Monday 22 Apr 2024 | Actualizado a 22:14 PM

Mariana Prado: ‘Los incentivos a la inversión privada son ahora más específicos’

La Ministra de Planificación del Desarrollo se refiere a la inversión pública y su impacto, a la agenda de desarrollo del país y su adecuación a la nueva realidad social y a la mayor participación del sector privado en la economía.

/ 10 de julio de 2019 / 00:00

Desde 2017, es la más joven en el gabinete ministerial. A sus 37 años, Mariana Prado se concentra en la planificación integral de Bolivia y lidera la institución que apoya a las entidades del Estado en la aplicación de políticas, estrategias e instrumentos de planeamiento integral, inversión pública y financiamiento. A las 15.00 del jueves pasado, recibió a  La Razón en su despacho, rodeada de un mobiliario elegante y sobrio, pero salpicado con detalles que revelan parte de la personalidad activa y jovial de la administradora de empresas, como un cojín decorado con la cara de un gato. Se presentó en la entrevista luego de una reunión en Cochabamba que fue parte del proceso de construcción de la Agenda del Bicentenario 2025.

— ¿Cómo evalúa el estado del desarrollo de Bolivia?

— Yo tengo una mirada muy esperanzadora del país. En estos últimos 13 años no ha habido ningún momento en el que la reducción de la pobreza o el crecimiento se hayan detenido. Hemos dado un giro no solo en términos económicos sino de cierre de la brecha de Bolivia frente a la región y al mundo. Hemos empezado a aparecer como un país de referencia a nivel global, no solo por el plano económico, sino también porque hemos recuperado mucha dignidad, mucho protagonismo que hace mucho tiempo habíamos perdido o nunca habíamos tenido.

— Los resultados que el Gobierno destaca año tras año son fruto de una estrategia que en principio estaba más orientada a la base de la pirámide social, pero eso ha cambiado con la expansión de la clase media. ¿Cómo se planifica el desarrollo a partir de ese cambio?

— En un principio, tuvimos que resolver algunos temas estructurales, porque sin encarar primero una agenda social era imposible encarar luego el tema económico. Y creo que el parteaguas ahí ha sido definitivamente el proceso de nacionalización, que nos ha permitido retomar el control no solo del gas sino de otros sectores estratégicos de la economía. De esa forma, se garantizaron los recursos con los cuales hemos podido emprender nuestra agenda social, que desde luego se ha convertido en una franca reducción de la pobreza extrema, en una disminución de la desnutrición infantil, en muchos temas que son centrales para que el desarrollo económico pueda concretarse. Si no existe una población que no tiene acceso a la salud ni a la educación no existen recursos humanos para encarar la agenda productiva. Con la nacionalización empezamos también a diversificar mucho de nuestra matriz productiva. El hecho de que estemos, por ejemplo, incursionando en los temas de evaporíticos como el litio y de la biotecnología nos proyecta hacia adelante. Ya podemos tener una agenda distinta, más diversificada y con una participación vigorosa del sector privado. Diría que desde 2014 hay una mirada distinta de nuestro Gobierno a lo que debe hacer el sector privado.

— ¿Qué lineamientos va a tener está agenda distinta para el país? ¿Estará más orientada a la clase media?

— Desde luego que la composición del país ahora es diferente. Desde el punto de vista de los ingresos, casi el 62% de la población es considerada clase media, una clase media que ahora no solo requiere el acceso a los servicios, sino que tiene una mirada respecto a la calidad de esos servicios. Ya no basta que estén la escuela y el hospital, sino que el hospital tenga todas las prestaciones requeridas por la población, que la unidad educativa tenga hasta nivel secundario, que pueda proveer a la gente de formación técnica y mejorar el perfil de nuestros chicos al momento de que ingresen al mercado laboral. Entonces, el reto de la clase media es distinto y la agenda de desarrollo debe estar adaptada para un país que, desde luego, es diferente a lo que encontramos en 2006. Ahora, eso no quiere decir que vamos a dejar de enfocarnos en el sector más pobre, en la gente que tiene todavía cierta vulnerabilidad; esa es una prioridad en nuestro Gobierno, es una política de Estado: la lucha contra la pobreza y la desigualdad. Pero ahora el componente de nuestra agenda es más diverso y complejo, y tiene muchos más valores referidos a la calidad de lo que hacemos, a la calidad de nuestras políticas públicas. Eso demanda la clase media en este momento en el país.

— La inversión pública ha sido el principal motor de la economía en estos años, ¿eso se va tener que mantener en el futuro?

