Michelline, lista para crecer como una gran empresa
La pastelería paceña planea llegar a las otras dos ciudades del eje y al resto de las capitales.
Luego de tres décadas de trabajo buscando ser parte de los momentos felices de las familias bolivianas, Michelline terminó de preparar su camino para convertirse en una empresa grande y moderna que apoya su crecimiento en la nuevas tecnologías.
El 28 de octubre de 1988, los esposos Jesús Mercado y Rosario Apaza abrieron en la populosa calle Max Paredes las puertas de un negocio que se ganaría un lugar en los hogares paceños y alteños.
“Empezamos desde abajo, con algo muy pequeño, y nos lanzamos a una aventura, pero a una aventura con buenos cimientos. Nuestro trabajo no cayó en saco roto”, recuerda Apaza, quien junto a su compañero de vida —que aprendió de su madre el oficio de la pastelería y la panadería— hizo crecer su emprendimiento a punta de perseverancia, sacrificio y créditos bancarios.
Ese esfuerzo continúa hoy de la mano de los hijos de la pareja, Patricia, Alejandro y Andrea, quienes se formaron profesionalmente con diferentes especialidades para mejorar la producción, administración y marketing de la ya “tradicional” pastelería.
“Ha llegado el momento en el que tenemos que empezar a crecer como una empresa grande y producir de una forma más estructurada”, declara Andrea Mercado, jefa Comercial y de Marketing de Michelline, que al momento cuenta con 10 sucursales en La Paz y cuatro en El Alto, además de 120 trabajadores que permiten la llegada al mercado de entre 300 y 400 tortas por día.
El trigésimo aniversario fue también la oportunidad para refrescar la imagen corporativa de la compañía, manteniendo el rojo y adicionando el color crema para darle una mayor sensación de calidez. Como parte de esta renovación, todos los empaques de la pastelería tienen el eslogan “En tus momentos felices” y la expresión “umm!”, además de un código QR que vincula a los clientes con su cuenta de Facebook.
Este trabajo, precedido por una mayor presencia publicitaria en medios escritos, radios, espacios públicos y redes sociales, se tradujo ya en el incremento de las ventas. “Queremos relacionar la expresión ‘umm!’ con Michelline (…); queremos que sepas que el producto que te vas a llevar lo vas a disfrutar en familia, que va a ser perfecto para el momento feliz que vas a tener; queremos que la gente siga sintiendo Michelline”, dijo la jefa Comercial y de Marketing.
PLANES. Este objetivo está acompañado de un proceso de innovación productiva que impulsa la empresa desde hace una última década, el cual permite ofrecer hoy más de 15 variedades de tortas que se disfrutan en cumpleaños, bodas y aniversarios.
“A diferencia de otras pastelerías que usan crema de leche vegetal, nuestros productos se caracterizan por estar hechos con crema de leche de origen animal, que es más fresca, ligera y tiene un sabor más apetecible, más rico”, afirma Andrea Mercado.
Así, a su clásico pastel blanco con cerezas y duraznos se sumaron sabores como los de tres leches, chocolate, oreo, M&M, maracuyá, capuchino, mora, frutilla, chicle y mashmelo, entre otros.
Además de estas delicias, la empresa elabora otras 20 variedades de productos entre pays, rollos de queso, queques, galletas, empanadas, croissants y “tortas en vaso”; prepara pasteles a pedido, por ejemplo para diabéticos; y estudia la posibilidad de incursionar en las tortas saladas. “Michelline no solo es una pastelería, sino es un gusto que pasa de generación en generación, un producto de tradición”, asegura Mercado.
Entre los proyectos a corto y mediano plazo de la compañía, está la apertura de sucursales en Cochabamba y Santa Cruz y el ingreso a los supermercados con productos de larga duración. A largo plazo, la meta es llegar al resto de las ciudades del país e incluso cruzar las fronteras.
APOYO. Con este fin, comenzó a adquirir en los dos últimos años maquinaria latinoamericana y europea que le permite garantizar la homogeneidad y calidad de sus productos sin que éstos pierdan su carácter artesanal.
“Ha sido una inversión alta, pero creemos que va a tener frutos en el futuro”, asevera Mercado, quien confía en que el negocio seguirá creciendo al igual que la calidad de vida de sus trabajadores.
“Hace seis años llegué a la empresa y me recibieron bien. De lo que no sabía nada aprendí muchas cosas y día tras día voy superándome”, cuenta Christian Rivera, quien trabaja como decorador en la empresa donde también conoció a su esposa.
“Aparte de ser trabajadores somos una familia y como familia crecemos día tras día”, dice.
“Somos una familia conformada por 108 trabajadores, una empresa de tradición que te ofrece emociones y momentos felices y en familia”, ratifica Mercado. En el futuro, “veo a Michelline como una empresa referente de la pastelería boliviana, reconocida por su calidad de servicio y atención al cliente, y líder en el mercado”, agrega.
Este año se inicia el servicio de entrega a domicilio
La empresa atenderá a los clientes que hagan pedidos por teléfono
Michelline empezará esta gestión a ofrecer su servicio de entrega a domicilio como parte de su objetivo de convertirse en una empresa con presencia nacional, anunció la jefa Comercial y de Marketing de la pastelería, Andrea Mercado.
“Comenzaremos este año con el servicio de delivery” para pedidos por teléfono y “a mediano plazo continuaremos” con la entrega a domicilio para “pedidos a través de la página web” y, posiblemente, mediante la cuenta en Facebook del negocio, detalla la más joven de los tres hijos de los fundadores del emprendedimiento: Jesús Mercado y Rosario Apaza.
“Hemos nacido en la empresa y vivido la empresa”, así que “tenemos objetivos e intereses comunes y hemos llegado a un equilibrio entre empresa y familia”, cuenta la ejecutiva.
Michelline es una empresa familiar que inició sus actividades en octubre de 1988.
CRECIMIENTO. La marca de la pastelería es la combinación de las palabras “Michelle” y “chelín”, el nombre del primer negocio de Apaza (un salón de belleza) y el de una antigua moneda inglesa que se supone da suerte.
El negocio empezó en la calle Max Paredes de La Paz y con el tiempo instaló agencias en la calle Yungas y en las zonas de San Pedro y Sopocachi hasta llegar en 2014 a El Alto.
“En nuestra empresa tuvimos la suerte de que se incorporen nuestros hijos. Ahora estamos trabajando en familia”, expresa con satisfacción Apaza.
La planta de producción de Michelline se encuentra en la zona de Alto San Pedro, desde donde atiende los pedidos de los puntos de comercialización que tiene en La Paz y El Alto. “Más del 80% de lo que usamos es nacional”, destaca Mercado.