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Guerra de precios echa a pique a 10 aerolíneas

Las recientes quiebras de compañías aéreas como las francesa Aigle Azur y XL Airways o la eslovena Adria Airways demuestran, según los expertos, la debilidad de un mercado europeo donde la guerra de precios está haciendo caer a las más vulnerables.

En 18 meses, al menos 10 compañías tuvieron que cerrar en Europa, de acuerdo con la Asociación Internacional de Transportes Aéreo (IATA).  “Nuestro sector es frágil, no somos una industria con márgenes importantes. Estamos expuestos a muchos riesgos, incluidos riesgos financieros y económicos”, indicó a los medios Alexandre de Juniac, el director general de la organización.

De Juniac aseguró también que existe un contexto de “ralentización de la demanda y de aumento de costes” del funcionamiento del sector aéreo.

El 30 de septiembre, Adria Airways, la única compañía aérea de Eslovenia, que arrastró por muchas semanas dificultades financieras, anunció su quiebra.

En Francia, Aigle Azur, que existía desde 1946, cerró definitivamente por falta de inversores y XL Airways, una compañía de bajo coste nacida en 1995, interrumpió sus vuelos también el 30 de septiembre. En febrero igualmente dejaron de funcionar la compañía alemana Germania y la islandesa WOW Air. La danesa Primera Air y la chipriota Cobalt Air dejaron de operar en 2018.

En Alemania, Air Berlín fue absorbida por Eurowings, firma de bajo coste de Lufthansa, y, en Italia, Alitalia tiene muchas dificultades y busca inversores.

Operaciones. El transporte aéreo vive “un contexto de hipercompetencia”, explicó a la AFP Mathieu Blondel, un experto en transporte aéreo de la consultora Arthur D.

Little. “Además de la competencia feroz entre ellas, las compañías aéreas no están en posición de fuerza para optimizar sus costes”, agregó el experto.

En un estudio publicado hace un año, la consultora Oliver Wyman destacaba las dificultades del sector en Europa, donde las empresas no logran “reproducir las economías de escala de las grandes compañías estadounidenses”. En América del Norte, la consolidación del sector fue súbita, con la quiebra de unas 20 compañías entre 2000 y 2008, víctimas del estallido de la burbuja de internet, de los atentados del 11 de septiembre de 2001 y, más tarde, de la crisis financiera mundial, recordó Oliver Wyman.

En Francia, los profesionales del sector denuncian “el peso de los impuestos y de las contribuciones sociales, muy superiores a la media europea”.

Para mantenerse en un mercado muy competitivo, los transportistas necesitan, de acuerdo con Blondel, cumplir al menos tres de cuatro requisitos: ser ágiles, tener el tamaño suficiente para hacer economías de escala, tener una cuota de mercado importante en su red de trayectos y apoyarse en una marca fuerte.

Para el experto, las tres últimas quiebras, de Aigle Azur, XL Airways y Adria Airways, se explican por uno o varios problemas a la vez, como el hecho de que sus flotas eran pequeñas y costosas o que su tamaño no era lo suficientemente grande.

“En el sector aéreo hay relativamente pocas barreras de entrada (…) lo que hace que haya muchas quiebras”, sostuvo Paul Chiambaretto, profesor de la Montpellier Business School.

“Con la presión sobre el medio ambiente y las tensiones sobre los intercambios internacionales, la industria de las compañías aéreas tiene dudas sobre el crecimiento de la demanda”, añadió Blondel, quien pide la transformación y la consolidación del sector.

Por el momento, la IATA sigue augurando un crecimiento importante del número de pasajeros, que debería alcanzar los 8.200 millones de personas en 2037.

Para este año, prevé que el sector verá en Europa una ganancia neta de $us 7.400 millones, cifra “ligeramente inferior” a los 7.500 millones registrados el año pasado. “El beneficio neto esperado por pasajero de $us 6,40 (margen neto) es alrededor de un tercio del dato norteamericano”, indica.