Turco abre complejo camélido con miras al mundo
La planta inició una etapa de pruebas de al menos dos meses
El Gobierno inauguró el jueves en Oruro el mayor matadero de camélidos de Sudamérica con la meta de llegar a mercados externos en dos años, aunque antes deben salvarse retos administrativos, sanitarios y logísticos.
El alcalde de Turco, Freddy Mollo, prevé que los envíos de esta nutritiva carne a otros mercados, en especial al europeo, pueden empezar en un plazo de “entre uno y dos años” en la infraestructura, que se encuentra a unos 165 kilómetros de la capital orureña.
Antes, reconoció, se deben cumplir las exigencias del mercado nacional e internacional, Franklin Atahuichi, supervisor de la construcción y equipamiento del complejo, adelantó que una consultoría definirá costos y plazos de venta internacional.
“Pero ya podemos empezar a hacer gestiones para asegurar la exportación de nuestra carne. Sabemos, por ejemplo, que una comitiva de rusos va a llegar a Bolivia” el 18 de febrero para examinar las condiciones sanitarias de producción de la carne bovina boliviana. “Vamos a solicitar a las autoridades nacionales que esta delegación pueda visitar el matadero de Turco y vean la carne que se produce” en el lugar, subrayó.
Entre tanto, explicó, como ni en Bolivia ni en el resto del mundo se cuenta con experiencia en la elaboración de normas de inocuidad y certificaciones para la exportación de carne camélida, se sugirió al Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag) diseñar un marco legal sobre la base del funcionamiento de la planta de Turco, que adecuó algunos de sus procesos siguiendo estándares aplicados en mataderos de vacunos.
En este marco, también se contempla la posibilidad de negociar alianzas con universidades de todo el país, para que los egresados de las carreras de Agropecuaria y Veterinaria realicen tesis sobre este tema, lo cual sería de gran ayuda en el desarrollo de normas bolivianas para la producción de este alimento.
PLAN. “Esperamos que el Senasag y el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras trabajen en una norma de inocuidad para exportar la carne de llama con una marca registrada de Bolivia”, reveló el alcalde del municipio declarado Capital Boliviana de la Ganadería Camélida Sudamericana.
La nueva planta de primer nivel, ejecutada desde 2014, demandó una inversión final de Bs 21,6 millones, de los que el 54% se destinó a infraestructura y el 46% a equipamiento. El municipio de Turco aportó el 20% de los recursos, la Gobernación de Oruro el 40% y el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras el otro 40%.
La factoría le permitirá a los ganaderos contar con una carne de mayor calidad a la obtenida en los mataderos de tercera y cuarta categoría que funcionan en Turco y Curahuara de Carangas, ambos con capacidad para sacrificar 12.000 y 6.000 cabezas al año.
“Con mucha alegría, hoy inauguramos esta construcción y equipamiento del matadero de Turco. Muy bien el hermano gobernador” de Oruro, Víctor Hugo Vásquez, “decía que es el más grande no solo en Bolivia, sino de Sudamérica. Eso nos debe enorgullecer a todos los bolivianos”, destacó en la ceremonia de entrega de la obra el presidente Evo Morales.
El edil turqueño precisó que el acto dio inicio a una etapa de prueba de entre dos y tres meses, tras lo cual la nueva planta empezará su producción masiva.
En esa fase se sacrificarán 120 cabezas por día, que paulatinamente aumentarán hasta las 400. Se prevé que la planta carnee 12.000 cabezas el primer año, el 28,5% de las 42.000 que podrá procesar cuando se incorpore el ganado de otros municipios, con lo que el número de familias beneficiarias sobrepasará las 960 inicialmente previstas.
Esta materia prima adicional proveniente de otras regiones de Oruro, departamento que cuenta al menos con 1,2 millones de cabezas de camélidos, se podrá incorporar a la cadena productiva de la nueva planta una vez que ésta reciba del Senasag el permiso sanitario de operación como matadero de primer nivel.
Mientras, se alimentará de los ejemplares de Turco, donde hay unas 220.000 cabezas de camélidos con una producción anual de entre 60.000 y 70.000 crías.
La planta operará durante 12 días al mes y en los restantes 18 se trabajará en la elaboración de cortes especiales y se seguirá un riguroso protocolo sanitario basado en la desinfección y mantenimiento de equipos. Empezará a funcionar con 12 trabajadores, todos ellos capacitados en el manejo de las nuevas tecnologías del complejo, pero con una experiencia de cerca de 30 años en el antiguo matadero,
El técnico Luciano Achá detalló que la nueva planta cuenta con bloques de corrales, de veterinaria, de aislamiento, matadero, esquila, aseo, secado, almacenes, área administrativa y otros, todo supervisado por el Senasag.
El equipamiento de última tecnología está compuesto a su vez por cámaras frigoríficas; sistema de aire acondicionado; procesadoras para la obtención de derivados como la “harina de sangre”; un horno incinerador de fabricación británica; rieles automatizados, calderos que garantizan las mejores prácticas en la producción de carne camélida y una envasadora al vacío.
El 80% de los equipos fue fabricado por Promaq. “Nuestros toboganes, calderos, plataformas y líneas de sangrado y oreo, así como otros equipos de alta calidad, como el de noqueo tienen precios 50% menores a los de los importados”, destacó Rubén Patiño, uno de los tres socios de la empresa cochabambina.
“Ya tenemos experiencia con el anterior matadero y ahora tenemos la visión de un impacto económico enorme fuera de nuestras fronteras. Ahora la gente ha empezado a cuidar mucho más sus animales y ya hay mejoras en ciertos grupos”, destacó Carlos Quenaya, mallku del Concejo del Municipio de Turco.
“Las esperanzas de toda nuestra población están sembradas en el matadero, porque es un sueño de años que se cumple. No tenemos otros ingresos y es nuestro futuro, nuestra mejora a través de la carne de llama”, agregó.