Agenda ODS: El talón de Aquiles es la protección ambiental
El Coordinador Residente del Sistema de Naciones Unidas en Bolivia y Representante Residente del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) realiza una evaluación preliminar del desarrollo local de la Agenda 2030 y de sus 17 Objetivos.
Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 —aprobada en septiembre de 2015 en una cumbre histórica de la Organización de Naciones Unidas (ONU)— entraron oficialmente en vigor el 1 de enero de 2016. Para alcanzar estos nuevos Objetivos de aplicación universal, los países comenzaron a intensificar sus esfuerzos para poner fin a la pobreza en todas sus formas, reducir la desigualdad y luchar contra el cambio climático garantizando, al mismo tiempo, que nadie se quede atrás. “La Agenda 2030 no es un desafío exclusivo del Gobierno ni de las instituciones del Estado, es un desafío para toda la sociedad y esto implica un compromiso de las comunidades, de las ONG y de los sectores empresarial y académico”, subrayó Ramírez-Villegas.
— ¿Cuál es la evaluación preliminar sobre los avances de los ODS en el Estado boliviano?
— La implementación de la Agenda 2030 se inició hace tres años y uno de los principales desafíos de Naciones Unidas en el país ha sido el reconocimiento por parte del Estado boliviano con respecto a esta nueva agenda de desarrollo. Si bien fue un país muy activo en las negociaciones de la Agenda para el Desarrollo Sostenible, Bolivia siempre mantuvo una posición muy reservada en algunos temas relacionados con el medio ambiente, con su cosmovisión indígena y con el concepto del vivir bien, elementos que no están incluidos en la Agenda 2030 de manera clara. Por eso consideramos que, al tener este tipo de reservas, Bolivia no ha demostrado claramente un compromiso con la Agenda 2030 en sus inicios. Esto no significa que en tres años las cosas no hayan cambiado. Partiendo desde esa situación, como Naciones Unidas trabajamos muy de cerca con el Gobierno a fin de analizar de forma detallada cómo la Agenda Patriótica (el Plan de Desarrollo General Económico y Social para el Vivir Bien de Bolivia a 2025) y el Plan de Desarrollo Económico y Social (PDES 2016-2020) contribuyen a la implementación de los ODS. Encontramos que el paradigma de desarrollo propuesto por Bolivia, claramente expresado en ambos documentos y en las transformaciones que ha vivido el país en los últimos años, es un modelo de desarrollo que responde adecuadamente a los desafíos de la Agenda 2030. Es importante aclarar también que la implementación de la Agenda 2030 implica el reconocimiento de las prioridades nacionales, la soberanía de los Estados y la particularidad de los contextos políticos, económicos y sociales de cada país. Bolivia no ha presentado sus informes voluntarios en esta primera fase de la implementación de los ODS (2016-2018) ante el Foro Político de Alto Nivel para el Desarrollo Sostenible de la ONU —que es la instancia que evalúa los avances de los ODS en los países—, aunque sí ha expresado ya su intención de presentar su primer informe voluntario en 2020; no lo ha hecho antes precisamente por esta situación, de entender mejor cuáles son las políticas, programas, proyectos, la inversión social que está haciendo el país en respuesta a los ODS.
— ¿Otros países ya han estado entregando sus informes?
— Muchos desde 2016. Bolivia conjuntamente con Haití son de los pocos países en América Latina que no los han presentado. El Estado Plurinacional ha perdido ya la oportunidad de presentar cuatro informes voluntarios (…). Nosotros estamos muy confiados de que Bolivia pueda mostrar y demostrar al presentar este informe voluntario en 2020 que está haciendo avances en la dirección de los compromisos planteados en la Agenda 2030 y los ODS (…). Bolivia está priorizando su Agenda Patriótica y sus objetivos al 2025, lo cual es absolutamente legítimo. Inclusive se pone la meta de erradicar la pobreza extrema en ese plazo, lo que significaría que se estaría anticipando al Objetivo 1, pero ese es solo un ejemplo. El desafío que representa la Agenda 2030 no se compadece con las pretensiones y metas planteadas en la Agenda Patriótica y el PDES, porque el abordaje de los desafíos en la dimensión social, económica y ambiental que plantean los ODS son mucho más complejos, comprensivos, amplios, integrales de lo que plantea la Agenda Patriótica y el PDES.
Si bien hay conceptos importantes en la Agenda Patriótica y el PDES que son fundamentales para la implementación de la Agenda 2030, como la erradicación de la pobreza espiritual, el avanzar en los sistemas de vida y el avanzar en un modelo de desarrollo económico redistributivo, en los avances que ha hecho el Estado se demuestra todavía la necesidad de articular muy bien todos estos conceptos, de manera tal que se pueda ir avanzando hacia las pretensiones de integralidad que también tiene la Agenda 2030 (…). La Agenda de los ODS tiene que ver con un análisis multidimensional que articula los aspectos económicos, sociales y ambientales (…) y en Bolivia hay aspectos (para la consecución de los ODS) que requieren de muchísima más atención y que no necesariamente están claramente articulados y planteados en la Agenda Patriótica y el PDES. Entonces, ahí hay muchos desafíos todavía y en eso trabajamos con el Gobierno, en analizar estos casos, estas dimensiones que están todavía débiles en lo que es la gestión institucional y de planificación para el desarrollo. Sin duda, el Estado y el Gobierno están haciendo un esfuerzo por articular estos temas. De hecho, hace un año, durante un discurso sobre los avances en el desarrollo del país, el Presidente (Evo Morales) mencionó la importancia de revisar el PDES y así hizo un llamado a Naciones Unidas y a la comunidad internacional para que les apoyemos con el análisis de cuáles son los desafíos, los vacíos que tiene el PDES, que es un plan muy orientado hacia la inversión en infraestructura y que deja los aspectos sociales un poco más vacíos. Estamos en eso (…). El semestre pasado se ha avanzado muchísimo en organizar muy bien toda la cooperación internacional en torno a la articulación del PDES y la Agenda Patriótica con los ODS, esto debido al liderazgo del Ministerio de Planificación del Desarrollo para orquestar mucho mejor la asistencia técnica y el apoyo de parte de los donantes, esto incluye el financiamiento del Banco Mundial, el BID, la CAF y Fonplata.
