Carin Jämtin: La mejora de la renta global cambia el modelo de la cooperación
La Directora General de la Agencia Sueca de Cooperación Internacional para el Desarrollo (ASDI) destaca la necesidad de que la cooperación en general cuente con nuevas herramientas de trabajo para enfrentar el nuevo escenario mundial.
El Gobierno sueco impulsa su nueva Estrategia de Cooperación 2016-2020 con Bolivia, la cual —además de los trabajos en democracia, derechos humanos y equidad de género; cambio climático, medio ambiente y resiliencia; y desarrollo productivo y comercio justo— incorpora el fomento de las capacidades comerciales sostenibles del Estado Plurinacional. Este nuevo elemento se incluye como parte del inédito e innovador plan piloto global que Suecia ejecuta en cinco países del mundo: Bangladesh en Asia; Tanzania, Kenia y Zambia en África, y Bolivia en Latinoamérica. Carin Jämtin llegó al país el 9 de septiembre liderando la delegación de más alto rango de la ASDI que haya visitado Bolivia. Durante su estadía, el grupo sostuvo reuniones con contrapartes y miembros de la Unión Europea y con altas autoridades del Gobierno, con las que evaluó los resultados de más de 20 años de estrecha relación bilateral.
— En 2016, Suecia comenzó a implementar su nueva Estrategia de Cooperación con Bolivia. ¿Qué resultados arrojó hasta el momento esta labor?
— Antes de hablar de la estrategia, quiero decir que Suecia es un socio del desarrollo de Bolivia desde hace muchos años. Estamos aquí con la cooperación desde principios de los 90 en muchas áreas: investigación, educación, construcción de institucionalidad, democracia, derechos humanos y medioambiente y agua. En el nuevo plan, seguimos trabajando en algunas de estas importantes áreas: investigación, agua, derechos humanos y género; y con donaciones para apoyar diferentes tipos de proyectos, pero también actuamos de una manera más innovadora para crear una relación más allá de la ayuda. Es decir, trabajamos más con el desarrollo de sistemas de mercado y de una relación más comercial también.
— ¿Estos nuevos sistemas de mercado son parte del nuevo modelo de desarrollo que están implementando de forma piloto en Bolivia y otros países?
— Bolivia es, en realidad, el primer país en que la estrategia bilateral va más allá de la ayuda, lo que es un fin en sí. No hay otras estrategias bilaterales con este enfoque y yo espero que esto sí se convierta en parte de otras estrategias bilaterales. Aquí trabajamos mucho y de una manera muy innovadora en el campo del género (1) y de agua y saneamiento (2), así como en la construcción de una mejor relación comercial (3). Por eso estoy aquí también para aprender un poco más sobre esto. En el primer caso, por ejemplo, con un grupo del Consejo de Salud Rural Andino de El Alto trabajamos masculinidades y el papel de los padres, pero también las relaciones con la pareja y con los niños para tratar de romper ciertos círculos de violencia contra la mujer, para que la vida sea más agradable dentro de la familia (…). Apostamos a mujeres para empoderarlas, tratamos de incluir género en todas nuestras intervenciones. ASDI trabaja en Bolivia con la familia de Naciones Unidas para alentarlos a tener un plan de género en el país (…). En el segundo caso, financiamos a través de una colaboración con el Ministerio de Medio Ambiente y Agua el diseño de una planta de tratamiento de aguas residuales a gran escala para La Paz, la primera de su tipo en el país. Es un proyecto que vamos a empezar a ejecutar el siguiente mes.
— Esta novedosa labor en el país incluye también herramientas como las garantías…
— Las garantías las implementamos desde hace varios años en otras partes del mundo, pero en los últimos 10 años hemos ampliado la escala de este buen instrumento, que permite apalancar mucho dinero; aquí estamos hablando de $us 100 millones (…). Es una cifra bastante alta comparada con otras garantías.
— ¿Cómo funcionan?
— Para simplificar, nosotros garantizamos el riesgo, que es medido por una agencia sueca especializada; así es más fácil (que los gobiernos central y subnacionales) tengan acceso a préstamos.
— ¿Ese aval se presenta ante varias financieras multilaterales o con alguna en específico?
— En este caso con el Banco Interamericano de Desarrollo, pero en otras partes trabajamos con la Corporación Financiera Internacional (del Banco Mundial) y otras agencias multinacionales.
— La Cooperación Sueca ha trabajado bajo este marco en los últimos dos años. ¿Qué resultados ha tenido a la fecha?