— Sigue siendo parte de nuestra estrategia de desarrollo, porque si desde el Estado no estaríamos haciendo el esfuerzo de generar condiciones para que la inversión pública se pueda ejecutar y tenga un efecto multiplicador, creo que hubiéramos sido víctimas también de un contexto internacional bastante complicado. Cuando vemos un poco en el vecindario, lo primero que el resto de los países hace ante un contexto internacional adverso es contraer su gasto público, reducir su gasto en educación y en salud, y eso enfría la economía. Nosotros hemos tenido una estrategia distinta. En los momentos más duros teníamos los recursos para inyectarlos en la economía, para mantener el flujo de la inversión pública y así garantizar que los bolivianos sigan teniendo trabajo, que las constructoras sigan teniendo obras, que se sigan contratando servicios. La inversión pública va a seguir siendo una estrategia nuestra, pero la innovación hacia la Agenda del Bicentenario es que queremos que la participación del sector privado sea de corresponsabilidad. La agenda de desarrollo no puede ser únicamente una agenda pública, tiene que ser una agenda compartida.

— ¿Qué propuestas tiene el Gobierno para lograr ese objetivo en la nueva agenda?

— El tener una participación del sector privado más significativa en el Producto Interno Bruto (PIB), en la inversión general que se hace en el país, es algo que ya estaba programado en nuestro Plan de Desarrollo Económico y Social (2016-2020), pero tal vez ahora vamos a poder incorporarlos convocándolos a alianzas estratégicas público-privadas en proyectos de interés público. Por ejemplo, ahora estamos con una agenda muy importante: el hub de Viru Viru, Puerto Busch, el proyecto Etanol y todo lo que queremos trabajar con el tema de residuos sólidos a nivel nacional. Hay muchas empresas privadas que quieren venir a resolver problemas que son públicos.

— El Ejecutivo afirma que existen las condiciones para una mayor inversión privada. ¿Se va a añadir algún marco legal adicional para que la participación del empresariado privado en la economía sea mayor?

— Algo que hemos conversado permanentemente con el sector privado es qué condiciones faltan para que ellos se animen a invertir más en el país y creo que tenemos que seguir trabajando en toda la reglamentación conexa a la Ley 516 de Promoción de Inversiones de 2014, que fue el marco de normas como las leyes de Incentivos a los Hidrocarburos (2015), del Etanol (2018) y del esquema de alianzas estratégicas. Pero creo que podríamos trabajar en una mayor reglamentación para adaptar incentivos específicos para algunos proyectos. Si por ejemplo, hay en horizonte algún proyecto minero interesante, una industria que tiene proyección a exportar, nosotros a través de la Ley (516) estamos facultados para construir un esquema de incentivos adaptado a ese proyecto. Nosotros nunca hemos sido muy partidarios de los incentivos generales (…). Dependiendo del sector, queremos armar a esos proyectos algo a medida y eso es lo que nos queda por hacer hacia adelante (…). En este momento estamos trabajando particularmente para el sector minero y vamos a tener algunas novedades en eso.

Para cuando empecemos con el asunto de los residuos sólidos, vamos a tener que trabajar algunos esquemas adaptados a la medida de ese tipo de emprendimientos. NdE. La participación privada en el PIB está entre 7 y 8% y la del sector público en aproximadamente 14%, según datos del MDPyEP.

— ¿Puede adelantar algunos nuevos incentivos mineros?

— No, ahí me van a “boxear” (risas), pero ya está en puertas.

— ¿Cómo ve la otra cara de la moneda?, la inversión pública.

— La inversión pública ha sido el motor de nuestra economía. En 2005 era absolutamente marginal, no superaba los $us 600 millones, un monto que ahora gastamos a veces en proyectos como el del Mutún. Este año, si contabilizamos la inversión pública más la de las empresas con participación estatal, estamos cerca de los $us 8.000 millones programados. ¿Se imagina la diferencia que hace la inversión pública en el contexto de la economía nacional? Entonces, eso va a seguir siendo importante. Pero ahora una discusión que es parte del gabinete económico es la eficiencia de esta inversión. Hay determinadas inversiones, por ejemplo en el sector productivo, que sí tienen un retorno en el tiempo que es mucho más interesante y relevante. Eso nos está pasando con (los programas) Mi Agua y Mi Riego, cuyos retornos empiezan a ser positivos a partir del tercer año. Hay otras que tienen un retorno más a largo plazo. Hemos calculado que recién a los 10 años de incorporarla en un lugar donde no había tanto tráfico, una carretera empieza a dinamizar toda la zona. Entonces, esa es nuestra propuesta hacia la Agenda del Bicentenario: tenemos que seguir trabajando en nuestras brechas de infraestructura con inversiones que dejan retornos a largo plazo, pero también estamos tratando de que la inversión pública esté orientada fundamentalmente al sector productivo y a todo lo que está vinculado a la mejora de las condiciones de vida de la gente. La inversión en la gente es siempre la inversión que tiene mejor retorno (…). Entonces, seguiremos con Mi Agua y Mi Riego, y empezaremos también a trabajar en estrategias para inyectar recursos en el contexto urbano, para que la gente tenga mejores condiciones de vida en sentido amplio, porque ahora ahí están casi siete de cada 10 bolivianos. Que el barrio tenga luz, posta de salud, transporte, esas son inversiones que valen la pena y que las vamos a seguir haciendo.