— Tomando en cuenta que cada país apunta a alcanzar los ODS en el marco de su identidad, ¿va a ser posible incorporar la complejidad de cada Objetivo a, por ejemplo, la Agenda Patriótica de Bolivia?, ¿o van a quedar algunos elementos de lado?
— Esta agenda es universal, para todos los países, los que están en vías de desarrollo y los desarrollados, para cada uno de ellos tiene su particularidad y su complejidad. Los países están haciendo su mayor esfuerzo, porque es una agenda compleja y un desafío muy grande, pero precisamente de lo que se trata es de obtener el máximo de voluntad política de parte de los diferentes Estados para su implementación y hacer los mayores esfuerzos, no solo a nivel interno nacional, sino en lo que se refiere a la identificación y aprovechamiento de buenas prácticas a nivel internacional (…), adecuándolas al contexto nacional y a las realidades institucionales, sociales, económicas y políticas. Eventualmente, los avances y las propuestas que está desarrollando el país también pueden ser exportables. Otros países pueden aprender de Bolivia en materia de política pública, de inversiones, de proyectos, de iniciativas que estén avanzando hacia la implementación de la Agenda 2030. Están, por ejemplo, la inclusión social y de los pueblos indígenas y la erradicación de la pobreza, aspectos muy particulares de Bolivia.
— ¿La Agenda Patriótica está dejando de lado elementos complejos e integrales que son parte de la Agenda 2030?
— Hay un elemento, digamos crítico, que tiene que ver fundamentalmente con la protección de la Madre Tierra, es decir, con los temas ambientales. Bolivia es un país que ha hecho avances importantes y favorables en materia económica, social y política, pero los temas ambientales todavía requieren y exigen de un mayor compromiso por parte del Estado. Están los temas de la contaminación del agua, el aire y los suelos; el manejo de residuos sólidos y de aguas servidas; y el tratamiento de las aguas residuales. Son aspectos que en lo urbano son mucho más complejos y que hay que trabajar. Están también los temas de la protección de las áreas protegidas y las áreas naturales, de los impactos de la infraestructura terrestre y energética en ellas. En esos aspectos, Bolivia tiene que ser cuidadosa para ser coherente con lo planteado por la Agenda Patriótica y los compromisos internacionales. Ahí hay un desafío importante, hay mucho por trabajar y estamos muy confiados en que en esa materia se tengan avances importantes. Un tema clave, asimismo, es el de la consulta previa. Hay un borrador de ley que todavía está en la Asamblea (Legislativa) y que sería muy pertinente que se avance en su aprobación, porque daría garantías importantes para la protección del medio ambiente, sobre todo en cuanto a los efectos, impactos o externalidades negativas de los proyectos. No podemos decir que los proyectos energéticos y de transporte que el país planifica y está llevado a cabo sean negativos, uno no puede decir eso. Lo que es importante es que sean proyectos que se lleven a cabo mediante un proceso de consulta previa adecuada con las comunidades, que se dimensione y se valore muy bien los efectos negativos, pero también los positivos y que ante los efectos negativos se tomen las medidas correspondientes para mitigarlos. Para que Bolivia vaya en la senda del desarrollo sostenible, hay que hacer siempre un balance entre los requerimientos de protección el medio ambiente y de desarrollo de las comunidades y las condiciones de desarrollo económico y de infraestructura del país.
— ¿El actual modelo de desarrollo del país está orientado hacia la sostenibilidad?
— Pensaría que el paradigma y el modelo de desarrollo que está implementando Bolivia es adecuado para responder a la Agenda 2030, pero hay desafíos importantes por considerar y que no se pueden descuidar, porque si se descuidan no vamos en esa senda del desarrollo sostenible. Uno de esos aspectos es el tema ambiental (…).
Perfil
Nombre: Mauricio Ramírez-Villegas
Profesión: Ingeniero civil
Cargo: Coordinador Residente del Sistema de la ONU en Bolivia
Experto en asistencia técnica para el desarrollo
Es Ingeniero Civil graduado en la Pontificia Universidad Javeriana (Colombia), donde también obtuvo su maestría en Economía. Tiene, además, estudios de Ingeniería Geotécnica en el Georgia Institute of Technology (EEUU), especialización en estudios de Impacto Ambiental en la Universidad de Los Andes (Colombia) y diplomados en Políticas Públicas para el Desarrollo Sostenible de la CEPAL (Chile), y en Cambio Climático y Desarrollo en JFK School of Governance de la Harvard University (EEUU). El colombiano cuenta con 26 años de experiencia en el PNUD y profundo conocimiento sobre la asistencia técnica de la ONU en países de renta media, situaciones de emergencia, crisis humanitaria, conflicto y posconflicto.