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Ferdinando Regalia: ‘Para invertir en salud y medir su calidad, urge digitalizar la información’

¿Cuánto debe invertir un gobierno en salud?, ¿esos recursos impulsan el desarrollo y crecimiento de un país?, ¿cómo optimizar el gasto público en este sector sin descuidar la calidad del servicio? Acerca de éstos y otros temas conexos conversó La Razón con Ferdinando Regalia, experto en pobreza y protección social del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

— ¿Cuánto y cómo influye la inversión en salud para la reducción de la pobreza?

— Las inversiones en salud son sumamente vitales. Todos los países hacen esfuerzos para aumentar y fortalecer los servicios de salud públicos. Ofrecen a su ciudadanía una gran oportunidad de protección para evitar gastos cuando se enferman, gastos que sabemos son catastróficos en algunos casos. Entonces, como Estado, estas inversiones hacen que la salud pública sea fundamental en la estrategia para la reducción de la pobreza o para evitar que las familias caigan en ella.

— ¿La ecuación es: inversión en salud es igual a desarrollo y riqueza?

— Si usted ve a todos los países más desarrollados, son naciones que han invertido por décadas en salud pública y que han intentado asumir gran parte de los gastos que las familias enfrentan cuando se enferman. Yo soy italiano y en mi país cuando te enfermas de cáncer u otras cosas, por lo general la gente no tiene que pagar absolutamente nada. Entonces el esfuerzo que hace el país es invertir para que se reduzcan los gastos en los que las familias tendrían que incurrir cuando se enferman. Es una inversión fundamental para la productividad, el desarrollo y el futuro de toda la región. Y es muy bueno que en Bolivia la discusión de la inversión en salud esté al centro de los temas públicos.

— ¿Cuánto debe representar esa inversión para una nación?

— Los gobiernos de la región invierten cuatro a cinco puntos de su PIB (Producto Interno Bruto), la mitad de lo que invierten los países más desarrollados, pero se debe tener en consideración que eso es un proceso progresivo. Entonces la inversión en salud en la región todavía no es suficiente, aunque existen avances sustantivos en los últimos 20 años. No es únicamente un tema de inversión, todos los países de la región están en una situación bastante crítica desde el punto de vista fiscal y están haciendo un esfuerzo muy importante para lograr más con recursos limitados.

— ¿Cómo se debe optimizar el gasto en salud?

— Hay un tema que distingue mucho a la región del resto de los países más desarrollados. Por ejemplo, los ministerios de Salud de los gobiernos europeos han invertido mucho en sistemas informáticos, pero el desarrollo de estos sistemas está retrasado en la región (América Latina y el Caribe) cuando estos datos son fundamentales para la gestión. Se precisa saber cuántas prestaciones se dan en determinada unidad de salud o qué tipos de patologías enfrentan los médicos en ellas. Esto permite ajustar constantemente la intervención para usar los activos que se tengan de la forma más eficiente. Creo que cada vez hay mayor conciencia de que se debe invertir en este cuadro de comando que permita hacer un gasto más eficiente. Esto no pasa de la noche a la mañana, es un proceso largo. Existen países con mayor capacidad de administrar su gasto porque han invertido en su sistema información por años, por décadas. Creo que los pasos que se dan en Bolivia son muy importantes porque menos de la mitad de los países de la región tienen, por ejemplo, una estrategia de Gobierno Digital y no hay muchos ministerios de Salud que hayan desarrollado un sistema de información, y esos pasos se están dando aquí.

— ¿Y qué pasa con la calidad del servicio?

— En la región todo el mundo habla de calidad en cualquier foro o en cualquier discusión, pero muy pocos la miden. Si yo quiero saber, por ejemplo, la calidad de la atención que se brinda a una mujer gestante, durante una visita (al médico) tengo que contar con esta información en un medio digital, sin embargo en gran parte de la región toda esta información está en papel. Se debe dar un salto grande a fin de usar esta información para la gestión de la calidad y la eficiencia del gasto en un hospital, en un centro de atención. Es un desafío común para la región, lo bueno es que en los últimos años hay una apuesta decidida a invertir en esta área.

— ¿Cómo evalúa las políticas que se ejecutan en Bolivia?

— La implementación del SUS (Sistema Único de Salud) es la apuesta correcta y también es importante que la salud ocupe un lugar tan alto en la agenda política. Los desafíos son grandes acá como en países con PIB per cápita mucho más alto. Entonces el SUS marca una línea de visión, una ruta clara de acción. Ahora, luego de una implementación gradual —y esto ocurre en todas las naciones— se debe pensar en una salud amplia universal para la población, que se financie intentando reducir los gastos del bolsillo de la población, principalmente enfermedades crónicas. El sistema de salud es una máquina muy complicada y, como toda máquina complicada, cuando se empiezan a realizar cambios grandes hay que pensar en una ruta de implementación gradual y muchas veces con paciencia. Lo importante es que esto se convierta en una política de Estado.

Perfil

Nombre: Ferdinando Regalia

Profesión: Economista

Cargo: Jefe de la División de Protección Social y Salud del BID

Experto analítico en pobreza

Regalia dirige la preparación de operaciones de préstamo, proyectos de asistencia técnica y estudios analíticos en las áreas de pobreza, salud y protección social. Posee maestría y doctorado en economía de la Universitat Pompeu Fabra de España.

Cuenta con más de 20 años de experiencia en el diseño e implementación de programas y políticas de desarrollo.

Cumplió funciones en la Sección de Política Social y Economía de Unicef en Sudáfrica.

Realizó investigaciones sobre temas de pobreza y coordinó cooperación técnica del Programa Regional MECOVI. Ha liderado equipos multidisciplinarios y multiculturales para fomentar la gestión eficaz de recursos humanos y financieros.