— Parte de esta inversión es alimentada con crédito externo…

— ¿Cómo medimos esto? De toda la inversión pública programada durante estos 13 años, el 70% en promedio proviene de financiamiento interno y 30% del externo. Esa proporción nos ha permitido hacer inversiones con completa dignidad y en el uso de nuestras normas nacionales. Si me preguntan cómo preferimos ejecutar la inversión pública, desde luego diré que con nuestros recursos internos, con mayor soberanía y facilidad, porque a veces con financiamiento externo uno debe cumplir algunas normas internacionales de contratación que hacen que los proyectos se ejecuten de manera más lenta. Pero no todo puede ser recurso interno, uno tiene que diversificar las fuentes con las que financia su inversión. Si dependiéramos únicamente de los recursos internos, estaríamos complicados ante una baja de los ingresos del gas por X o Z motivo. Ahora, surgió la preocupación de que nos estamos endeudando más allá de nuestras posibilidades, pero nuestra deuda (externa) es saludable ya que rondamos el 23% del PIB, cuando los organismos internacionales dicen que uno puede endeudarse hasta el 50% de su PIB. Entonces, tenemos mucho espacio de endeudamiento. Si no fuera así, no nos estarían correteando los organismos internacionales, bancos externos y fondos de inversión para darnos dinero, porque saben que el dinero aquí rinde y que el Estado boliviano cumple con su deuda soberana. Entonces, esa preocupación debe ser de alguna manera despejada por el hecho de que nuestros ingresos también han ido creciendo en una proporción mayor al endeudamiento que hemos estado contratando. Nosotros no cometeríamos la irresponsabilidad de endeudarnos por encima de nuestras capacidades.

— En este marco, ¿no preocupa entonces que haya un mayor déficit fiscal por varios años y que la deuda crezca también de forma importante?

— Lo que siempre estamos mirando todas las semanas en el grupo macroeconómico (del Ejecutivo) es el comportamiento del déficit fiscal. Para nosotros, el déficit no ha sido una preocupación en tanto está explicado por las inversiones que van a tener un rédito en el mediano plazo. Vale la pena, por ejemplo, gastar en este y los próximos dos años $us 200 millones en una carretera que va a tener un impacto cinco o siete años después de su conclusión. Cuando el déficit está explicado con inversión pública creo que no hay mayor drama, pero en el momento en que empecemos a tener déficit porque nos está faltando plata para pagar a los médicos, a los policías, a las Fuerzas Armadas o la luz o el papel del ministerio, ahí es el momento en el que tenemos que levantar las alertas.

Perfil

Nombre: Mariana Prado Noya

Nació 20-04-1982

Cargo: Ministra de Planificación del Desarrollo

Especialista en gestión pública

Obtuvo su título en Administración de Empresas en la UCB, su diploma en Lengua y Civilización Francesa en la Universidad de la Sorbona IV y su Maestría en Gobernabilidad y Gestión Pública en la Universidad Complutense de Madrid. Fue directora de Relaciones Institucionales de Fonplata, jefa de gabinete y asesora en la Vicepresidencia, presidenta del Directorio de BoA, asesora y consultora en dos ministerios.

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América Latina está en un momento económico crítico

La región puede verse impedida de capitalizar a su favor las oportunidades.

Un informe del Banco Mundial señala que el crecimiento de las economías en la región está estancado

Por Pablo Deheza

/ 21 de abril de 2024 / 07:02

INFORME

Un reciente informe del Banco Mundial señala que el crecimiento de las economías en la región está estancado y que se incrementan las presiones sobre la población.

América Latina y el Caribe ha llegado a una coyuntura crítica. Si bien en las últimas décadas la región ha logrado avances significativos en la estabilización económica, el crecimiento se ha estancado, lo que socava el progreso. Se necesitan medidas urgentes para revertir el rumbo. El Banco Mundial señala, en su nuevo informe, “Competencia: ¿el ingrediente que falta para crecer?”, áreas potenciales de acción para los países. El organismo enfatiza que aprovechar las políticas e instituciones de los Estados son fundamentales para cualquier estrategia con impacto.

El Banco Mundial prevé que el PIB regional se expandirá un 1,6% en 2024. Se espera un crecimiento del PIB de 2,7% y 2,6% para 2025 y 2026, respectivamente. Estas son las tasas más bajas en comparación con todas las demás regiones del mundo e insuficientes para impulsar la prosperidad. Muchos hogares se encuentran bajo presión debido a que las transferencias sociales están disminuyendo y los salarios aún no se han recuperado a los niveles de prepandemia.