— Son muy prometedores, el trabajo en urbanización agua y saneamiento y otras áreas es muy bueno, los resultados son buenos. Trabajamos con el Viceministerio de Vivienda y Urbanismo en la elaboración de un plan de desarrollo urbano —el primero en los últimos 35 años—; con Unicef en la protección de la niñez y en agua y saneamiento; con UNCAC en transparencia y lucha anticorrupción a nivel municipal; y con varias organizaciones de la sociedad civil, sobre todo en igualdad de género y derechos humanos. También tenemos esfuerzos importantes en cuanto a mercados inclusivos en área rurales para diversificar la producción y la economía local y para mejorar el mercado; también queremos vincular esto con las exportaciones. Así que tenemos muy buenos socios en el país, del Gobierno, de la ONU y de la sociedad civil.
— ¿Estas nuevas herramientas que están empleando en Bolivia son parte de un nuevo modelo de desarrollo que la Cooperación Sueca está impulsando en el mundo?
— En parte sí. Vamos a intentar utilizar esto en otros países porque es importante aprender, pero al mismo tiempo hay que acordarse de que todos los países son distintos, así que tenemos que trabajar de diferentes maneras, porque los desafíos son distintos entre los diferentes países.
— ¿Cuáles son los lineamientos de este nuevo modelo de cooperación al desarrollo?
— Queremos trabajar con un mayor enfoque en la pobreza multidimensional, para tratar de utilizar diferentes herramientas como las donaciones, con las que hemos trabajado por muchos años, pero también fondos de garantía y otras. Aunque el cómo se utiliza esta mezcla de diferentes instrumentos tiene que ser decidido a nivel de cada país, dependiendo de sus necesidades y posibilidades (…). Nosotros vemos la pobreza en un sentido más amplio, como pobreza económica, pero también como falta de voz, falta de poder, falta de seguridad en la sociedad.
— ¿Estas medidas responden a los cambios que están ocurriendo en el mundo? A la desaceleración, por ejemplo, que hace que los países cooperantes cuenten con menos recursos para el apoyo.
— En cierto sentido sí, otros donantes se están comportando de otra manera, y nosotros tenemos que ser un poco más exactos al utilizar el dinero de los contribuyentes suecos, porque de ahí viene la cooperación al desarrollo. Pero la principal razón por la cual estamos viendo otros métodos y herramientas es que más países se están convirtiendo en países de ingreso medio, hoy día hay muy pocos que son muy pobres. Así que ya no podemos trabajar como antes porque el mundo está cambiando. El Parlamento y la sociedad civil sueca decidieron en 1961 dar un 1% del PIB anual a la cooperación al desarrollo y desde aquel entonces hemos trabajado con la cooperación al desarrollo, y hay mucho apoyo en Suecia para que el país tenga un papel activo en este apoyo, pero también la población sueca requiere que hagamos lo correcto con nuestro apoyo, que logremos resultados, que apoyemos el logro de los Objetivos del Desarrollo Sostenible hasta 2030 y que lleguemos a los pobres en los países donde tenemos presencia.
— ¿Ese 1% del PIB convierte a la Cooperación Sueca en una de las mayores del mundo?
— Somos un país pequeño (con unos 10 millones de habitantes) pero somos los más grandes en cuanto a la contribución per cápita (para el desarrollo).
— En el actual contexto de cambio de países de renta baja a media, ¿cuál es el futuro de la cooperación internacional en el mundo?
— Espero honestamente que la ayuda al desarrollo en el sentido tradicional se transforme en otro tipo de relación con los países. Que sea una cooperación entre sociedades civiles, de comercio entre los países, o sea que nos apoyemos de otras maneras, porque cuando los países sean más ricos y cuando el número de pobres baja, ya no es tan necesario tener la anticuada cooperación al desarrollo.
— ¿Cuáles son los principales retos de la cooperación internacional con miras hacia las siguientes décadas?
— Creo que algunos países ricos en Europa ahora se están enfocando un poco más hacia sus propios problemas, lo que va a bajar los niveles de la cooperación al desarrollo o podría cambiar la manera de trabajar de la cooperación al desarrollo, así que vamos a tener que intentar continuar con el diálogo para explicar por qué la ayuda al desarrollo es buena para los dos países, tanto para Bolivia como para Suecia. Nosotros aprendemos a trabajar con ustedes y ustedes ojalá también aprendan a trabajar con nosotros, así que somos socios en esto.
Pérfil:
Nombre: Carin Jämtin
Profesión: Administradora Pública
Cargo: Directora General de la ASDI
Apasionada por los DDHH
Tiene una larga experiencia política dentro del Partido Social Demócrata Sueco, con el cual ocupó diferentes cargos, como ministra de Cooperación Internacional de Desarrollo y viceministra de Asuntos Exteriores de Suecia. En 2006 participó con el Banco Mundial de un exclusivo proyecto para ampliar y profundizar el entendimiento del crecimiento económico sostenible como parte esencial en la mitigación de la pobreza.