”, manifestó el 30 de enero el ministro de Hidrocarburos, Luis Alberto Sánchez.
Al respecto, Medinaceli sostuvo: “En general, a nivel internacional esto no es práctica común, además que el sentido común así lo sugiere. Los compradores deben tener cierta certeza sobre la disponibilidad de gas, con base en ello hacen su oferta (…). Cuando los potenciales compradores no discuten las reservas de gas de Bolivia, se sugiere que la modalidad de contrato será de corto plazo y altamente flexible”.
Éste es entonces, agregó, un modelo de negociación “estándar” para el escenario de incertidumbre que hay para las reservas del país.
La Ley 3740 de Desarrollo Sostenible del Sector de Hidrocarburos (de agosto de 2007) establece en su artículo 7 que YPFB está desde 2009 obligado a presentar la certificación de reservas de gas natural existentes en el país “hasta el 31 de marzo de cada año”.
Desde esa gestión, se realizaron dos certificaciones: de la estadounidense Ryder Scott a 2009 y de la canadiense GLJ a 2013. El consorcio internacional Sproule cuantifica al momento las reservas hasta el 31 de diciembre de 2017. Los resultados se conocerán en mayo de esta gestión.
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Wálter Vásquez
Los incentivos para encontrar gas y producir petróleo en el país contemplados en la Ley 767 de diciembre de 2015 se otorgarán a los proyectos que cumplan ciertas condiciones en los próximos siete años, según el Atlas Técnico del Potencial Hidrocarburífero de Bolivia, presentado a fines del pasado noviembre en el IV Foro de Países Exportadores de Gas efectuado en la capital cruceña.
El documento en inglés señala que “los incentivos se aplicarán únicamente cuando la producción de petróleo crudo y líquidos se entreguen al mercado doméstico… para los CSP (Contratos de Servicios Petroleros) suscritos antes de 2020” y para “los proyectos que YPFB comience hasta 2025”, de acuerdo con una traducción no oficial hecha por este medio.
La Ley 767 de Promoción para la Inversión en Exploración y Explotación Hidrocarburífera determina que se otorgarán incentivos desde los $us 30 hasta los 55 por barril de petróleo para incrementar la producción de crudo y condensado asociado al gas. Estos alicientes son para campos nuevos, en el caso del condensado, y para campos en actual producción de petróleo.
Los incentivos, añade la norma, son variables y estarán sujetos al precio internacional del crudo y a la producción en los campos hidrocarburíferos.
“Bolivia es el tercer país con mayores recursos gasíferos en Sudamérica y cerca del 50% de su territorio (549.290 kilómetros cuadrados) posee un gran potencial hidrocarburífero”, según información difundida por el Ministerio de Hidrocarburos.