El bajo nivel de crecimiento, de manera sostenida, no es solo una estadística económica sino una barrera para el desarrollo. Se traduce en servicios públicos reducidos, menos oportunidades de empleo, salarios deprimidos, con mayor pobreza y desigualdad.

“Cuando las economías se estancan, el potencial de su gente se ve limitado. Debemos actuar con decisión para ayudar a América Latina y el Caribe a romper con este ciclo”, dijo Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe. Los factores detrás de estas cifras incluyen bajos niveles de inversión y consumo interno, altas tasas de interés y elevados déficits fiscales, la caída de los precios de las materias primas y la incertidumbre en las perspectivas de socios importantes como Estados Unidos, China, Europa y otros países del G7. Un escenario global adverso, marcado por tensiones geopolíticas, interrupciones en el transporte a través del Canal de Suez y el fenómeno de El Niño, podría perjudicar aún más las perspectivas regionales.

Fotos: LA RAZÓN-ARCHIVO
Fotos: LA RAZÓN-ARCHIVO

INFLACIÓN.

El buen manejo de la inflación ha sido un punto positivo en la región, reflejo de décadas de reformas macroeconómicas sólidas, señala el informe del Banco Mundial. La inflación regional, excluyendo Argentina y Venezuela, se sitúa en el 3,5%, frente al 5,7% en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que incluye a las naciones con las economías más desarrolladas. En la mayoría de los países, las expectativas inflacionarias siguen ancladas y se espera que los bancos centrales alcancen sus objetivos en 2024. Para capitalizar este progreso y reavivar las economías, la región debe abordar desafíos de larga data. Las reformas en infraestructura, educación y comercio son fundamentales para mejorar la productividad y la integración al mundo.

“A medida que retrocede el impacto de la pandemia, las tasas de crecimiento de la región vuelven a los niveles de la década de 2010. Esto muestra que la región no ha abordado los problemas persistentes que bloquean su potencial, incluidos los bajos niveles de educación, infraestructura deficiente y altos costos de inversión, que también alimentan el descontento social”, dijo William Maloney, economista jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe. Añadió que se requiere perentoriamente “una agenda que impulse el crecimiento y que aborde seriamente estas brechas. De lo contrario, la región quedará estancada y no podrá atraer inversiones ni aprovechar nuevas oportunidades, como la relocalización de industrias o la economía baja en carbono. La mejora de los sistemas de competencia debería ser parte de estas estrategias, lo que beneficiaría a los consumidores y las empresas”.

Fomentar la competencia es fundamental para reactivar la economía y recuperar la confianza de los inversores. Cuando la competencia se sustenta en políticas, instituciones y marcos sólidos, se alienta a las empresas a innovar, ser más eficientes y ofrecer avances tecnológicos. Los precios más bajos y la variedad de opciones benefician a los consumidores. Este es un asunto urgente. La región tiene bajos niveles de competencia, lo que socava la innovación y la productividad. Los consumidores también se ven perjudicados al enfrentar costos más altos que el resto del mundo.

COMPETITIVIDAD.

El informe analiza las razones detrás de este escenario. El panorama empresarial está concentrado y existe un marcado contraste entre unas pocas grandes empresas que dominan los mercados y numerosas pequeñas empresas. El 70% de los trabajadores son autónomos o trabajan en empresas de menos de 10 empleados, ocupados en su mayor parte en actividades de baja productividad.

Además, pese a que muchos países de la región cuentan con agencias y leyes de competencia, su aplicación es débil debido a que muchas agencias carecen de fondos o de personal suficiente. Las firmas poderosas suelen influir en las políticas gubernamentales, lo que reduce la eficacia de las leyes de competencia.

Todo esto crea un ciclo en el que un puñado de grandes empresas dominan e influyen en los mercados, y tienen pocos estímulos para innovar. Con bajos incentivos para sobresalir, empresas poco productivas permanecen en el negocio y terminan mal preparadas para competir, sofocando su potencial para impulsar el crecimiento.

A la vez que exploran nuevas vías para revitalizar el crecimiento, los países deberían evitar la tentación de limitar la competencia, lo que podría perpetuar el actual ciclo de baja productividad y ralentización. Para corregir los marcos de competencia y mejorar la posición de los países de la región en el mercado global, el Banco Mundial sugiere áreas clave de acción. Estas incluyen lo siguiente.

Primero, fortalecer las agencias de competencia. El informe contiene nueva evidencia de que las agencias nacionales de competencia efectivas tienen un impacto positivo en la productividad, las ventas y los salarios. Reforzar estas instancias incluye garantizar su independencia y hacer cumplir su capacidad para hacer cumplir las regulaciones antimonopolio y a favor de la competencia, especialmente para las empresas más grandes. Esto supone también promover prácticas efectivas de gestión pública y capacitar a funcionarios.

