Miguel Díaz: ‘En el mundo de los negocios solo un 30% de las empresas familiares sobreviven’
e estima que un 80% de los negocios en el mundo son empresas familiares. Únicamente un tercio de estos emprendimientos sobrevive en el tiempo. Los intereses personales pueden causar conflictos en su desarrollo.

Cómo nacen las empresas familiares, cuál es su estructura y cómo los intereses personales pueden causar conflictos en el crecimiento de estos negocios fueron algunos de los temas de los que conversó con La Razón el experto Miguel Díaz, quien explica cuáles son los tropiezos más comunes para su sobrevivencia.
— ¿De qué manera se gestan las empresas de tipo familiar?
— De una necesidad, quizás para sobrevivir ante la falta de trabajo o por la habilidad de un familiar. Es un negocio donde los miembros de determinada familia se unen entre sí para trabajar, toman decisiones, pueden cumplir ciertas tareas y distribuirse beneficios.
— ¿Cuál es su estructura?
— Se va conformando y evolucionando de a poco. Como parte de esa estructura se forma un consejo en el que intervienen no solo quienes están gestionando la empresa, sino también aquellos que aportan como accionistas. Son los que fijan las políticas; por ejemplo pueden definir gastos, presupuestos, ventas y hacer una evaluación general de la gestión del emprendimiento. Con el tiempo los hijos se adhieren a la administración, con un fundador (padre) que si bien no está totalmente en retiro realiza un control de la empresa, una especie de auditor pero de las operaciones financieras. Los hijos asumen funciones diferenciadas, y esto es muy importante porque donde hay ocupaciones cruzadas o duplicadas habrá conflicto.
— ¿Por qué?
— Porque primero se tiene que planificar la familia y de esa planificación nace la empresa. Y no todas las familias se llevan bien, no siempre es una taza de leche. Ante esa situación podemos tener dos resultados: muere la empresa o muere la familia o quizás ambos. Entonces se debe tener mucho cuidado con la planificación y sobre todo las decisiones deben ser de conocimiento de la esposa y los hijos. Se dieron casos en los que el empresario que administra solo, sin la participación de su familia, ha perdido todo, y es ahí donde los empleados toman las compañías.
— Intereses familiares versus los de la empresa, ¿son el origen de los principales conflictos?
— Sí y es muy complicado consolidar ambos tipos de intereses. Uno de los principios de la contabilidad nos dice que manejemos la empresa como un ente (independiente), es decir, la empresa no debe pertenecer a un familiar determinado, porque todos los recursos que se manejan pertenecen a la institución.
Normalmente, este principio se confunde y se piensa que la empresa es de uno y (éste) se gasta todos los recursos. Cuando uno empieza a confundir su bolsillo con los recursos de la empresa o cuando se confunden los roles, comienzan los problemas.
— ¿Qué hacer frente a esto último que comenta?
— Podemos tener una empresa dirigida por el padre o la madre donde también la pareja, los hijos y hasta los cuñados trabajen, pero con un principio básico: cada uno debe tener un rol específico y cumplir con cierto perfil para ocupar los cargos que requiere esa firma. Si no trabajamos con una estructura con perfiles de cargos y funciones bien definidas, se presentarán conflictos. Y eso se confunde cuando los familiares que no pertenecen a la gestión asumen roles que no les corresponden; ello causa conflictos en su entorno y también genera confusión entre los empleados; es algo muy común.
— Las empresas familiares están en todo el mundo…
— Este tipo de empresas predominan en el mundo, aunque no se sabe con exactitud qué porcentaje de éstas es familiar. No tenemos estadísticas, pero la mayor parte de las que funcionan en otros países están en el orden del 65% al 80%.
— ¿En Bolivia se tiene datos?
— No y menos un censo de empresas familiares, pero estimo que en nuestro país debe ser más debido a que el trabajo informal también impulsa la creación de empresas. Por ejemplo, en El Alto existen casos de emprendimientos de mujeres —madres que se quedaron sin trabajo o que ya no tenían el apoyo del esposo— de los que han nacido pequeñas empresas, como tiendas de abarrotes, negocios de alquiler de canchas deportivas, servicios de higiene y alojamiento, entre otros de diversa variedad.
— Por todo lo que explica, ¿las firmas familiares sobreviven?
— Por lo general, solo un 30% sobrevive a la segunda generación. Es digno de destacar que existen empresas donde trabajan primos, es decir han pasado por ahí los abuelos, padres, hijos y los hijos de los hijos, que vendrían a ser la tercera generación. Pero son pocas las empresas familiares que sobreviven.
— ¿En Bolivia dónde se concentran y en qué sectores?
— Están dispersas en todo el territorio nacional y están en todos los sectores como la banca y finanzas, la industria, el sector agrícola y de alimentos; por ejemplo podemos citar el Grupo Fortaleza y el Banco Nacional de Bolivia, industrias de alimentos como San Gabriel y La Francesa, entre otras.
Perfil
Nombre: José Miguel Díaz Rivero
Profesión: Administrador de Empresas
Cargo: Director de Diatronic y Dialux
Experto de la empresa familiar
Especialista boliviano en asesoramiento, formación e impulso de empresas familiares. Cuenta con especializaciones en temas de constitución, continuidad y desarrollo de la empresa familiar de Institutos Tecnológicos de México (TEC) y Argentina.
Docente de las materias de ética empresarial, organización y métodos, y recursos humanos en el instituto IDEA, y las universidades Iberoamericana, Univalle, NUR y Boliviana de Informática de La Paz.
Brinda cursos especializados en O&M y Recursos Humanos, además de técnicas de ventas y liderazgo moral.
Ha diseñado metodologías para la evaluación de desempeño en municipios. También desempeñó cargos relacionados con el desarrollo organizacional en instituciones públicas y privadas.