La normativa, la mayor traba para la expansión fintech
El financiamiento es otra de las necesidades para el avance del sector.
La normativa y el acceso al financiamiento limitan la expansión de las fintech, soluciones tecnológicas que en Bolivia se aplican ya en inclusión financiera, comercio electrónico, telecomunicaciones y otros sectores.
Estas empresas, que desarrollan nuevas tecnologías para servicios financieros o que las aplican, representan una industria joven en el país. Es más, la primera Línea base del mapeo del ecosistema de tecnología digital en Bolivia no encontró estudios sobre el segmento y se limita a identificar que el 12,5% (19) de las 152 startups que operan en el mercado orientan sus esfuerzos al sector financiero.
La digitalización del sistema financiero, que se aceleró en los últimos años, ofrece así oportunidades para la innovación, un área en la que los emprendedores aplican su creatividad para mejorar las formas en que la población interactúa con sus servicios financieros. Las fintech bolivianas están respondiendo a estos retos, ofreciendo nuevos servicios y novedosos modelos de negocio para la banca en sectores como información, gestión efectiva de relaciones con clientes y pagos electrónicos, entre otros.
Representantes de los emprendimientos Khipu, Planifica, BoliviaFintech y Crowdi coinciden en que la expansión en el mercado nacional de este rubro, que une tecnología y finanzas con el objetivo de crear servicios fáciles de entender, acceder y contratar, requiere cambios en la normativa vigente que permitan la realización de transferencias de dinero sin necesidad de una entidad financiera, así como operaciones de crowdfunding (financiación colectiva), como opción para capitalizarse.
En el país, la Ley 393 de Servicios Financieros autoriza solo a las entidades de intermediación financiera la realización de transferencias de dinero en forma física o por medios electrónicos.
A criterio de Andrés Quintanilla, de la plataforma de pagos digitales Khipu, las fintech bolivianas se encuentran restringidas a diferencia de lo que ocurre en “varios países del mundo, donde se pueden hacer transferencias de dinero sin necesidad de una entidad financiera”.
De igual manera, el director ejecutivo de la firma asesora Planifica Coaching Financiero, Roger Saavedra, sostiene: “Para restringir algo, primero tienes que entenderlo y los reguladores no entienden a las fintech o no tienen conocimiento” sobre éstas. “La tecnología permite hacer todo lo que te puedas imaginar, lo que restringe el alcance es la normativa”.
El fundador de la desarrolladora de crowdfunding BoliviaFintech, Derry Morales, considera a su vez que estas empresas tienen el potencial de desafiar a la industria financiera tradicional con modelos de negocios innovadores y nuevos canales hacia los consumidores financieros.
El marco regulatorio, no obstante, pueden restringir su innovación, cuando lo que se necesita es que posibilite un equilibrio entre innovación, protección y estabilidad que a su vez les permita operar en mejores condiciones.
“En todos los países de la región existe el reto de diseñar la normativa que fomente la innovación y la inclusión, pero que a la vez resguarde a los consumidores financieros y a la integridad y estabilidad del sistema financiero”.
Este desafío, detalla, exige que la normativa sea neutral al uso de la tecnología, reconozca la desagregación de la cadena del valor de los servicios financieros, sea proporcional (establecer exigencias de conductas de mercado y prudenciales en función de los riesgos) y que compatibilice flexibilidad y certeza jurídica.
AJUSTES. El director de Crowdi, Pablo Eitner, destaca asimismo el potencial de las fintech nacionales, sobre todo porque reducen costos operacionales.
Los representantes de estos emprendimientos juzgan también importante que en país se implementen mecanismos de apoyo financiero, como las plataformas digitales de crowdfunding, las cuales son espacios especializados en financiación e impulso de startups y proyectos con base tecnológica en fase de crecimiento.
Sin embargo, estas plataformas no pueden operar en Bolivia, según Mauricio Dulón, fundador de la proveedora de infraestructura tecnológica Cetus Group.
El empresario ejemplifica que la red chilena inversion.broota.com, considerada la más importante de América Latina, no puede operar en Bolivia debido a que la normativa vigente rechaza sus actividades. A esto se suma el hecho de que las startups y fintech tienen restringido vender sus acciones para capitalizarse a través de la Bolsa Boliviana de Valores (BBV).
En función a su nivel de programación informática, talento e ideas, las fintech bolivianas tienen alto potencial para su desarrollo y crecimiento, pero es importante que no solo se enfoquen en el mercado nacional, sino también a en el internacional, recomienda Dulón, quien impulsó en Bolivia la organización del evento de innovación financiera Digital Bank.
“En el país el mercado es pequeño, solo se tiene 11 instituciones financieras, muy lentas en adoptar tecnología fintech boliviana”, afirmó. El empresario también reconoció que el Digital Bank ayudó a que fintechs de Argentina, Chile, Colombia y Perú implementen sus soluciones en bancos bolivianos, pero no a que los emprendimiento bolivianos operen en el exterior, razón por la cual se decidió parar la experiencia.
En el sistema financiero destaca el Banco de Crédito de Bolivia (BCP) con más de 10 experiencias con fintech nacionales e internacionales bajo el concepto de innovación abierta. “Nos llevamos una sorpresa grata al trabajar con fintech. Nos enseñaron cosas en las que, como banco, nos considerábamos expertos, ideas frescas y velocidades más rápidas”, recuerda Rodrigo Valdez, gerente de división de Transformación Digital del banco, auspiciador del Digital Bank.
Entre estos proyectos está el portal inmobiliario Ultracasas e Initium con su herramienta de gestión de relaciones con los clientes, aplicada para agilizar procesos y registro de información y para conocer y entender las necesidades y comportamientos de los usuarios actuales y potenciales, indica Valdez, quien también reconoció el aporte de las fintech al proceso de inclusión financiera.
María René Lea Plaza, ejecutiva de Initium, explica que esta solución es resultado de dos años de arduo trabajo y de una alta gestión con los clientes para que comprendan las ventajas de su herramienta tecnológica.