Segundo, apoyar las políticas de innovación. La competencia per se no es suficiente para que las empresas prosperen. Las empresas deben estar preparadas para una mayor competencia, tanto nacional como internacional. Esto requiere políticas complementarias que estimulen a las empresas a innovar y ascender en la escala tecnológica para que puedan competir, adoptar nuevas técnicas y crecer.

Tercero, potenciar la capacidad dirigencial. Mejorar los conocimientos de gestión ayudará a las empresas a responder a los mercados, identificar nuevas oportunidades, desarrollar planes de negocios y estimular a los trabajadores. Esto debería ir acompañado de una agenda para mejorar la educación en todos los niveles, preparando a los estudiantes y a la fuerza laboral para prosperar en entornos competitivos.

DESAFÍOS.

Uno de los desafíos definitorios del siglo XXI es el cambio de los combustibles fósiles a la energía verde. Esto tendrá profundos efectos macroeconómicos. En América Latina, el uso de combustibles fósiles sigue siendo generalizado, pero el uso de energías renovables está aumentando rápidamente. La región se beneficia de una rica oferta de fuentes no fósiles, incluidos biocombustibles, hidroeléctrica, solar, eólica y geotérmica. También es rico en minerales como el litio, un insumo crucial para las baterías de los vehículos eléctricos. La inversión en infraestructura de energía renovable no solo puede abordar las preocupaciones ambientales; también ofrece beneficios económicos, incluida la creación de empleo, la independencia energética y una mejora de los saldos en cuenta corriente.

América Latina tiene una población todavía joven en comparación con la mayoría de las otras regiones del mundo, pero ahora está envejeciendo rápidamente. El dividendo demográfico de la mayoría de las economías está llegando a su fin. Esto significa que hay menos trabajadores activos para sustentar a un número creciente de dependientes. El envejecimiento de la población plantea desafíos como mayores costos de atención médica, crecientes gastos en pensiones y una fuerza laboral cada vez menor. Sin embargo, existen oportunidades para mitigar estos desafíos, por ejemplo, mejorando la participación femenina en la fuerza laboral, promoviendo el empleo formal e implementando reformas graduales en los sistemas de pensiones y atención médica. Esto puede incluir aumentar la edad de jubilación y promover el empleo de los trabajadores de mayor edad. Estas medidas pueden aliviar la presión sobre los presupuestos gubernamentales y al mismo tiempo garantizar un acceso justo a la atención sanitaria y provisiones de pensiones suficientes.

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La transformación digital continúa avanzando gracias a una mayor conectividad, una mayor adopción de tecnologías digitales y un crecimiento considerable de los servicios digitales. América Latina ha sido testigo de una rápida digitalización, particularmente en el sector financiero y de pagos. Las asociaciones exitosas entre el sector público y el privado (el primero proporciona la infraestructura y el segundo impulsa la innovación) han resultado en un apogeo para los sistemas minoristas de pago rápido. Esto ha impulsado la inclusión financiera, promovido la competencia y aumentado el bienestar económico general. Sin embargo, todavía existen importantes brechas en el uso y el acceso a las tecnologías digitales. Garantizar un acceso generalizado a la infraestructura digital y fomentar la alfabetización digital sigue siendo fundamental para un crecimiento inclusivo.

Las crecientes fricciones entre las grandes potencias están teniendo repercusiones en todo el mundo. América Latina se encuentra en una posición en la que puede aprovechar los cambios geopolíticos a su favor. La región puede beneficiarse del nearshoring o del friend-shoring a medida que las empresas buscan diversificar las cadenas de suministro y mitigar los riesgos. Sin embargo, la perspectiva de un mundo dividido presenta riesgos, ya que América Latina podría quedar atrapada en rivalidades geopolíticas y sanciones económicas.

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Aumentan las señales de alarma para Tesla

Sin una explosión renovada de innovación, Tesla correrá el riesgo de rezagarse en la industria que ayudó a crear.

/ 21 de abril de 2024 / 06:49

Opinión

Tesla está en un mal momento.

El lunes, el fabricante de autos eléctricos más grande del mundo les comunicó a sus empleados que despedirá a más del 10% de su fuerza laboral. Más aun, dos altos ejecutivos anunciaron que dejaban la empresa.

A inicios de este mes, Tesla anunció una impresionante caída de las ventas: entregó 387.000 autos en todo el mundo en el primer trimestre, un 8,5% menos que en el mismo periodo del año pasado. Las acciones de la empresa han caído más del 35% este año, lo que incluye el desplome del 5,5% que se registró a inicios de la última semana. Elon Musk, director ejecutivo de Tesla, parece extrañamente desvinculado de los tropiezos de la empresa y ha mostrado su preocupación por otros asuntos.

A Tesla, que sigue siendo el mayor fabricante de vehículos eléctricos, se le da el crédito de haber creado casi por sí sola este sector. Conforme avanzaba Tesla, también lo hacía la industria.

