Kamay distingue 8 soluciones
El galardón ayuda a visibilizar el esfuerzo de emprendedores cochabambinos.
Ocho emprendimientos innovadores que cuidan el medio ambiente en la región valluna recibieron días atrás el premio Kamay de la Federación de Entidades Empresariales Privadas de Cochabamba (FEPC).
La segunda versión del reconocimiento, denominado “Kamay” (“el que crea”, en quechua), fue otorgado a proyectos desarrollados entre 2018 y 2019 con el fin de fomentar la innovación individual y empresarial, así como el emprendimiento entre colegiales y universitarios.
Eco Delivery, por ejemplo, ofrece un servicio de mensajería en bicicletas eléctricas que emplea a 30 jóvenes universitarios, en su tiempo libre.
Carlos Fernández, responsable del proyecto, contó que la iniciativa nació con una inversión cercana a los $us 15.000 para equipos y el montaje de un taller. Allí, para ayudar al desplazamiento en largas distancias, se empezaron a instalar motores eléctricos a bicicletas comunes con un costo que, en principio, era mayor a $us 1.000, y que luego bajó a $us 650.
Estos motorizados compiten hoy con artefactos similares importados que se venden a precios de entre $us 300 y 400. “La diferencia es que noso-tros usamos baterías de litio y motores Golden, marca canadiense certificada”, remarcó el emprendedor, quien agregó que también ofertan repuestos y mantenimiento. El reparto de cartas, invitaciones, documento y paquetes, sobre todo en el centro de la urbe, donde el tráfico es caótico, tiene una tarifa de entre Bs 5 y 15.
Sanitarios Gandi, a su vez, propone inodoros ecológicos que no requieren pozo séptico ni agua para su uso, lo cual es muy útil en barrios periurbanos que carecen de alcantarillado. “Usa un sistema de separación de heces y orín, que son almacenados en cajas”, explicó Grover Gandarillas, creador del excusado.
Los desechos se cubren después con tierra o ceniza (para acelerar su deshidratación y biodegradación) y expuestos al sol pueden convertirse en abono para jardines. El costo e instalación del producto es de Bs 350, el cual no incluye la cámara y las cajas. El inodoro, dijo Gandarillas, ya se utiliza “hasta en edificios”, pero aún falta socializarlo y que los municipios incentiven su empleo en lugares donde no hay agua.
Flawa Pawa, por su lado, elabora bisutería, muebles y accesorios con residuos de papel, cuero, ropa y máquinas, así como con cáscaras, carretes de cables de alta tensión, pallets, cables de computadoras y sacos de yute. “Todo lo que vemos que es útil”, dijo Esther Mamani, una de las propietarias de la empresa, que invirtió ya en el proyecto Bs 35.000.
Entre otras innovaciones están un purificador de aire, tecnología no contaminante para la cría de cerdos, un sistema de agricultura con riego controlado, un detergente que ahorra agua en el enjuague y un horno a leña que reduce la emisión de gases.
Un premio con apoyo académico
Innovación
La segunda versión de los Premio Kamay fue impulsada por la FEPC y las universidades Privada Boliviana (UPB), Católica Boliviana San Pablo (UCB) y Mayor de San Simón (UMSS). El jurado estuvo conformado por delegados de estas instituciones.