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Transforman lubricantes usados en aceite base

Un litro de aceite automotriz desechado puede contaminar un espacio del tamaño de una cancha de fútbol y la tierra tarda hasta 20 años en recuperarse de ese daño. Eso está claro para Indelub, que se esfuerza por tener una ciudad menos contaminada.

El  emprendimiento, Industria de Lubricantes Bolivia (Indelub), es de Héctor Navia, quien en 2012 decidió montar personalmente una pequeña fábrica de aceite base con piezas hechas en su mayoría en Bolivia y bombas italianas.

La fábrica, ubicada en la zona Industrial Pucarani (El Alto), inició su trabajo con una producción mensual de 60.000 litros, que al momento se encuentra en 80.000 litros.

“Es una lucha frontal contra el daño al medio ambiente”. “Hay bastante aceite negro” que se recupera porque ha crecido el parque automotor. “Antes se botaba el aceite en Achocalla, pero ahora no, gracias a los recicladores. Los mismos talleres saben que es dinero y tienen más cuidado”, cuenta Navia, gerente general de la empresa.

Este aceite negro es la materia prima de Indelub y es acopiada en El Alto por unas 60 familias que en promedio compran el litro a Bs 0,85 en los servicios de cambio de lubricantes.

Por día, los minoristas llevan a la planta entre 20 y 30 tambores de 200 litros y los mayoristas hasta 100 turriles con ese líquido, que deja de ser vertido en ríos, desagües y la tierra.

Estos residuos se acumulan en una cisterna con capacidad para 100 tambores, se le extrae el agua y se los “cocina” a una temperatura de 350 grados.

“Una vez que se pasan los 100 grados empieza a salir los combustibles livianos”, explica Navia.

Luego, se transporta el líquido a tanques donde es sometido a un proceso químico con ácido sulfúrico. “Ahí se quitan impurezas como tierra y limaduras, hasta trapitos. Luego ingresa a los reactores que cocinan otra vez el aceite y también lo filtran. Ahí termina el proceso y sale el aceite base, que es cristalino”, detalla.

Este proceso deja para Indelub entre 350 y 400 turriles de 200 litros de aceite utilizable al mes

“Este producto final es usado como aceite hidráulico, es para maquinaria pesada, tractores y montacargas. Otros lo llevan para alimentar las motosierras de aserraderos del interior. Hay un buen mercado”, destaca el emprendedor.

Sin embargo, la empresa alteña solo puede trabajar entre 15 y 25 días al mes porque tiene limitada la disposición de ácido sulfúrico por norma de la Dirección General de Sustancias Controladas.

“También cuidamos que nuestros desechos no sean nocivos para el medio ambiente. Utilizamos para filtrar el aceite tierra fuller que luego se la llevan generalmente los ladrilleros a los que no les llega el gas, la usan como aserrín”, sostiene Navia.

Potencial: Indelub se identifica como la única de su tipo en La Paz, pero tiene competencia en otros departamentos, en especial en Santa Cruz.
Anteriormente, la empresa intentó obtener certificaciones para su producto, pero “parece que nosotros representamos una competencia para YPFB. Para lograr esas certificaciones nos exigen muchas cosas que, a veces, no se pueden conseguir”, dice Navia.

El negocio de los aceites en el mundo es grande, rentable y complejo.

La demanda mundial de lubricantes llegó en 2012 a 40 millones de toneladas, lo que hace que los aceites usados estén entre los residuos contaminantes más abundantes que se generan hoy.