Sin embargo, en un periodo extraordinariamente corto, el negocio de los vehículos eléctricos parece haberse desconectado de Tesla.

Las automotrices estadounidenses, coreanas, chinas y europeas tienen líneas grandes y estables de productos de vehículos eléctricos con ventas crecientes. Ford vendió 20.223 vehículos eléctricos en el primer trimestre del año, un incremento del 86% en comparación con el año anterior, lo que la convierte en la segunda marca más vendida de este tipo de vehículos en Estados Unidos.

BMW señaló que entregó 82.700 autos totalmente eléctricos en todo el mundo en los tres primeros meses del año, una cifra muy superior a la del año anterior. Y, en China, donde Musk ayudó a crear el mercado de los vehículos eléctricos y la experiencia para producirlos, Tesla está perdiendo ventaja sobre su competencia asiática.

En meses recientes, las ventas totales de vehículos eléctricos se han enfriado un poco. Sin embargo, los analistas esperan que sigan aumentando a largo plazo. La eliminación progresiva de los autos de gasolina es una manera eficaz y relativamente sencilla de reducir las emisiones que calientan el planeta. Además, el desarrollo de políticas en todo el mundo casi garantiza que la mayoría de las grandes automotrices lo apuesten todo a los vehículos eléctricos en los próximos años.

“Los desafíos de cualquier empresa, Tesla o la que sea, no significan perspectivas pesimistas para el sector de los vehículos eléctricos en general”, afirmó Pete Slowik, del Consejo Internacional de Transporte Limpio. “Nos encontramos en un momento en el que esta transición es real y tenemos un impulso significativo de todas las automotrices del mundo”.

Tesla fue la primera automotriz que demostró que había un mercado para los vehículos eléctricos. Esto la convirtió en la compañía de este tipo más valiosa del mundo y eso hizo que los fabricantes tradicionales de autos se lanzaran al mercado de los vehículos eléctricos. No obstante, en últimas fechas la innovación de Tesla ha sido lenta.

No ha lanzado un auto nuevo en años. Al parecer, la empresa canceló los planes de un modelo de bajo costo frente al aumento de la competencia. Los problemas han estropeado el lanzamiento de la Cybertruck. La promesa del modo de conducción autónoma sigue siendo inasible. Y Musk, quien también es director ejecutivo de la empresa de cohetes SpaceX y dueño de la plataforma X, antes conocida como Twitter, ha alienado a muchos consumidores con su comportamiento polarizador.

Ahora, la participación de mercado de Tesla en las ventas de vehículos eléctricos en Estados Unidos es del 51%, una caída en comparación con el 65% de hace menos de dos años.

Hay muchos factores en juego, pero en la raíz de los problemas de Tesla está el volátil Musk.

Musk es un emprendedor que siempre ha apostado en grande. En la actualidad, se está alejando de la estrategia tradicional de las automotrices de ofrecer mejoras graduales cada año e introducir unos pocos modelos nuevos cada década. En cambio, le está apostando a las grandes innovaciones, como la Cybertruck y, en especial, el modo de conducción autónoma, para resucitar a Tesla.

“En estas fechas, tan solo parece interesado en fotos de Marte”, comentó mi colega Jack Ewing, quien ha hablado con fuentes enteradas de lo que ocurre dentro de Tesla. “Parece aburrirle la idea de salir con un Modelo 3 actualizado”.

Esa estrategia puede ser atractiva para las ambiciones que Musk tiene de conquistar el mundo. Sin embargo, no es una fórmula ganadora en el negocio del automóvil, al cual lo rigen las actualizaciones graduales y la introducción regular de nuevos modelos.

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Tesla, empresa que no tiene un departamento de relaciones con los medios, no respondió a una solicitud para ofrecer comentarios.

Los cambios políticos recientes casi garantizan que el mercado de los vehículos eléctricos siga creciendo.

El mes pasado, el gobierno del presidente Joe Biden concluyó unas normas que en esencia obligarán a las automotrices a que la mayoría de los autos nuevos de pasajeros y las nuevas camionetas ligeras que se vendan en Estados Unidos sean totalmente eléctricos o híbridos para 2032. En la actualidad, los vehículos eléctricos apenas representan el 7,6% de las ventas de autos nuevos en Estados Unidos.

En Europa, China y otros países del mundo, los gobiernos han introducido políticas diseñadas para estimular la adopción y producción de vehículos eléctricos.

Además, los vehículos eléctricos van a mejorar mucho y pronto. Se espera que las baterías sean más ligeras y potentes, que la autonomía mejore y que los precios bajen.

Estos avances facilitarán más que nunca la participación de mercado de las empresas nuevas, en especial si Tesla no se mantiene al día con las últimas funciones o la introducción de nuevos modelos.

