A través de una campaña, Coca-Cola detalló en sus cuentas de redes sociales su plan integral para reducir el impacto ambiental en todo el ciclo de vida de sus envases.
La nueva visión de la compañía, denominada Mundo Sin Residuos, contempla tres objetivos fundamentales: el diseño de nuevos envases, la recolección y reciclaje de una botella por cada botella que se vende, y la asociación con comunidades locales, ONG, gobiernos e industrias para lograr de manera conjunta una mayor tasa de recuperación de estos residuos.
En el primer caso, se busca además maximizar el uso de los envases y minimizar su impacto en el medio ambiente, así como lograr que sean 100% reciclables y que tengan más contenido reciclado.
“Sabemos que la meta es un verdadero reto”, afirmó la gerente de Asuntos Públicos y Sustentabilidad de Coca-Cola, Claudia Fernández.
Como parte de esta estrategia, la empresa lanzó en el país su nueva botella retornable de 2,5 litros, la más grande de su tipo en el mercado nacional.
Según la compañía, el plástico representa entre 15 y 19% del total de los residuos sólidos urbanos, y de ese volumen el 60% está conformado por envases pet. “Si logramos sacar todo el pet de la basura y le damos una nueva vida, estaríamos reduciendo algo más de un 10% del desperdicio” de este material, dijo Fernández.