Desde noviembre del año pasado circula por las calles de El Alto un motorizado muy especial, un Volkswagen Tipo 1 fabricado en Brasil que puede recorrer hasta 50 kilómetros (km) impulsado por energía eléctrica y con una tecnología que está al alcance de todos quienes aman a los rodados.
“Este vehículo podría andar hasta 150 km, el asunto es la batería, que cuesta Bs 900. Por el limitado presupuesto hemos tenido que comprar un motor de menos capacidad que usa seis” acumuladores de energía, cuenta el mecánico Marco Antonio Magne, quien adaptó el motor del coche para el uso de electricidad.
El emprendedor dice que aprendió a hacer “de todo” en su taller ubicado en la zona de El Kenko (El Alto). “La peta funciona, cumple las expectativas de la familia para ir al trabajo, a la cancha. No descubrimos la pólvora, hemos hecho algunas mejoras” que sirven para “presumir el trabajo que se puede hacer en Bolivia”, afirma.
Para hacer realidad su último proyecto, que requerió en total de una inversión próxima a los $us 10.000, el técnico especializado en cajas y coronas tuvo que vender su propia vagoneta. Además, compró libros que solo hay en otros países para capacitarse y mostrar “que los técnicos en Bolivia pueden inventar lo que no tienen”.
“Lo que queremos hacer ahora es formar. ¿De qué sirve que una persona esté parada en la esquina con su auto eléctrico y no haya gente que pregunte o intente capacitarse o copiar la idea? Queremos traspasarla, que se comente, que la gente se anime a hacer lo mismo. No solamente se trata de buscar un beneficio económico, sino de colaborar con el medio ambiente”, manifiesta Magne.
El siguiente paso del mecánico es adaptar los motores de otros carros y conseguir auspiciadores.
“Este año buscaremos una universidad que nos pueda apoyar. Lo que nos gustaría hacer son prácticas y que vengan a visitarnos, que vean el equipo. Espero críticas de la gente entendida en la materia. Nosotros solo somos técnicos, no profesionales especializados en el área”, sostiene.