Tesla no va a desaparecer pronto. Sigue siendo el principal vendedor de vehículos eléctricos en Estados Unidos y vale 10 veces más que Ford. Todas las grandes automotrices norteamericanas han acordado adoptar la norma de carga de Tesla y la empresa no ha dado ninguna señal de que esté ralentizando la construcción de cargadores.

No obstante, sin una explosión renovada de innovación —ya sea con nuevos modelos, mayor autonomía, nuevas funciones o precios radicalmente más bajos— Tesla correrá el riesgo de rezagarse en la industria que ayudó a crear.

David Gelles Reportero de negocios del New York Times.  

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Cumbre Industrial de Tarija busca el progreso del sur

Un centenar de líderes empresariales se dieron cita para impulsar la economía tarijeña.

Ejecutivos de la CNI y Caincotar presidieron la Cumbre Industrial de Tarija.

Por Pablo Deheza

/ 21 de abril de 2024 / 06:40

Empresa

El encuentro representa un paso significativo hacia el fortalecimiento y la promoción del sector industrial en la región sur de Bolivia. Para lograr esto, se requiere una convergencia de esfuerzos públicos y privados.

En un esfuerzo conjunto por impulsar el desarrollo industrial en la región sur de Bolivia, la Cámara Nacional de Industrias (CNI) y la Cámara de Industria, Comercio, Exportaciones, Promoción de Inversiones, Servicios y Turismo de Tarija (Caincotar) llevaron a cabo con éxito la Cumbre Industrial de Tarija. El evento congregó a más de 100 líderes industriales, representantes académicos y autoridades locales con el propósito de abordar los desafíos y oportunidades que enfrenta la industria en esta próspera región del país.

En la inauguración del evento, la presidenta de la Caincotar, Marina Ruiz, resaltó la trascendencia de la ocasión para todos los tarijeños, particularmente para el sector empresarial e industrial del departamento. Precisó que la cumbre representa una colaboración conjunta con la CNI, en la que participan activamente las nueve cámaras empresariales de los nueve departamentos. La ejecutiva señaló como un desafío pendiente la carencia de condiciones adecuadas para el desarrollo del sector industrial en Tarija, subrayando la ausencia de un parque industrial y las limitaciones que ello implica para el progreso y la eficiencia en el trabajo.

En Tarija, la producción vinícola está bastante desarrollada, también hay oportunidades en minerales y alimentos.
En Tarija, la producción vinícola está bastante desarrollada, también hay oportunidades en minerales y alimentos.

Durante el evento, se abordaron diversos aspectos relacionados con la coyuntura económica, política y social que tienen un impacto directo en el desarrollo industrial de Tarija. Entre los temas destacados se encuentra el preocupante descenso en el crecimiento de la industria tarijeña desde 2018, atribuido al aumento de los costos laborales, la elevada carga tributaria, la complejidad burocrática, la falta de incentivos y el incremento del contrabando y las importaciones.

A pesar de estos desafíos, se identificaron importantes áreas de potencial, especialmente en sectores como los minerales no metálicos, las bebidas y los alimentos.

Se resaltó que, a pesar de las dificultades, las exportaciones industriales de Tarija han experimentado un crecimiento significativo en los últimos años, lo que evidencia la existencia de oportunidades para el desarrollo y la expansión del sector.

El acto se realizó en el Salón Central El Marqués.
El acto se realizó en el Salón Central El Marqués.

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En el evento se propusieron diversas líneas estratégicas para el desarrollo del sector industrial en Tarija, que incluyen el fortalecimiento de las cadenas productivas, la gestión de instrumentos financieros adecuados, la capacitación y actualización del personal, la mejora de los servicios públicos, la promoción de la formalización empresarial y la creación de un sistema de información del sector.

Por su parte, el presidente de la CNI, Pablo Camacho, destacó la importancia de un fuerte liderazgo local y la necesidad de unidad y fortalecimiento tanto en las instituciones empresariales como en las entidades públicas. Enfatizó la importancia de una alianza públicoprivada- académica para impulsar el desarrollo de Tarija.

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El FMI prevé una década lenta, ‘los tibios 20’

Kristalina Georgieva habló de un decenio ‘lento y decepcionante’.

Kristalina Georgieva en la cita del Atlantic Council, en Washington, Estados Unidos.

Por Pablo Deheza

/ 21 de abril de 2024 / 06:33

Novedades

La directora gerente del Fondo Monetario Internacional advierte sobre un crecimiento económico global que se mantiene por debajo de los promedios históricos, planteando la necesidad de nuevas políticas para el desarrollo.

Dado que se prevé que el crecimiento mundial se mantendrá “muy por debajo” de su promedio histórico (ligeramente por encima del 3%), “tomar las decisiones políticas correctas definirá el futuro de la economía mundial”, dijo la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva.

“La aleccionadora realidad es que la actividad económica mundial es débil según los estándares históricos”, la inflación “no está completamente derrotada” y los amortiguadores fiscales “se han agotado”, explicó en un evento de la última semana del Atlantic Council en Washington, Estados Unidos. “Sin una corrección del rumbo, de hecho, nos dirigimos hacia ‘los tibios años 20’, una década lenta y decepcionante”, aseveró Georgieva.

Sin embargo, hay motivos para el optimismo, argumentó la ejecutiva mientras anticipaba una mejora de las previsiones de crecimiento global que el FMI publicará próximamente. El crecimiento es “marginalmente más fuerte” gracias a la “robusta actividad” en Estados Unidos y en muchas economías de mercados emergentes, incluyendo un aumento del consumo de los hogares, la inversión empresarial y la atenuación de los problemas de la cadena de suministro.

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La inflación está cayendo “algo más rápido de lo esperado”, una tendencia que Georgieva espera que continúe en 2024. Si bien la inflación ha bajado en Estados Unidos, nuevos datos de la semana pasada mostraron que puede estar volviendo a subir. “Eso es preocupante”, dijo Georgieva, “pero creo que la Reserva Federal está actuando con prudencia”.

En respuesta a algunas predicciones de que la inflación bajaría, lo que llevaría a la Reserva Federal a recortar las tasas de interés este año, la directora gerente del FMI advirtió que “no tan rápido”.

Por otro lado, afirmó que las altas tasas de interés en Estados Unidos “no son una buena noticia” para el resto del mundo. “Las altas tasas de interés significan que el dólar también es más fuerte”, lo que para otros países significa que sus monedas “son más débiles”, explicó. Advirtió que esto “podría ser una preocupación en términos de estabilidad financiera”.

Las tasas altas afectan además los pagos por la deuda de los países. 

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Emprende Pro Mujer llega al país y apoyará a las emprendedoras

La plataforma digital facilita financiamiento, educación y mentoría para las empresarias.

Ejecutivos de Pro Mujer Bolivia y de Mi Teleférico en el lanzamiento de la plataforma digital al servicio de las mujeres empresarias.

/ 21 de abril de 2024 / 06:27

BREVES

En el marco del Día Mundial del Emprendimiento, Bolivia recibe la llegada de Emprende Pro Mujer, una plataforma diseñada para respaldar a emprendedoras con necesidades financieras, educativas y de mentoría.

La plataforma Emprende Pro Mujer, presente ya en 23 países, llega a Bolivia de la mano de Mi Teleférico, que cumple su décimo aniversario, y Pro Mujer. El lanzamiento se hizo en el marco del Día Mundial del Emprendimiento, que se celebró el martes 16 de abril. La herramienta digital promueve la igualdad de género.

Emprende Pro Mujer surge como una necesidad para acompañar a miles de emprendedoras con necesidades puntuales de financiamiento, educación financiera y mentoría. Se trata de una plataforma de formación emprendedora que responde a las necesidades de las mujeres y que se adapta a la etapa del emprendimiento en la que ellas se encuentren.

“El objetivo es que las mujeres accedan a contenidos dinámicos que les permitan adquirir o fortalecer sus habilidades digitales, de liderazgo, gestión, desarrollo personal, finanzas y ventas. En ello radica el compromiso de Mi Teleférico, en generar alianzas que brinden oportunidades a la población”, indicó Alejandro Gonzales Blacutt, gerente ejecutivo de la empresa estatal de transporte por cable, Mi Teleférico.

A través de sesiones virtuales, las mujeres tienen un seguimiento personalizado con las facilitadoras y comparten con más emprendedoras, nutriéndose de las experiencias de otras y caminando juntas en el proceso de aprendizaje.

Desde su lanzamiento, Emprende Pro Mujer ha impactado a más de 66.000 mujeres en al menos 23 países de América Latina, y ha alcanzado grandes resultados.

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Entre los logros se puede indicar que el 86% de las emprendedoras mejoró su liderazgo, el 85% mejoró sus habilidades blandas para la gestión, el 87% considera que a partir de su paso por el programa mejoran sus ventas, el 34% incorporó canales digitales para la comercialización, y el 84% mejoró sus habilidades financieras.

Según el Reporte Global de Brecha de Género de 2023, del Foro Económico Mundial, al ritmo actual, América Latina y el Caribe tardarían 53 años en cerrar su brecha de género.

“En Bolivia, el 47% de los emprendimientos son liderados por mujeres, pero únicamente el 2% accede a créditos de entidades financieras para impulsar su negocio, provocando que el 73% lo haga con sus propios ahorros (Coordinadora de la Mujer, 2024), por ello es sumamente importante que las emprendedoras tengan oportunidades y herramientas para salir adelante”, sostuvo Marcelo Mallea, gerente general de Pro Mujer.

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